—Has asesinado a Lin Xianyong —afirmó fríamente Lin Yaqin mientras miraba a Ye Chen.
Su voz, ya de por sí inusualmente gélida, ahora era diez veces más fría que de costumbre.
Zhao Yunhua entendió que Lin Yaqin estaba preparada para matar.
—Ye Chen asintió. "Él quería matarme, así que no me quedó otra opción más que matarlo. No había otra alternativa."
—Sí —acordó Lin Yaqin—. No hiciste nada malo.
Ye Chen estaba sorprendido. ¿Qué quería decir Lin Yaqin? ¿De verdad iba a dejarlo ir?
Una ola de alegría se apoderó de Ye Chen. Reconocía que a su nivel, no podía competir con esta mujer, por lo que naturalmente, no deseaba entablar combate con ella. Aunque Ye Chen no temía a la muerte, no tenía ningún deseo de buscarla.
Sin embargo, momentos después, la expresión de Lin Yaqin se volvió completamente gélida, como si poseyera el poder de congelar el mundo. Ella se dirigió a Ye Chen, pronunciando cada palabra claramente.