Todos en el foso pudieron moverse nuevamente después de que murieran los muchos dragones de rango 9, pero nadie se atrevió a decir nada. Incluso las criaturas más fuertes cerca del fondo del agujero permanecieron inmóviles y mantuvieron sus miradas en los tres líderes.
El dragón de cuello largo no parecía feliz con el evento. Lágrimas transparentes que hacían brillar el tono plateado de sus escamas caían de sus ojos redondos y recorrían su enorme cuerpo. El suelo se abrió cuando tocaron la superficie, y la energía fluyó hacia esos lugares para dar nacimiento a grandes huevos blancos.
En cambio, el delgado dragón negro soltó una risa áspera que se extendió por toda la región y hizo que el polvo creado por las criaturas muertas fluyera hacia su figura. Sus escamas comenzaron a emitir un halo oscuro mientras los restos entraban en su orificio nasal. El líder parecía capaz de alimentarse de esos materiales sin valor.