Capitulo XXXVIII-11

- ¿Quién mierdas era esa mujer? - pregunto mientras siento escalofríos por lo que me paso hace unos instantes.

- La pesadilla Liariana, Marie Vinchi la hija menor de la bruja primordial de la luz- responde Isabel temblando- mi abuelo la detestaba. Siempre me advirtió de ella.

- Mi amada reina ¿Por qué me detuvo? - pregunta sin comprender Morgana- si me hubiera dejado actuar…

- No es el momento Morgana… aun no es la hora… - interrumpe Isabel.

- Esa mujer parece tener una insana obsesión con mi tía.

- Solo nos estaba probando- informa Isabel.

- ¡¡Que?!

- Mackenzie creo que es hora de irnos- exclama tía Velvet quien aparece detrás de mí, a su lado estaba la bruja primordial del agua Momo.

- Joven Isabel su madre también informa que es momento de irse y pide que Morgana las acompañe- comenta con cordialidad la bruja primordial Momo.

- ¿Me puedo lanzar desde el balcón? - le pregunto a mi tía.

Leona nos saluda desde abajo.

- No- era obvia su respuesta.

Me despido de Isabel y me voy junto a mi tía.

En el camino hasta el carruaje vuelvo a sentir esa horrible presión.

Al ver mi incomodidad tía Velvet empieza a mover los dedos de su mano izquierda con ira.

- Ama…

- Ya me están colmando la paciencia- responde ella mientras abre y cierra la palma de su mano izquierda con fuerza.

Por extraño que parezca empiezo a sentir escalofríos. A lo que tía Velvet procede a darme un abrazo y a decirme:

- Calma Mackenzie, yo estoy aquí- me dice con toda la ternura que no sabía que tenía- no dejare que te pase nada. Fue mi error traerte aquí.

Lagrimas empiezan a salir de mis ojos sin control…

Me sentí tan indefensa aquella mujer, parecía que esa mujer quería abusar de mí. me aferro con fuerza a mi tía quien me tranquiliza.

- Esa mujer… me quería hacer algo, si Isabel no hubiera estado allí…

Sigo llorando desconsoladamente.

La respiración de tía Velvet se trunca.

- Cuida a mi sobrina Verónica, ya me cansé de esto.

- Si ama…. Pero no vaya a hacer nada de lo que pueda arrepentirse.

Retengo a tía Velvet antes de que haga algo estúpido.

- Por favor no hagas nada- le suplico.

- Mackenzie…- ella chasquea molesta.

- Y no le digas nada a papá.

- ¡JA! - se burla ella- ese sujeto no puede hacer nada contra una de esas perras ¿Qué va a hacerles? ¿cocinarles galletas? - exclama con desprecio tía Velvet.

- Puede que papá no recurra a la violencia, pero sus pactos si.

No pude dormir durante 2 días, atormentada por esa mujer, casi parecía que invadía mis sueños y los transformaba en pesadillas. Para cuando llego el momento que ella volvería a aparecer vería que papá no es dulce o inocente cuando se trata de algo que nos afecte a mi y mis hermanas.