Capitulo XXXVIII-9

Luego de un rato salimos de la pista de baile, entonces me voy con Isabel a tomar algo de aire fresco, lejos de las miradas.

- Hace mucho no me divertían en estas cosas- comenta Isabel mientras se arregla el cabello.

- Creo que es la primera vez que yo me divierto en estas cosas- le digo a mi prima.

Mientras nos relajamos mirando las estrellas. Pienso en mi futuro ¿me pregunto si puedo cumplir mi sueño?

Como nos encontrábamos solas lejos de las miradas me bajo un poco el vestido mientras le digo a Isabel que es muy molesto llevar tanta ropa y que debo arreglarme.

- Voy a esconderme por allí- le digo.

- Vale, mientras tanto voy a cuidar de que haya mirones por aquí.

- ¡Por las doncellas eres el vivo retrato de Velvet! - exclama una dama de apariencia encantadora, pero mirada perturbadora ya que no deja de mirar mi cuerpo.

- ¿Disculpe? - pregunto algo incomoda.

Aunque parezca encantadora a simple vista esa dama me da mala espina.

La dama en cuestión tiene una cabellera larga roja como el fuego para la ocasión parece que se hizo un moño donde su cabello asemeja a una coronilla mientras al frente caen dos largos mechones. Una extraña mirada dulce e inocente me causan incomodidad cuando me mira de reojo, esos ojos color ámbar no dejan de seguir mis movimientos. Lleva un vestido de gala con encaje blanco el cual le llega hasta las rodillas, tacones negros de punta alta, tiene un collar con un dije en forma de sol, dicha dama de piel blanca y lo que parece delicada posee facciones que cualquiera envidiaría, cejas largas, mejillas sonrosadas y cuerpo de modelo me asusta.

- ¿Usted quién es? - le pregunto mientras me subo el vestido rápidamente y tomo distancia.

- ¡Ah!!lo siento damita, no me he presentado! - comenta la dama mientras junta sus manos en forma de plegaria, luego me guiñe el ojo.

Isabel viene a mi rápidamente, por su mirada se ve sumamente molesta.

La dama ignora completamente a Isabel quien siente mi incomodidad, a lo cual ella me toma de la mano.

Es extraño, pareciese que aquella dama estuviera usando "encanto" sobre mí, ya que no puedo ignorar su penetrante mirada es..es…

- ¿Qué quiere? - pregunta Isabel haciendo mala cara- ¿acaso está acosando a mi prima?

La mujer sin parpadear mira fijamente a Isabel, sin dejar de sonreír.

Esa extraña mirada hace que a Isabel le tiemblen las piernas, pero aun así no me suelta de la mano, al aprieta con fuerza sin querer soltarme.

- Jovencita no te estoy hablando a ti- exclama con cierta molestia la dama mientras mueve un poco la cabeza hacia un lado, no ha parpadeado ni un segundo.

Isabel y yo nos sentimos en una especie de trampa, casi como si quisieran meternos en una ilusión tan potente que diría que es imposible salir. En estos casos estoy segura de que Morgana debería salir, pero no sucede. Las manos empiezan a temblarme, siento el sudor frio de Isabel, lo único que podemos hacer es retroceder mientras la extraña dama no deja de mirarnos mientras se nos acerca.

- ¡Eres su viva imagen! ¡me siento tan extraña al verte! Me trae tantos recuerdos- comenta la dama quien nos acorrala contra la pared.

Es imposible apartar la mirada. Es demasiado atrayente, casi intoxicante. Los ojos empiezan a pesarme mientras empiezo a sentir que el aire me falta, Isabel empieza a mover los labios mientras parece decir algo.

- He esperado tanto tiempo Velvet, siempre quise que fueras mía. Siempre, siempre me decías que no, no importaba lo que hiciera tu siempre me ignorabas ¿acaso me odias? ¿no sabes que te amo? ¿Por qué eres así conmigo? ¿acaso no soy lo suficientemente buena para ti? ¿Por qué te fuiste con ese tipo? ¿Por qué abandonaste Liare? !dime! !dime! - exclama mientras su voz se va fragmentando.