Capítulo Mil Trescientos Sesenta y Dos: Dándote Una Oportunidad

En este momento, Penny Kalafatis se sentía como si estuviera sofocándose, ya que las miradas de todos a su alrededor eran como serpientes venenosas con lenguas titilantes, casi tragándola por completo.

Willie Novak se fue con una expresión sombría, y Penny lo siguió detrás de él, pálida y con sudor frío resbalando por su frente.

Penny había estado al lado de Willie durante más de siete años, y pensaba que lo conocía bien. Aunque no había dicho nada, su cara mostraba que estaba muy enfadado en ese momento.

Su cuerpo entero se sentía débil, y temblaba violentamente. Tartamudeó:

—Will... Willie, yo... yo sé que estuve mal, por favor... por favor perdóname.

Willie se detuvo y bajó la mirada ligeramente. La frialdad en sus ojos no mostraba ningún atisbo de emoción. —Penny, recuerdo haberte dicho, no la provoques. ¿Por qué no me escuchaste?

Penny temblaba como un cedazo, y las lágrimas se derramaban de sus ojos. —Yo... yo no me atreveré más.