Aunque Rain no lo demostraba, todavía estaba conmocionada por la breve, pero letal batalla con la Bestia Despierta.
Una criatura así no era algo que no hubiera enfrentado antes, pero esos encuentros siempre habían sido precedidos de una cuidadosa planificación y preparación. Enfrentar a una abominación tan poderosa a ciegas era una experiencia escalofriante.
Afortunadamente, la bestia había estado sumida en un profundo sueño cuando Rain entró en las ruinas. Los acechó silenciosamente, encontró al enemigo y logró idear un plan factible sin alertar a la abominación.