—Me conoces —anunció el Demonio Divino mientras movía su mano—. Dame un tema y te superaré. Supongo que elegirás la fuerza física.
—Sin desafíos —resopló Wilfred—. Sé cómo funciona tu ley, pero quiero ver qué forma toma cuando no tienes que superar a nadie.
—Creo que no recuerdo mi verdadera forma —se rió el Demonio Divino mientras extendía sus brazos—. Tomo lo que necesito del mundo para alcanzar victorias. Mi existencia vive a través de los desafíos. Podría no ser más que un cuerpo vacío sin ellos.
—¡Vamos a averiguarlo! —Wilfred gritó antes de lanzar un puñetazo.
Una onda de choque se extendió desde el punto donde su puño golpeó el aire, y una serie de ruidos profundos resonaron a través del cielo. El mundo rápidamente comenzó a enviar energía hacia el Demonio Divino, pero un agujero apareció en el arreglo azur que había surgido frente a él.