1587. Enjambre

El grupo de Noah entró en los túneles lentamente. No se atrevían a tomar las pocas Piedras del Alma en su entrada por temor a que pudiera desencadenar una reacción en toda la montaña.

—Parece viva —pensó Noah mientras inspeccionaba la superficie rocosa de los túneles.

Las rocas y el suelo parecían capaces de respirar las leyes caóticas que fluían en sus interiores. Daba la sensación de que esos materiales atraían activamente las ráfagas de viento para alimentarse de su energía.

El Segundo Príncipe intentó usar artículos inscritos para aprender más sobre la estructura completa, pero sus inspecciones no condujeron a resultados significativos. El grupo sólo podía confiar en sus instintos y en las olas mentales para buscar peligros.

Noah sentía que algo no estaba bien, pero no podía precisar la fuente de esa sensación. La montaña parecía peligrosa, pero por razones que no podía explicar.