Dolor...

"Esa es una buena mirada." Era bastante obvio que yo ya no me encontraba en la habitación, así que no pude escuchar esas palabras dichas por el director, pero, aun así, dudo que entendería lo que significaban realmente.

"¿Por qué dejaste que se fuera?" A diferencia de antes, y suponiendo que siempre había estado una tercera persona ahí, una nueva voz se escuchó en la habitación, la cual claramente pertenecía a una chica.

"Mi querida Alice, no te preocupes. Solo estoy dejando que la situación de frutos para cosecharlos, esta será la última vez para que Mary al fin entienda." En respuesta a la pregunta anterior, el director dejó un poco de lado su mirada inexpresiva y una pequeña sonrisa adornó su rostro en el momento que vio a aquella chica. Aunque yo estaría algo confundido en ese momento, Mary podría identificar a esa chica ya que era la otra culpable de todo el sufrimiento que había estado experimentando.

"No veo que tiene ella de especial, ya me tienes a mí, no necesitas a nadie más. Me prometiste que solo yo estaría en tus ojos." A diferencia de aquella actitud fría y despiadada que tenía al hablar con Mary, frente al director parecía ser bastante mimada ya que no había tardado en acercarse a él hasta que no hubiera ningún tipo de distancia entre ellos.

"Solo es un capricho temporal, sabes que eras la única para mí."

"Lo sé, pero..." A pesar de las palabras que dijo el director, esa chica con el nombre de Alice tenía un tono de duda en su voz, pero ese mismo sentimiento se reduciría un poco en el momento que su mentón fuera tomado por la mano de ese hombre para después hacer que los ojos de ambos se encontraran.

"Una vez que todo termine, estaremos solos nosotros dos... Nos olvidaremos de cualquier cosa que se interponga entre nosotros, pero hasta entonces, solo nos queda esperar y trabajar un poco más para lograr lo que queremos." En ese punto, era difícil entender si realmente había algún tipo de sinceridad en esas palabras o eran el indicio de todo lo malo que pasaría en un futuro. "Pero dejando eso de lado de momento, dime… ¿Qué piensas sobre Dylan?"

"Hmm… Siento que es demasiado amable, incluso hasta el punto de ser un tonto. No debes preocuparte por él."

"Alice, Alice… Nunca puedes estar seguro o dar algo por hecho, eso hace que te lleves muchas sorpresas en el camino." Como si fuera una especie de rutina, el director siguió moviendo su mano simplemente para tocar con ella la mejilla de Alice. "Así que quiero… No, más bien, necesito que encuentres algo que podamos usar además de Mary."

"Pero..." Alice realmente quería protestar en ese punto ya que, para ella, todo era simplemente ridículo. Había formas más simples de terminar con todo, ella misma podía hacerse cargo de ello, pero la forma de actuar de Marcus no le dejaba tomar ninguna de esas opciones.

Poco a poco estaba llegando a un límite después de mucho tiempo, todo lo que había estado planeando iba careciendo de sentido con el pasar de los días, y debido a su actitud, hace mucho que habría actuado por su cuenta, pero el simple hecho de que no podía traicionar ese sentimiento de cariño y amor dentro de ella hacía que ignorara todos esos sentimientos complicados y se aferrara a la esperanza de que todo saldría bien siguiendo las ideas de Marcus.

"Está bien, déjamelo a mí." Al decir esas palabras, un sentimiento de tranquilidad llenó la habitación a la vez que Alice tomaba la mano de Marcus con la intensión de que no se alejara de ella. Por su parte, que Alice aceptara sin decir nada más había sido suficiente para Marcus volviera a mostrar esa misma sonrisa de antes.

"Ding... Ding..." Nadie sabría decir qué pasaría después de que la conversación entre ambos terminara, pero afortunada y lamentablemente, la campana se escuchó por toda la escuela, y solo significaba una cosa.

"Deberías regresar a clases." Marcus retiró su mano mientras dejaba salir esas palabras.

"Si… Lo sé." Alice volvía a dudar una vez más. No quería que ese momento terminara, no quería seguir actuando como alguien que no era, pero al mismo tiempo, era consciente de la necesidad de ello. Así que, ella misma se alejó de Marcus a la vez que llegaba frente a la puerta de la habitación antes de dejar salir unas últimas palabras. "No te preocupes por nada. Déjamelo todo a mí. Es como dijiste, no pasará mucho tiempo antes de que de verdad estemos juntos, jeje."

Marcus mantuvo esa pequeña sonrisa en todo momento, pero justo cuando la figura de Alice cruzó la puerta, devolviendo la habitación al silencio de un inicio, esa misma sonrisa desapareció completamente. Aquella mirada sin emociones volvía a apoderarse de su rostro, y aunque nadie más lo sabía, él estaba demasiado ocupado con sus propios pensamientos.

...

"¡¡Bam!!" Posiblemente ese sonido sería suficiente para llamar la atención de muchas personas, no era solo porque se había escuchado bastante fuerte, sino también debido a la razón del mismo.

"¡Maldición!" Claro que, dejando de lado el sonido de antes, ese simple grito sería lo que de verdad llamaría la atención de cualquiera que estuviera cerca de ahí.

"¡Bam!" De igual forma, la misma situación se seguía repitiendo, y para aclarar un poco la situación, cada uno de esos estruendos era provocado por mi culpa… Era el sonido que resultaba del momento en el que mi puño estaba golpeaba con todas mis fuerzas la pared que estaba frente a mí.

"¡¡Ese maldito!!" No servía de nada que me preguntaran por qué estaba haciendo eso. Realmente no había una buena razón para lo que estaba haciendo, y si debía dar una respuesta, es que simplemente quería dejar salir toda esa frustración y enojo que estaba experimentado a pesar de que claramente me estaba lastimando físicamente en el proceso.

"¡¡Bam!!" Al menos podía agradecer que no había nadie cerca viendo lo que estaba haciendo y que el pasillo estaba prácticamente desierto, por lo que nada evitaba que siguiera golpeando la pared como si quisiera tirarla abajo.

"¡Todo por lo que Mary ha pasado! ¡Todo por su maldita culpa!" Una vez más, los recuerdos de los últimos días se repetían, todos enfocados en el tiempo que había pasado con Mary, y el simple hecho de ser consciente del dolor por el que ella ha pasado, era más doloroso que el daño que me estaba haciendo.

"¡BAMM!" Mi vista estaba algo desenfocada, pero, aun así, pude ver claramente el estado de mis manos, así como las manchas rojas en la misma pared que claramente eran mi propia sangre.

"¡Ahrg!" Tal vez era porque estaba llegando a mi límite, pero esos constantes golpes me habían provocado un dolor demasiado fuerte, aun así, eso mismo no era suficiente para calmarme. Mi mano había vuelto a apretarse, solo tenía la idea de hacer eso hasta que pudiera despejar mi mente, pero justo cuando estaba listo para ser recibido por la misma sensación de dolor, un grito cerca de mí me sacaría realmente del estado en el que me encontraba.

"¡¡Detente!!" Fue solo un segundo, pero ese mismo lapso de tiempo hizo que mi vista girara en dirección de la persona que acababa de decirme que me detuviera. A su vez, pude escuchar el sonido de pasos acercándose a mí hasta el punto de que fui empujado y aquella persona tomaba mis manos alejándome de la pared en la que estaba desahogando todo lo que sentía. "¡¿No ves que te estás haciendo daño?!"

Debía decir que me había quedado sin palabras, ni siquiera podía contestar esas simple preguntas que iban dirigidas a mí, ¿y la razón de ello?, era porque en ese mismo momento estaba perdido en la expresión complicada en el rostro de Mary a la vez que notaba aquellas lagrimas que recorrían sus mejillas.

"¡¿Por qué?!" Pude sentí como sus manos apretaban mis brazos con fuerza, sirviendo para enfocar los sentimientos complicados que ella también estaba experimentando al ver lo que estaba haciendo. Una vez más no sabía que hacer más allá de no intentar ver a Mary directamente, pero eso no evitaba que escuchara sus palabras. "Snif… ¿Por qué haces esto? Tú… Tú no eres así, Dylan…"

'Me siento como una basura...' No podía decirle a Mary eso, pero era la idea que tenía de mí mismo en ese momento porque yo mismo me había dicho que haría lo que estuviera en mis manos para que ella no sufriera más, que no hubiera nada que la lastimara… Pero ahora… Yo era el único que tenía la culpa de que Mary tuviera esas lagrimas recorriendo su rostro…