Después de haber matado a todos los que pudo y escapar, Jorge llegó a un callejón. Se deshizo de la máscara, tirándola en un bote de basura, y se guardó la pistola y los guantes. Luego, volvió a su casa.
Una vez más lo había hecho, pero esta vez fue a propósito, lo peor era que le había gustado. — Soy una deshonra, ¿verdad, m... mamá, p... papá y j... Julia? — dijo Jorge, mirándose las manos con tristeza.
—Al día siguiente—
‹Toc, toc› De repente, la puerta de la casa sonó y Jorge se levantó del suelo, rodeado de botellas de alcohol. Al abrir la puerta, vio que era su amiga y vecina, Marcela.
¿Qué te pasó? No me digas que volviste a tomar. — dijo Marcela al entrar y ver las botellas en el suelo.
Sí, lo hice, pero ¿qué importa? Hago cosas peores sobrio. — respondió Jorge mientras cerraba la puerta.
Otra vez con esa actitud, ¿qué pensaría tu hermana si te viera así? — preguntó Marcela, un poco molesta.
Jorge la agarró del cuello con rabia, aunque sin fuerza, mientras le decía: — Mi her... mi hermana está muer... muerta —. La soltó y se deslizó por la pared hasta el suelo, llorando.
Oh, lo siento, no lo sabía— respondió Marcela, frotándose el cuello. — Tienes que superarlo. A tu hermana no le gustaría verte así.
Es que eso no es todo. — Jorge la miró pensativo.
¿Qué pasa? Sabes que puedes confiar en mí, ¿cierto? — le recordó Marcela.
¿Sabes lo que ocurrió ayer en el ayuntamiento? — le preguntó Jorge, pensando que tal vez ella todavía no sabía.
¿Hablas del "Día Negro"? — mencionó Marcela.
¿Qué es el "Día Negro"? — preguntó Jorge, intrigado.
Ayer, a las tres de la tarde, alguien mató a más de diez mil personas. Hasta el momento, no hay pruebas. — comentó Marcela.
{Así que ya lo sabe. ¿Será que le digo que yo soy el culpable?} — pensó Jorge mientras la observaba.
Mi padre me dijo que su jefe ya está investigando quién mató a todas esas personas. — dijo Marcela.
¿En serio? — Jorge estaba sorprendido. —
{Ya se me había olvidado que el señor M actuaba más rápido que la luz cuando se le presentaba una oportunidad de ganarse a la gente.} — pensó Jorge.
Sí, estoy segura de que pronto atrapan al culpable. — respondió Marcela con emoción.
Qué bien. Bueno, cambiando de tema... ¿quieres algo de tomar? — le preguntó Jorge mientras se levantaba.
Sí — respondió Marcela al seguirlo.
(Jorge y Marcela tomaron café mientras charlaban; por un momento, Jorge se sintió feliz).