Caminos Serpenteantes

La batalla entre Sid y Felise era como una pequeña calamidad... una que sucedía dentro del terror de un cataclismo mucho más vasto.

El campo de batalla donde cientos de miles de Despiertos buscaban destruirse unos a otros se extendía de un horizonte al otro, tensado por las grandes y violentas fuerzas que convocaban al mundo. Sobre ellos estaba el velo de nubes radiantes; debajo de ellos estaban los huesos de una deidad muerta.

Sid y Felise habían recorrido un largo camino desde la Costa Olvidada. Hoy, sin embargo, sus tortuosos caminos cruzaban una vez más... solo para que uno de los caminos pusiera fin al otro.

Sid probó la sangre en su boca mientras Felise la empujaba hacia atrás. Se movieron con tanta velocidad que su furioso choque parecía un desenfoque: de vez en cuando, grupos de Soldados Despertados que luchaban se interpusieron en su camino, solo para ser violentamente arrojados a un lado.

Algunos sobrevivieron... algunos fueron menos afortunados.

—¡Maldición!