Todos miraban a Ethan Smith con asombro, sus ojos llenos de choque y confusión.
Aunque esta gente admiraba mucho a la Santa Williams, solo se atrevían a observarla desde la distancia.
Por no mencionar gritar en voz alta como lo hizo Ethan, incluso echar un vistazo extra parecía irrespetuoso hacia la diosa.
—¿Quién es este niño? Es muy grosero con la Santa.
—Puede que sea un admirador de la Santa, un tipo maleducado.
—Este chico tiene agallas, atreviéndose a gritar así.
La multitud murmuraba, algunos incluso miraban a Ethan con enojo.
Ethan estaba atónito, ya que no esperaba que su grito causara tal conmoción.
Parecía que la influencia de la Santa Williams era incluso mayor de lo que había imaginado.
La gente seguía mirando a Ethan, luego a la Santa Williams.
El hombre con bigote a su lado estaba aún más nervioso, diciendo resentido —¡Te dije que no gritaras, ahora si ella viene, veremos qué harás!