Capítulo 23: Ir a la iglesia

—¿Ir a la iglesia? —Marcos miró a la mujer que tenía delante con confusión.

Micaela asintió y explicó:

—Es un buen momento para salir a pasear. ¿Quizás si fuera allí, me curaría?

Mirando la esperanza de sus ojos, Marcos no pudo negarse y al final se dirigió a la iglesia más cercana.

Todos los días, mucha gente venía a rezar. Cuando Micaela llegó, cerró los ojos y recitó reverentemente en su corazón:

—Carlos, te deseo una feliz vida con... Adriana.

Marcos vio a Micaela estar tan seria, por un momento se quedó miándola boquiabierto.

Hasta que ella caminó frente a él, extendió su mano y la agitó frente a sus ojos, entonces volvió a sus cabales. Sonrió ligeramente y preguntó:

—¿Qué has deseado?

—Solo deseo que mi enfermedad mejore pronto.

Marcos le dirigió una mirada, diciendo en secreto.

«En lugar de pedir un deseo aquí, debería ir al extranjero para el tratamiento.»

—Ya, vamos. —Micaela dijo.