Capítulo 28

Al día siguiente desperté con algo suave dentro de mí boca, conocía muy bien está sensación.....un pezón.

Abrí los ojos para ver que uno de los pezones de Afrodita estaba dentro mi boca, este ya estaba totalmente erecto y duro.

Afrodita: "Ahhh~.....buenos días mi amado~veo que estás motivado, bueno si quieres morder mi pezón solo hazlo".

"Recuerda que soy tuya así que me puedes hacer lo que....nhaa~ quieras".

Si ella dice eso, es imposible que me resista a no morder y jugar con sus pechos.

Rápidamente los gemidos de la hermosa Afrodita llenaron la habitación en la que nos encontrábamos, ya que mi bici mordía uno de sus pezones mientras con mi mano pellizcaba el otro.

Ella era bastante sensible así que se corrió rápidamente llegando a tener pequeños espasmos mientras cerraba sus ojos con fuerza.

Orión: "Será mejor que nos levantemos Afrodita, Hera nos debe de estar esperando".

Afrodita: "Si~....mi amado~....."

Ugh, me preguntó si me pase un poco con el placer que le dí a sus enorme pechos, pensé mientras miraba a la temblorosa diosa en la cama.

La ayude a levantarse, nos dimos una agradable ducha y luego de eso salimos de su casa y fuimos en dirección a la ubicación de Hera, quien ya nos estaba esperando.

Hera: "Veo que al fin llegas chico, y también puedo ver qué estás muy unido a Afrodita".

Orión: "Pasaron algunas cosas y ahora así estamos.....¿Podemos seguir con el tour?".

Hera solo asintió mientras miraba como Afrodita y yo nos tomábamos de la mano mientras ella tenía una expresión feliz en su rostro.

Ella nos guió por el Olimpo y llegamos a entrar a la sala de reuniones de este, allí conocí a Poseidón el hermano de Zeus.

Poseidón: "Oh, Hera, Afrodita, ¿Que las trae por aquí?".

Hera: "Bueno le estoy haciendo el favor a una vieja amiga y estoy guiando a este chico por su visita al Olimpo".

Orión: "Mucho gusto soy Orión".

Poseidón: "Mucho gusto chico soy Poseidón, el segundo al mando en el Olimpo, espero que tú estancia sea agradable".

Poseidón puso una sonrisa pero....dicha sonrisa era similar a la de Diodora.....tocará averiguar qué es lo que le "gusta" hacer al hermano de Zeus.

Pero fui sacado de mis pensamientos al escuchar la voz severa de otra mujer, la cual entro a la sala seguida de un hombre algo musculoso.

Artemisa: "!Déjame Ares, te dije que no, nunca me acostaré con un hombre!".

Ares: "¿Crees que puedes oponente a mí?, debes saber que tu hermano no está para protegerte Artemisa".

Ah.....lo sabía más problemas en la facción Olímpica, pensé mientras los dos dioses seguían con su discusión.

Uno de ellos era un tipo fornido que vestía a lo espartano y la otra era una hermosa mujer de pelo plateado con grandes pechos.

En serio, porque las mujeres en el anime tienen semejante cuerpo, es simplemente irresistible para cualquier hombre.

Artemisa: "Me quejaré con padre sobre esto Ares".

Ares: "No me hagas reír, vendrás conmigo a mi cama ahora".

Pude ver que Ares y Artemisa empezaron a forsejear hasta que Ares se canso y le dió una cachetada a Artemisa.

Está última cayó al piso mientras se tomaba la mejilla y una lágrima escapaba de sus ojos.

Ares quiso cogerla aprovechando el momento de debilidad de la diosa, pero yo me interpuse en su camino y terminé tomando su brazo.

Orión: "¿Te encuentras bien?".

Le dí una tierna sonrisa a Artemisa, quien miró sorprendida como se desarrollaban los eventos frente a sus ojos.

Ares: "!¿Quien eres mocoso, no sabes quién soy, suéltame si no quieres morir?!".

Orión: "Sabes.....lo que más odio es que un hombre golpeé a una mujer, así que mejor cállate".

De forma rápida salte y puse mi mano detrás de la cabeza de Ares y lo estampe contra el piso.

Los cuatro dioses se sorprendieron al ver la velocidad que poseía y la fuerza que tenía, mientras seguía golpeando a Ares contra el suelo.

Fue tanta la fuerza que el casco de guerra de Ares se terminó rompiendo y fragmentando debido a todo los golpes que le dí.

Decidí soltar la cabeza de Ares y giré a ver a Artemisa que seguía sin palabras, pero entonces el Dios de la guerra se puso de pie.

Ares: "!Maldito mocoso, te mataré!".

Ares invocó su lanza, causando que Poseidón, Hera y en especial Afrodita también invocaran sus armas. Pero lo que vieron a continuación los dejo sin palabras de nuevo.

Orión: "Yo, aquel que te mostrará el poder de las cadenas del cielo, la furia de los dioses es algo del pasado y ahora despertaré el aliento de las estrellas.....Enkidu".

Las cadenas doradas aparecieron y tomaron prisionero a Ares mientras suprimían su divinidad.

Poseidón: "E-Esas son..."

Hera: "I-Imposible.....¿Como un niño puede.....?"

Afrodita: "Increíble.....".

Artemisa: "Asombroso...."

Me acerque a Ares quien luchaba por safarse de las cadenas y sin que se diera cuenta puse mi dedo en su cuello y empecé a hablar con una voz fría.

Orión: "Dime dios de la guerra, que se siente volverse mortal".

Todos se sorprendieron al ver que la divinidad de Ares empezaba a desaparecer. Esto debido a que imbuí las cadenas con mi energía del vacío dándole otro aspecto aparte del de solamente contener.

Ares empezó a sudar, él sentía por primera vez en su vida miedo. Su cuerpo empezó a temblar sorprendiendo a los dioses restantes.

Orión: "Te aseguro que ella lo sintió hace unos momento, dime dios le guerra, que pasaría si reclamo tu cabeza".

Mi dedo empezó a hundirse en el cuello de Ares, el cual empezó a sangrar como un humano normal.

Fue entonces cuando se dió cuenta, su título de dios o su divinidad eran nada contra mí, después de todo el sabía que estaba frente a la misma muerte en persona.

Ares: "!Lo siento.....no volveré a ser malo.....perdóname!".

Las lágrimas y mocos empezaron a salir y bajar por el rostro de dicho Dios mientras una gran mancha se formaba debajo suyo.

Orión: "Recuerda este sentimiento dios de la guerra, será la primera y última vez que perdonaré tu vida".

Retire mis dedos de su cuello y Enkidu empezó a liberar a Ares, solo para que esté cayera inconscientes en el acto.

Al hacerlo pude ver que Poseidón entrecerró los ojos, como si estuviera viendo una enorme amenaza, y se podía sentir la intensidad de su mirada.

Poseidón: "¿Quien eres en verdad, chico?".

Orión: "Eso es un secreto~".

Respondí de forma burlona a la pregunta sería de Poseidón para luego centrarme en Artemisa, la hermosa diosa que seguía en el suelo.

Orión: "¿Te encuentras bien?".

Artemisa: "Ehh....ahhhhh.....si...."

Artemisa estaba sonrojada y parecía un robot que daba respuestas demasiado simples, solo suspiré mentalmente y le tendí la mano para ayudarla pararse.

Orión: "Mucho gusto, soy Orión un visitante".

Artemisa: "S-sí.....yo soy A-Artemisa, hija de Leto y Zeus....c-conocida también como la diosa de la caza".

Artemisa parecía estar hipnotizada, ya que hablaba de forma algo rara, todo mientras tenía sus ojos puestos en mí.

Pero si no recuerdo mal, Artemisa odia a los hombres, me preguntó si podré enamorar a esta diosa.

Pensé para luego darle una hermosa sonrisa que sonrojó aún más a la diosa de la caza.

Orión: "Será mejor que llames a alguien que limpie esto Poseidón, está empezando a apestar".

Con su mirada aún fija en mí, Poseidón mando a llamar a algunos sirvientes, quienes rápidamente sacaron a Ares de la sala y limpiaron el pequeño desastre que había causado su dios.

Aprovechando esto yo dejé un sello en Poseidón. Si el quería informar a alguien sobre mí o mis habilidades el sello se activaría congelando al dios de los mares al instante, hasta que yo llegue.

Luego de ese pequeño altercado, salimos de la sala de reuniones y seguimos caminando por el Olimpo, mientras Artemisa me seguía como si fuera una acosadora.

Hestia: "Oh Hera, Afrodita y.....¿Artemisa?, ¿Que las trae a mi templo?".

Hera: "Hola Hestia, bueno estoy enseñando el Olimpo a este chico".

Orión: "Mucho gusto, soy Orión".

Saludó alegremente a la hermosa diosa que tenía en frente mío, por su apariencia descalza y amable puedo suponer que es la diosa del hogar.

Hestia: "Un placer conocerte Orión, yo soy Hestia la diosa del hogar y de la familia, espero que te esté gustando el Olimpo".

Orión: "Si, es un lugar muy hermoso".

Hestia sonrió ante mis palabras y nos invitó a comer algo dentro de su casa, que era lo que ella llamaba su templo.