CAPITULO 81: REFINAMIENTO ESPIRITUAL. PARTE 2

Nadie te podía impedir aprender algo nuevo.

Incluso la santa Iglesia de Motzu dejaba que todos sus discípulos aprendan de todas las demás iglesias, esto servía para que se formara una armonización del conocimiento. Que no sea encerrado en un solo lugar.

Sin embargo, con el paso del Tiempo, había muy pocos discípulos decididos a aprender algo de otra Iglesia, después de todo aprender un solo arte tomaba demasiado tiempo y práctica.

Por eso solo había un genio o un elegido de cada Iglesia y no había uno que tenía todos los conocimientos de todas las Iglesias.

Ya que esto solo lo tenía una persona, y eso fue el fundador de toda la Santa Iglesia de Motzu, el Soberano Motzu, quien repartió su Dao en estas 10 iglesias, esperando que algún día alguien pudiera dominar todas sus artes.

Sin embargo, después de mucho tiempo, nadie había podido hacerlo.

Adrián no deseaba el conocimiento de todas las iglesias, después de todo eso tomaría mucho tiempo, solo deseaba comprender lo que podía. A la vez que mejoraba sus técnicas.

Adrián empezó a leer el tomo de la Refinación Espiritual, en el se hablaba del origen, y como empezó la enseñanza de la Refinación espiritual. Usar la propia energía del mundo para formar llamas de colores.

La energía espiritual estaba en todos lados, pero no podía ser moldeada, solo podía ser absorbida, y formar parte de nuestro Dantian, volviéndonos mas fuertes, sin embargo, los refinadores espirituales podían un paso más allá.

Podían usar la energía del cielo y de la tierra cortarla en finos hilos, y luego unirlos formando llamas de colores.

Se decía que el soberano Motzu había desentrañado las profundidades del Refinamiento espiritual, y que el Gigante de Barro era un ser con varios refinamientos espirituales, aunque nadie sabía si era verdad o mentira, lo único verdadero, era que había dejado técnicas para poder refinar estas llamas.

Adrián no tenía ninguna experiencia en esto, por lo cual empezó a seguir los dibujos que había en los libros.

"Conectar con el cielo y la tierra, volverla parte de uno mismo, partir en múltiples hilos y combinar los miles en uno solo"

Adrián movió sus manos hacia la llama delante de él, pronto esta llama voto un poco de energía hacia sus manos.

Estaba siguiendo los pasos tal y como eran, sin embargo, cuando empezó a formar los hilos.

De pronto su Dantian lanzo una onda de energía que movió todos sus órganos.

"¡Buagh!" – Adrián voto una cantidad de sangre moderada, le dolió su pecho y su abdomen. Los hilos de energía se dispersaron, cuando se dispersaron su cuerpo se tranquilizó.

"¿Qué paso?" – Se dijo así mismo Adrián, lo tenía todo controlado, cuando de pronto sufrió un efecto adverso de la técnica de refinamiento.

Casi sintió como si su cuerpo explotara, esto lo lleno de una sensación de peligro extremo.

Sin embargo, Adrián volvió a intentarlo, quería saber que estaba sucediendo y analizarlo.

Lo intento unas cuantas veces más, pero el resultado era el mismo, la sangre no paraba de salir de su boca, su cuerpo no permitía que los hilos de energía fueran formados. 

Intento múltiples formas, incluso intento usar su mascara del diablo celestial, pero nada funcionaba, siempre que quería formar los hilos de energía, su cuerpo estaba a punto de explotar.

"¿Por qué no puedo hacerlo?" – Adrián cayo con su cuerpo hacia atrás, acostándose, había perdido mucha sangre, su cuerpo se sentía muy caliente y se llenó de grietas, por lo cual decidió recuperarse antes de seguir practicando.

Pero seguía sin entender porque no podía lograrlo. Su cuerpo rechazaba instintivamente que formara los hilos de energía, cuando su palma tocaba el hilo que estaba a punto de formarse, su cuerpo estaba a punto de detonar. Por lo cual surgía el efecto de rebote lastimándolo en el proceso.

Era lo único que Adrián podía adivinar.

"No, debo saber porque mas no puedo formarlo" – Adrián quería saber con precisión porque no podía formar esta llama de energía espiritual, movió sus manos y convoco una gran cantidad de energía.

Así paso todo el primer día, fallando en cada proceso, sin embargo, por cada vez que fallaba encontraba algo diferente.

Primero noto que su Dantian no permitía la entrada de esta energía espiritual, porque al momento de entrar en contacto era como pólvora, se prendía fuego y este fuego era enviado hasta su Dantian provocando la reacción.

Segundo la forma en que reunía energía en sus manos era la correcta, sin embargo, esta energía era muy volátil, una vez que entrara en contacto con algo se prendería fuego inmediatamente, Adrián podía ver que era así para todos, sin embargo, lo lograban controlar antes de que se prenda fuego, lo envolvía rápidamente con más hilos de energía, provocando que una llama se incendiara y apareciera el primer color.

Adrián intento hacerlo, logro que los hilos se mantuvieran en su sitio por algunos momentos, logro crear en total 50 hilos de energía espiritual antes de que colapsaran y explotaran enviándolo a volar lejos.

Debido a sus múltiples fracasos muchos lo habían notado, aunque no muchos lo reconocieron.

"Ese no es Adrián de la quinta iglesia"

"Jajajaja, cree que aprender el refinamiento espiritual es algo tan sencillo"

"Puede ser fuerte como dicen los rumores, pero ante el refinamiento espiritual no es nada"

Muchos empezaron a burlarse de Adrián, su estado era por el momento el más crítico.

Había perdido mucha sangre, y esa explosión le había provocado múltiples quemaduras de segundo grado, apenas resistiendo. Por lo cual empezó a comer algunas píldoras curativas.

Después de varias horas de recuperación, Adrián volvió a estar en forma, pero el dolor y olor de quemado seguía ahí.

"No puedo formar una llama espiritual" – Se dijo así mismo, su Dantian no lo permitía, al terminar de leer la técnica de refinamiento espiritual, había una parte que Advertía sobre esto. 

Si alguien no puede formar una llama espiritual es debido a que no es compatible con la técnica de refinamiento espiritual, si sigue por este camino, solo lograra que su Dantian explote.

Era una advertencia que estaba con líneas rojas.

Adrián sabía muy bien, no estaba destinado a ser un refinador espiritual.