No menos de 30 minutos antes encontré por "casualidad" a mi padre junto a su colorida noviecita quien descaradamente lo beso en los labios solo para molestarme, aunque parece que papá no estaba furioso por ese beso, de hecho, creo que lo disfruto.
Por meras cosas del destino aquella mujer es una bruja…
¿Cómo lo es?
Por la absurda cantidad de mana que expele su cuerpo.
¡Es enserio! ¡es ridícula! Solo una bruja o un elfo puede tener tal cantidad y por si fuera poco la muy desgraciada es una bruja pura sangre Liariana, eso explica su excesiva cantidad de mana. Realmente son pocas las brujas Liarianas puras, se pueden contar con los dedos de la mano.
Me imagino que Papá puede ver esa aura que tiene dicha mujer, después de todo Isabel y yo podemos hacerlo, es algo muy normal en los hechiceros.
Y ¡trikitranquetelas semejante delantera se manda! ¡Tras de eso usa un vestido escotado! Es decir… es difícil no mirarle ahí, aunque sigo pensando que la semihumana esta mucho mejor, o tengo una mejor, que ninguna se le acerque a papá y final feliz.
En fin.
Me despido de mi papá y sigo con mis amigas, quienes me estaban esperando en la esquina.
- Oye Maki, deberías dejar de acosar a tu padre- me dice Juliana
- ¡Que! ¡yo no lo acoso! Solo lo protejo- respondo.
- Estas loca Maki- exclama con desagrado Isabel.
- Y por cierto ¿Por qué diablos estas en vestido?
- Verán, a tía Velvet le llego una carta ayer.
Les cuento la historia a mis amigas.
Tia Velvet tiene tanto, pero tanto dinero que ni sabe que hacer con el y muchas veces compra cosas solo porque sí. Una de esas fue una cabaña en la región del norte. Ayer le llego una carta donde decía que debía pagar el impuesto de esta.
- ¿Cuándo compre esto? - comento ella levantando una ceja.
- Fue hace 5 años, dijo que quería pasar unos días descansando en medio de la nada- le respondió Verónica mientras acomodaba unos papeles.
- Ni me acordaba y creo que ni llegue a usarla.
- ¿Entonces para que la compro?
- Porque estaba sumamente desocupada y no sabia en que gastar el dinero- responde ella.
Tia Velvet hace un gesto de "ya que" levanta los hombros sin darle importancia a ello, entonces me ve pasa y me grita:
- ¡Oye niña! ¿quieres ganarte una cabaña?
- ¿Eh?
- Si- tía Velvet le pide a Verónica que busque un acta de propiedad, la cual su ayudante estrella encuentra en pocos segundos- solo debes hacer lo que te voy a decir e inmediatamente esta propiedad será tuya.
- ¿Enserio crees que vendería mi dignidad por una propiedad?
De regreso a la actualidad.
- ¿Entonces? - pregunta Isabel esperando mi respuesta.
- Pues era obvio que le diría que si ¿Quién mierdas sería tan estúpido para decirle no a una cabaña turística?
- ¿Solo te pidió que pusieras vestido? - comenta Juliana intrigada.
- Pues si- respondo- dijo claramente "ponte un vestido que yo elija durante un día y la cabaña será tuya"
- ¿Es por eso por lo que llevas ese vestidito rosado que combina con las baletas y junto a ese moño rojo grande? - dice Juliana intentando no reírse.
- Correcto- respondo sin pudor alguno.
- Que bueno que por mis venas no corre la misma sangre de esta imbécil- exclama Isabel aliviada.
- Vamos primita, ambas sabemos que las dos somos iguales, acaso no recuerdas el día que- inmediatamente Isabel me cubre la boca.
- ¿Qué paso? - comenta Juliana reclamando poder escuchar la historia.
- ¡No es nada! Solo algo que esta boquisuelta invento- responde roja de la vergüenza Isabel.
Paso el rato con mis amigas las atracciones.
Por cierto, Lissa no se encontraba con nosotras ya que tía Velvet le encargo algo a ella.
Se supone que ya no esta bajo sus órdenes, pero es ella quien le paga sus estudios y manutención así que prácticamente sí. Sigue estando bajo sus órdenes.
Desde hace rato siento que alguien nos sigue y nos mira de manera pervertida.
- Creo que nos sigue un pervertido- informa Juliana.
- Si… siento que nos ha estado mirando el trasero desde que salimos de la heladería- comenta Isabel irritada.
Suficiente tengo con lo de esa extraña mujer que me acoso y me causo un colapso nervioso, para que ahora me vuelva a suceder…
Entonces.
- ¿Así que tú eres Mackenzie Memore? - dice alguien de voz ronca y molesta.
No le doy importancia y sigo con mis amigas.
Prefiero ignorar y seguir con lo mío.
- Eres la hija de ese patético hombre- dice el hombre de manera ofensiva- si la princesita con suerte.
- Maki no- dice Juliana.
No existe algo que me ofenda mas que alguien hable mal de mi fabuloso papi o de mamá, no voy a dejar que un sucio pervertido venga a insultar a mi papi.
Cuando giro sobre si misma para responder mis amigas se colocan una mano en su rostro pensando "pendeja"
- ¿Y que si soy Mackenzie Memore?