Anciano Bai

Una vez que el torneo concluyó, Ji Ran no perdió tiempo en regresar para encontrar a Xi Meili y a los otros para notificarles la situación.

—¡¿QUÉ?! —La voz de Xi Meili resonó en pura incredulidad mientras procesaba las noticias.

Lan Yingying, por otro lado, estaba tan atónita que las palabras completamente le fallaron. Simplemente se quedó allí, con los ojos muy abiertos, incapaz de formular una respuesta.

Mientras tanto, Tan Songyun frunció el ceño, su expresión más confundida que sorprendida. A diferencia de los demás, no estaba abrumada, estaba tratando de dar sentido a la situación.

—¿Él deliberadamente mató a un discípulo y lo admitió? ¿Por qué haría tal cosa? —Tan Songyun se preguntó en voz alta.

—No lo sé, y no podremos averiguarlo hasta que salga del confinamiento en dos años —suspiró Ji Ran.

—¿Quieres decir que no podremos contactarlo durante dos años enteros? —Lan Yingying finalmente habló, su voz temblaba de preocupación.