Nox estaba impactado.
—E-E-Ella me sonrió —dijo Nox emocionado.
—¿Estás seguro? —Mónica no le creía.
—Finn, ¿viste eso? Tu hija me sonrió. ¿Le gusto? —Nox preguntó emocionado.
Finn frunció los labios. Estaba claramente disgustado. Su hija nunca le había sonreído antes, pero sí le sonreía a Nox.
—Te dije que era encantador, ¿verdad? Puedo encantar a una abuela de 80 años hasta un recién nacido —dijo Nox con aire insoportable.
Los demás se quedaron sin palabras ante Nox. Sin embargo, tenían que admitir que habría alegría dondequiera que Nox estuviera.
Nox sostenía al bebé en sus brazos. Aunque la forma en que la sostenía todavía era un poco extraña, no podía soportar separarse de ella. Finn quiso sostenerla varias veces, pero Nox lo rechazó cada vez. Como Finn nunca le gustó discutir con Nox desde que era joven, tuvo que soportarlo en silencio.