Ordinariamente, un ataque tan aterrador debería haber convertido a su enemigo en nada. Sin embargo, ¿realmente Ye Chen se convirtió en nada?
Lin Yaqin frunció ligeramente el ceño. Sentía que algo no estaba bien. Ella practicaba el Dao de la Matanza, lo que la hacía especialmente sensible a la vida y la muerte. Si realmente hubiera matado a Ye Chen con un solo golpe, debería haber sentido algo.
A pesar de eso, su corazón se sentía constreñido, y sus pensamientos no fluían con suavidad.
—¡Hmph! —Lin Yaqin resopló fríamente, y un brillo frío centelleó repentinamente en sus hermosos ojos. Concentró su poderoso sentido espiritual y escaneó sus alrededores, pero aun así no encontró nada.
En ese momento, ni siquiera Lin Yaqin podía estar segura. ¿Podría ser que Ye Chen realmente había desaparecido de este mundo?
Sin embargo, al instante siguiente, su sentido espiritual captó algo.