El que Maquinó Toda la Situación

Después de pensarlo, Braydon Neal no pudo evitar sonreír.

—Necesitan tiempo. Esperaremos por ellos. Después de esto, prepararemos una sorpresa.

—Me temo que esta sorpresa será todo un shock para ellos —comentó Luther Carden con una sonrisa.

Ambos, él y Braydon, entendían que no solo las cuatro razas necesitaban tiempo, la raza humana también lo necesitaba.

La Caballería del Ejército del Norte necesitaba más tiempo.

Los recursos para nutrir a 190,000 expertos máximos ya habían sido distribuidos.

En unos días, las primera y segunda legiones del Ejército del Norte se convertirían en fuerzas de primer nivel.

Desde los comandantes de regimiento hasta los soldados, cada uno de ellos sería un cultivador supremo.

Una vez movilizados, emergerían ante el mundo, el gran temor de las cuatro razas.

Esta era la sorpresa que Braydon había preparado para ellos.

—Las cuatro razas solo están dispuestas a ceder cien territorios —dijo Luther.