Aiden Wilson, el dios de la guerra, era naturalmente consciente de la agitación internacional y de la inmensa presión que América enfrentaría si se propagaran las noticias de la grave herida de Oliver Walker.
Pero...
¡Los cisnes dejan su voz; las personas, su nombre!
¿Era realmente el último deseo de la familia de Oliver Walker que los extraordinarios logros de un hombre tan legendario estuviesen sellados en documentos clasificados y solo fueran revelados después de un siglo?
Dentro del centro de comando en tiempos de guerra, había silencio mientras un grupo de Generales de Guerra de Cinco Estrellas se levantaban y se quitaban sus sombreros en oración.
¡Los millones de soldados en la Guardia Nacional estaban todos bajo el mando de Oliver Walker!
Entre las diez personas presentes, dos habían seguido a Oliver Walker en batallas por Indiana.