Ese bastardo desprende una abusiva cantidad de mana de su cuerpo.
Isabel también gira y lo nota.
- A la mierda- exclama mi prima.
Juliana nos mira confundidas y entonces pregunta:
- ¿Qué les pasa a ustedes dos?
- Les pasa algo. ¿acaso se impresionaron de ver a alguien tan perfecto? - comenta el tipo.
Aunque nos encontramos en una vía concurrida pareciera que nadie nota lo que pasa y me parece curioso ya que en las capitales existen limitadores de magia. Cuando una persona con tal cantidad de mana llega a la ciudad inmediatamente se deberían prender las alarmas.
¿Qué tiene de perfecto? Parece uno de esos personajes secundarios de fondo, es tan ordinario que sinceramente es olvidable.
- Viéndolas de cerca no están nada mal- el sujeto nos mira- voy a quedarme con una de ustedes dos y la chica alta. La meteré en mi harem.
- ¿Y a este puto loco que le pasa? - señala Juliana
- Ni idea- le digo a mi amiga- ¡oye idiota, mejor ve a un manicomio antes de que llamemos a la policía! - le grito.
- ¡Oigan todos aquí tenemos un acosador de niñas! - grita todo pulmón Isabel, lo que hace que las personas se detengan y empiecen a susurrar.
El sujeto parece alterado entonces comienza a gritar con rabia:
- ¡No me enviaron a este mundo para volver a lo de antes!
Espera un momento…
¿Qué acaba de decir?
Las personas se quedan mudas.
- ¡Ahora tengo poder y puedo hacer lo que quiera! - les grita a todos los presentes.
Tengo un mal presentimiento.
Pero no debería preocuparme después de todo el limitador de magia que ahí por toda la ciudad debería contener lo que sea.
Un ciudadano curioso utiliza su magia de comunicación para avisar a la policía sobre el demente.
El sujeto parece estar en su limite ya que las personas empiezan a señalarlo y decirle cosas. Lo que lo altera.
- Veo que no me dejan de otra- comenta el sujeto mientras abre la palma de su mano izquierda- dejare a una de ustedes hechiceras viva, tal como se me dijo.
Tomo de las manos a mis amigas y las teleporto lo más lejos posible. Mientras mis ojos ven como una extraña esfera se extiende por todos lados, muchos de los presenten no tienen el suficiente tiempo para reaccionar y son tragados por la esfera.
Cuando reaparezco con mis amigas en la cima de un edificio a una distancia segura, veo lo sucedido.