—Gaetano, ¡detente! —El Quinto Guardián se quedó parado a lo lejos y gritó con una expresión de terror.
Pero lamentablemente, estaba bastante lejos de Gaetano, así que Gaetano no pudo oír las palabras del Quinto Guardián en absoluto.
Varios guardaespaldas se apresuraron a situarse frente a Connor y estaban a punto de atacarlo.
Sin embargo, en el segundo siguiente, todos los presentes se quedaron petrificados en el lugar.
Gente común como ellos ni siquiera vio lo que Connor había hecho, pero varios guardaespaldas cayeron al suelo al mismo tiempo, abrazándose los muslos y gimiendo de dolor.
En los ojos de la gente común, todo esto sucedió en un instante. Era como si Connor hubiera estado allí desde el principio hasta el final y no se hubiera movido en absoluto.
—¿Qué... qué está pasando? —Gaetano parecía estar un poco aturdido, y la expresión en su rostro era muy confusa.
Connor lentamente levantó la cabeza y miró a Gaetano.