Yo nunca miento

Al escuchar sus palabras, Erin quedó atónita. Recuperando la compostura, escupió enojada:

—¿De verdad has perdido la cabeza? ¿Estás tan desesperado por arruinar mi compromiso con Aarón que dirías cualquier cosa para detenerlo?

Lucian permaneció tranquilo. —No. Realmente quiero casarme contigo. Me he dado cuenta de que eres la única mujer con la que quiero casarme.

Erin soltó una risa burlona. —Después de rechazarme, ¿ahora quieres casarte conmigo? ¿Es esto algún tipo de juego para ti? ¿Piensas que los Ahrens somos tan fáciles solo porque ahora eres el poderoso Señor en este reino?

Lucian la miró fijamente antes de decir:

—¿Y si me arrepiento de haberte rechazado y ahora me doy cuenta de que fue la decisión equivocada?

—No me importa —respondió ella sin dudar—. He tomado mi decisión y no cometo errores. He elegido casarme con Aarón y lo llevaré a cabo. Viviré una vida feliz con él.