1432. Lago Blanco

—Pensé que te uniste a nosotros para beneficiarte de nuestros problemas —dijo Don a un Rey Elbas desinteresado—. ¡Pero tú eres el único que causa un lío cada vez!

—Tienes la conciencia superior de tres híbridos a tu disposición —agregó Jordán mientras se masajeaba las sienes—. Pero continúas ignorando nuestras evaluaciones para perseguir tus intereses. No te perdonaré si tu comportamiento termina matando a uno de los míos.

Rey Elbas ignoró a los dos híbridos. Unas lentes flotaban frente a él mientras estudiaba al enorme Lagarto de Montaña. Su curiosidad era tan intensa que incluso Don y Jordán abandonaron sus quejas y comenzaron a diseccionar el cadáver.

Noah no se unió a esa conversación. El comportamiento del Rey Elbas lo irritaba, pero los beneficios que aportaba al grupo eran innegables. Además, esos problemas eran un inconveniente normal en esa situación. Las cosas podrían desarrollarse como él deseaba solo cuando estaba completamente solo.