Capítulo 8: ¿Encuentro con Aiz Wallenstein?

Han pasado ocho días desde aquel fatídico día.

Aunque desde entonces el sofá ha estado desocupado, seguí durmiendo en la cama con Hestia.

Debido a lo que le paso a Bell Cranel, Hestia comenzó a preocuparse de que me estuviera exigiendo demasiado como aventurero, por lo que me obligó a reducir mi tiempo en el calabozo de mis usuales 11-12 horas a solo 5–6 horas.

Por lo tanto también reduje cantidad de piedras mágicas que consumó al día de 100 a solo 50 piedras mágicas.

Como resultado tengo bastante tiempo extra.

Tiempo extra que aprovecho para hacer sesiones de estudio con Eina antes de ir al calabozo y para pasar más tiempo con Hestia por la tarde.

También debido a mis entrenamientos físicos y exploraciones en el calabozo, mi cuerpo recupero su condición física, la grasa se fue y mis músculos volvieron.

Pero si lo pienso bien, creo que mi habilidad , también esta involucrada de algún modo.

¡Oh, si!.

Eso significa que volví a ser guapo de nuevo.

Por otro lado, desde aquel día, Hestia no actualizó mi , y yo tampoco he dejado que lo actualice a fin de entrenarme en el Piso 8.

Y ahora mismo estoy acostado en la cama, mientras Hestia está sentada sobre mi espalda actualizando mi .

Hoy después de 9 días de no actualizar mi , Hestia lo actualizará.

—¡Increíble Alejandro-kun!, ¡Eres asombroso!, ¡Demasiado asombroso!. Fufufu mi Alejandro-kun es el mejor del mundo. Freya y Loki no se comparan conmigo.

Hestia se vuelve eufórica y orgullosa sobre mi, rebotando su lindo trasero en mi espalda.

¡Puedo sentir muy bien la forma de sus nalgas!.

Como me gustaría que ella rebotara de esa misma forma, pero sobre mi entrepierna.

Lástima que desde lo de Bell Cranel, el estado de animo sexual de Hestia se redujo en gran medida.

Ella sigue rebotando sobe mi espalda, hasta que eventualmente calma sus delirios y vuelve en si.

—¡Cierto!. Lo siento, tu también quieres verlo, ¿verdad Alejandro-kun?.

Ella imprime mi y me lo entrega.

Alejandro Garfos

•Fuerza: F 345  »  Z 1685

•Resistencia: G 266  »  SSS 1429

•Destreza: F 361  »  Z 1728

•Agilidad: G 267  »  SSS 1446

•Magia: E 414  »  SSS 1477

Es más o menos lo que esperaba.

El día que Bell Cranel murió consumí 100 piedras mágicas y los ocho días restantes fueron solo 50 piedras mágicas. Es decir, un total de 500 piedras mágicas, lo que equivale a 5,000 puntos en total o 1,000 puntos para cada estadística.

A eso agrégale mis puntos acumulados por mis entrenamientos y exploración del calabozo que son alrededor de 120 puntos por día.

Sin embargo, lo que me parece más extraño, es que sin importar que haga mi estadística de Magia solo parece subir 7 puntos por día, por supuesto eso sin contar los puntos dados por las piedras mágicas.

—No pareces contento Alejandro-kun.

—No es eso. Me alegra ver que me he vuelto más fuerte, es solo que siento que conseguiría más si me esforzará al máximo.

—Alejandro-kun, ¿Qué te he dicho?.

—Lo sé. Estudiar y descansar es igual de importante que entrenar o ir al calabozo.

Hestia se baja de mi espalda con la intención de irse, pero la detengo de la muñeca.

—Hestia…

—¿Huh?.

—Te amo.

—… ¡FUWAH!, ¡No lo digas tan de repente!.

—¿Por qué no?. Me gusta decirlo… ¿A ti no gusta escucharlo?.

—¡Claro que si!, me encanta cuando lo dices, pero siempre los dices de forma inesperada cuando mi corazón no está preparado.

Jalo suavemente el brazo de Hestia y la atraigo a mis brazos.

—¿Eso significa que tu corazón está preparado ahora?.

Sin decir más, comienzo a besar sus labios con amor y ella corresponde a mis besos.

Me encanta hacer esto, besarla me hace sentir tan feliz que no sé como explicarlo.

Sentir sus labios, su respiración y el calor de su cuerpo, hacen latir mi corazón.

Muevo mi mano lentamente por cintura bajando por su cadera para amasar ese pequeño culo alegre.

Pero Hestia termina abruptamente el beso, poniendo sus dos manos en mi pecho para hacer algo de distancia entre nosotros.

Pero me niego a dejarla ir y abrazo su cintura.

Ella me mira con su encantador rostro sonrojado y labios húmedos.

—Alejandro-kun, ¿No tienes una sesión de estudios con tu asesora?.

—No realmente. Ya aprendí todo lo que hay que saber hasta el Piso 18, así que no habrá más sesiones de estudios por un tiempo.

—En ese caso, deberías irte antes al calabozo para que puedas acostumbrarte más rápido a tus nuevas estadísticas.

Suspiro internamente.

Supongo que eso es todo por ahora.

Hestia parece menos receptiva a mis avances el día de hoy.

Me pregunto si le pasa algo.

—Hestia, ¿Te pasa algo?.

Hestia abre los ojos y comienza a agitar las manos frenéticamente.

—¡Eh!. ¡No, no, no!, ¡No pasa nada!, ¡No pasa absolutamente nada!.

Definitivamente pasa algo.

Detengo la agitación de sus manos sujetando sus muñecas, y la miro a los ojos.

—Hestia, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿Verdad?.

—…Lo sé.

Ella me dice eso con total confianza y mirándome a los ojos.

Viéndola así no puedo evitar sonreír.

—Entonces está bien.

La dejó sentada en la cama y me levanto para prepararme para ir al calabazo.

De repente recuerdo el regalo que le había comprado a Hestia aquel día.

Todo este tiempo he guardado esos listones en mi mochila, pero no había podido dárselos, no con lo que acababa de pasar ese día.

Saco una pequeña caja blanca de mi mochila.

—Hestia tengo un regalo para ti.

—Esto...

—Son nuevos listones, los que usas actualmente ya están muy desgastados y pensé que estos serían perfectos para ti.

Hestia repentinamente salta a mis brazos, y restriega su cara en pecho varias veces.

—¡Alejandro-kun!, ¡Alejandro-kun!, ¡Te amo!, ¡Vamos a hacer bebés!.

¡¿Queeeeeeee?!.

—¡WUAAAH!, ¡No!, ¡No!, ¡Olvida eso último que dije!.

—¡De ninguna manera!.

Inmediatamente derribo a Hestia sobre la cama.

—¡Alejandro-kun espera!, ¡Mi corazón todavía no está preparado!.

Hestia se pone nerviosa y abraza su pecho como para ocultar su cuerpo.

—Esta bien, seré gentil.

Meto mi mano debajo de su vestido y comienzo deslizar sus bragas hacia abajo.

—¡Espera!, ¡Espera!. Tus estadísticas se acaban incrementar demasiado de golpe, podrías lastimarme por accidente.

Al escuchar eso no puede evitar detenerme en seco.

—Podría lastimarte… ¿por culpa de mis estadísticas?.

—¿Eh?... ¡Ah, si!. Tus estadísticas se incrementaron demasiado de repente, y ya que no estás acostumbrado, podrías terminar ejerciendo más fuerza de la necesaria.

Ciertamente, lo que dice Hestia tiene mucho sentido.

Está vez la diferencia entre el antes y el después en mis estadísticas, es como la diferencia entre el cielo y la tierra.

Francamente me siento inseguro, no tengo suficiente confianza para poder afirmar que podré controlarme durante el acto con Hestia.

Esta es una cuestión importante.

No quisiera lastimarla por accidente y que nuestra primera vez se convierta en un recuerdo doloroso.

—Tienes razón, lo siento Hestia. Primero tendré que acostumbrarme a mi nueva fuerza.

Me levanto y me siento en la cama.

—No necesitas disculparte, podemos hacerlo otro día.

—¡Cuándo!.

—¿Eh?.

—Dijiste que pondríamos hacerlo otro día, ¿Cuándo?.

—Esto, esto… ¿En una semana?.

—No, es demasiado. Vamos hacerlo mañana.

—Pero…

—Está bien, mañana puedo tomarme el día libre e incluso podemos salir en una cita y pasear por la ciudad.

—¿Una cita?... ¡Vamos!, ¡Vamos ahora mismo!.

Esta vez es Hestia quien se emociona y me derriba sobre la cama presionando mis hombros.

—Hey, hey, espera. Ya dijimos que mañana, ¿no?. Además, hoy tengo que ir al calabozo y acostumbrarme a mi nueva fuerza.

------------------------------------------------------------------

Caminando por las calles de Orario pienso sobre lo que hacer a continuación.

En estos días mis ahorros han llegado a los 421,850 Valis.

Cuando lo veo así, parece que es mucho, tanto que hasta seria difícil pensar en que gastarlo, pero estoy seguro que apenas será suficiente para algunos equipamientos de calidad decente para aventureros veteranos… bueno no tan novatos.

Lamentablemente no había nada destacable en la tienda de herreros principiantes de la .

Pensé en comprar una espada con aleación de adamantita de baja calidad o algo por estilo, pero no parece que lo vaya a conseguir por aquí.

Probé suerte en las tiendas de la en los otros pisos de Babel y al final encontré lo que buscaba.

Compré una espada larga de doble filo hecha de una aleación de adamantita de baja calidad procesada. Por 390,000 Valis. Y esta vez la espada viene con funda y correa incluida.

Tomando en cuenta a ahora tengo dos espadas, la nueva de 390,000 Valis y la anterior que compre hace nueve días por 12,000 valis. Coloco ambas espadas en ángulos opuestos en forma de X en mi espalda.

----------------------------------------------------------------

En el calabozo baje directamente al Piso 8 sin detenerme.

Después de todo, luchar dónde estoy acostumbrado es la mejor forma de comprobar que tan grande es la diferencia entre mi yo actual y mi yo anterior.

Corro alrededor de un área extensa mientras esquivo y eludo a los monstruos hasta que se acumulen en una cantidad mayor.

Hacer esto ayuda acostumbrarme a mi velocidad.

Lo siguiente es acostumbrarme a mi fuerza.

Y para eso necesito una gran cantidad de monstruos.

Cuando el conteo llega a los 50 monstruos, me precipito velozmente con mi antigua espada y atacó con plena potencia a la horda.

*Corte*

*Corte*

*Corte*

Uno tras otros monstruos son cortados a la mitad o decapitados. Incluso pequeños grupos de 2 o 3 monstruos son rebanados en dos con un solo tajo.

Los cadáveres de los monstruos se amontonan rápidamente y cuestión de segundos todos los monstruos están muertos.

La lucha… la lucha, no fue para nada como una lucha, más bien fue una masacre unilateral absoluta.

Procedo a extraer las piedras mágicas mientras que ocasionalmente mato a cualquier monstruo que se genere en el momento.

Esto no va servir, los monstruos son demasiado débiles aquí… son muy lentos.

Mejor iré al Piso 10, ahora que confirme mi nueva fuerza, tengo absoluta confianza en que podré pasear sin problemas por el Piso 10.

En el Piso 10.

He caminado a través de la niebla por un rato, pero no sé ha generado ningún monstruo, me he adentrando lo suficiente como para que aparezcan monstruos, pero está silencio.

Esté silencio es inusual, pero no me da el mismo presentimiento que la última vez, no siento que sea peligroso.

Pero es muy extraño.

Justo en ese momento el suelo se rompe unos metros delante de mí.

Un Orco está generándose.

Por fin.

Corro hacia el Orco blandiendo mi nueva espada.

El Orco agita su brazo para atacarme cuando me ve.

Demasiado lento.

Yo soy más rápido y rebano su pierna en dos, el Orco se tambalea desequilibrado y lo decapito.

El Orco cae muerto al suelo.

Tan fácil y simple como eso.

Que decepción.

Gracias a mis nuevas estadísticas y espada, matar a los Orcos es tan fácil como lidiar con los monstruos del Piso 8. No, es incluso más fácil ya que son más lentos.

Supongo que era de esperar.

Después de todo, hace nueve días cuando tuve que huir del Piso 10, fue por mi falta de experiencia y percepción. Sin embargo, ya he pulido esos aspectos en mi tiempo en el Piso 8.

Es imposible que los Orcos sean un desafío para mí, incluso si hubieran más.

Después de recoger la piedra mágica, sigo avanzando más profundo en el Piso 10.

Entonces veo un silueta venir corriendo de entre la niebla.

Esa enorme forma humanoide…

Es un monstruo, pero no es un Orco.

La silueta se vuelve visible.

¡Un minotauro!.

No, espera...

¡Hay más minotauros viniendo detrás de él!.

¿Qué… demonios?.

¿No se supone que estás cosas debería estar en los Pisos Intermedios?.

Mi primer pensamiento fue huir.

Pero luego de ver su velocidad y forma de correr, lo reconsidere.

¿Tal vez pueda usarlos para acostumbrarme más rápido a mis nuevas estadísticas?.

Ver a los minotauros correr de esa forma tan humana me dio una idea.

Mientras espero que llegue el primer minotauro no despego mi mirada del campo de batalla y me preparo mentalmente.

Ya aprendí mi lección la última vez, al igual que en ese entonces con el Orco, este minotauro es mucho más fuerte que yo, por lo que su piel y carne deben ser muy duras, tengo que atacar las zonas vulnerables.

¿Mm?, ¿Qué esta pasando?.

El minotauro no parece desacelerar para atacarme, pero tampoco parece como que quiera embestirme a toda velocidad.

El minotauro cambia de dirección.

¡¿Qué demonios?!.

¡¿El minotauro cambió de curso y está huyendo… de mi?!.

Persigo al minotauro y le doy una patada doble en la espalda derribándolo de cara contra el suelo.

Parado sobre su espalda antes de que se levante, apuñalo con todas mis fuerzas su cuello por detrás.

Mi espada atraviesa su cuello sin problemas y tuerzo mi espada para matarlo instantáneamente.

Que extraño. ¿Los minotauros eran tan débiles?.

Quiero decir incluso la punta de mi espada se clavó hasta el suelo.

¿Acaso los estaba sobreestimando demasiado?.

Ahora que lo pienso el minotauro que derrotó Bell Cranel en la historia era un minotauro especialmente fuerte, además creo que él lo hizo con todas sus estadísticas en rango SSS… ¿o estaban en SS?.

Como sea, este no es un minotauro fortalecido como el que venció Bell Cranel en la historia, es solo un minotauro normal.

Además mis estadísticas seguramente son mucho más altas de lo que lo fueron las suyas en la historia.

Supongo que si lo ves así, este resultado no es tan inesperado. Sin mencionar tengo una excelente destreza y habilidad en el combate.

A la distancia veo las espaldas del resto de los minotauros huyendo.

—*Suspiro*. Huyeron, que lástima.

Ya que son tan fáciles de matar pensé que podría matarlos a todos y conseguir más dinero, después de todo sus piedras mágicas valen más.

Pero si ya van tan lejos no podré alcanzarlos a tiempo y los perderé de vista.

Me bajo de la espalda del cadáver de minotauro y lo pateó para darle la vuelta, y comenzar a sacar la piedra mágica.

De repente, percibo una ligera corriente de aire anormal que apesta a perro.

¿Qué fue eso?.

¿Acaso alguien acaba de pasar por aquí a gran velocidad?.

Volteo a hacia adelante y a los lados, pero no veo a nadie.

Qué extraño.

Debió ser alguien muy…

De pronto tengo la sensación de que alguien está mirando mi espalda.

Volteo hacia atrás, y tengo una pequeña sacudida por el susto.

¡Realmente hay alguien mirándome!.

Hay una mujer a escasos 5 metros de distancia de mi.

¡¿Como puede ser que no me diera cuenta hasta ahora?!.

¿Quién es ella?.

Espera… cabello dorado y ojos dorados.

No puede ser.

¿Es ella?.

Aiz Wallenstein, la princesa de la espada.

¿Pero por qué me esta mirando así?.

No es que me este quejando por ser admirado por una belleza, pero la he estado mirando a los ojos durante unos segundos y ella sigue manteniendo contacto visual conmigo sin decir nada.

Esto se esta volviendo incómodo.

Aiz Wallenstein ladea ligeramente la cabeza.

—Tú… ¿Quién eres?.

Ella rompe el silencio con una pregunta.

¿Quién soy?.

Por supuesto, soy Alejandro Garfos.

Es lo normalmente respondería.

Pero es extraño.

¿Por qué cuándo me lo pregunta ella siento que debo responder de otra forma?.

Me da la sensación de que preguntarme quién soy, es diferente de preguntar por mi nombre.

Siento que responderle solo diciendo mi nombre sería incorrecto, ¿pero como se supone que le responda?.

¿Yo… quién soy?, ¿Soy solo un miembro de la ?.

¿Qué… soy?. ¿Soy un humano de otro mundo?.

Tal vez solo soy…

¡Espera!, ¡Espera!, ¡Espera!. ¡Detente cerebro inútil!, ¡No es momento de tener una crisis existencial!.

Primero respondamos a la chica frente a nosotros.

—Yo…

Justo cuando trato de responder, de repente Aiz Wallenstein sale corriendo tan rápido que pareciera que desapareció.

¡Eeeeeeeeeh!.

¡Se fue!.

¡Aiz Wallenstein me dejo tirado!.

Si no vas a escuchar mi respuesta, ¡¿Por qué rayos me preguntas?!.

—¿Sabes que?, olvídalo.

Trato de abrir el pecho del minotauro con una daga, pero la piel y la carne son más duras de lo esperado, así que tengo que usar más fuerza para desgarrar la carne y sacar la piedra mágica.

Admiro la piedra mágica en mi mano.

¿Así que está es una piedra mágica de un monstruo de nivel 2?.

Es un poco más grande que la de los monstruos de nivel 1, pero fuera de eso no es diferente.

El minotauro se convirtió en cenizas, y con eso ya no queda ni una pista de todo lo que pasó aquí hace un momento.

Aunque me gustaría seguir bajando hasta donde mis capacidades me lo permitan, los pisos intermedios están fuera de cuestión, según Eina ni siquiera los aventureros de van ahí solos.

No tengo deseos suicidas, y no soy tan ingenuo como para pensar que soy más fuerte que un aventurero de .

En ese caso, supongo que solo bajaré hasta Piso 12.