Noah no aceptó esa respuesta. En primer lugar, el Rey Elbas no iba a afectar la región. Su curiosidad solo quería estudiar su composición para replicarla en otros lugares de las áreas tormentosas.
Además, las dimensiones separadas podían encargarse de la crianza de los subordinados. Incluso era fácil para los expertos de ese nivel crear un espacio seguro donde criar nuevos dragones y cultivadores.
El Rey Elbas compartía los pensamientos de Noah. Se sentía asfixiante ver cómo su curiosidad se rompía tan repentinamente. Casi se volvió loco al ver existencias poderosas negándole respuestas merecidas.
—No lo entiendes, ¿verdad? —preguntó el dragón del tiempo al ver el ceño fruncido de Noah—. Es peculiar.
—Eventualmente tendremos el poder para cubrir la totalidad de las regiones tormentosas con estas regiones peculiares —explicó Noah—. ¿Por qué detenernos ahora? ¿Por qué estás protegiendo estas áreas?