Llegamos a la UAN nos abrieron el portón, en la entrada se encontraba Acebo y algunos guardias de el grupo de seguridad, todos eran subordinados de Negro, se veían un poco irritados.
—¿Cómo les fue?, preguntó Acebo con un tono de voz un poco exaltada.
—Bien — contestó Maniaco —pero... ¿qué es lo qué le pasa?, ¿porqué se escucha un poco exaltado?, preguntó Maniaco.
—Bajen todo el cargamento, nos vemos en 30 minutos en mi oficina, sentenció.
—Está bien, haya nos vemos contestamos todos juntos.
Entramos a la bodega de armas, descargamos todo lo que traíamos, eran muchas armas pero esto apenas comenzaba, pues las armas que aviamos conseguido solo eran de el pequeño poblado de Xalisco, terminamos de descargar la camioneta de Junior, después nos dirigimos a la oficina de Acebo, llegamos a la puerta, toqué.
—¿Quién es?, preguntó Acebo.
—Soy Joab, podemos pasar.
—Si pacen pero solo Maniaco, Junior, Negro y tu, los demás retírense por favor, buen trabajó los felicitó, ellos se fueron, sólo nosotros 4 entramos.
—Cierren la puerta, dijo Acebo, todo se sentía muy misterioso.
—¿Qué es lo que pasa?, preguntó Negro.
—Siéntense, el motivó por el que los cité a este lugar, es el siguiente, está mañana cuándo todos salieron a sus respectivas misiones, me dirigía a mi oficina, cuándo me acerqué, encontré a Juan tu subordinado — le dijo a Negro —Estaba comunicándose con un tal Francisco Loera.
Silencio
—En ese momento me di cuenta que el infiltrado era él, caminé lentamente por detrás de el, lo golpeé con mi arma y quedó inconsciente, ahorita se encuentra en las celdas detenido, pero sigue inconsciente, la pregunta que le quiero hacer es por que trae a más personas desconocidas a nuestro refugio??, no saben si sean más infiltrados, exclamo gritando muy enojado.
—Yo me hago responsable por las personas que trajimos, yo fui quién los invitó a unirse a nosotros, estoy dispuesto a aceptar mi castigó si alguno de ellos hace algún mal, contesté.
—No lo harán, tu te quedarás vigilándolos todo el tiempo, durante 3 días, así que en eso tres días no saldrás a ninguna misión y tu cargó de capitán de la primera división de exploración sera quitado, ése será tu castigó, ¿estás de acuerdo?.
—Si señor, incliné la cabeza.
—Bueno, eso era una de las cosa que quería hablar con ustedes, la otra era que dentro de 5 días, tendremos una misión, muy importante, asaltáremos la base de la policía Nayarita, para conseguir artillería militar, así que vayan preparándose mentalmente para la misión, ustedes 4 serán los capitanes de nuevo.
—Profesor Acebo, puedo hacerle una pregunta, y promete responder con la verdad, no se preocupe, puede confiar en nosotros, terminé.
—Está bien, lo intentaré, contestó.
—Por qué tiene tanto interés en armarse, con artillería pesada??, a caso nos está ocultando algo?, si es así por favor diga, lo qué está ocultando.
—Dijiste sólo una pregunta y parece que me estás interrogando, está bien les contaré pero no les diré todo hasta que este completamente seguro, de que es verdad.
Ayer en la noche, me encontraba en la oficina de comunicación con mi amigó Alex, estábamos revisando algunos, interceptores de señales de radió que mandé colocar hace algunos días, escúchanos una llamada de radió de un tal "Morgan", qué se comunicaba con Francisco Loera, en su charla mencionaron que ya avían terminado con tres grupos de sobrevivientes, al sur del estado, que otros 2 grupos huyeron de ellos, Francisco dijo algo muy importante, "no permitan que lleguen a Iztlan", allí termino la grabación.
—Ahora la pregunta es ¿por qué motivó no quieren que los grupos lleguen a Iztlan?, ¿que, abra allí?, son algunas preguntas en las que estado pensando todo el día.
—Eso quiere decir que hay muchos grupos afuera, que no conocemos y al parecer están siendo casados por Francisco Loera, comenté.
—Así parece, ese es el motivó por el que ocupamos tomar todas las armas que podamos antes de que Francisco, ordené que nos aniquilen, respondió Acebo.
—Está bien, ¿quién ira con nosotros a ésta nueva misión?, preguntó Maniaco.
—Ustedes los escogerán, les recomiendo gente de confianza, respondió.
—Está bien, aceptamos todos.
—Maniaco, cuándo despierte nuestro prisionero quiero que lo interrogues, hazlo hablar cómo sea, ¿entendido?, ordeno Acebo.
—Si señor — contestó Maniaco —Me divertiré, dijo riendo.
—Joab tu castigó empieza mañana, te encargó a los nuevos inquilinos, que te digan lo que saben, y asegúrate que no sean infiltrados, término.
—Si
—Bueno ahora retírense no tendrán actividad hasta dentro de 2 días, que descansen se despidió Acebo.
—Igualmente, respondimos todos y salimos de su oficina.
—Párese que tendremos unas pequeñas vacaciones, comentó Maniaco con una sonrisa en su rostro.
—Muy cierto, merecidas las teníamos ¿no creen?, dijo Negro.
—Si, asintió Junior.
—Vacaciones para ustedes, por que yo tengo trabajó para 3 días, dije un poco molestó.
—Bueno muchachos, estaba con ustedes, me pasó a retirar, se despidió Maniaco.
—Qué te valla bien, lo despedimos todos.
—Joab, Junior vamos a comer a la sala de descansó, nos invitó Negro.
—Está bien
Entramos a la sala de descansó, que más bien parecía un restauran, nos sentamos comimos, charlamos un rato, después me retiré, tenía que hacer la misión que Acebo me avía puesto cómo castigó.
—Nos vemos mañana, me despedí.
—Si, hasta luego, contestaron despidiéndose con las manos.