Capítulo 29

Pasamos el resto del día en la casa de Hestia, conversamos de muchas cosas e incluso les conté sobre mis viajes hasta ahora.

Así llegó la tarde y decidimos salir de la casa de Hestia y dar por terminado este día turístico, solo que había un pequeño detalle, ya que cierta diosa nos siguió todo el día y ahora estaba en la habitación con nosotros.

Afrodita: "¿Qué haces aquí Artemisa, sabes que nos has estado siguiendo todo el día no?".

Artemisa: "Es raro.....me disgustan los hombres, pero.....porque no me siento disgustada con él".

Artemisa me señaló sorprendiendo a Afrodita, ya que ella conocía muy bien a su medio hermana.

Afrodita: "¿Qué....quieres decir?".

Artemisa: "¿Por qué no me disgusta estar con él?, desde que me defendió de Ares siento que mi corazón late con fuerza".

Este resultado era de esperarse ya que mi habilidad [Atracción inevitable] parece estar influyendo sobre Artemisa.

Pensé mientras miraba a Artemisa poner sus manos en su pechos y respirar para luego mirarme.

Artemisa: "No sé que es este sentimiento, pero quiero averiguar más sobre esto, así que desde mañana te acompañaré durante tu estancia aquí en el Olimpo".

Afrodita: "!Que!".

Con eso dicho Artemisa se levantó, se despidió de nosotros y salió de los aposentos de Afrodita, quien solo se quedó parpadeando ante lo dicho por Artemisa.

Afrodita: "Jamás pensé que ella diría eso...."

Con Afrodita aún consternada empezé a preparar la cama y al igual que la noche anterior ella se desnudó y terminó quedándose dormida mientras me abrazaba.

Fue entonces que sentí que el sello que puse en Poseidón se activó, así que rápidamente salí de la cama sin despertar a Afrodita y me transporte a lugar donde se había activado el sello.

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Aparecí en una sala diferente a la sala del Olimpo, está sala tenía las paredes de color celeste con adornos de oro, mientras que se podía escuchar el fluir del agua.

Caminando por la sala logré ver una mesa de reuniones, en la cual se hallaba mi buen amigo Poseidón completamente quieto.

Rápidamente saque a Enkidu y aprese a Poseidón para luego quitarle el sello de energía del vacío que le había puesto.

Poseidón: "!¿Q-Qué demonios?!".

Poseidón empezó a forcejear, pero a los pocos segundos logro reconocer las cadenas de oro, así que levanto la vista e hizo contacto visual conmigo.

Orión: "Que tal Poseidón, ¿Me puedes decir, que ibas a decir sobre mí y a quién?".

Poseidón: "!No tengo porque darte explicaciones chico!, suéltame ahora mismo o si no....".

Orión: "Oh vamos Pose, las amenazas no funcionan conmigo".

Utilize mi poder del vacío y rápidamente hize aparecer a los guardias que resguardaban las sala y los maté.

Orión: "Bien, ahora que evitamos posibles interrupciones empezemos con nuestra charla".

Lentamente me acerqué a Poseidón y puse mi mano en su frente, luego de eso empezé a leer sus recuerdos. Estos me mostraron todas las cosas crueles que hicieron estos tres dioses.

Poseidón: "!¿Qué me hiciste?!".

Orión: "Nada que tengas que saber, pero....pensar que harían todo eso.....me dan asco, tú, Hades, Zeus y Ares me dan asco".

"Pero sabes, no tienes que preocuparte más, yo me haré cargo de todas esas mujeres, gracias por dejarlas servidas para mí".

Poseidón: "¿Q-Qué...?".

Sin esperar a que diga algo más usando mi energía empezé a crear ogros y más criaturas que aparecen en los animes y mangas hentai con colosales pollas.

[Creado: Escuadrón de tortura sexual]

[Escuadrón de bestias creado para torturar a los hombres]

[Creado: Prisión]

[Una sub-dimensión de Gaia creada para mantener cautivos a los hombres que el anfitrión envié para ser castigados]

Ogro: "Saludos mi señor, ¿Cuál es la tarea que tiene para estos humildes sirvientes?".

Un ogro de color negro con una polla que parecía ser irreal se arrodilló delante mío al igual que las demás criaturas en el lugar.

Orión: "¿Ves a ese hombre encadenado?.....quiero que lo lleves a la Prisión y que se diviertan con el, pueden hacer lo que quieran con él".

Ogro: "Sus deseos son órdenes mi señor".

Las criaturas se levantaron y empezaron a caminar hacia Poseidón quien ahora más que nunca, trato de safarse de las cadenas doradas que lo envolvían.

Poseidón: "!Alejate, no sabes quién soy yo!".

Los ogros golpearon en el estómago a Poseidón dejando al dios de los mares inconsciente. Al ver esto lo solté del agarre de las cadenas y dejé que se lo lleven a mi nuevo plano de tortura.....Prisión.

Una vez que los ogros, hombres caballo y demás criaturas se fueron de la sala, tocaba explorar el lugar en el que me encontraba, que era nada más y nada menos que.....Atlantis.

Salí de la sala de reuniones del castillo de Poseidón y gracias a sus recuerdos logré llegar a la habitación principal del Dios.

Abrí las enormes puertas de madera muy bien tallada y adornada. Al ver el interior de la habitación pude ver a varias mujeres con ropas muy escasas.

Todas ellas estaban encadenadas similar a cierta escena de God of War III y al verme entrar en la habitación muchas se encogieron en sus lugares mientras empezaban a temblar.

Camine a través de toda la habitación y llegué a una enorme cama en la cual, había otra mujer encadenada a la cabeza de la cama.

Dicha mujer estaba casi desnuda, ya que solo tenía un hilo delgado de tela cubriendo su vagina y sus pezones, dicha mujer sintió mi presencia y abrió los ojos para hacer contacto visual conmigo.

Anfitrite: "Al fin llegas....*Snif*... no sabes cuánto tiempo he estado esperando por tí".

La hermosa mujer empezó a derramar unas cuantas lágrimas mientras ponía una sonrisa similar a la que puso Afrodita la noche anterior.

Anfitrite: "Padre tenía razón, tu aura no es igual a la de ellos....*Snif*.....y aunque ya esté rota.....*Snif*...espero que pueda haber un lugar para mí en tu corazón".

Pude ver que la mujer tenía unos ojos algo rotos y vacíos, pero....podía ver una pequeña luz o esperanza quizás en ese vacío.

Sin decir nada me acerqué a la cabecera de la enorme cama y rompí las cadenas que mantenían prisionera a la mujer, la cual según los recuerdos de Poseidón era su esposa...Anfitrite.

Orión: "Si estás rota, entonces te arreglaré, no tienes que preocuparte ahora por nada de ahora en adelante".

Utilizando algo de magia hize que la hermosa y voluptuosa mujer quedará dormida mientras que yo aprovechaba y liberaba a todas las mujeres en la habitación.

Orión: "!Todas estén tranquilas, Poseidón ya no es y ya no será nunca más vuestro amante, marido o mejor dicho captor, el ya está pagando por todo lo que hizo!".

Las mujeres al escuchar mis palabras tambien empezaron a llorar al saber que al fin podrían volver a ser libres.

Al ver esto empezé a liberar a cada una de las 30 mujeres que estaban dispersas por toda la habitación y al igual que con Anfitrite usando algo de magia las hize caer en la tierra de los sueños.

Levanté a cada una de ellas y las puse en la enorme cama al lado de Anfitrite, todas estas mujeres eran parte del lujo privado de Poseidón.

Algunas eran mujeres que estaban casadas, otras habían sido secuestradas por el dios y otras engañadas para al final ser simplemente usadas como objetos sexuales por Poseidón.

Una vez terminado mis asuntos aquí, seguí los recuerdos que tenía de Poseidón y baje a la parte inferior del castillo a otro tipo de cárcel.

Está era usada para torturar a aquellas mujeres que no querían someterse a las órdenes del dios de los mares. En las celdas estaban muchas más mujeres.

Todas ellas tenían miradas algo apagadas, pero había sección de dicha cárcel que tenía escrito un cartel que decía "Hijas del traidor".

Al entrar en dicho lugar pude ver 50 mujeres, todas muy muy hermosas, con grandes pechos y anchas caderas, que estaban encadenadas a la pared.

Según los recuerdos de Poseidón, ellas eran las Neréidas, hijas del cautivo Neréo y hermanas de Anfitrite.

Rápidamente rompí todos los grilletes dejando libres a las 50 Neréidas, a las cuales con magia de telequinesis hize levitar para evitar que caigan al piso.

Una vez libres todas las hermosas Neréidas, fui a la sala del comienzo dónde liberé a las otras mujeres cautivas que iban desde humanas normales hasta néyades (ninfas de mar) y hermosas sirenas.

En total todas estas mujeres sumadas a las 50 Neréidas sumaban algo de 120 mujeres en esta cárcel. Simplemente suspiré y transporte a todas las mujeres a la habitación dónde había dejado a Anfitrite y a las otras 30 mujeres durmiendo.

Al llegar, agrande la cama en la que dormía Anfitrite para dejar a las recién liberadas mujeres, quienes quedaron dormidas gracias a mi magia al igual que Anfitrite.

Una vez hecho esto pude ver que habían en total algo de 150 mujeres en la enorme habitación, así que sin perder tiempo marque a todas las mujeres en la habitación.

Luego de eso salí de la habitación de nuevo y fui a otra zona de la mansión dónde encontré a un hombre ya algo mayor totalmente golpeado y flaco, que parecía estar casi muerto.