Elysia (Parte 2)

—El problema es que tú eres tu propia persona y tienes tu propia vida, mientras que Solus puede quedarse en su dedo y dentro de su cabeza dura —dijo Leegaain.

—Entonces, si me quedo con él, también puedo proteger a Lith de él mismo —dijo Kamila.

—Sí. Así que turnense, hagan lo que quieran, pero sepan esto. Si Lith no encuentra una manera de arreglar sus fuerzas vitales, tarde o temprano se adentrará tanto en la madriguera del conejo que ya no habrá vuelta atrás.

***

Las dos mujeres se tomaron muy en serio las palabras de Leegaain, asegurándose de que Lith nunca estuviera solo durante todo el tiempo antes de que el embarazo de Kamila llegara a término.

Solus hizo todo lo que pudo, usando enlaces mentales y fusiones para aliviar la carga de sus tres vidas, pero era como vaciar un río con un cubo. El agua nueva seguía fluyendo de la montaña y enfrentar ese tipo de emociones negativas era agotador.