capítulo 6

Nos detuvimos frente a la puerta esperando qué la abrieran.

— Qué les valla bien, dijo Carolina, mientras abría el portón.

— Gracias, contestamos todos.

Empezamos con el viaje, tardaríamos unas dos horas en llegar a la universidad con una parte del cargamento, bueno, al menos eso era qué lo que pensábamos. Después de una hora de camino sin ningún contra tiempo, el recorrido se volvió un tanto aburrido y hasta enfadoso. De pronto se escucho un disparo, una bala entró por la ventana, mientras conducía, sentí un mordida seguida de un calor qué recorría por mi hombro, más impactos llovían por todos lados.

— ¡¡Nos atacan!! gritó Erick histérico.

— ¡¡No me digas!!, contesté con sarcasmo — Toma tu rifle, has algo ¡maldición!, le dije un poco enojado.

— ¿Qué pasa?, escuché una voz, qué provenía del bolso de mi camisa, era Júnior.

— ¡Nos atacan!, notifique con una voz un poco débil — Tomen la otra ruta y avisen al otro equipó, ordené.

— ¿Qué pasará con ustedes?, preguntó Júnior preocupado.

— Tranquilo, contesté — Nosotros nos encargaremos de llegar, nos vemos en hora y medía sino llegamos, envíen un grupo de rescaté, terminé y corté la comunicación.

— Estamos en problemas, le dije a Erick un poco alterado. Una camioneta todo terrenos no seguía a toda velocidad, por el retrovisor alcancé a observar a una persona asomándose por la ventana del copiloto, disparaba tratando de tronar los neumáticos de nuestro vehículo. Haciendo algunas maniobras evasivas logre esquivar algunas balas.

— Toma el volante, le dije a Erick.

— Estás loco, me dijo enojado.

— ¡¡Cállate y obedece!!, ordené mientras cambiábamos de lugar, en ese momento Erick vio mi hombro izquierdo, con una gran mancha de sangré.

— Te dieron en el hombro, me dijo asustado.

— Es sólo un rozon, le dije quitándome la camisa y envolviendo mi hombro para contener un poco la hemorragia. Tomé mi rifle, me asomé por la ventana, apunté a los neumáticos de la camioneta qué nos seguía, miraba un poco nublado, jalé el gatillo, increíble fallé.

— ¡¡Mierda!!, renegué al fallar mi disparo- antes de desmayarme tengo que tronar el neumático. Volví a apuntar en medió en una lluvia de balas, jalé de nuevo el gatillo, la llanta derecha de enfrenté estalló, sentí de nuevo el calor pero ahora en el antebrazo derecho, comencé a desmayarme, vi cómo la camioneta giraba en el airé y nos alejábamos de ella, no supe en cuando quedé inconsciente.

Escuchaba una voz muy lejos, qué decían, despierta, despierta, Joab despierta, la voz cada vez se hacía mas fuerte hasta que aturdía mis oídos y desperté.

— Maldición sólo fue un sueño, pensé mientras abría los ojos pero, pasaba algo raro, no podía mover mis brazo izquierdo.

— Por fin despertó, dijo Maniaco con una cara de alivió — Vaya susto qué nos disté, término.

Me encontraba en cuarto desconocido, era de color blanco, con algunas camillas y aparatos eléctricos parecía un Hospital. Tenía unos cables conectados en todo mi cuerpo, mi antebrazo derecho me punzaba un poco, el hombro izquierdo me dolía demasiado, en el cuarto se encontraba Maniaco, Júnior, Negro, Pelos, Erick y un hombre desconocido de unos 22 años con una bata de doctor.

— ¿Qué pasó?, pregunté.

— Pues al parecer te dejaron cómo queso, dijo Pelos bromeado — Sin la ayuda de Ivan y está sala de prácticas de la universidad, sabrá dios qué te allá pasado.

— Gracias...Ivan, dije.

— No es nada, dijo mientras movía las manos de un lado a otro.

— Bueno, caballeros, es hora de levantarme, dije mientras intentaba sentarme.

— No te muevas me detuvo Ivan, tienes qué estar en reposó, mínimo 2 días me advirtió.

— Pero el traslado, es mi responsabilidad traer a las personas, por cierto, ¿qué horas son?, pregunté un poco preocupado.

— Tranquilo, le avisamos al profesor Acebo de lo ocurrido, se pospuso la misión hasta mañana al medió día, dijo Negro- son la 10 de la noche.

— ¿¡Qué!?, exclamé sorprendido — Pues ¿cuánto tiempo me quedé dormido? pregunté.

— ¿Dormido? claro que no, quedaste en coma por más de 11 horas me dijo Ivan, gracias a dios despertaste.

**

Bueno, y se preguntaran ¿cuándo llegó Ivan?, pues el día anterior, cuándo Maniaco y su equipó se quedaron en la universidad, Ivan llegó con un grupo de 15 personas, la mayoría eran estudiantes de esa universidad, Él cursaba la materia de medicina en su último año.

**

— Te dejamos que descanses, me dijo Júnior — Vámonos, les dijo a los demás, todos salieron de el pequeño cuarto.

Me quedé sólo recostado en la cama pensando en ¿quiénes eran? o ¿que eran?, ¿porqué nos atacaron?, ¿que querían?. No sabía las respuestas, pero al parecer los Come Hombres, no eran el único peligró allí afuera y, sabe cuántos peligros más nos encontraríamos en un futuro, escribí todo lo sucedido en mi pequeña libreta cómo acostumbraba, titulando ese día cómo un impactante día 11.

Guardé mi libreta, me puse cómodo en la cama no supe a que hora me quedé dormido, la alarma me despertó a las 8 de la mañana, había una pequeña mesa a mi lado derecho,

un vaso de licuado de fresa, decía una pequeña nota,"Toma el licuado, después tu medicamento, no te levantes att: Dr. Ivan", cumplí lo qué decía la nota, bueno, casi todo, decidí levantarme ignorando la orden del Dr. Ivan.

Me dirigí al estacionamiento de la UAN, en cual había 5 vehículos. Las camionetas qué trajimos con el cargamento, un Jetta un poco despintando, y un Chevy dos puertas en buen estado, Pelos e Ivan tenían una charla muy intensa qué ni notaron cuándo pasé frente a ellos, llegué hasta la camioneta en la cuál yo viajé en mi anterior misión, allí estaba Erick descargando las últimas maletas, me miró.

— ¿Qué rayos haces aquí?, dijo con un tono de regañó.

— Vengó por mis cosas, dije ignorando su tono de regañó — Pásame esa maleta, ahí traigo mi ropa, arrojó la maleta a mis manos- me voy a dar una ducha, dije.

— Vuelves a tu camilla, me dijo.

— Si.... , respondí, haciendo pequeños movimientos con mi manó derecha, qué estaba llena de vendajes, caminé hasta alejarme lo suficiente, para no escuchar a Erick.

El Dr. Ivan y Pelos seguían con su charla sobré medicina, volvieron a ignorarme, continúe con mi camino hasta que llegué a los baños. Me desvestí y entre al baño, el agua estaba muy fría, desvendé mi brazo derecho y con mucho cuidado enjuagué la herida qué tenía unas 12 puntadas, después intenté hacer lo mismo con la herida del hombro, cuándo quise retirar las vendas, toqué un poco la herida, por dios sentí un dolor intenso que me hizo retroceder dos pasos, me agarré de la pared y me calmé, por poco me desmayaba.

Decidí no quitar las vendas. Después de 30 minutos terminé de bañarme y muy apresurado me cambié, no quería que el Dr. me descubriera, regresé al cuarto y sucedió lo que intenté evitar, ahí se encontraba el Dr. Ivan me observó, di la medía vuelta para escapar de sus regaños, de pronto sentí un ligero piquete en la parte trasera de mi brazo derecho, no le di importancia, caminé 3 pasos, empecé a ver borroso mis ojos lentamente se fueron cerrando, hasta caer de rodillas, eso era todo lo que recordaba, al parecer el Dr. Ivan me dio un sedante muy potente, qué me dejó noqueado unas 8 horas, mientras revisaba mis heridas y las sanaba.