Llego a mi cuarto, después de lo visto y ocurrido, aún no ha llegado nadie. Ya es de noche y la casa está totalmente a oscuras salvo por la luz roja del contestador, alguien ha llamado a casa. Me siento en el sofá principal y, como el teléfono está en una mesita al lado del sofá, le doy al play para saber quién había llamado.
—Hola chicos, soy mamá. Veo que no estáis en casa y eso es bastante raro. Llamaba para deciros que ya ha acabado mi gira en Alaska y que dentro de tres semanas estaré de vuelta en Hurricane. Tengo muchas ganas de veros a todos, y traigo regalos. Os quiero, bissous—.
La voz dulce de mi madre me hizo soltar varias lágrimas y eso llevó a las migrañas estúpidas. Me dirijo al lavabo dónde están mis medicamentos cuando caigo que puede ser que mi hermana no vuelva a casa y mi madre nunca sabría el porqué.
Mi madre se distanció del tema de los restaurantes desde que declararon a William culpable. Desde entonces va de gira en gira contratando a gente para el estudio de danza "Lorain" en París. Ella no sabe que volvimos a hacer un Circus Baby's y mucho menos lo de Liam.
Voy a mi cuarto y recojo dos peluches, un conejo y un oso, e iba mi coche para ir al hospital cuando veo a mis hermanas y a padre en la puerta. Veo a dos enfermeros con una camilla entre ellos y empujo a Charlie para encontrar a Liam sedada, con todo el abdomen vendado y con moratones hasta el cuello.
Los enfermeros me dicen que se pondrá bien, solo necesita descansar y yo suspiro de una especie de mezcla de calma y tristeza. Padre me miró y me preguntó si me he tomado las pastillas, ya que veía lágrimas en mis ojos y yo respondí que sí.
Ya cuando toda la familia estaba dentro y los enfermeros se habían marchado le comenté a mi familia la noticia de mamá, cosa que les dio bastante igual en ese momento, no los juzgo.
Al saber que está todo bien, me voy a mi cuarto y me cierro la puerta. Me doy cuenta de que sigo con los peluches en mis manos, empiezo a llorar y abrazarlos me consuela, mejor me voy a dormir, mañana será otro día.