Todo Arde (Parte 1)

—Te amo y nunca podría avergonzarme de ti, Mamá. Eres la mejor madre en Mogar. Incluso la Franja lo confirmó —dijo Lith.

—Oh —Elina sollozó, orgullosa de que su hijo la valorara hasta el punto de ver la encarnación de su mundo entero con sus rasgos—. Gracias, querido. Me siento mucho mejor ahora.

«¡Buenos dioses!», pensó Kamila mientras acariciaba su propio vientre. «Siento como si hubiera esquivado una lluvia de balas aquí, no solo una. Gracias, amado».

Un golpe siguió y ella lo interpretó como un «Te amo también, Mamá».

Kamila también tenía altibajos, pero nada que unas cuantas respiraciones profundas y un toque de escamas de dragón no pudieran arreglar. Cada vez que su mente se descontrolaba o sus inseguridades amenazaban con aplastarla, las escamas le daban la seguridad que necesitaba.

***

Casi dos meses después, torre de Solus.

—¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea! —Lejos de oídos indiscretos, Lith era libre de desahogar su ira y frustración.