1626. Reteniendo

Olas de llamas doradas se estrellaron contra Noah, pero no lograron perforar su piel. Ni siquiera lo quemaron. Ataques de ese nivel no podían herir su cuerpo de categoría media.

La conciencia de Noah se expandió para encontrar al Rey Elbas. El experto estaba detrás de su ejército de títeres ardientes, y sus manos se movían sin parar para crear inscripciones brillantes.

«No puedo darle tiempo para crear formaciones», pensó Noah antes de lanzarse de nuevo a través de las llamas.

Los títeres se destrozaban cada vez que Noah los cruzaba. No podían hacer nada contra su fuerza física. Podía volar a través de las llamas doradas y alcanzar al Rey Elbas de nuevo, pero el experto repitió su maniobra evasiva.

—¿Quieres luchar conmigo en una batalla de resistencia? —gritó Noah antes de perseguir al Rey Elbas.