Alguien especial

"¡Mary!" No pude evitar gritar el nombre de Mary justo en el momento que crucé la puerta. Tenía la esperanza de al menos alcanzarla con mi voz, pero cuando llegué al pasillo, su figura no estaba por ninguna parte, haciendo que frunciera mi ceño en señal de confusión.

"¿Qué tanto escándalo haces? Vamos." El mismo profesor de antes seguía cerca de ahí, por lo que mi manera de actuar había llamado su atención y dejó salir esas palabras.

La verdad no podría importarme menos lo que me estaba diciendo, mi mente estaba enfocada en la única pregunta de por qué Mary acababa de escapar de esa manera, pero a su vez, también sabía que no tenía sentido meterme en más problemas y que posiblemente sabía dónde encontrarla más tarde.

...

"Aquí es, no sé para qué te quiere ver el director, pero... Suerte." Al final seguí a aquel profesor de mala gana hasta la zona de la escuela que parecía ser dónde se acumulaban todos los puestos administrativos o similar, y aunque entendía que estaba a punto de ver al director, no entendía el punto de que me deseara suerte de esa forma.

Aquel profesor se retiró después de que me dijo aquellas palabras. Frente a mí se encontraba una simple puerta de madera sin nada que resaltar, suponía que era la oficina del director, pero para comprobarlo, le pregunté a quién parecía ser una secretaria y me confirmó que era correcto y que el director se encontraba dentro.

"En fin. Entre más rápido terminemos con esto, mejor." Lo siguiente que hice fue tocar la puerta ligeramente para pedir permiso para entrar.

"Adelante." Aquella simple respuesta en un tono monótono fue lo único que recibí, y siguiendo esas instrucciones, abrí la puerta antes de entrar sin prestarle atención al interior de la habitación para después volver a cerrarla en consecuencia. "Dylan, ¿no? Toma asiento, por favor."

En primer lugar, además de esa voz que acababa de entrar a mis oídos, mi vista por fin recorrió la habitación en la que me encontraba, y en pocas palabras, realmente era una simple oficina con ligeras decoraciones que daban a entender que era un lugar donde se abarcaban asuntos relativamente serios, pero además de ello, por fin pude ver a aquella persona que era el director de la escuela.

"¿Cómo estuvo el atardecer? ¿Lo disfrutaste?" Si ya tenía mis dudas, entonces esas palabras acababan de dejármelo todo en claro. El director en realidad era el mismo hombre que había visto bajar por las escaleras de la azotea el día anterior…

"Sí, fue un buen atardecer... ¿Por qué me llamó? ¿Hay algún problema, director?" Acababa de tomar asiento al mismo tiempo que tenía unos cuantos pensamientos conmigo, unos que no quería dejar que se apoderaran de mi mente en ese momento, y esa persona que estaba frente a mí provocaba todos ellos.

"No me llames director, no soporto que me digan así... Solo llámame por mi nombre, Marcus." Al igual que mi anterior opinión, nuevamente sentí que la forma de actuar de esta persona era extraña, pero lo único que podía hacer era saber qué quería de mí. "Y no. No hay ningún problema de momento... Solo quería hablar un poco contigo."

"¿Hablar sobre qué?" Tal vez era cierto que estaba muy a la defensiva, pero en ese momento no sentía que era un simple alumno siendo llamado por el director de su escuela, algo me decía que todo no era tan simple, y lo siguiente que escucharía me dejaría aún más en claro todo.

"Conoces a Mary, ¿cierto?" Era una pregunta simple, una que podía contestar sin problemas. Claro que conocía a Mary, era mi amiga, era alguien a quien apreciaba y que por fin había entendido que quería ayudarla, y por eso mismo, las palabras de ese hombre me estaban enojando a cada segundo que pasaba. "Supongo que sabes que está pasando por algo que no quiere contar."

"Sí, lo sé. Soy bastante consciente de ello, pero dígame, ¿eso que tiene que ver con…?" Tenía la intención de hacerlo hablar, ya había entendido que él sabía algo que yo no, pero además de eso, los recuerdos del día anterior se estaban repitiendo en mi mente, y en ese momento, no podía quitarme de la cabeza la escena de Mary llorando en la azotea.

"Déjame terminar. Verás, ayer cuando nos encontramos, yo venía de hablar con ella." Entonces supe que ya no tendría forma de controlarme.

Fue algo inconsciente, como en esos momentos en los que tu cuerpo se mueve por sí solo, cuando dejas de pensar y simplemente sigues tus deseos, pero esa vez, no era una buena señal para nada. Me había levantado del asiento rápidamente, mi ceño estaba fruncido al extremo y apretaba mis dientes en un intento de soportar la ira que estaba sintiendo, pero, sobre todo, lo más importante era que mi mano derecha estaba formando un puño mientras que con la otra mano ya había alcanzado el cuello de camisa del director.

"Te agradecería que me soltaras cuanto antes." Lo que me recibió había sido la misma expresión sin emociones de antes a la vez que había alzado mi brazo derecho mientras mi mano seguía formando el mismo puño. Mi intención era bastante clara, estaba a un solo segundo de posiblemente meterme en una infinidad de problemas, pero, aunque no me gustara, las palabras que seguía escuchando hacían que al menos volviera a la realidad. "Quiero decirte esto para que entiendas... Aléjate de Mary, solo estás complicando aún más las cosas."

"¡¿Qué está diciendo...?!" Fue en ese instante que me di cuenta de lo que estaba haciendo y solté el cuello de la camisa del director antes de dar unos cuantos pasos atrás. No sabía si era una especie de trampa o prueba, pero el hecho de no haberme perdido en mis emociones era algo que debía agradecer.

"Es mi consejo... Depende de ti si lo sigues o no." Habiendo logrado calmarme un poco, y repitiendo en mi mente lo que acababa de escuchar, supe que todos los pensamientos que tenía en mi cabeza no estaban del todo faltos de fundamento. Estaba seguro de que era culpa de él que Mary estuviera en aquel estado, era obvio que él sabía todo por lo que estaba sufriendo Mary, y a pesar de quién era él, parecía que también era uno de los culpables de todo lo malo que le pasaba a ella.

"¿Qué le está haciendo a Mary?" En ese punto, en mi vista ya no se encontraba el director de la escuela o una persona con algún tipo de autoridad. A partir de ese momento solo podía verlo como un hombre el cual estaba lastimando a Mary de alguna forma y tenía que hacer algo al respecto.

"Yo solo estoy protegiéndola... Mary es... Alguien especial." No sabía si esa era una especie de excusa o simplemente estaba escuchando los delirios de un enfermo, pero de igual forma no tenía necesidad de creer ninguna de sus palabras.

"Agradezco su consejo…" Toda esa conversación había sucedido en unos cuantos segundos, mismos en los que estaba experimentando un cumulo de sentimientos que necesitaba dejar salir de alguna manera. Confusión, molestia, pero, sobre todo, estaba sintiendo una impotencia que generaba un enojo que iba dirigido a mí mismo ya que sentía que todo se complicaba hasta el punto de no saber qué hacer… Aunque tal vez eso no era del todo cierto ya que las siguientes palabras que salieron de mí era las más sinceras y decisivas que pude expresar en ese momento. "Es una pena que no me importe en lo más mínimo lo que usted diga, así que… Le daré el mismo consejo, Aléjese de ella... Aléjese de Mary porque estoy decidido a no dejar que nadie la siga lastimando… Y si yo mismo termino metido en algún problema, me aseguraré de arrastrarlo a usted y cualquier otro conmigo."

Después de eso, no espere a escuchar algo más antes de girarme y abrir la puerta del lugar. No me importaba si alguien me llamaba en ese momento o las personas que seguramente me vieron caminar lejos del lugar, y con cada paso que daba, aquel enojo que sentía se estaba acumulando dentro de mí.