Capítulo 30

Neréo: "Al fin puedo verte.....demonio del caos...."

Orión: "Hijo de del Titán Océano, Neréo..."

Neréo: "Je....je...siendo aún un chico, eras más aterrador....de lo que predijo mi visión...."

Orión: "¿Tú visión?".

Neréo: "Así es....cuando el bastardo de Poseidón.....tomo control de los mares....el tomo por la fuerza a mi dulce Anfitrite".

"La violó.....la golpeó....incluso la obligó a complacer a sus brutales guardias, y como si eso no fuese todo, incluso tomó a mis demás hijas quienes se negaron a someterse ante él....."

"Yo....salí en defensa de mi pequeña.....pero al hacerlo, él me llamo traidor.....me encarceló aquí, me golpeó y me dejó en este estado Dios Demonio".

"Pero....en uno de esos brutales ataques contra mí, tuve una na visión....yo te ví.....alguien que torturaría a los tres tiranos y nos daría libertad".

"Yo.....te ví con mi hija, ella sonreía....como nunca antes lo había hecho....así que le conté sobre esto y le dije que te esperara".

"Ahora.....yo puedo morir en paz, sabiendo que mi pequeña y mis demás hijas serán más que felices a tu lado....cuídalas Dios Demonio y dale un descanso a todos en Atlantis".

Fue lo último que salió de la boca del viejo Neréo, ya que este había muerto y era libre al fin de su tortura.

Saqué una hermosa vasija de oro (ya que tenía muchas de estas debido a los tesoros de Tiamat) y calciné el cadáver de Neréo convirtiéndolo en ceniza para depositarlo en el interior de la vasija de oro.

Guarde la vasija y decidí empezar a limpiar toda la mansión, mate a todos los guardias y aquellos que tenían un historial negro los enviaba a Prisión para que se diviertan con Poseidón.

Una vez limpia la mansión, fui al despacho de Poseidón, a esa sala a la que había llegado cuando el sello se activo.

Allí empezé a buscar y leer todos los documentos que tenía Poseidón en su escritorio, dónde se notaba a leguas que las mujeres eran tratadas como moneda de cambio.

Luego de eso, me levanté y fui a la sala de su trono, allí, al lado del trono, se encontraba el tridente de Poseidón. Una imponente arma de color plateado y dorado.

Sin perder más tiempo me acerque al tridente y lo tome con mis manos, para sentir como una enorme presión empezaba a invadir mi cuerpo.

Sentí que el arma empezó a formar una conexión conmigo, sentí que rápidamente empezaba a ganar poder y control total sobre el océano y sus criaturas.

[Adquirido: Control de los mares]

[Fusionando Control de los mares con magia de agua]

[Nuevo: Oceano Decree]

[Al igual que el legendario Titán, el anfitrión ha ganado la capacidad de crear, borrar y controlar los mares, ríos, lagos y el agua en general]

[Nuevo: Deseo de los mares]

[Las mujeres y criaturas de razas acuáticas se verán más atraídas hacia el anfitrión]

[Adquirido: Tridente del Señor de los Océanos]

[Nuevo: Sacred Water]

[Permite sanar y restaurar todo tipo de heridas, tanto físicas como mentales]

Recibí un montón de notificaciones de System luego de tomar el Tridente, y una vez termine de leer todo lo que había ganado decidí regresar a la habitación dónde dejé a las mujeres maltratadas.

Es hora de usar la nueva habilidad que gané, rápidamente levanté el tridente y canalizé mi magia en el. A los pocos segundos, se pudo ver cómo se formaba un vórtice de color verde y azul en la punta del Tridente.

Orión: "Sacred Water".

Dije el nombre de mi habilidad y entonces el vórtice empezó a liberar enormes cantidades de agua en dirección a la cama dónde se hallaban durmiendo las mujeres.

El agua al tocar sus cuerpos, hizo que una especie de humo negro empezará a salir de ellos. Podía ver claramente como la piel de cada una de las mujeres se recuperaba de su estado demacrado.

Las heridas, cicatrices y demás empezaban a desparecer dejando a la vista una piel brillante en las humanas, mientras que en las sirenas, néyades y Neréidas, las zonas en las que tenían escamas se volvían brillantes.

Mientras admiraba toda esta escena, Anfitrite empezó a despertar lentamente. Solo para sorprenderse luego al ver a todas las mujeres que se hallaban al lado de ella.

Orión: "¿Cómo te sientes?".

Hablé con un tono cálido causando que la hermosa mujer gire a mirarme, solo para ver que sus ojos empezaron a lagrimear al hacerlo.

Anfitrite: "Gracias.....me siento mejor que nunca....siento que al fin.....he logrado despertar de una pesadilla".

Las lágrimas no dejaban de caer del rostro de Anfitrite y así, poco a poco, todas las mujeres en la habitación empezaron a despertar, solo para tener la misma reacción que la reina de los mares.

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Luego de calmar a todas las mujeres en la habitación; que no dejaban de verme con miradas de amor, pasión, lujuria y ensueño, les expliqué lo que ocurrió con Poseidón.

También les conté que ahora yo era el nuevo dueño del Tridente de los mares y que ya no dejaría que fuesen maltratadas por nadie.

Pero el ambiente cambio un poco cuando Anfitrite y sus hermanas (las 50 Neréidas) me preguntaron sobre su padre. Yo simplemente saque la vasija de oro y les conté lo que sucedió cuando baje a las prisión donde el se encontraba.

Anfitrite y sus hermanas se pusieron a llorar, pero fueron consoladas por las demás mujeres que estaban en la misma cama que ellas.

Así pasaron un par de horas desde que llegué a Atlantis, y como era ya casi más de media noche use mi [Demon Song] para hacer dormir a las 150 mujeres dentro de la habitación, incluída la misma Anfitrite.

Al terminar de hacer eso, salí de mansión de Poseidón y me dispuse a explorar la cuidad de Atlantis.

De entrada, era como si estuviera en las cuidades antiguas de Sodoma y Gomorra. Robos, violaciones, borrachos, asesinatos y demás cosas se gestaban en una cuidad que tenía una hermosa arquitectura.

Podía ver qué la cuidad tenía una especie de barrera, ya que el agua fluía por encima de esta, supongo que Atlantis llegará hoy a su final.

Me hize invisible y extendí mis alas para empezar a "rescatar" a todas las mujeres hermosas que sufrían en esta cuidad.

Use mi [Demon Song] para hechar caer a todos los habitantes de la cuidad en un profundo sueño, para luego empezar a curar, restaurar y marcar a todas las mujeres hermosas en la cuidad.

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Empezó a amanecer, algou my raro ya que el mar estaba encima nuestro, pero por alguna extraña razón el sol llegaba hasta acá.

Me tomo bastante tiempo terminar con mi tarea, Atlantis era una cuidad que según mi conteo, albergaba una cantidad total de 15,000 habitantes.

De los cuales, había una cantidad exacta de 7,978 hombres, entre niños, jóvenes, adultos y viejos.

Mientras que 7,022 eran mujeres, entre sirenas, humanas y néyades, cada una de ellas tenía una figura envidiable y era muy hermosa, pero también habían algunas niñas y jovencitas de mi edad.

Todas ya estaban restauradas, tanto física como mentalmente, ya que encontré a más de las mitad en burdeles siendo violadas contra su voluntad.

Otro grupo de mujeres eran abusadas en sus hogares y otras simplemente ya tenían una mirada vacía y expresión rota.

Otro grupo eran madres que cuidaban a sus niñas y se vendían para protegerlas y otro grupo eran jovencitas que eran vendidas como esclavas.

Así que una vez esto terminado, transporte a las 7,022 mujeres a la mansión de Poseidón, especialmente a la enorme habitación en la que se hallaban Anfitrite y el otro grupo de 150 mujeres durmiendo.

Una vez hecho esto, guarde el enorme castillo de Poseidón en mi inventario, con todas las mujeres en su interior para luego quitar el hechizo de mi canto, despertando a todos los hombres en Atlantis.

Orión: "!Pueblo de Atlantis!".

Mi resonó como un trueno asustando a los aún adormilados hombres de la cuidad.

Orión: "!He visto vuestros abominables actos contra las mujeres de la cuidad, violaciones, maltratos y demás cosas que no son de mi agrado!".

"!Vuestro dios, ya ha sido castigado por las misma acciones que ustedes cometen!".

"!Y ya sabiendo que vosotros seguireís con esas actitudes ya arraigadas en sus almas y mentes, no me queda más opción que destruirlos!".

Los hombres debajo mío empezaron a gritarme e insultarme, aunque no es como si pudieran hacerme algo, no siendo lo débiles que son.

Orión: "!No tendrían que preocuparos por las mujeres, si se han dado cuenta, ya no están entre vosotros. Ellas ya han sido enviadas a un lugar donde no tendrán que sufrir nunca más en sus vidas!".

Los gritos cesaron y pude ver cómo todos los hombre empezaban a buscar a las mujeres en la cuidad, todos entraban y salían como locos de sus casas, burdeles, bares y demás lugares solo para ver que mis palabras eran ciertas.

Orión: "!Bien señores, ya habiéndome asegurado que no quede mujer alguna en Atlantis...será un placer aniquilarlos!".

Levanté mi brazo y empezé a consensar en la palma de mi mano mi [Vacío desintegrador] en forma de espera.

Poco a poco la esfera de color negro, empezó a hacerse cada vez más grande llegando al final a cubrir la poca luz del sol que llegaba a la cuidad.

Orión: "!Ahora mueran!".

Lanzé la enorme esfera de poder a la cuidad y en menos de un parpadeo, la cúpula, las casas, personas y demás cosas en la cuidad se desintegraron.

Donde antes había una hermosa cuidad ahora solo había un enorme cráter al cual el agua empezó a cubrir y a llenar, mientras que yo salía del lugar y regresaba al Olimpo ya que no quería que Afrodita despertara sin mí a su lado.