I

El cuerpo de Darrok estaba cansado, magullado y estaba bañado en sudor, sangre y lodo, había estado luchando por más de tres horas y el peso de la cota de malla y la coraza le estaban tomando factura, sumándole que se sentía agotado por el uso de su magia de viento y fuego, y su habilidad [Berserker], que los dejo de usar para tratar de recuperar un poco de su poder mágico o "maná" como les gusta llamarlo en este mundo.

La magia en si ya era agotadora de usar y sumándole su habilidad, que aunque aumentaba en gran medida su resistencia, su fuerza y su tolerancia al dolor, rompiendo cualquier límite humano, cuando la dejaba de usar sus músculos y ligamentos acababan desgarrados, sus ojos, qué cambiaban a un intenso morado cuando usaba su habilidad, le ardían y apenas los podía mantener abiertos, sentía que le quemaba la piel en las partes donde se le formaban tatuajes cuando usaba su habilidad. Y aunque quería tirarse a la desgarrada y lodosa tierra y descansar, no podía ya que no solo estaba en ese maldito, lodoso y sangriento campo de batalla, si no que aún estaba en el fragor de la batalla y para su mala suerte estaba entre las desordenado filas delanteras dirigidas por los pocos sargentos vivos y uno que otro teniente que trataban de mantener un orden, y para empeorar su situación estaba muy cerca de dos caballeros desmontados que estaban liderando uno de los tantos y desesperados contraataques enemigos. Ambos caballeros estaban matando a soldados imperiales con extrema facilidad abriéndose un camino que, para sumarle a su mala suerte, se estaban empezando a acercarse más y más a dónde estaba el y para empeorar su situación seguramente iba a tener que pelear solo, ya que aunque había más soldados imperiales a su lado, todos estaban en sus propios combates o aguantando en desordenadas filas los contraataques del enemigo, y para sumarle a su ya mala situación hace una hora cuando la batalla estaba en su punto más violento y caótico se había separado del escuadrón al que pertenecía. No se preocupaba por su escuadrón sabía que todos se sabían defender por si solos, en especial su sargento, pero ese era el problema su sargento con su talento de [Fuerza Tempestuosa] que con un golpe de su martillo de guerra podía atravesar cualquier armadura, ahora estaba quien sabe dónde, y en estos momento le serviría estar junto a alguien que podría pelear de tu a tu contra un caballero bien pertrechado.

Pero antes de que Darrok pudiera seguir quejándose o maldiciendo su suerte, uno de los caballeros empezó una carga en forma de cuña y para su suerte era un Demonio verde, el enorme caballero tenía una brillante armadura verde, que mientras más se acercaba y destruía las maltrechas filas de soldados podía ver que no resultaba tan espléndida: estaba llena de abolladuras y mellada por golpes de espadas, mazas y martillos; el peto esmaltado con un escudo familiar, un cuartelado en cruz; una hacha plateada en campo verde y la cabeza de un toro negro en campo rojo. Y el yelmo no estaban mucho mejor, además que su capa roja estaba hecha jirones. Pero por la manera en como cargo con su hacha de petos rompiendo la pobre línea de soldados imperiales dejando pasar a varios soldados enemigos, hizo que parecía que eso no le afectaba para nada, y para sumarle a su mala suerte el caballero empezó a cargar contra el, sabía que lo haría ya que fue de los pocos soldados en la línea de enfrente que demostró ser capaz de usar magia y de tener una habilidad, así que a sus ojos era una amenaza, resignado levanto su maltrecho escudo redondo de roble con refuerzos de acero con el emblema del Imperio Kruria; un cráneo negro con una serpiente dorada pasando entre las cuencas del cráneo en campo rojo sangre, envaino su espada bastarda que le robó a un noble en su segunda batalla y saco uno de los dos martillos de guerra que había conseguido de un caballero moribundo en su tercer batalla.

Cuando el rango del hacha estuvo lo suficientemente cerca, el caballero atacó con gran fuerza con la parte de la maza destrozando la cabeza de un soldado que estaba su lado y sin perder su impulso la hacha destruyo aún más su escudo y lo tiro a la tierra, en el suelo vio cómo otro soldado imperial trataba de atacar al caballero pero este lo partió por completo con un simple golpe, y antes de que intentará pararse el caballero se apresuró y lo volvió a atacar, ahora con la parte del hacha atravesando su escudo antes de que el caballero pudiera desclavar su hacha Darrok giro todo su cuerpo haciendo que el hacha se quedará clavada en su escudo. Rápidamente Darrok soltó su escudo y se levanto sacando su otro martillo y cargo contra el caballero, quien había desvainado una espada larga. Darrok tenía planeado atacar con su brazo derecho con la parte del martillo y con el brazo izquierdo tratar de desviar la espada con la parte del pico, pero el caballero tenía una fuerza casi inhumana, desvió su ataque con poca dificultad y con su espada le lanzó un corte vertical, cruzo sus martillos para aguantar el golpe, uno que apenas y pudo aguantar. La fuerza del caballero hizo que casi se volviera a caer, pero retomo rápidamente el equilibrio y esquivo una estocada del caballero a la vez que intentaba contraatacar con sus martillos, así estuvieron dos minutos enteros, el caballero atacándolo con una gran fuerza y velocidad mientras que Darrok intentaba esquivar y contraatacar tanto y como su cansado cuerpo se lo permitía, pero en algún momento de su combate un soldado enemigo intento atacarlo por la espalda pero Darrok se dió cuenta a tiempo y lo atacó con su martillo destrozando parte de su yelmo y cráneo matandolo al instante, así que aprovechando está oportunidad, y usando el cadáver del soldado enemigo cargo contra el caballero tirando a ambos al suelo, Darrok arriba y el caballero en el suelo y bloqueado por el cadáver, rápidamente clavo el pico de su martillo en la muñeca del brazo izquierdo del caballero, dónde tenía la espada, haciendo que este soltará un grito lleno de dolor, con el otro intento golpear el visor del caballero, pero no funcionó ya que el caballero se quitó el cadáver de encima con mucha facilidad y uso su mano enguantada para detener su ataque. Ambos hombres estuvieron forcejeando, el caballero intento levantar el brazo dónde tenía clavado el martillo de su muñeca, mientras que también intentaba quitarle el otro martillo a Darrok, pero Darrok se mantenía firme con ambos martillos. Pero ya casi sin fuerzas y viendo que perdía terreno contra el caballero volvió a usar su habilidad, sintiendo que el dolor desaparecía y como se llenaba de una rabia, resistencia y fuerza inhumana, volviendo a golpear una y otra vez al caballero hasta poder destrozar su mano y partes de su brazo, ya que el caballero intento defenderse con su brazo a la vez que lo golpeaba con su mano enguantada como último recurso, rompiendo parte del ventail de Darrok, partiendo su labio y ensangrentada su boca. Darrok ignoro esto y repitió lo mismo con su yelmo y cabeza, matándolo de una forma brutal y manchando su guantelete y cara de sangre y pequeños pedazos de cráneo y hueso.

Antes de que Darrok pudiera tomar un respiro un soldado enemigo cargo contra el mientras gritaba y lo atacaba son un messer, así que Darrok desclavo su martillo de la muñeca del caballero y bloqueo a su ataque, con el otro martillo golpeó a el soldado en la parte superior de su yelmo destrozandolo junto a su cabeza. Por lo visto ese soldado era de los pocos que habían sobrevivido de la carga del caballero que acababa de matar, ya que cuando miro el campo de batalla, se alivio que los demás soldados imperiales que estaban en combates individuales hubieran ganado y empezaron a atacar a los soldados enemigos, cerrando las brechas que algunos soldados y caballero hicieron, ya que por lo visto alguien por fin se puso al mando de las desorganizadas tropas, que a la vez habían podido encerrar al otro caballero junto a los pocos soldados enemigos que aún sobrevivían. El otro caballero que tenía una armadura azul llena de detalles en dorado mataba a diestra y siniestra a todos los soldados imperiales que se acercaban a él, así que los soldados imperiales hicieron un círculo de lanzas manteniéndolo aislado de ellos y de los soldados enemigos que lideraba, quienes eran asesinados con relativa facilidad. Con esa vista pensó que podría tener un descanso ahora que todo estaba en relativa estabilidad, pero se equivocó.

— Soldado, ¿tu nombre y rango?—. Fue una voz vieja y resonante quien le pregunto, cuando se dio la vuelta para responder vio que era un hombre mas alto que el, y eso que el media un metro ochenta y cinco, calculaba que ese hombre media al menos dos metros y algo, en sus manos grandes y enguantadas, tenía una gran hacha de dos caras y una gran espada larga, ambas armas llenas de sangre hasta el mango. Su cara estaba arrugada y tenia el cabello y ojos de un gris sucio y cejas pobladas, manchados de sangre. El hombre estaba acompañado de algunos cientos de soldados y noto que tenía una armadura de capitán de infantería, que era muy superior a la suya, en lugar de una coraza negra con el emblema del imperio tenía una pechera con detalles en rojo y dorado y el emblema del imperio mucho mejor detallado, además en lugar de una cofia con un ventail tenía una gorguera. Unas hombreras altas de acero que remarcaban su rango, muy superiores así única hombrera de acero llena de sangre y lodo, que apenas y dejaba identificar su rango de subsargento. Además su yelmo negro con visera y detalles en latón se veía de buena calidad, diferente a su ya desgastado yelmo de una pieza negro con protección nasal, además que el sí tenía rodilleras y grebas de acero y no de cuero hervido con refuerzos de acero.

— Me llamo... Darrok Cressy, soy un... subsargento de... de un escuadrón del tercer ejército, mi capitán—. Darrok respondió con dificultad, mientras trataba de tomar aliento y de no desmayarse por el cansancio y la falta de su maná.

— Bien, toma subsargento Darrok—. Dijo mientras le lanzaba una cantimplora de cuero y un pequeño cristal azul a Darrok.

— Levántate y acompañamos subsargento Darrok—. Dijo el anciano capitán mientras le ofrecía una mano a Darrok, quien ya había destrozado el cristal recuperando parte de su maná y seguía bebiendo de la cantimplora, cuyo líquido tenía un sabor similar al whisky.

— Tenemos órdenes de atacar a los arqueros del ejército principal de Zidor y alguien con una habilidad como la tuya nos serviría de mucho—. Darrok estaba cansado y aunque se quería negar, sabía que no podía, ya que si lo hacía seguramente lo ejecutarían por desobedecer a un superior, así que resignado asintió con la cabeza y aceptó su mano.

— ¡¡Escuchen gloriosos soldados del Imperio Kruria, los que sigan respirando, con un pierna o un brazo vamos a ponerle fin a esta ardua batalla y darle la victoria al Imperio!!—. El anciano hablo, no grito, con una voz que retumbó por casi todo el campo de batalla, que segundos después fue respondido por miles de gritos de aprobación y con el choque de espadas y lanzas con los escudos. Darrok se limito a guardar sus martillos y desenvainar su espada bastarda manchada de sangre y de lodo, y empezar a buscar un escudo que no estuviera desecho, no fue dificil entre los miles de cadáveres tanto aliados como enemigos, consiguiendo uno como el que tenía. Despues de que las líneas delanteras acabarán de eliminar a los soldados enemigos que aún resistían, noto que el cadáver del caballero azul fue empalado con cuatro lanzas, una por la parte trasera de su rodilla, dos en su gorguera destrozando atravesando su garganta y una en su visor destrozado.

El viejo capitán, quien se llamaba Rodrik Arhtor, reorganizo como pudo a las pocas tropas que aún tenían algo de fuerza. Acabando en una amalgama de infantes y jinetes medios y pesados, todos sin montura, escuderos y de caballeros desmontados, y uno que otro arquero y ballestero, pero por lo que vio no eran más de 3,000 o 4,000 soldados y ninguno era parte de su escuadrón y muy pocos eran parte del tercer ejército... Aun así se sorprendió que aún vivían almenos diecisiete mil soldados, incluyendo a los que iban a cargar contra los arqueros. Y contando que la derecha solo contaba con cuatro batallones y cinco compañías de caballeros, unos cuarenta mil soldados y cinco mil caballero en total, todos veteranos y curtidos en batalla que lucharon y vencieron a ochenta mil soldados de elite de Zidor dirigidos por uno de los generales más temidos de Zidor, Hastor Iglús. «Sin contar que buena porción de las fuerzas de la derecha fueron enviados como apoyo al ejército principal...»

Junto a el y otro subsargento, dos sargentos, tres subtenientes, un teniente, cuatro tenientes y dos capitanes caballeros fueron puestos en la vanguardia junto a el anciano capitán, quince personas en total para liderar a esa avanzadilla contra varios miles de arqueros que seguramente estarían protegidos por infantería o caballería de élite... Quería volver a tomar de la cantimplora con el whisky para tratar de olvidar que posiblemente se estaba dirigiendo a su muerte, pero para su mala suerte ya se había acabado.

Se organizaron en quince columnas, cada una dirigida por los que tenía un alto rango que lo incluía, y empezaron a cruzar las colinas que bloqueaban el franco izquierdo del ejército principal de Zidor, no fue muy complicado pasar entre las colinas, bueno al menos para el y los que no tenían una armadura tan pesada como los infantes y jinetes pesados, y los caballeros. Solo tardaron doce minutos para empezar a escuchar los gritos de la batalla para saber que ya estaban cerca de llegar, cuando llegaron a la última colina se escondieron y pudieron ver el campo de batalla.

Era un mar de estandartes del imperio y del reino de Zidor, compañías mercenarias y algunas casas nobles del reino. Más de 400,000 soldados matandose entre si, algunos usando magia o sus habilidades, la infantería masacrándose entre si o aguantando las cargas de las caballerías, las caballerías aliadas y enemigas cargando contra los infantes o contra otras caballerías, bajo una interminable lluvia de flechas y de saetas que ambos lados se lanzaban, incrementando aún más los cadáveres y haciendo que se formarán pequeñas montañas de cadáveres por todo el campo.

Era un espectáculo fascinante y a la vez era brutalmente sangriento, el ejército imperial era el que tenía ventaja entre esa masacre, ya que eran los únicos que avanzaban y hacían retroceder a los soldados enemigos, casi llegando hasta las últimas líneas de la formación de Zidor, a la vez que la caballería imperial vencia a varias de las caballerías enemigas, pero la incesante lluvia de proyectiles detenía por mucho el avance del ejército imperial.

Antes de que el anciano capitán diera la orden de cargar contra los infantes pesados que protegían a los arqueros que estaban sobre una pequeña colina, vieron que en el franco izquierdo también habían ganado y habían empezado una carga, los del franco izquierdo eran muchos más que ellos y tenían caballería así que pudieron rodear a el franco izquierdo del ejército de Zidor con relativa facilidad. Ese evento hizo que los batallones de infantes pesados que estaban protegiendo a los arqueros, (además de ser la última defensa de su formación), fueran enviados a tratar de mantener estable ese flanco, así que cuando estuvieron lo suficientemente lejos fue su señal para cargar contra ellos.

— ¡¡Matenlos a todos!!—. Rugió el anciano capitán mientras empezaba a cargar contra los arqueros, su rugido fue seguido por el grito de los demás soldados, incluyendolo, mientras lo seguían quince formaciones en forma de cuña bajando por la inclinada colina, solo ochenta soldados se quedaron, cincuenta arqueros y treinta ballesteros quienes los empezaron a cubrir. Cuando los arqueros enemigos notaron su presencia, buena parte dejo de dispararle al ejército imperial y se enfoco en ellos, sin dejar de cargar contra el enemigo, Darrok y otros cuatro soldados usaron un hechizo simple pero efectivo de viento, "Ventisca primaveral", que invocaba una fuerte corriente de viento que se podía usar para desviar las flechas enemigas, usándolo dos veces más para proteger a las formaciones que cargaban, antes de porfin llegar a dónde estaban los arqueros enemigos. Antes de llegar Darrok activo su habilidad, sintiendo como se le formaban tatuajes en los brazos y pecho, y como era llenado de una gran rabia, resistencia y fuerza, haciendo que desapareciera momentáneamente todo el cansancio y dolor de su cuerpo. Darrok que estaba a la izquierda del anciano capitán pudo ver cómo destrozo a los arqueros, cortando en dos y mutilando a cualquiera que se le atravesaba, cuando fue su turno no fue menos violento, su primera víctima intento defenderse con su arco y una espada que poco pudieron hacer cuando los corto junto a la cabeza del portador, después desvío las estocadas de una hacha y una espada, cortando sus manos y después sus cabezas, siguió avanzando mientras cortaba arcos, espadas, hachas, manos, brazos y cabezas, cosas como esas solo las podía hacer cuando tenía activada su habilidad. Las quince formaciones en cuña pudieron atravesar las densas formaciones de arqueros, que poco pudieron hacer mientras eran masacrados, algunos intentaron luchar con espadas o hachas de guerra pero eran ampliamente superados por los demás soldados imperiales, otros intentaron usar sus arcos contra ellos, que solo funcionó para asesinar a sus aliados, ya que los soldados imperiales solo tuvieron que levantar sus escudos, cubrirse junto a los que tenían uno o simplemente no hacer nada mientras sus gruesas armaduras los protegían, otros arqueros mucho mas inteligentes empezaron a huir.

Darrok no supo cuánto tiempo estuvo avanzando contra los batallones de arqueros, apuñalando, mutilando y abriendo cuerpos, bañándose aún más en sangre, solo cuando sonó una trompeta y escucho el relincho y los cascos de cientos de caballos acercándose es que retomo la conciencia. Y para su horror vio a cientos de caballeros de la orden de Apli acercándose a ellos, los caballeros de Apli eran la elite del reino de Zidor, estaban montados sobre grandes caballos de guerra con bardas y gualdrapas con los colores del reino, rojo y azul. Los caballeros llevaban grandes yelmos con decoraciones en dorado y cimeras con alas blancas, unas brillantes armaduras con tarbados que tenían el emblema del reino de Zidor; un tronchado rojo y azul con un pegacornio blanco. Todos los caballeros tenían sus lanzas ornamentadas alzadas, al igual que sus pesados escudos de calentador con el emblema o variaciones del emblema pintados.

— ¡¡Soldados formen un muro de escudos, primera fila espadas y hachas, segunda y tercer lanzas. Quienes no tengan escudo detrás del muro!!—. Ordenó el viejo capitán que también estaba bañado en sangre, a la vez que señalaba con su gran espada a los arqueros y ballesteros que en algún momento los alcanzaron, para que empezarán a disparar. Darrok fue de los primeros en reaccionar y rápidamente ordenó y acompaño a los demás soldados que dirigía, clavando sus escudos en el suelo y sacaron sus armas por los pequeños huecos, el muro era un puercoespín híbrido de escudos redondos, de torre y de calentador, del que sobresalían espadas, hachas de guerra, lanzas, partesanas, alabardas, bisarmas y una que otra hacha de petos y martillos de guerra largos. Cuando Darrok asomó la vista por un hueco de los escudos, vio como caía una pequeña lluvia de flechas y saetas que poco les hizo a los caballeros bien pertrechados. Cuando llegó el violento impacto, se escucharon los gritos de los hombres y de los caballos, sintiendo como varias lanzas chocando contra su escudo, y aunque estuviera usando su habilidad, sabía que casi se había roto el brazo. También sintió como más de una vez el muro de escudos estuvo apunto de romperse, cuando los caballeros dejaron de avanzar, uso su espada para apuñalar o para cortar las patas de algún caballo cercano, consiguiendolo con ayuda de lanzas, espadas y hachas aliadas, pudiendo derribar a uno que otro caballero. Cuando varios caballeros de Zidor cayeron de sus caballos varios caballeros imperiales ordenaron que abrieran el muro de escudos para atacar con sus armas, cuando los demás soldados abrieron el muro, los caballeros imperiales mas cercamos atacaron a los desmontados con martillos de guerra, hachas de petos y alabardas. El que estaba más cercano a él solo pudo destruir parte del yelmo del otro y rompiendo parte del visor y antes de que el caballero imperial volviera a atacar, el otro ya había sacado una espada y desvío el ataque, pero antes de que alguno de los dos se volviera a atacar una saeta se incrustó en el caballero de Zidor matándolo al instante. Después de aguantar lo que pareció una eternidad los caballero de Zidor se retiraron para empezar una segunda carga. Sabía que solo aguantaron la primera carga por mera suerte así que resignado sujeto bien su escudo y levanto su espada para esperar el segundo impacto, un segundo impacto que nunca llegó ya que se escucho el sonar de un cuerno de guerra y vio a miles de jinetes pesados y la infantería del imperio empezando a cargar contra los caballeros de Zidor. Los jinetes pesados del imperio eran aterradores todos estaban montados sobre grandes caballos con bardas con pinchos de acero negro, tenían gruesas armaduras también de acero negro y pesados yelmos con visor y pinchos. Sus pesados escudos también tenían pinchos, sus pesadas lanzas y manguales de tres cabezas, que hacían que en la mayoría de los casos, las protecciones apenas y eran efectivas.

El choque entre los jinetes pesados y los caballeros de Zidor fue brutalmente violento y sangriento, jinetes de ambos lados salieron volando y cientos de jinetes y sus monturas murieron. Aunque los caballeros de Zidor no fueran más de 800 y los jinetes pesados los superaban cinco a uno, los caballeros lucharon con uñas y dientes teniendo un combate bastante igualado y reñido, solo hasta que llegó la infantería y mas caballería es que el combate se decidió por el lado de los imperiales. Después de la llegada de más jinetes y infantes es que Darrok porfin sintió que pudo descansar, cuando el muro de escudos se deshizo vio atrás de si, dónde estaba el campo de batalla y vio que el ejército imperial pudo romper las pocas filas de infantería y vencer a las pocas caballerías de Zidor y mercenarias. Noto que el franco izquierdo por fin rompió las filas de infantes pesados, matando a los pocos arqueros que todavía estaban vivos, empezaron a rodear y avanzar contra el cuartel general donde estaba el rey de Zidor.

Darrok suspiro aliviado no solo por sobrevivir si no que porfin iba a poder descansar, así que se tiró a la tierra lodosa por la sangre de los miles de cuerpos de los arqueros de Zidor y los pocos aliados, noto que muchos, por no decir todos los que cargaron contra los arqueros, también se tiraron a la tierra y descansaron. Desactivó su habilidad, sintiendo una oleada de dolor por todo su cuerpo, pero prefería sentir el dolor que estar muerto, Darrok cerro los ojos para descansar un poco y solo escucho el choque del metal contra metal y la madera astillandose, el grito de los hombres y los animales que a veces se confundían entre si, y el lamento de miles de soldados...

— ¡Subsargento Darrok!—. Fue el grito de una mujer quien lo llamo y después sintió como unos brazos lo levantaban del sueño y lo acercaban a otro cuerpo.

— Gr… Kyra me duele...—. Darrok abrió con pesadez sus ojos y vio a Kyra, una mujer con la armadura de infantería imperial, que era como la suya con excepción de la hombrela. Su ventail ocultaba su hermoso rostro en forma de corazón y solo dejaba ver sus ojos verdes azulados y un poco de su piel blanca y casi sin imperfecciones. Además que su armadura ocultaba sus encantos femeninos.

— L-lo siento subsargento, es solo que me alegro que no haya muerto—. Dijo con una voz llena de alivio y ojos llenos de alegría. Darrok solo le dió una sonrisa cansada mientras veía como varios soldados se acercaban a los otros sobrevivientes de la avanzadilla, y como cuatro soldados iban específicamente a ellos

— S-subsargento sigue vivo—. Fue Ronnel quien llegó primero y hablo con asombro, Ronnel era de los nuevos reclutas que se habían unido a su escuadrón como reemplazo de los caídos en la anterior batalla, sus ojos eran de un morado oscuro y había perdido su yelmo y se había bajado la cofia así que se podía ver su cabello rubio pálido. Darrok solo mantuvo su sonrisa cansada.

— Me alegro que sigas vivo Ronnel, también tu Kyra—. Dijo y vio como los otros tres soldados llegaban.

— Pensé que porfin habías muerto Darrok—. Dijo Alyn con una sonrisa sarcástica, Alyn era el primer amigo que hizo cuánto entro al ejército y era casi tan buen guerrero como el, como demostraba su armadura tan llena de sangre con suya, pero sin tanto lodo como el. Alyn era un hombre alto de cabello largo y pequeña barba negra, con ojos grises.

— Y yo que pensé que por fin me iba a librar de ti—. Darrok le devolvió la sonrisa. Los otros soldados también eran de su escuadrón se llamaban Tom y Daltis, ambos veteranos del escuadrón.

— ¿Y dónde está Tyberios y los demás?—. Pregunto con voz cansada sin dirigirse a alguien en específico, mientras se levantaba con ayuda de Kyra y de Alyn. — El sargento cargo junto a los demás sobrevivientes del escuadrón contra el cuartel general—. Tom dijo mientras veía al ejército imperial luchar contra los caballeros y sobrevivientes del cuartel general enemigo. — Y algunos pocos se quedaron en la retaguardia junto a los heridos—. Dijo Kyra, mientras los seis miraban y escuchaban como los del cuartel general de Zidor eran masacrados.

Pasaron veinte minutos de lucha antes de que la batalla porfin se acabará, se dió hasta la muerte y la exhibición de la cabeza desmembrada del rey de Zidor, para que porfin se tocaron los cuernos de guerra que dieron aviso del fin de la batalla y la victoria de esta. Después de que se anunciará la victoria fue ayudado por Alyn y Kyra para ir al campamento del imperio, fueron acompañados por Ronnel, Tom y Daltis, además de miles de soldados heridos y cansado para ser atendidos por las Alysas, las sanadoras del imperio, cuando estaban en la parte donde el campo se dividía, a la izquierda un frondoso bosque y a la derecha un camino pedregoso lleno de colinas y montañas vieron a los heridos de ambas partes que también estaban bajando de sus campos de batalla para dirigirse al campamento. Notó que en la parte derecha e izquierda no habían muchos sobrevivientes del tercer ejercito, los podía diferenciar gracias a qué el tercer ejército era el único que usaban listones rojos y negros en sus armadura y/o armas.

— Escuché que de los dos generales muertos, el nuestro está entre ellos—. Dijo Alyn mientras también veia a los sobrevivientes de ambos francos del ejercito.

— P-pero el general Faviar e-es de los mejores guerreros del imperio, e-el sabía usar magia y tenía una habilidad, co-como lo pudieron vencer—. Dijo Ronnel tartamudeando por el impacto de la noticia y no lo culpaba, su general, Faviar Ailstot era un hombre aunque tuerto de su ojo izquierdo y un viejo demacrado, con una larga barba blanca y rostro tan duro como la roca. Aún era enorme y poderoso, con voluntad de hierro, astuto y capaz, con sesenta años de experiencia y un usuario poderoso de magia y una habilidad poderosa como [Presencia de Muerte]. Que lo hacía emitir una sed de sangre que además de intimidar al enemigo hasta dejarlo paralizado, también hacía que sus aliados se llenarán de una moral tan inquebrantable como el hierro y una sed de sangre que haría parecer que una bestia con rabia era una simple cría molesta, así que era sorprendente que un hombre como su general haya muerto.

— Una habilidad y saber magia no te salva de la muerte, nuestro general era un hombre que vivió y murió para la guerra. Así que no te sorprendas Ronnel era está batalla o la siguiente donde iba a morir—. Hablo Daltis, un hombre serio y silencioso, pero cuando hablaba siempre decía la crudeza de las cosas. Todos se quedaron en silencio y solo siguieron avanzando hasta el campamento.

Cuando llegaron a las carpas blancas y doradas donde estaban las Alysas, vieron que ya había varios soldados siendo atendidos por ellas, las Alysas eran mujeres que pertenecen a la orden de la Primera, su principal función era la sanar a los soldados del reino o imperio que las contraté, ya que aunque son una orden que se originó en la isla Wellat como una orden sagrada y benéfica, cobran sus servicios a un alto precio, no importa quien sea o que religión tengan. «Si un niño moribundo les diera una moneda de cobre para que lo curen, seguramente le escupirían y se reirían de el». Pensó con algo de desagrado y desden ya que irónicamente su lema era "Traemos el consuelo a los vivos y desafortunados y paz a los muertos". El imperio las contrata por su principal servicio de médicos de campaña, las mujeres de la orden de la Primera o "Alysas" como se les conoce comúnmente, usan túnicas de color blanco y dorado, manteniendo sus cabezas encapuchadas, como representación de Alysa la primer santa de la iglesia de Cristel.

Cuando por fin fue su turno de ser atendido y cuando vieron su rango lo mandaron a una pequeña carpa individual, en lugar de las largas carpas blancas donde eran atendidos los soldados rasos. Cuando llego fue acostado en un especie de catre y una Alysa lo empezó a atender. Ya que a Darrok apenas y se podía mover sin que le doliera algo, Kyra se quedó con el y ayudo a la Alysa a quitarle la armadura, ambas mujeres le quitaron la coraza y la brigantina de cuero negro tachonado, junto a las demás partes de su armadura. Después de que la Alysa le quitara la cota de malla, Darrok sintió como su cuerpo por fin descansaba. Kyra le quitó la camiseta de lana de manga larga negra llena de sudor y sangre, dejando al descubierto su pecho algo musculoso y lleno de cicatrices, después le quitó las protecciones que tenía en sus piernas, el cinturón de cuero negro y bronce dónde estaba la túnica negra con detalles rojos oscuros y la decorara funda de su espada y dónde guardaba y ocultaba sus cuchillos arrojadizos, y por último sus pantalones, dejando solo en prendas menores. Darrok se sentía un inútil pero no era exageración cuando decía que le dolía cada parte de su cuerpo, así que solo se resignó. Ambas mujeres le ayudaron a acostarse boca arriba para que la Alysa lo empezará a revisar y a curar. Primero limpio sus heridas con un paño húmedo, para después usar una pomada por todo su cuerpo echa de Ays, una planta con propiedades que amplificaban la magia, su piel pareció absorber la pomada y sintió como su cuerpo se relajaba y calmaba un poco del dolor que sentía. Su bienestar mejoro cuando la Alysa empezó a usar su magia, el hechizo se manifestaba como una tenue aura de color verde claro. Después de un minuto de haber estado bajo la tenue luz del hechizo la Alysa paro y lo tapo hasta la cintura con una manta blanca. — Tu cuerpo está curado, pero no te puedo quitar el cansancio, recomiendo que descanses al menos ocho o diez horas y que no uses tu habilidad por almenos tres días—. Dijo la Alysa mientras agarraba algunas cosas y se preparaba para irse. — Si sientes algún dolor manda a alguna acólita o a alguien para que yo o otra hermana venga a revisarte—. La Alysa dijo con una voz desinteresada mientras salía de la carpa, Darrok solo respondió con un "si" mientras se recostaba en el catre.

— ¿Como se siente subsargento?—. Pregunto Kyra, quien también se había quitado la armadura dejándose solo la camiseta de manga larga de color negro que remarcaban sus pechos llenos, su cintura estrecha. Sin el yelmo y la cofia con ventail dejaba a la vista un hermoso rostro en forma de corazón y su corto cabello de color negro azulado. Kyra con su armadura era una mujer que pasaba por uno de los tantos soldado de infantería, algo pequeño pero común entre cientos de miles, pero sin su armadura se volvía una mujer muy atractiva y que atrae mucha atención cuando está en público. — Mucho mejor Kyra, gracias por preguntar—. Darrok respondió con tono tranquilo. — Pero ya te he dicho que no me llames subsargento cuando no estemos en el campo de batalla, solo dime Darrok—. Dijo con una voz algo cansada.

— L-lo siento sub- Darrok...

— No te estoy regañando Kyra, solo es que me siento raro cuando alguien igual de joven me llama tan formal—. Dijo Darrok con una sonrisa cansada. Kyra le dio una sonrisa en forma de comprensión.

— Necesitas algo Darrok, yo-yo puedo ayudarte en lo que necesites—. Kyra dijo con un pequeño rubor, mientras se levantaba del pequeño banco donde estaba.

— Quisiera algo de comer y de beber, y después quisiera descansar un poco.

— S-si yo iré enseguida, y puedo quedarme contigo para cuidarte—. Dijo con demasiado ánimo, Darrok no era ciego y sabía que Kyra hace tiempo que desarrollo sentimientos por el, pero aveces no entendía su cambio de actitud. Avecés era muy tímida y recatada con el, y otras veces puede ser descarada egocéntrica, agresiva y posesiva, especialmente era agresiva y posesiva. — Te lo agradezco Kyra—. Respondió mantenimiento su sonrisa cansada. Cuando Kyra iba saliendo escucho como choco con alguien. — Lo-lo siento Sargento—. Dijo Kyra con voz apurada. — No te preocupes Kyra—. Dijo una voz gruesa y no escucho respuesta de Kyra, solo escuchando sus rápidas pisadas para irse.

Después de eso un hombre corpulento de dos metros, con solo la camiseta negra que remarcaba su complexión fuerte, con cabello y barba recortados y de color castaño, con una gran cicatriz en forma de zarpa en su ojo derecho entro a su pequeña carpa. — Joder Darrok, pensé que habías muerto—. Dijo con un tono aliviado mientras le daba un fuerte abrazo, que hizo que soltara un gemido de dolor. — Me duele Tyberios—. Darrok gemio patéticamente. — Mierda, lo siento Darrok—. Dijo el ahora identificado como Tyberios, mientras lo soltaba. — ¿Por qué todos piensan que me morí?—. Darrok pregunto mientras se volvía a acostar, Tyberios se sentó en el único banco de la carpa, apartando un poco la armadura de Kyra y la suya y lo vio de manera un poco sería.

— Después de que el mensajero del cuartel general le diera la orden a Alucard de reunir a diez mil hombres para apoyar al ejército principal, fuimos con el y creíamos que tú también estabas con nosotros, pero cuando te estábamos buscando en las colinas un soldado dijo que te vio en la zona donde estaban los demonios verdes de ese hijo de puta de Hastor. Ya era muy tarde para regresar así que solo esperábamos que estuvieras bien—. Darrok entendía porque los demas parecían tan sorprendidos cuando lo veían, los demonios verdes eran los caballeros de élite del general Hastor, eran solo 1,000 pero eran 1,000 caballeros veteranos y muy bien entrenados, solo ellos mataron a más de ocho mil soldados curtidos que intentaron detenerlos, «Bueno que se podía esperar de la verdadera elite de Zidor», pensó un disgustado Darrok, ya que pudo ser un testigo en primera fila de la efectividad de los Demonios verdes. — Bueno parece que estoy bendecido por el Antiguo—. Dijo con una risa cansada. Tyberios le sonrió y le devolvió la risa. — Ya lo creo amigo, nunca he visto a un bastardo que haya peleado en dos guerras y ser tan afortunado para aún mantener su carita linda y sin heridas—. Dijo mientras se reía aún más fuertes.

— Y que pasa con Kyra he, siempre está atrás de ti como un cachorrito—. Tyberios le dio una sonrisa pícara. — Si sobrevivimos la convertiré en mi segunda esposa, bueno si mi primer esposa está desacuerdo—. Ambos rieron. — Pero si me interesaría una relación con ella, se que a mí esposa no le importaría—. Tyberios soltó un bufido burlón cuando menciono a su esposa. — ¿Que?—. Le pregunto de forma algo brusca.

— Nada, es solo que nunca hemos conocido a tu maravillosa y bella esposa que siempre presumes—. Darrok estaba cansado de que siempre dudarán de la existencia de su esposa. — Dudas de mi palabra—. Dijo de manera sería, Tyberios negó con la cabeza. — No pero hasta que vea a tu querida "Lila" creeré de su belleza—. Darrok solo suspiro. — Como sea—, Darrok se puso serio. Escuché que nuestro general murió—. Tyberios también se puso serio cuando le dijo eso.

— Si también escuché eso.

— ¿Y, ahora que pasara con nosotros?.

— No lo se, lo más seguro es que los sobrevivientes del tercer ejército nos integren a otro ejército o nos mantengan como tropas auxiliares—. Dijo mientras se paraba del banco para irse. — ¿No... No Crees que es extraño que hubiéramos sido el ejército más disperso?—. Tyberios parecía confundido por sus palabras. — ¿Que insinuas Darrok?—. Le pregunto mientras lo veía seriamente. — Fuimos el único ejercito que fue divido hasta dejar a su general con menos del cuarenta porciento de sus tropas, 10,000 soldados a la derecha y 25,000 a la izquierda, solo dejando al general con otros 25,000—. A Darrok le parecía extraño que fueran el ejército que más dividieron, a lo máximo los demás ejércitos se les quitó el treinta o cuarenta porciento de sus fuerzas, además todos sabían que el verdadero potencial del tercer ejercito era junto a su general. — Puede que tengas razón Darrok, pero ya no hay nada que se pueda hacer, Faviar está muerto y no lo podemos cambiar—. Tyberios suspiro y lo vio con ojos comprensivos y noto un poco de tristeza en sus ojos. — Descansa Darrok y por tu bien no le digas a nadie lo que me dijiste—. Después de eso Tyberios se fue.

Después de que Tyberios se fuera, Darrok se quedó en silencio y pensó en lo que le dijo Tyberios. «Debería de hacerle caso a Tyberios, el general Faviar era de su agrado, pero no iba a arriesgar su vida por un hombre que murió como quiso, lleno de sangre enemiga y una espada en la mano...» No paso mucho tiempo hasta la llegada de Kyra, quien trago dos cuencos llenos de sopa de carne y un pan para cada uno, también le llevo un tarro de cerveza y ella tomo sólo agua. Cuando le pregunto porqué, dijo — No soy buena con la cerveza, además quiero cuidarte, como tú siempre haces por mi—. Después de decirle eso su rostro se volvió de un bonito rojo, le sonrió y solo empezó a comer junto a ella. No paso mucho tiempo después de terminar su comida, su cuerpo uso sus últimas energías para digerir la comida y su cuerpo por fin colapso. Lo último que vio fue a Kyra quien le estaba sonriendo de manera suave y lo veía con ojos de enamorada.