CAPITULO 30: NUEVOS HORIZONTES PARTE 2

La ciudad prohibida punto espiral, una zona con muchos misterios.

Durante años, miles de carroñeros se adentraron a sus regiones, en busca de tesoros, y todo lo que podían saquear. 

Ahora era de mañana, el sol estaba en lo más alto.

Y como siempre, se podían ver varias bestias atacando un punto en común, incluso bestias comparadas al octavo y noveno nivel de la condensación del Qi, toda esta presión hizo que muchos carroñeros se abstuvieran de entrar. 

Todas las bestias se dirigían hacia un punto, en donde dos hermosas mujeres, se encontraban.

Una levantaba una espada larga como su brazo, otra llevaba una alabarda.

Ambas atacaban decisivamente, atravesando y cortando en cientos de partes a cada monstruo.

La chica llamada Aeger blandía su espada con mucha precisión, las bestias que se le acercaban eran partidas por la mitad.

Su hermana Jazmin, esperaba que entraba en su rango, en ese momento, las aplastaba con su alabarda en un solo movimiento.

"Como se esperaba de una ciudad prohibida de clase C, y estas bestias son solo el inicio" – Hablo Aeger mientras cortaba a varias bestias más.

"Solo hemos venido a conocer la parte norte de la ciudad, se dice que ahí habito una secta muy poderosa en el pasado" – Jazmín partió el cráneo de varias bestias en sucesión. 

"Si podemos ingresar, pueda que nos encontremos con varios tesoros" 

Las hermanas Sita asintieron, mientras atravesaban este mar de bestias, el cuerpo de las bestias caían como papel ante su fuerza.

Después de todas, ambas hermanas exudaban el cultivo del decimo nivel de la condensación del Qi el gran circulo. 

Sin embargo.

En el norte de la ciudad.

En la secta del Señor Píldora. 

Una chica de 10 años estaba leyendo varios libros, concentrándose en cada párrafo a la vez, que tenia una olla a su lado.

Pero de pronto se escuchó una gran explosión viniendo del centro de la ciudad. 

"¿Qué está sucediendo? Tengo que avisarle al hermano mayor" – Esta niña era Bai Guoer, quien Adrián trajo a este lugar, después de que ella confesara que quería ser una alquimista.

Quizás el Boticario Gu la hubiera acogido, pero aun era muy pequeña, y no le prestaría sus libros a cualquiera, además, que se los cobraría. 

En cambio Adrián quiso ayudarla, después de dos años en este lugar, junto a las lecciones que cada día le daba Adrián, pudo hacer por fin una píldora de nivel bajo, aunque aun con solo una pureza del 5%, el boticario Gu ya había perfeccionado estas píldoras, por lo cual sus píldoras eran 80% puras. Aunque solo eran de nivel bajo.

Siguiendo con los estruendos que se producían, Bai Guoer, llego hasta la entrada de la secta del Señor Píldora.

En ese lugar una niebla con un par de ojos la miraban.

"Quiero ver al hermano mayor Adrián" – Dijo Bai Guoer hacia la niebla.

Al principio le tuvo miedo, pero ahora estaba acostumbrada a su presencia.

La niebla le dio paso, ella agradeció mientras se adentraba. 

Este lugar antes de ser descubierto era tan oscuro como la noche, pero Adrián lo había decorado para que sea mas deslumbrante, además lo habían limpiado. 

Esta debía ser la casa principal de algún anciano.

Cuando Bai Guoer llego al final del pasillo, miro a Adrián, quien estaba concentrado, preparando un par de píldoras. El fuego ardía como las brasas de un volcán, todo el ambiente parecía un poco sofocante, además del olor medicinal que estaba impregnado por todo el lugar. 

Adrián había pasado los dos años entrenando y practicando todos los días, su practica dio frutos, y su entrenamiento dio resultados. Ahora se había abierto paso para ser un alquimista de nivel medio.

Cuando llego a este escenario, el Boticario Gu dijo que ya no podía enseñarle nada más. Así que, desde este punto, estaba solo él, deduciendo mientras practicaba, además, de que también había encontrado un libro con las notas del Señor Píldora, parecía que todos lo habían visto como basura porque nadie lo había recogido. Eso le había ayudado bastante a seguir con su entrenamiento. 

Pero había algo más que había descubierto en esos dos años. 

Mientras Adrián estaba concentrado. Noto que alguien había llegado, por suerte la formación de píldoras estaba por finalizar.

"¿Sucedió algo Hermana Bai?" – Pregunto Adrián, la niebla le avisaría de cualquier evento posible, pero no había dicho nada.

La hermana Bai se adelantó, se inclinó un poco y empezó a contar lo que había sentido. 

"En el centro de la ciudad, hay una gran conmoción, puedo sentir fuertes ráfagas de Qi, además, las bestias están agitadas" – Ese fue el reporte de Bai Guoer, luego espero la decisión de su hermano Mayor.

Adrián pensó en las palabras de Bai Guoer, luego la olla debajo suyo sonó con un estridor, cuando tres píldoras blancas cayeron a su mano, Adrián los atrapo. Luego le arrojo una a Bai Guoer.

"Muchas gracias hermano mayor" – Dijo Bai Guoer, mientras guardaba la píldora, realmente el valor de una píldora de nivel medio tenia un precio exorbitante, algo que nunca podría comprar, pero su hermano siempre le regalaba alguna.

"Bien, vamos a ver" – Con esas palabras, ambos empezaron a salir hacia afuera.

Adrián miro de reojo a Bai Guoer en el camino. Ella no podía considerarse un genio del cultivo ni mucho menos de la alquimia.

Pero en este tiempo, Adrián le había dado muchas píldoras de nivel medio con una pureza del 90%, además sus padres le habían entregado una técnica de cultivo para ella. 

(Parece que ya ha alcanzado el sexto nivel de la condensación del Qi) – Pensó Adrián, mientras se miraba así mismo.

Gracias a las píldoras de purificación, pudo lograr seguir cultivando. Pero, después de absorber energía hasta no parar, solo pudo avanzar hasta el cuarto nivel de la condensación del Qi. 

No importa cuantas bestias matara y absorbiera.

Nada era efectivo para abrir la siguiente apertura.

Adrián lo pensó, y se dio cuenta que este debía ser culpa de la máscara. Pero a la vez se dio cuenta, que su fuerza, era incluso superior mientras mas absorbía, estaba estancado, pero a la vez su cuerpo había sufrido una transformación.

Antes en el tercer nivel de la condensación del Qi, si quería matar a alguien del cuarto nivel tenia que usar todas sus armas, para el quinto nivel tenia que preparar trampas de antemano, pero si le atacaba uno del sexto nivel estaría muerto. 

Ahora en el cuarto nivel, solo debía tener cuidado con bestias del octavo nivel de la condensación del Qi. Solo si arriesgaba su vida podría matar a uno de ese nivel. 

Mientras pensaba en esto, cuando llego hacia afuera, vio a la niebla, esto también era otra carta de triunfo. Con la niebla, podía derrotar a seres del noveno nivel, aunque era muy arriesgado. 

Adrián miro hacia el centro de la ciudad, pudo sentir las ráfagas de Qi que Bai Guoer había mencionado. 

Eran ráfagas aterradoras, incluso para él. Adrián observo detenidamente, y pudo detectar que tales presencias se dirigían hacia este lugar. 

Adrián frunció los ceños, este no era para nada normal.

"Parece que debemos preparar las trampas, que te parece hermana Bai" – Dijo Adrián con una sonrisa. 

"¡Yo iré a prepararlas, no me tardo!" – Dijo animadamente Bai Guoer mientras alistaba cuerdas, entre otras cosas.

Adrián simplemente dio una orden a la niebla, mientras ascendía al cielo.

"Terminemos esto pronto" – Adrián hablo mientras, de sus ojos un brillo morado brotaba.