Pantera se levantó confuso y, al voltear, vio a Julio yaciendo muerto a su lado. Se acercó para intentar llevárselo, pero, en ese momento, alguien abrió el portón. Cuando se acercó para ver quién era, resultó ser el asistente del Señor M.
¿Qué hace aquí? — se preguntó mientras se escondía.
El asistente ingresó y observó todo el desastre.
Jefe, el señor Apostter está muerto. — le dijo uno de los guardias al asistente.
Parece que alguien se nos adelantó. —respondió el asistente, riendo agarró su celular y llamó a Manlio.
[¿Ya lo traes?]
—Se nos adelantaron, señor. Solo está el cuerpo.
[Maldición, tráelo. Por lo menos nos puede servir como advertencia para los demás.]
Sí, señor. — replicó el asistente antes de colgar —. Nos llevaremos el cuerpo.
Sí, jefe. — dijeron los guardias mientras levantaban y transportaban el cuerpo.
Después de que todos los guardias salieron con el cadáver, el asistente se quedó "a solas".
Ya puedes salir — dijo, rompiendo el silencio absoluto —. Sé que estás escondido, sal. —Comenzó a caminar hacia donde se encontraba Jorge.
Jajaja, como siempre eres muy perspicaz, Juan. — dijo Jorge al salir de su escondite.
Nunca creí encontrarme al magnífico Jor. ¿No estabas muerto? — respondió Juan con una sonrisa.
Deberías estar triste de que esté vivo, porque mi supuesta muerte te convirtió en el asistente del Señor M. Lo sabes, ¿verdad? — Jorge no pudo contener la risa.
¡Maldito traidor! — exclamó Juan, enojado, mientras se abalanzaba hacia Jorge, lanzando rápidos y fuertes puñetazos. Jorge los esquivaba mientras se dirigía hacia la puerta.
Bueno, Juan, fue un gusto verte, pero debo irme. — dijo, y al terminar la frase, le propinó un golpe recto en la nariz con tal fuerza y rapidez que lo dejó noqueado.