1738. Intrincado

Steven podría haber continuado luchando. Noah solo había igualado su determinación, pero todavía tenían que ver el resultado de un intercambio adecuado.

Sin embargo, Steven tenía un plan diferente. Necesitaba establecer una alianza con la Legión, pero no estaba dispuesto a convertirse en el subordinado de un líder indigno.

El carácter de Noah no encajaba con su mentalidad, pero su poder y determinación eran innegables. Steven no podía aceptarlo como líder, pero era perfecto como aliado.

—Eres un tipo extraño —suspiró Noah mientras retraía la Espada Demoníaca y aceptaba a Noche de vuelta en su espacio separado—. Me emocionaste por nada.

Noah realmente había comenzado a disfrutar de la batalla. Steven era un oponente perfecto a su nivel actual. Podía probar sus nuevas habilidades y ver hasta dónde podía extender su poder.

Aun así, ese resultado tampoco le importaba. Steven estaba dispuesto a darle la ubicación que necesitaba. Luchar se había vuelto innecesario en ese momento.