El Bastión solía estar rodeado por un vasto y frondoso bosque. Lamentablemente, el bosque entero había sido una gigantesca y terrible abominación —un Titán Caído que poseía inmenso poder y una vitalidad casi inagotable.
Los Caballeros de Valor se habían erigido como una de las fuerzas más mortíferas entre los primeros portadores del Hechizo de Pesadilla precisamente porque los guerreros del futuro Gran Clan habían pasado décadas luchando contra el titánico bosque y sus horribles engendros. No había Maestros ni Santos en ese entonces —y aun así, consiguieron repelerlo de las costas del Lago del Espejo.
A pesar de ello, el Bastión aún estaba sitiado por el hambriento bosque por todos lados, y solo después de que la Segunda Generación de Despertados alcanzara la madurez cambió la situación. Uno de los hijos del legendario fundador del Clan Valor tomó el mando de los Caballeros y libró una guerra despiadada contra el vasto Titán.