Anke

Cesarina comenzó a gritar, no entendía porqué la dejó, Annia podía escapar con ella, ¿Por qué se está usando como sebo?. Pero al pensarlo profundamente supo que el perro conoce el terreno mejor que ellas sin mencionar que es solo un segundo piso y el puede saltar con facilidad para alcanzarlas. Pero no podía aceptarlo, no podía irse sola, nunca la abandonaría. Ella es su familia. Metió al conejo de peluche en su ropa para no perderlo y abrió la puerta con decisión, lo que la saludó fue el largo pasillo oscuro y vacío, Annia había corrido en alguna dirección, siguió el ruido hasta llegar a una galería, allí estaba ella con su arma improvisada y sangre del perro en el suelo, había logrado herirlo, pero el costo fue enfurecerlo aún más y Annia estaba en su límite. El sonido de los pasos de Cesarina llamaron la atención del perro y Annia, ella la miró asustada y con ira "¿¡¿¡QUÉ ESTÁS HACIENDO!?!?" gritó. Ella la ignoró e intentó atraer al perro lejos de Annia. Pero para sorpresa de las dos niñas, el perro siguió mirando ferozmente a Annia, parece que el que lo haya herido lo ha enfurecido a un nivel mayor. Sin opciones, Cesarina rompió una botella de vidrio y corrió hacia él con intención de morir juntos para salvar a su hermana. Annia vió su intención y se rindió. Ambas perdieron por completo su fuerza de voluntad y ganas de vivir. Saltó entre el perro y Cesarina cuando éste iba a morderla y sus colmillos se clavaron en su cara y parte de su cuello. Murió al instante mientras la sangre salpicó a Cesarina, despertandola de su ensueño. Cerró los ojos en rendición, pero el dolor nunca llegó, los abrió y una pequeña serpiente naranja estaba clavando sus colmillos en el cuello del perro, unos segundos después, la bestia se desplomó en el suelo sin aliento.

Inmediatamente se arrodilló frente a Annia tomando su aliento y los latidos de su corazón pero desafortunadamente ella ya no estaba en este mundo, lloró con desesperación, no podía creer que la había perdido para siempre. ¿Que hará ahora? Ella ya no quiere vivir.

-"Debes encontrar una nueva razón para vivir, deja de hundirte. Las personas mueren a diario" una voz suave interrumpió sus lamentos. Se sorprendió y levantó su cabeza mirando alrededor en busca de la persona que habló pero solo estaban la serpiente y ella en la enorme galería. -"Ya no busques, soy yo quien habló, tu vida ya no te pertenece a ti misma, debes vivir por esa niña y mostrarle el mundo que no pudo ver, ahora es mejor que huyamos de este lugar antes de que algo más pase" esta vez si vió quien habló, pero la asustó por completo -"¿Cómo es posible que puedas hablar? ¿Perdí la cordura?.." -"no" -la interrumpió la serpiente- "podemos hablar más tarde, apresúrate y vámonos de aquí". Cesarina pensó profundamente en sus palabras y admitió que estaba un poco convencida, no quería seguir viviendo, pero debía hacerlo por ella, debía vivir, crecer y destruir a las personas que les hicieron esto cuando sea lo suficientemente fuerte.

-"Espera. Quiero destruir este lugar y enterrar a Annia". La serpiente se detuvo, la miró con sus pupilas verticales -"Busca una botella grande, la quemaré en cenizas para que puedas llevarla contigo" se sorprendió pero aceptó y de inmediato corrió en busca de una limpia en otro laboratorio cercano. Al volver pudo ver un montículo pequeño de cenizas, al observar a la serpiente, confirmó que era Annia. Un dolor agudo golpeó su corazón y las lágrimas cayeron. Se acercó lentamente temblando, se arrodilló y con sus manos temblorosas comenzó a llenar la botella con las cenizas. Tomó mucho tiempo porque quería asegurarse que nada quedara en el suelo, fue difícil quitarlo de sus manos pero la serpiente la ayudó con un leve viento que sopló como si la botella lo succionara. Se sorprendió pero decidió no hacer preguntas hasta estar fuera. Caminó hacia el perro y pateó su cuerpo con odio, y salió en dirección a la habitación con la ventana, abrazando en su pecho al conejo y la botella mientras sus lágrimas continuaban cayendo, la serpiente se arrastró desde sus piernas y subió hasta su cuello, dónde se enredó como un collar.

Al saltar de la ventana, cayó suavemente y observó como la serpiente escupió una bola de fuego negro dentro de la habitación. Solo unos segundos más tarde, todo el edificio comenzó a incendiarse, lo que la hizo feliz y triste al mismo tiempo.

Luego de este evento comenzó a deambular en busca de un lugar donde dormir, tenía que estar lejos y escondido de este edificio, en 5 días esas personas volverán y cuando descubran todo destruido la buscarán. Observó a su alrededor y se dió cuenta de que estaba completamente aislado, parece que este edificio fue construido lejos de la civilización para esconderse.

Siguió caminando, escuchando la guía de la serpiente durante varias horas en silencio hasta que ya no pudo continuar y colapsó cerca de un pueblo pequeño.

Apoyada en un árbol preguntó jadeando a la serpiente -"¿Podemos descansar aquí?" ella aceptó y la niña continuó sus preguntas -"¿Tienes nombre?" la serpiente respondió -"puedes llamarme Anke"

Los días pasaron mientras Cesarina seguía caminando sin un rumbo fijo, ella y la serpiente habían decidido asentarse en el próximo pueblo que encontraran por un tiempo. Cuando ella tenía hambre Anke le traía comida, a veces incluso robaba de algunas casas cuando estaban cerca de un pueblo. Pero aún así, nunca lograba sentirse llena.

Había pensado en ocultar las cenizas de Annia dentro del conejo de peluche para no llamar la atención, es solo que ella ignoró el hecho de que siempre estaba susurrando con una serpiente, y eso de por sí llama la atención de cualquier persona normal. Una tarde mientras descansaba en la raíz de un árbol, un grupo de niños que se veían más grandes que ella, se acercaron con rostros maliciosos. Llevaban cubos en su mano, pero ella no alcanzaba a ver qué es lo que tenían dentro hasta que estaban frente a ella. Eran globos llenos de agua, o eso es lo que creía, en realidad era sangre de vaca y lo descubrió cuando comenzaron a lanzarselos. La agarraron con la guardia baja, estaba sorprendida y confundida. No entendía que estaba pasando hasta que los escucho gritar -"Vete de nuestro pueblo monstruo!" otra niña le lanzó un globo y continuó diciendo -"Si, eres un demonio. Quién tendría una serpiente y hablaría con ella en siseos como si fuera una serpiente? Vete de aquí demonio, nadie quiere verte". Está vez si reaccionó después de escucharla y se sorprendió, quería replicar pero escuchó un siseo y se calmó, decidió irse. Mientras caminaba protegiendo al peluche de conejo en su pecho para no dejar que ni una gota de sangre cayera sobre él. Los niños cambiaron de arrojar globos a arrojar piedras que ella esquivó bajo la guía de Anke.

Cuando ya estaban a una distancia segura preguntó a la serpiente -"Entonces ¿Solo yo puedo entenderte? ¿He estado hablando otro idioma y ni siquiera lo sabía?" Anke la miró con culpa -"Lo siento, debí explicártelo antes.." -"Está bien, ya me has ayudado suficiente " la interrumpió y continuó en su viaje. Llegó a un río y se lanzó en el para limpiarse la sangre en su ropa y rostro. Observó que un pueblo estaba a unos pocos metros, caminó hacia el pero descubrió que las noticias de 'su monstruo' se habían extendido y no fue bienvenida en el. Sin otra opción solo podía seguir deambulando en busca de un lugar cálido, el invierno está cerca y no quiere morir congelada.