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La falsa Selene extendió una mano, y una onda de energía oscura, fría como la muerte, se expandió desde ella, barriendo el teatro como una tormenta de invierno.
Kayn sintió un violento tirón, una desconexión brutal que lo dejó tambaleándose, como si una parte de él mismo hubiera sido arrancada. La conexión mental con la verdadera Selene, la fuente de su información y guía, se había roto.
El flujo constante de datos, los susurros de advertencia, el mapa mental del teatro... todo se desvaneció, dejando un vacío inquietante en su mente.Un silencio sepulcral cayó sobre el teatro, interrumpido solo por el jadeo de Kayn mientras luchaba por recuperar el equilibrio.
Kayn emergió de las sombras, su figura materializándose en el centro del teatro. Su camuflaje mágico se había desvanecido, revelando su traje de combate, un testimonio de su preparación para la batalla. En su mano, la daga de obsidiana brillaba con una luz oscura, lista para derramar sangre. Sus ojos carmesí ardían con una furia contenida, una mezcla de ira y determinación.
La falsa Selene, sin embargo, no le dio tiempo. Una sonrisa cruel se dibujó en sus labios, revelando una frialdad que contrastaba con su belleza engañosa."Ah, Kayn," dijo la falsa Selene, su voz una caricia de hielo. "No esperaba verte aquí. Debo decir que tu sigilo es admirable... para un simple peón. Pero tu discreción ha llegado a su fin." Sus ojos verdes brillaron con una malicia implacable.
"Lord Valerius ya está al tanto de tu presencia. Espero que estés preparado para las consecuencias."
Kayn, a pesar de la repentina desconexión con Selene, no se dejó sorprender. La pérdida de la conexión mental lo había dejado desorientado, pero no desarmado. Su mente, aún aguda, procesaba la situación con una eficiencia fría y calculadora.
La falsa Selene había revelado su presencia, pero eso no significaba que estuviera en desventaja. El teatro, con sus sombras y rincones ocultos, seguía siendo su aliado.
"No me sorprende que estés aquí, Imitador" respondió Kayn, su voz baja y controlada, apenas un susurro en el silencio del teatro. "Tu reputación te precede. Aunque... me pregunto qué versión de la verdad te ha convencido de aliarte con Valerius." Observó a la falsa Selene con una mirada penetrante, buscando alguna señal de debilidad, alguna grieta en su máscara de fría perfección.
"Dime, ¿qué te ofrece Valerius para que una imitadora como tu trabaje para el?" La falsa Selene rió, un sonido agudo y desagradable que resonó en el silencio del teatro. "Poder, Kayn, poder ilimitado. Valerius me ofrece la oportunidad de trascender mis limitaciones, de alcanzar una fuerza que jamás soñé posible." Se levantó con una gracia felina, su aura oscura pulsando con energía. "Y ahora, Kayn, te mostraré el verdadero significado del poder."
Kayn la miró con un desprecio absoluto, una mirada que traspasaba la máscara de belleza de la falsa Selene. No era necesario que la verdadera Selene le transmitiera información; el asco que sentía era palpable, visceral. El engaño, la traición, la vil usurpación de la identidad de alguien que conocía... todo eso se reflejaba en sus ojos.
"Poder," repitió Kayn, su voz llena de repugnancia. "Eso es lo que crees que buscas. Pero lo único que veo es una criatura repugnante, un monstruo mimético que se esconde tras la apariencia de alguien a quien admiro. Te das asco a ti misma, ¿no te das cuenta? Has tomado la forma de Selene, has robado su identidad, pero nunca podrás ser mas de lo que eres, Eres una parodia, una sombra vacía de la verdadera Selene. Y tu 'poder', esa fuerza oscura que te rodea, solo revela tu verdadera naturaleza: la de una criatura patética que necesita disfrazarse para sentirse poderosa."
Kayn se preparó para el ataque, su desprecio convirtiéndose en una fría determinación. La lucha no sería solo por su mision, sino por la propia esencia de la verdad y la justicia. La falsa Selene, con su poder robado y su identidad usurpada, no representaría nada más que una abominación que debía ser erradicada.
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"No esperaba que fueras tan ingenuo, Kayn," dijo la falsa Selene, su voz llena de una burla cruel. "Creíste que podrías infiltrarte sin ser detectado. Eres un juguete en nuestras manos."
Lord Valerius sonrió, su mirada fría y calculadora luego desde su asiento habló: "Los Silentes son conocidos por su sigilo, pero incluso el mejor de ellos puede ser superado por la astucia y el poder"
"Prepárense para la batalla."La orden de Valerius fue la señal para que los miembros de la Liga de las Sombras se lanzaran al ataque. Vampiros con colmillos afilados, elfos con arcos mágicos, y enanos con hachas de guerra, todos se abalanzaron sobre Kayn, sus ataques coordinados y letales.
Kayn desenvainó su daga, su movimiento fluido y preciso. La obsidiana cortó el aire, desviando ataques y dejando una estela de luz a su paso. Pero estaba solo, aislado, sin la ayuda de Selene. El enlace mental, su conexión con su compañera, se había roto por completo por lo que el puede percibir una barrera que esta alrededor de este edificio.
La magia oscura de la impostora había creado una barrera impenetrable, cortando su comunicación y dejando a Kayn completamente solo en medio de la batalla.Con un rugido, Kayn canalizó su propia magia, una fuerza ancestral que fluía por sus venas.
El aire a su alrededor vibró con energía, y un aura dorada lo envolvió, protegiéndolo de los ataques más brutales. Con un movimiento rápido, desató una ráfaga de energía cinética, lanzando a varios miembros de la Liga contra las paredes del teatro.
Usó la tecnología de su traje para potenciar sus habilidades físicas, moviéndose con una velocidad sobrehumana, esquivando los ataques con una precisión milimétrica.
Sus movimientos eran una danza mortal, una coreografía de muerte ejecutada con precisión y brutal eficiencia.
Cada golpe era preciso, cada movimiento calculado para causar el máximo daño. Pero los miembros de la Liga eran poderosos, sus habilidades sobrenaturales y su entrenamiento los convertían en oponentes formidables.
Un vampiro, con una velocidad asombrosa, lo atacó por la espalda, sus colmillos buscando su cuello. Kayn giró con rapidez, desviando el ataque con su daga, pero el vampiro le infligió una herida profunda en el brazo. El dolor era intenso, pero Kayn no se inmutó.
Con un grito de guerra, desató una oleada de energía mágica, una explosión de luz dorada que derribó a varios de sus atacantes. Pero la falsa Selene, con su magia oscura, lo contrarrestó con una onda de energía opuesta, una fuerza oscura y corruptora que lo empujó hacia atrás.
Kayn se tambaleó, sintiendo la energía oscura penetrar su armadura. La magia de la impostora era poderosa, oscura y corruptora, una fuerza que erosionaba su propia magia, debilitándolo.
La falta de la conexión con Selene lo dejaba vulnerable, desprotegido, solo. La lucha continuó, una danza mortal entre la luz y la oscuridad, entre la tecnología y la magia ancestral. Kayn luchaba con una ferocidad desesperada, pero estaba superado en número y en poder.
La falsa Selene, con su conocimiento de sus habilidades y tácticas, se movía con una precisión escalofriante, anticipando sus movimientos y contrarrestando sus ataques.
Con un último esfuerzo, Kayn desató una poderosa explosión de energía dorada, una llamarada de luz que arrasó con varios de sus atacantes. Pero el costo fue alto. Su propia energía se estaba agotando, su cuerpo estaba herido, y la oscuridad de la falsa Selene lo estaba consumiendo.
Kayn estaba a punto de caer, derrotado, pero su espíritu de lucha permanecía intacto. La batalla por su supervivencia, y por la de Aethel, continuaba.
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La batalla en el teatro de Nightspire era un caos ensordecedor.
'Maldita sea, necesito a Selene', pensó Kayn, esquivando una estocada de un vampiro con una agilidad que desafiaba la lógica. Su cuerpo, aunque resistente, estaba empezando a sentir el peso de los golpes. Cada herida, aunque pequeña, le recordaba la ausencia de su compañera, quien era la única que poseía magia sanadora.
"Sin dudar, como siempre...", se dijo, concentrándose en la precisión de sus movimientos. Con un grito gutural, activó la Resonancia Solar mientras su cuerpo se envolvía en una luz dorada cegadora. El impacto fue devastador. Dos vampiros, sorprendidos por la intensidad del ataque, cayeron carbonizados.
'Resonancia Solar... consume mucha energia', Penso Kayn, un poco molesto 'Pero no es suficiente'.
Una flecha mágica silbó junto a su oreja. 'Percepción Acumulada', pensó, activando su instinto casi precognitivo. Vio la trayectoria de la flecha, la velocidad del arquero, la precisión del lanzamiento. Con un movimiento rápido, desvió la flecha con su daga, devolviéndola al elfo con una precisión letal.
"¡¿QUE-- Grito sorprendido el elfo antes de ser asesinado por su propia flecha al instante, atravesando su rostro limpiamente.
'Uno menos', pensó, escuchando el grito ahogado del elfo. Un enano, con una hacha de guerra del tamaño de su cabeza, se abalanzó sobre él.
"Paso Espectral", Murmuro Kayn, desapareciendo y reapareciendo detrás del enano. Un golpe certero en el punto ciego, y el enano se desplomó sin un sonido. 'Esto es más difícil cada vez', pensó, sintiendo la fatiga acumulándose en sus músculos.
'Pero no me rendiré'.Su mirada se posó en la falsa Selene. 'Esa maldita', pensó, observando sus movimientos como ella creaba una zona de oscuridad a su alrededor con su magia, magia que oscura era una amenaza constante, un veneno que drenaba su energía.
'Necesito detenerla'.Con un gruñido, Kayn activó el Escudo de Luz. 'Espero que aguante', pensó, mientras una ráfaga de energía oscura emergente de la imitadora impactaba contra el escudo. El escudo tembló, pero resistió. 'Ahora', pensó, aprovechando la oportunidad. Concentró toda su energía en un solo golpe.
"Puño del Sol Naciente" Dijo Kayn antes de golpearla fuertemente tras atravesar la oscuridad, apareciendo frente a la sorprendida imitadora, el impacto fue brutal. La falsa Selene salió volando, chocando contra una columna y destruyendola a su paso. Kayn se abalanzó, su daga lista para asestar el golpe final. Pero una voz resonó en el teatro, una voz fría y llena de poder: "Suficiente".
Lord Valerius.
Kayn sintió una oleada de terror. El aire se distorsionó, la sangre se elevó del suelo, formando una cúpula de sangre, una Matriz de Sangre a su alrededor, una energia densa que lo aisló del exterior '¡No!', pensó Kayn, sintiendo el peso de la Matriz oprimiéndole, debilitándolo.
'No puedo luchar contra esto'.La sangre se retorcía, formando tentáculos que lo envolvieron, lo inmovilizaron. 'Maldita sea', pensó, sintiendo su energía vital drenarse. 'Esto es... Aterrador '
No era un simple dominio mágico, sino algo más profundo, más visceral. La sangre misma se había convertido en un arma.
De los escombros surgió la imitadora, revelando como su cuerpo cambiaba de color a un negro profundo y un rostro deforme, para luego transformarse nuevamente en la falsa Selene, quien se acercó, su sonrisa fría y burlona. "Se acabó, Kayn," dijo, su voz llena de triunfo. "El destino de Aethel está sellado".
Kayn, atrapado en la Matriz de Sangre, sintió la desesperacion apoderarse de él. 'No... no puedo permitirlo'. Pero sus fuerzas se estaban agotando. La Matriz de Sangre lo estaba consumiendo, y él no tenía magia para defenderse. El destino de Aethel, y el suyo propio, pendía de un hilo.
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