Fragmentos de Guerra (14)

El Ejército de la Espada se había estrellado contra las Dos Cruces como una ola. Y al igual que una ola, había retrocedido una y otra vez, incapaz de atravesar la barrera inexpugnable. Ni siquiera la llegada de la Isla de Marfil logró romper las defensas del atrincherado Ejército de Canción —al menos no todavía. El número de muertes entre los defensores aumentó bruscamente, y cada asalto les costó más. Pero las pérdidas entre los atacantes no eran menos graves.

El asedio se había convertido en un punto muerto. Incontables soldados de ambos lados estaban muriendo, y las bajas se acumulaban. Y sin embargo, ninguno de los lados podía aplastar al enemigo... la situación simplemente continuaba escalando sin fin, dando la sensación de que el punto de ruptura llegaría pronto.