Secretos al descubierto

— Se van a quedar ahí callados como unos malditos mudos o me van a decir algo, les dije.

— Espera, Rúdeus, creo que escuche mal ¿dices que eres del mismo mundo de Nanahoshi?

— Así es Cliff, se lo confesé a mis esposas y a mi familia hace años, y la verdad creo que es hora que ustedes lo sepan. Ustedes tres son mis mejores amigos.

— Entonces, ustedes ya eran novios en el otro mundo, preguntó Elinalise.

— No, Rudy era extranjero, estaba en mi país, en algo así como un entrenamiento, y me vio mientras caminaba cerca de mi , el trató de salvarme cuando me vio en peligro, y Eso le costó la vida.

— Entonces, ¿ eras parecido a Lady Nanahoshi, maestro?

— No, Zanoba, me parecía una persona común de este mundo, o más bien a una persona de Begarit , salvo que tenía el pelo oscuro y los ojos pardos, como tú, Cliff. Nanahoshi es Oriental, yo era occidental, los humanos nos vemos diferentes en ese mundo pero básicamente somos la misma raza .

— Espera un segundo, esa estatuilla qué tienen en el sótano de ese hombre desconocido , ¿ese eras tú?, dijo Elinalise.

— Si, ese era yo, era guapo, ¿cierto Elinalise ?

— Eh visto mejores, me dijo Elinalise, abrazando a Cliff.

— Un segundo, ese día en la noche de chicas, de eso era lo que estaban hablando, de ese mundo, ya veo ¿ así que todo eso que fabricas es de ahí? No, si ya me parecía raro que fueras tan listo para ser el hijo de Paul y escribieras tantos libros. Apuesto que son historias de ese mundo, y con razón con Nanahoshi hablan en esas lenguas raras. ¡Tengo 400 años y jamás escuché algo así, o esas letras! Con razón sabías cómo usar un reloj del mundo de Nanahoshi , que ni siquiera ella sabía ver la hora en esa cosa, o esa imprenta para crear libros, o esa tablilla de comunicacion, o esas armaduras, o ese martillo, y esas armas que disparan cañones de piedra.

— Y con razón sabías de tácticas militares en la guerra. Me parecía raro que aprendieras de eso en un pueblo pequeño casi olvidado de Fitoa , maestro, y además de arte.

— Ya veo, Entonces, por eso no vez nada de malo en tener más de una esposa, dijo Cliff.

— De hecho, en nuestro mundo somos monogamos. Rudy y yo , aquí nos volvimos poligamos, dijo Nana.

— Maldita sea, dijiste que era por tu cultura Asurana, Rúdeus, maldito Mentiroso . San Milis dijo que la poliginia, blablabla, y tú Nanahoshi, blablabla, un hombre y una mujer, blablabla. Y mas encima dicen que en tu otra vida, en ese mundo, eran monogamos, blablabla.

— Cliff, ¿quieres cerrar la boca? Lo regañó Elinalise. Están diciendo algo muy serio, ¿y tú te preocupas por esa estupidez ?

— Es que me molesta Liz, y tú, Nanahoshi te prestas para eso. Te tenía como la más seria d ellos Greyrat .

— ¡Tengo 32 años, dejame gozar mi vida acá como a mi me gusta , ya que no puedo regresar a mi mundo! Maldito entrometido, le dijo Nana, callando a Cliff.

— Los siento, uuuf, respiró Cliff calmandose, por favor continúen.

— Y es eso quería decirles , Pero tengan claro que yo soy Rúdeus, lo qué pasa es que solo recuerdo la otra vida, y de alguna manera, al morir, reencarné acá, y Nanahoshi fue trasportada 10 años después.

— ¿Cómo es eso posible si ambos murieron juntos?, preguntó Elinalise.

— Así que le hablamos de Akito y la teoría de la miko del tiempo. Ya que Orsted ve el futuro, como llegue aquí y como tome un cascarón vacío (… obviamente eso de que está en un bucle, no lo dijimos).

— Entonces, ibas a nacer muerto, por eso Orsted no te reconoció, me dijo Elinalise.

— Así es. Mi alma tomó este cuerpo qué tiene un complejo de Laplace tan fuerte .

— Ya veo, así que no eres de este mundo. ¿Cómo será que llego tu alma aquí?, porque la Miko del tiempo no pudo hacer eso, es decir invocar a Nana y traer tu alma al mismo tiempo, se preguntó Cliff.

— De hecho, creo que migramos al morir entre estos 2 mundos. Y creo que papá también es un reencarnado.

— ¿Qué Paul también?, dijo Elinalise.

— Sí, pero él solo recuerda cómo murió, no recuerda toda su vida. Siempre sueña que muere en la batalla del Canal de la Mancha. Era un piloto británico que fue derribado en la guerra, o al menos eso hemos deducido cada vez que hablamos.

— ¿Cómo estas seguro de que no es un sueño?, me dijo Cliff.

— Porque coincide demasiado con ese evento de nuestro mundo, dijo Nana. Le mostramos el avión, y Paul reconoció todo eso, incluso cuando probó el chocolate, él conocía el sabor, y sabía cómo usar una pistola.

— Eso, eso, eso es increíble, maestro, dijo Zanoba.

— También están los mitos de mi mundo, dijo Nana. Ahí, los elfos, Hobbits, demonios, gente bestia, dragones y monstruos, no son más que mitos, no existen, tampoco el maná, y por eso no puedo usarlo, aunque eso ya lo sabian. Solo habemos humanos. Orsted dice que tal vez alguien de este mundo reencarnó allá y habló de ustedes los elfos y nacieron los mitos. O tal vez los seis mundos nunca colapsaron en el mundo humano allá , dijo Nana.

— ¿Entonces no eres Urupen o El primer Reidar? , preguntó Cliff.

— No lo sé, admito que existe la posibilidad de que sí lo sea. Tal vez fallecí aquí y cuando reencarné en el mundo de Nana, olvidé este mundo. Por lo tanto, no recuerdo la vida antes de vivir en el mundo de Nana, si bien es poco probable, si existe la posibilidad de que sea alguno de ellos después de todo.

— Fascinante, dijo Zanoba.

— ¿Así que no hay elfos?, preguntó Elinalise.

— No, Elinalise. Aunque, quién sabe, tal vez existieron y fueron absorbidos por los orejas redondas. Después de todo, los elfos en este mundo, así como los enanos y Hobbits, son tribus humanas, después de todo. Hasta la segunda gran guerra, todos se consideraban humanos. De hecho, el gran héroe humano Idaslei era un alto elfo, según lo que me contó Orsted.

— Sí, bueno, los idiotas del gran bosque no piensan eso Rúdeus, me dijo Elinalise.

— Los elfos son hermosos. Tal vez, en nuestro mundo, los elfos, Hobbits y Enanos se mezclaron con los nórdicos, quién sabe, ya que ellos son los que escribieron las leyendas.

— ¿Quién más lo sabe?, preguntó Elinalise.

— Aparte de mi familia, pues Lucy y Lara, se los dije hace no mucho , Ruidjerd, y Ariel.

— ¿Le dijiste a la reina antes que a nosotros? Eso es sospechoso, dijo Cliff.

— El no se lo dijo, esa perra psicópata espió en sus sueños, dijo Nana malhumorada.

— ¿Y cómo no te diste cuenta, Rúdeus?, preguntó Cliff.

— No lo sé, hace poco nos dimos cuenta cuando entré consciente a mis sueños , seguramente debe haberme dado alguna droga, y esa pocima, y entró, vio mis recuerdos de la otra vida. Lo hizo durmiendo a mi lado con un objeto mágico que después les regaló a las chicas.

— ¿Silphy vio ese mundo? Preguntó Elinalise.

— Sí.

— Ya veo, de eso hablaban el otro día, umm Rúdeus yo quiero ver, dijo Elinalise.

— Claro que no Liz, no te vas a acostar con Rúdeus.

— He y así no funciona idiota, le dije a Cliff , tomamos unas pocimas y usamos objetos mágicos mientras yo me duermo pensando en mi otra vida.

— Ya veo, yo también quiero ver, dijo Cliff.

— Sí, a mí me gustaría ver el arte, dijo Zanoba .

— Están locos, no van a espiar en mis recuerdos, malditos locos, les dije .

— Aaah, claro... pero a la reina sí la dejas, ¿no?, me dijo Elinalise con sospecha.

— No la dejé, la maldita loca me drogo, dije.

— Un segundo, ¿si ella te drogo sin que las chicas se dieran cuenta? No has pensado que tal vez hizo lo mismo y el príncipe, ya sabes, bueno como decirlo? dijo Cliff, que se complicó mientras miraba a Elinalise y a Nana.

— Bien, esto lo sabrían de todos modos, dijo Nana. Es muy probable que el príncipe sea hijo de Rudy.

— ¿Qué? ¿Cómo puedes hacerle eso a las chicas?, dijo Cliff.

— Ya callate, Cliff. Si es que es así, ella lo drogó, pero ya es evidente que Edward se ríe como Rudy y los niños, y tiene la misma mirada. Ni hablar de sus ojos, son azules como los de mi suegra.

— Nana, Yo(...).

— Tranquilo mi amor, no somos idiotas. Con las chicas nos habíamos dado cuenta desde el bautizo.

— ¿Qué dice mi nieta?, dijo Elinalise.

— Jaja, Silphy es un ángel, ella dijo que perdonó a Ariel, y las chicas, bueno ya sabes como son, pero a mi no me causa ninguna gracia, dijo Nana.

— ¿Se van a divorciar?, preguntó Cliff.

Cúando dijo eso me dejó helada la sangre .

— No, claro que no. Amo demasiado a Rudy, a las chicas y nuestros hijos. Es solo que esa mujer no me agrada para nada, odio sus métodos. Si estaba enamorada de Rudy debió ser sincera y decirlo, o si quería tener un hijo con este tonto al menos pudo hablar con nosotras .

Yo solo atiné a abrazar a Nanahoshi. No dije nada. Ella me devolvió el abrazo y un beso.

— ¿Y tú que piensas, Rúdeus?, dijo Cliff.

— Yo la verdad, no se que pensar . Ariel abusó de mi confianza. Sin embargo, no puedo hacer nada, Orsted me tiene prohibido discutir con ella. Dice que no puedo desestabilizarla, así que no la quise encarar más fuerte . Además, está embarazada.

— ¿Y de quién es ese nuevo bebé?, pregunto Cliff.

— Ya deja de ser tan entrometido Cliff. Si las chicas no dicen nada, tú guarda silencio, le dijo Elinalise .

— Bien, bien, pero san Milis te va a castigar.

— ¿Porque me va a castigar a Mi? Me acabo de dar cuenta de eso no hace mucho idiota.

Por cierto, más te vale no decirle a mis abuelo o al papá de mi reencarnación , recién me estoy llevando bien con los Latreia, ¿entiendes?

— Claro que sí, no soy idiota. Algo así podría echar por tierra la fe en san Milis.

— No deben perder la Fé, san Milis les enseñó a como vivir bajo una norma. Que yo sea un reencarnado no significa nada para la Fé .

— Ya lo sé, pero sabes como son los más más extremistas amigo. Bien, ¿cuando nos dejarás estar a tu mente? .

— Maldita sea, ya te dije que no, Cliff.

— Maestro, a mí me gustaría ver el arte de ese mundo, dijo Zanoba.

— Maldita sea, veamos eso más adelante. La última vez que hice eso con las chicas, ellas terminaron muy tristes después de ver cosas ahí. Tendría que ser algo en que no vean a mi antiguos padres y hermano, y solo mostrar la ciudad donde vivía.

— Sí, pero eso será otro día. Esta noche, debo usar a mi Cliff, dijo Elinalise.

—¿ Entonces, no van a decir nada chicos ?

— No, ya me imaginaba algo así, dijo Cliff. Siempre pensé que eras la reencarnación de Reidar, Urupen o Kalman I.

— Oh eso sería incómodo, ser el padre de Alex y el abuelo de Alek o haberme tirado a Atofe en mi otra vida , dije.

— No te preocupes maestro, yo estoy feliz. Recibo consejos de arte de otro mundo, con razón su arte es tan perfecto y yo recibo esos conocimientos, soy un afortunado .

— Si bueno no era escultor Zanoba, simplemente cuando era niño, quería tener un barco como el de piratas del Caribe e hice el barco con magia de tierra.

— Aun así maestro.

—¿ Así qué esas historias no se te ocurrían a Ti? Uff bueno es un alivio darme cuenta que no eres ta listo como pensaba jajaja.

En fin, yo ya me voy, dijo Cliff poniéndose de pie .

Rezaré por tu alma, y también por la tuya Nanahoshi. Eso de que eran monogamos en el otro mundo y aquí se acuesten unos con otros como pervertidos me molesta mucho, aunque sean esposas y esposas , uuuf pero san Milis nos enseñó tolerancia con los paganos. Bien, me iré, que san Milis los bendiga. (...) Por cierto, Rúdeus, ¿Clive puede dormir esta noche acá? , el niño casi tiene cinco años y no quiero que nos descubra o nos escuche , si sabes a lo que me refiero.

— Sé perfectamente a lo que te refieres, pequeño degenerado. Me acabas de dar un sermón y (...) ufff olvidalo, jajaja disfruten la noche chicos, Clive estará bien no se preocupen .

— Claro que la disfrutaremos, Y no te preocupes Rúdeus, este secreto nos lo llevaremos a la tumba, me dijo Elinalise.

— Gracias, Suegra.

— Jajajajaja, gracias por esa máquina para lavar ropa, es fantástica, dijo Elinalise .

Una vez llegamos a casa, nos despedimos, de los chicos, que se fueron caminando a sus casas, un poco más allá Zanoba se separó de ellos, cuando Cliff y Elinalise se vieron solos estaban muy cachondos, al punto de que empezaron a besarse y a tocarse en la calle. Cuando llegaban al edificio, en la entrada que estaba oscuro y chocaron con otra pareja que también se besaban.

— He y tengan cuidado idiotas! Nosotros estábamos aquí, dijo un tipo de pelo negro que estaba con una pelirroja.

— Oh, lo siento, es que por aquí llegamos a nuestro departamento y ustedes porque demonios están en la entrada (...) un segundo, ¿Aisha?

— Cliff, Elinalise, ¿qué hacen aquí?, dijo Aisha Asustada.

—Porque vivimos en este edificio , ¿Tu qué haces aquí? ¿Quién es él? Un segundo, ¿Kalman III?, dijo Elinalise sonriendo.

— Shhhhhh, Cliff, Elinalise por favor no digan nada. Mi hermano y mi papá no lo saben, dijo Aisha.

— Jajaja ya lo sabia, pero porque se ocultan, Rúdeus no les dirá nada.

— Si le diremos, pero no ahora, aun están algo tensos por la boda de Norm , dejame esto a mi, por favor.

— Bien, pero me debes un favor, Aisha.

— Bien, bien, cuando venga Cliff de visita yo cuidare a Clive personalmente, pero no digas nada a mis padres ni menos a mi hermano.

— Jajaja bien trato hecho , dijo Elinalise.

— Ya entremos dejemos a los chicos tranquilos dijo Cliff, mientras Aisha y Alek se iban a otro lugar.

— Jajajaja sabía que Aisha se estaba sirviendo al Dios del norte, era muy evidente, las chicas también lo sospechaban, jajajaja.

— No tenías que extorsionarla Elinalise, ellos son jóvenes, dejalos disfrutar su amor.

— No lo hice, ella sola se ofreció, ademas es mejor así, te tendré todo el día Cliff, ven ve a la cama, iré por la miel.

— Oooh, elfa Traviesa.

Mientras tanto, Aisha y Kalman entraban a una posada.

— Maldición, tenía que verme Elinalise, y más encima estaba con Cliff.

— ¿Quieres que los silencie? Le dijo Alek.

— ¿Cómo se te ocurre? ¿Quieres que mi hermano y Orsted te maten? Cliff es uno de los generales de Orsted.

— No los iba a matar, simplemente les iba a dar una droga para que perdieran la memoria.

— No hagas nada, ellos no dirán nada.

— ¿Por qué tenemos que hacer esto a escondidas , Aisha? No entiendo. Si hablo con tu padre tu madre y tu hermano, sé que no nos dirán nada. Será peor si nos descubren. A Reidar no le gusta que le oculten cosas ni le mientan.

— Porque me calienta más estar así a escondidas, dijo Aisha, mientras cerraba la puerta de la habitación de la posada.

Pasaron unos meses y seguí trabajando para Orsted, en la automata, la cual no le faltaba mucho haciendo misiones con Papá y Kalman. Aveces llevaba a Silphy o Nana, dependiendo si eran misiones cortas, como rescatar a alguien, o buscar algún objeto mágico y venderselo a alguien, cosas así. También llevé a Lucy y Lara en una de esas misiones, y también nos acompañaba Aisha .

Por cierto, Kalman tiene una nueva espada temporal, es gigantesca como Kajakut, y Orsted me ordenó crearle una armadura, Kalman la quiere de color verde opaco.

Me pregunto por qué usan espadas tan grandes, tal vez es por tradición, o tal vez Alek quiera compensar algo que le falta jajajajajaja. Cuando dije esta broma frente a Aisha, ella se molestó mucho conmigo.

Las chicas ya tenían siete meses de embarazo, así que un día decidí ir a comprar cunas para los bebés, pero Silphy, como siempre, me obligó a ir a comprar a Ars. Además, hace una semana, Luke y Tris habían sido padres nuevamente de una niña, llamada Valentina, como nuestra abuela, así que fuimos con Nana y Orejitas a la capital. Llegamos de noche, así que decidimos comprar al día siguiente. De más está decir que, aprovechando que los niños se quedaron en casa, hicimos un salvaje trío con las chicas. Uff, realmente Silphy es fantástica, me faltarán vidas para agradecerle esto.

En fin, como ya deben saberlo, al otro día, ahí estaba pegada, Kleene, para decirnos que su majestad nos invitaba al palacio de plata. De hecho, pensábamos en ir a verla, pero estos malditos sirvientes que tiene Ariel en mi casa son sus malditos espías. Sin embargo, no digo nada, porque ya saben, a caballo regalado no se le miran los dientes. Además, la mujer es la reina, no puedo decirle nada.

Ese día compramos dos cunas, mucha ropa de bebé, biberones, gorritos, ropa de cuna, juguetes y cosas para los niños. También compramos muchas cosas para Lucy, que entrará a la universidad dentro de unos meses.

Y obviamente dulces, muchos dulces para los niños. Además, le compramos regalos a Edward y el bebé que tendrá Ariel, y obviamente regalos para Luke y Tristina.

Luego de almorzar, visitamos a los chicos. Es una bebé hermosa, pelo castaño como el de Luke, y los ojos de Tris. Pasamos una tarde agradable con mis primos.

Mientras cargaba a Valentina en brazos, con Nana sentada a mi lado acariciándole la mejilla, Tristina nos hablaba de cómo se había sentido, mientras sostenía a Armad en sus brazos .

Momento en que Silphy aprovechó de hablar con Luke a solas.

— Felicitaciones de nuevo Luke, estoy feliz por ti .

— Gracias Silphy. Gracias por visitarme, eres una gran amiga.

— Luke, debo preguntarte algo.

— ¿Qué cosa?

— ¿Tu sabías que Edward es hijo de Rúdeus?

— Eeeh, no sé de qué hablas, Silphy.

— Umm, no te hagas el tonto. Ya lo sé, y Rúdeus también, sólo quiero saber si tú lo sabías.

— Uff, Silphy, te diré lo mismo que a Rúdeus, soy un ciervo de su majestad, lo que yo opine sobre esto no cuenta. La verdad, su majestad me prohibió hablar sobre esto, o referirme a esto, yo lo siento mucho, Silphy.

— Ufff, eso sólo me lo confirma. En fin, ya la perdoné por esto, pero me molesta que aún lo niegue.

— Ella jamás lo va a confesar, aunque se vea perdida por todos lados. Tú la conoces tanto como yo, Silphy.

— Lo sé. Bien, volvamos, quiero sostener a tu bebé.

Al atardecer, íbamos a ir al palacio de Plata. Sin embargo, Nana regresó a la Sharia con todas las cosas, ya que no quería ver a Ariel.

Esa noche, estuvimos con con la reina . Le llevé más chocolates y los regalos para la bebé, los cuales se los dimos en una sala, de manera íntima, solo estábamos los tres, junto con Kleene y Elmore, que siempre están con ella.

— Muchas gracias chicos, pero esta ropita es de niña, ¿y si es niño?

— Es una niña, estoy seguro, dije.

— ¿Tú cómo sabes eso, Rudy? me preguntó Ariel .

— Intuición de padre. Él también sabía que Siegh sería un varón o Lara una niña, le dijo Silphy.

— Eeeh, él no es el (.....), muchas gracias, están hermosos, dijo Ariel, con su gran barriga de ocho meses, mientras Kleene y Elmore estaban pálidas por el comentario de Silphy.

Estuvimos charlando con Ariel, junto con Edward, que cuando me veía, se ponía muy feliz y saltaba en mis brazos.

Esa noche, decidimos quedarnos en el palacio de plata, pero eso no fue lo raro, lo raro es que nos quedamos con Ariel y compartimos su cama. Obviamente, no hicimos nada, ya que ella parece un globo, y Edward se quedó dormido en mis brazos.

Fue raro, era como si Silphy la considerara a Ariel otra esposa, y estuvimos hablando y acariciándole la barriga hasta que nos dormimos. Al día siguiente, regresamos de la Sharia por el palacio de plata a la oficina, no sin antes que Ariel me diera un intenso beso delante de Silphy al despedirse. No mentiré , no se lo respondí, me quedé con cara de idiota cuando hizo eso, con los ojos abiertos mirando a Silphy que sonreía. La verdad, aún me aterra que Silphy reaccione de mala manera.

Cuando llegamos a la cabaña eran cerca de las nueve de la mañana. Mientras caminábamos por los pasillos que están llenos de habitaciones donde están los círculos, y algunas habitaciones con camas por si se nos hace de noche trabajando acá, Silphy me habló.

— ¿Por qué pones esa cara cuando Ariel te besa? De seguro ya se habían besado antes.

— Porque me siento incómodo Silphy, y me da miedo que hagas algo.

— Ya te dije que ya no hay problema. De hecho, técnicamente, ella es como tu esposa encubierta.

— Aun no me siento cómodo hablando de eso, Silphy.

— Bien, pero no te preocupes. Ya hablamos de esto muchas veces.

— Lo sé. Aun así (....).

De pronto, en una de las habitaciones, específicamente en la que duerme Aleksander, salió Aisha quien se topó con nosotros frente a frente.

— ¿Y tu qué rayos haces aquí, hermana?

— Eeeh Rudy, hablemos de esto en casa, me dijo Silphy.

— Nada hermano, simplemente vine a hacer aseo a la habitación de Alek, él ha estado ocupado, y es algo desordenado . Es un favor, como me está enseñando la espada.

— Ya veo. Pero que no sea vago, que él haga su habitación, que no abuse de ti, le dije.

— No es un favor de amigos, me dijo Aisha muy roja.

Justamente venía bajando Alek que estaba entrenando. Cuando me vio, se puso pálido, colorado, amarillo, básicamente de todos los colores del arco iris.

— Oye, ordena tu habitación por ti mismo, idiota, mi hermana no es tu empleada, le dije .

— ¿De qué estás hablando Reidar? Yo soy muy ordenado. Aucht, dijo Kalman, luego de que Aisha le diera un punta pie.

— Lo que quiso decir es que es ordenado, pero no ha tenido tiempo con los entrenamientos y las misiones, ¿no es así, Alek?, le dijo Aisha abriéndole los ojos.

— Oooh, claro. Eso, si, lo siento Reidar, no volverá a pasar.

— Si no te preocupes. Bueno, los dejo, debo ir a casa. Trajimos las cunas y las ropita para los bebés, les dije sonriendo y subí a la cabaña.

— Uuf, espero que te estés cuidando, Aisha, a menos que quieras ser madre joven, le dijo Silphy .

— ¿De qué estás hablando?, le dijo Aisha.

— No soy estúpida como tu hermano. No estabas haciendo aseo, estás toda despeinada. Obviamente dormiste aquí con Alek.

— Señora Greyrat, déjeme explicarle, le dijo Kalman seriamente.

— Jaja, no me expliquen nada, ya son adultos, pero será mejor que le digan a Paul, Lilia y Rudy.

— Lo sé, pero aún no. Déjeme hacer esto a mí, le dijo Aisha.

— Bien, ¿te estas cuidando?

— Sí, estoy bebiendo una pocima, esa que me recomendó tu abuela.

— Ya veo. Bien, chicos, no diré nada, pero Aisha, la próxima semana en noche de chicas, debemos hablar, ¿está claro?

— Si, cuñada.

— Jejejeje, bien. Nos vemos al almuerzo. Tú ven, Alek. Así cuando Rúdeus y Paul se enteren, lo tomarán de buena forma.

— Se lo agradece señora, dijo Alek, mientras Silphy subía tras Rúdeus.

— Uff, qué suerte que mi hermano sea un completo sopenco, dijo Aisha.

— No le digas así al Dios del cauce, le dijo Alek.

— Tú también eras un sopenco. Creo que llegar al rango Dios los vuelve idiotas en algunos sentidos, jajajaja.

— Bien, iré a entrenar, dijo Alek.

— ¿Dónde crees que vas?, dijo Aisha, tirándole a la habitación y cerrando la puerta tras ella.