1855. Asombro

Noah había entendido que algo estaba increíblemente mal después de ver las trampas en el área, pero no esperaba algo tan impactante. Podía aceptar que los simios Kesier habían aprendido a aprovechar el poder del cielo viejo, pero esa escena lo dejó sin palabras. Esas bestias mágicas estaban desplegando una segunda habilidad innata justo frente a sus ojos.

Los rayos naranjas se fusionaron con las ondas de choque generadas por la energía invisible y crearon un enorme pilar que chocó contra la figura crepitante.

El impacto generó una explosión que propagó ataques peligrosos por toda el área, pero las chispas que volaron hacia la ciudad se quemaron al tocar una barrera invisible que los expertos no habían logrado percibir.