— Bien, estas armas dispararon hasta 100 balas de piedra, rango santo. Hasta para espadachines Rey del Filo, les será difícil huir si se topan con tres soldados con estas armas, Orsted. Sin embargo, los soldados de la futura guerra, deberán ser gente exclusivamente elegida por ti, y además, debes mandar las becas para magos. Se les dará educación gratuita en Ranoa y Asúra, pagada por nuestro ejército. Las regalías de los mercenarios, mis invento y la empresa de Zanoba, nos permitirá pagar miles de becas. Se les enseñará a lanzar hechizos en silencio. Eso conformará un poderoso ejercito que debería derrotar a Laplace de manera rápida.
— No será fácil matar al maldito. Sin embargo, si a sus tropas, él no esperara algo así, dijo Orsted.
— Sin embargo, ruego que estas armas las uses en la batalla final, así podrán ser destruidas. Internamente tienen un círculo que las vuelve polvo si tratan de hacerle ingeniería inversa. Sin embargo, también están conectadas a un círculo que permitirá destruirlas todas, una vez mates a Hitogami, estas armas deben ser destruidas para siempre, y lo mismo sus planos. No quiero guerras en este mundo con esta tecnología en el Futurox odiaría que pase lo mismo que en mi mundo anterior .
— No te preocupes, se empezarán a fabricar acá. Sin embargo, el que dará el golpe decisivo a Laplace será Lucelia, o algún Superd, y Perugius le dará el golpe de gracia.
— Y eso acabará con la vida de ambos, ¿cierto?
— Sí, pero es lo que Perugius siempre ha querido, después de eso ya con mi poder a pleno mataré a Hitogami .
— Bien, por cierto mi armadura y la de Alek van bien, pero ¿ en verdad quieres darle una armadura a ese soquete?
— Si, tranquilo. El es un gran aliado. Además, el estará con su padre en esa batalla del lado humano.
— Ya veo. Bien, creo que iré a casa. Las chicas les falta sólo un mes para dar a luz.
— ¿Has visitado a Ariel por cierto ?
— Sí. Fui la semana pasada con Silphy, uff, a solas me pidió que estuviera en el parto nuevamente .
— ¿Y qué te preocupa entonces ?
— Nada, es solo que (....).
— ¿Qué cosa Rúdeus Greyrat?
— ¿Qué pasa con Edward y Sariel en el futuro?
— Bueno, Edward será rey, será el monarca en la guerra. Es un rey práctico. Ariel le dejó las artes mágicas a su disposición, y con ellas le confiere varias derrotas a Laplace, y somete al imperio Ogro y lo vuelve contra el rey demonio. Su hijo, el príncipe, también es un comandante notable.
— ¿Cómo se llama mi niet (....), el hijo de Edward?
— No necesitas saber eso, ya lo vas a conocer además su nombre varía . Edward será padre dentro de muchos años más, dependiendo del bucle.
— ¿y Sariel cómo es?
— Pues, ella tiene una personalidad parecida a Ariel.
— Haaay no , ¡maldita sea!.
— Pero ella nunca tuvo un padrino en esos bucles, es hija de un amante de Ariel. Si bien no es una persona de gran poder, ella es un gran apoyo para Edward.
— Ya veo. ¿Te molesta si los entreno, y los crio? ¿Eso cambiará sus destinos? .
— No, sus destinos son fuertes. Su crianza no cambiará las acciones que necesito que ellos ejecuten, y será mejor si esta vez tienen una figura como tú a su lado, puedo ver que tus acciones llevan a la derrota de hitogami, así que como te dije hace años, no es una mala idea que tengas que ver con esos niños .
— Ya veo. Será mejor que regresé a casa.
— Si, nos vemos pronto.
— Por cierto, ¿y Alek?
— Está en una misión. Está en estos momentos en el continente Demoniaco, debería llegar hoy.
— Ya veo, ¿fue solo?
— No, fue con tu padre, y Aisha.
— ¿Qué enviaste a mi padre y a mi hermana con ese demente?, con razón no los veo hace días.
Maldita sea, ¿Estás loco Orsted? ¿Y si les hace algo?
— Ya relajate. Él no le hará nada a tu hermana, y tu padre es un rey del norte. Estarán bien.
— ¡ Maldición! me preocupa mi familia .
— Cúando no naces, Aisha es una de las caballeras más poderosas al servicio de Edward y Ariel. Ella es comandante de los caballeros Asuranos, y ella comanda al ejército que derrota al imperio Ogro en Roa, bastante increíble considerando que es una anciana en esa época , aunque muere poco después en (...).
— No quiero saber eso Orsted .
— Ella no tendrá el mismo destino, estaba bajo mi protección ahora.
— Ufff, está bien.
— Ya cálmate , desde que supiste qué Norm es la madre de Lucelia y su boda has estado así, ya no sonríes tanto.
— Si, es que tengo muchas dudas en mi cabeza aún, pero ya estaré bien.
— Ya veo. Tómate estos meses hasta que tus esposas den a luz, no te enviaré a misiones por ahora, Alek y Paul pueden hacerlas.
— No, al menos seguiré trabajando en la automata y las armas, y seguiré entrenando. Bien será mejor ir a casa , nos vemos, —dije, cuando me ponía de pie y me despedía de Orsted, Faria entró a la oficina.
— Dios Dragón, General, disculpe que los moleste, pero tengo un mensaje urgente de Asúra. Su majestad, entró en trabajo de parto hace unos minutos.
— Oh, maldita sea, lo que me faltaba! . Faria, vaya a mi casa y dígale a Silphy que la reina está dando a luz.
— Si señor.
— Espera Faria, dígale muy calmadamente y sin que Roxy y Eris escuchen, ellas están embarazadas y no quiero que les pase algo. Sea discreta por favor.
— Claro, General.
Y así parti rumbo al palacio de plata.
— Uffff, llegas antes de tiempo Sariel Anemoi Asúra, jajajaja, veremos qué será de ti ahora que tu padre es el mismo padre de Edward, y veremos qué rostro tendrás en este bucle ahora que eres hija de Rúdeus, dijo Orsted para sí mismo, sentado en su oficina.
— Llegué al palacio de plata, donde salí corriendo rumbo a la recamara de Ariel, ante la mirada atónita de varios sirvientes y guardias que me veían correr a toda velocidad. De pronto, dos caballeros dorados bloquearon mi paso.
— No puedes pasar Reidar, me dijo el más bajo de ellos dos, apuntándome con un bastón.
— No es momento para bromas Alex.
— ¿Cómo está el pequeño Alek?
— Está en una misión con mi padre y mi hermana Aisha.
— Aisha ehh, si Alek me escribió hace unos meses, dice que se hicieron amigos.
— Si, siempre bromean juntos.
— Wuajajaja, si ya veo.
— Doga, déjame pasar o no te ayudo con lo de Isolte.
— Eeeeh, no Reidar, es que, es que, son ordenes, dijo asustado.
—¿Quien fue el Infeliz, pusilanime y sometido qué ordenó eso?
— Yo ordene que no pases, dijo de pronto Luke.
— Bajo qué autoridad haces esto, idiota?
— Ya cálmate. Toma, dijo lanzándome un anillo.
— ¿Y esto?
— Que te vean acá solo hará crecer los rumores. Ya pontelo, yo te llevaré a donde está su majestad.
— Al ponerme el anillo, tomé la misma forma de la última vez la de un sanador de Milis.
— Oye, ¿no es sospechoso que siempre llegue un curandero del santo país tan rápido? le pregunté a Luke.
— Tranquilo, es la forma de un sanador que está en la embajada Milis , no te preocupes, vamos ya entra, me dijo, y rápidamente llegué al lado de Ariel, que ya la tenían patas abiertas, lista para parir.
— Me acerqué a su lado y le lancé curación para calmar su dolor.
— ¿Te duele amor ?, le susurre al oído.
— ¿Qué acaso eres imbecil? Claro que duele. Un ser humano está saliendo de mi vientre por mi vagina, estúpido , ¿tú que crees?
— Bueno, no lo tomes así, tranquila, ya estoy aquí. ¡Doctor! , ¿está todo bien?
— Sí, eminencia. El bebé viene en buena posición, será un parto normal.
— AAAAGH, me duele mucho.
— Ya tranquila, ya pasaste por esto, estarás bien.
— Callate, AAAAGH. Se acabo, este será el último. Se cierra la fábrica, esto es doloroso, decía Ariel .
— Ummm, ¿Tu? Jaja si como no, déjame dudar de eso, le dije al oído.
— ¡Esto es tu culpa, imbecil! . ! Todo es tu culpa! .
— Claro, yo fui quien me drogo a mi mismo y por arte de magia me metí en tu cama.
— AAAAGH, ¡ya callate! Este no es tu bebé, Rudy.
— Sí, claro, lo que digas, sigamos con esto, vamos, ánimo, puja.
— AAAAGH, eres un maldito Rúdeus Greyrat!, gritó Ariel mientras los médicos y enfermeras se miraban entre ellos.
— Eminencia, más magia de curación para el dolor, le dijo el Médico .
— Eso estoy haciendo, doctor. Pero ella sigue insultando a ese pobre e inocente muchacho de Roa, dije.
— Inocente, jaja, ese infeliz es todo menos inocente, maldito desgraciado, decía Ariel mientras pujaba y gritaba de dolor.
— A ustedes más les vale no decir nada de lo que se habla en este lugar, o serán condenados a muerte, amenazó Kleene al personal médico.
— Tranquila Lady Kleene, soy médico hace años de su majestad, mi lealtad esta con ella y este país.
— Más les vale, y eso va también para ustedes, eminencia. Podrá ser de la fé de Milis pero esto es secreto de estado de Asúra , ¿entiende?
— Claro, claro, dije , mientras Kleene tras los médicos me cerraba un ojo, sonreía y movía la cabeza.
— AAAAGH, de pronto Ariel dejó de quejarse y un llanto se escuchó en la habitación.
— Felicitaciones majestad, es una niña, una hermosa princesa, dijo el médico .
Yo le apreté la mano a Ariel y esta hizo lo mismo. Tenía ganas de besarla, pero no podía con el disfraz.
— Muchas gracias eminencia. Ahora larguese, me dijo Kleene, tomándome fuertemente del brazo dándome una moneda de oro y sacándome de ahí.
— ¿Qué demonios? No me vas a dejar ver a mi hija, le dije.
— No es tu hija, Rúdeus. ¡Elmore! , —le dijo a su amiga que estaba afuera, —sabes que hacer.
— ¿Donde me llevas Elmore?
— A una sala de espera. Deben limpiar a su majestad, y ella no quiere que veas las sábanas con sangre y el desastre después de un parto.
— Pero es mi hija, tengo derecho a verla, ademas ya e visto partos .
— No es tu hija, y aun así ella no quiere que la veas en ese estado .
— Entonces, me largo de regreso a casa.
— No puedes, ya siéntate. Y dame ese anillo. Mira, espera aquí, hay té, bocadillos y vino en esa mesa. Come y después te llevaré a ver a su majestad.
— No, me iré, si no es mi hija, no tiene sentido que esté aquí.
— Uff, tal vez deba hablar con Lord Orsted y decirle que te comportaste como un niño idiota malcriado con su majestad, me pregunto qué diría el Dios Dragón sobre eso?
— ¿Me estás amenazando Elmore ? Soy Reidar Reí el Dios del Agua, por si lo olvidaste.
— Lo sé, pero eres subordinado del Dios Dragón, ¿eso también lo olvidaste Rúdeus? .
—!Maldita sea! Soy su aliado no su subordinado. Oye Elmore, si ese té y esos bocadillos tienen drogas, y despierto desnudo contigo, lo vas a pagar caro, ¿entendiste? Te delataré con Silphy.
— No seas paranoico y no haría eso contigo, ni que fueras tu padre.
— Muy graciosa, sabes el otro día (...) ¡espera! ¿Qué dijiste de mi papá?
— Vengo por ti pronto, espera aquí tranquilo, dijo cerrando la puerta.
Elmore regresó con Ariel, esta ya estaba siendo aseada por las sirvientes y Kleene le lanzaba magia intermedia de curación.
— ¿Está todo bien, majestad?
— Sí, ya pueden salir doctor. Muchas gracias.
— Claro, majestad, estaremos de guardia todo el día y toda la noche estas dos semanas . No dude en llamarnos, le dijo el médico real, y salió.
— ¿Dónde está Rudy? preguntó Ariel.
— Está en una sala de espera en el ala sur. Está muy irritado porque lo sacaron de aquí. Insiste que quiere ver a su hija.
— ¿Y qué le dijiste Elmore ?
— Que no es el padre, pero majestad, esta fachada ya se cayó a pedazos. ¿Por qué seguir negándolo? El te ama.
— Porque me da miedo la reacción de las otras esposas de Rudy, y la de él. Ya Lo vieron cómo se puso hace unos meses Cuando descubrió que le espíe sus recuerdos y vino a encararme, estaba furioso.
— Bien, en ese caso seguiremos sus órdenes, majestad.
— Elmore, Kleene, les presento a la Princesa, Sariel Anemoi Asúra.
Ambas hicieron un saludo noble a la hija de Ariel.
— Eeeeh, majestad, la, la, la, la princesa tiene el pelo castaño claro, como Rúdeus.
— Lo sé. Uff, que bueno que sacó mis ojos, y creo que su azul si es el de mi tono, y no sacó lunares, uff qué suerte.
— Majestad, el sabrá que esta niña es su hija.
— No, este color es muy común en Asúra. De hecho, El Rey Gaunis lo tenía de este color y tu también Elmore. No pasará nada, vayan por Rúdeus.
Justo en ese momento, Luke entro pálido a la habitación.
— Perdone la interrupción su majestad y por entrar así, pero, pero, pero (...)
— ¿Qué pasa, Luke?
— Silphy está aquí.
— Hazla pasar.
— Está segura majestad?, dijo Luke mirando a Sariel y viendo su color de pelo. —Dios, majestad, esa niña se parece a Lucy cuando era una bebé.
— Claro que no, tiene los ojos azules, y este cabello es común en Asúra. Solo traela, y tú Elmore, ve por Rúdeus.
Mientras Rúdeus estaba en la sala y muy nervioso.
—Ahora habían demorado mucho más que cuando nació Edward, así que me comí todos los bocadillos solo aburrimiento , aunque los desintoxique antes de llevármelos a la boca, pelotudo soy solo una vez. Ya que estaba solo, empecé a cantar Billy Jean de Michael Jackson, y me puse a bailar, mientras hacía el paso lunar, cuando fui descubierto por Elmore, quien se me quedó viendo.
— Jajajajaja, no sabía esta faceta de bailarín del Dios del cauce.
— AAAAGH, ¿hace cuánto estás ahí?
— Acabo de llegar, ven, su majestad quiere verte y presentarte a tu ahijada.
— Si, claro ✌️ahijada✌️, vamos, dije emocionado .
Rápidamente, Kleene me llevó a la habitación de Ariel. Antes de entrar, me advirtió que no insistiera en que la bebé era mía, porque podía perturbar la mentalidad de la reina. (Claro, como si ella ya no fuera lo suficientemente perturbada y demente; y ahora resulta que yo soy el que la perturba).
Cuando entré, casi me caigo de culo y sentí que una diarrea explosiva inminente se me venía . Ahí, sentada en la cama y acariciando la cabeza de Ariel mientras esta amamantaba al bebé, estaba Silphy con una gran sonrisa.
—Rudy, amor, ven a conocer a tu ahijada —me dijo Ariel con una sonrisa.
—Sí, sí, sí, Silphy, ¿qué haces aquí? Pregunte ya no pálido, si no que Azul.
—Tú me mandaste a buscar, tonto. Faria me dio el aviso. ¿Por qué pones esa cara? Ven rápido, ven a conocer a tu hija.
—Uuf, ¿en qué idioma debo decírtelo, Silphy? No es hija de Rudy.
—✌️Claro que no lo es✌️ —dijo Silphy con ironía —. Mira su cabello; es igual al de Rudy, Paul y Lucy.
—Es un color común en Asúra, Elmore y muchos asuranos también lo tienen así. Mi madre tenía ese color de cabello también, así que lo saco por su abuela .
—Sí, sí… ¡Uuf! ¿Lo vas a negar hasta que muramos? ¿Cierto? En fin, Rudy, ven a verla, mirala es tan linda.
—Toma, Rudy. Ella es Sariel Anemoi Asúra, segunda princesa de Asúra, tu hij(…) ahijada.
Cuando la tomé en brazos, ella me miró. Tiene los ojos azules como Ariel, y su cabello es de mi color(…) o del color que era, porque aún después de casi un año, mi cabello tiene varios mechones blancos y al parecer se quedará así, Eris recuperó su color sin embargo yo no del todo . De hecho, muchos que no me conocen creen que soy un mestizo dragonfolk.
Sariel es muy linda; se parece a Ariel, pero con mi cabello. Es hermosa. Me senté al lado de Ariel mientras sostenía. A nuestra bebé en mis brazos.
—¿Dónde está Edward? —pregunté.
—Con las nodrizas en su habitación —dijo Ariel—. Espera, Rudy, ¿a dónde vas?
Entré a la habitación de Edward y se lo arrebaté a la nodriza que lo cuidaba. Ella entró en pánico, pero Luke qué estaba ahí cerca la calmó. Regresé con el niño de casi dos años para que conociera a su hermana.
—Mira, hijo, ella es tu hermanita; se llama Sariel. Ahora deberás cuidarla, ¿entiendes?
Él la miró y le dio una sonrisa.
—Papi —dijo abrazándome, y luego abrazó a Ariel.
—Toma a la bebé, creo que tiene hambre —dije cuando ella empezó a llorar.
—Papi, yo quiero teta también —dijo Edward.
—Ya estás grande para chupar teta, hijo, pero volverás a hacerlo cuando seas mayor(…) jejeje(…) ¡aucht!.
—No le enseñes eso al príncipe —me dijo Silphy, quien me había golpeado el brazo.
—Lo siento, amor. Escucha, Edward, ahora eres el hermano mayor(…) bueno, de Sariel, porque la mayor es Lucy, pero tú estarás más tiempo con ella, así que debes ser un buen hermano. ¿Está claro?
—Papi, quiero tetas. —me dijo Edward.
—Sí, yo también, hijo, pero no podemos(…) ¡aucht!
—¡Ya basta, Rudy! —me dijo Ariel, quien me había pellizcado el muslo.
—Creo que te llevaré con tu nodriza, hijo —dije saliendo de la habitación.
—Él siempre dice esas cosas —dijo Silphy.
—Sí, el otro día le explicaba a Ars que estaba mal tocar las tetas sin permiso, así que al otro día Ars le preguntó a Rinia si podía tocarlas, y la maldita gata le dijo que sí.
—Jajajajaja. Bueno, lo "furro" lo sacó por la parte Boreas. Aunque, pensándolo bien, tú eres parte Feral, Silphy. Con razón Eris y Rudy se vuelven locos contigo; después de todo, Eris y Rudy tienen sangre de Boreas.
—Sí, ya lo sé. Será la maldición de nuestros hijos(…) jajajaja(…) y también del primer príncipe.
—Silphy, no insistas con eso. Déjame disfrutar este momento.
—Bien, es muy linda. Aún no destetó a Siegh. ¿Puedo darle teta?
—Claro —dijo Ariel, pasándole a Sariel.
—Roxy y Eris querían venir, pero ya les falta poco para dar a luz, así que deberán esperar.
—Las visitaré cuando tengas a sus hijos. Quiero verlos. Por cierto, Nanahoshi me odia ¿cierto? ; ella nunca viene.
—Ella no es tonta; sabe que tienes una relación con Rudy. Lo que le molesta es cómo lo hiciste, majestad. Sin embargo, no te odia, y sí le agrada Edward y esta bebé. Ella solo te tiene desconfianza a ti.
—Sí, esa mujer siempre fue esquiva conmigo. Uuf, deberé hablar con ella.
—No te preocupes. Cuando vamos a la cama, cuando Rudy está en misiones, hablamos de ti, y poco a poco ella está cediendo.
—Vaya, tienes una lengua muy persuasiva, Silphy.
—Jeje, lo sabrás pronto, majestad —dijo Silphy besando a Ariel. En ese momento entró Rudeus.
—¡Hey! ¿Qué mierda hacen ustedes dos?
—Nada, lo mismo que haces con ella cuando vienes solo acá, Rudy.
—Touche —dije sentándome al lado de Ariel mientras miraba a Sariel qué tomaba teta de Silphy y le acariciaba la mejilla.
—La llevaremos a bautizar también, Rudy.
—¿Otra vez? Vamos, Ariel, es obvio que esta niña es mi(…).
—…ahijada. Y sí, aunque tal vez deberíamos solo transportarnos ahí y volver rápido; después de todo…
—Sí, lo sé. Puedo sostenerla; ya se durmió —dije mientras Sariel cerraba sus ojitos.— Es muy linda, me recuerda a Lucy cuando era una bebé — dije.
— Sí, a mí también — dijo Silphy — sobre todo por su pelo castaño, saco tu pelo Rudy.
— ¡Qué no es de Rudy! — exclamó Ariel, con un tono de molestia.
— Tienes suerte de que no existan las pruebas de ADN en este mundo, Ariel.
— ¿Qué es eso Rudy? — preguntó, intrigada.
— Bueno, es muy técnico para que lo entiendas , pero básicamente podríamos saber nuestros antepasados y familia en común solo con una muestra de cualquier parte de tu cuerpo: piel, uñas, saliva, sangre, pelo, etc si existiera aquí podría saber que ellos son mis hijos . Aunque si existieran, estoy seguro de que tu Ariel encontraría la forma de alterarlas y salirse con la suya después de todo — dije con una sonrisa pícara.
— Odio cuando hablas así de mí, me haces sonar como una villana.
— Oooh por favor, nos drogaste y te metiste en nuestra cama, y quizás cuántas veces drogaste a este bobo y a nosotras. Ya te descubrimos hace tiempo, deja de negarlo, majestad.
— No quiero hablar de eso Silphy .
— Deja de alterarla Silphy, acaba de tener a mi bebé.
— ¡Qué no es tuya Rúdeus! — replicó Ariel con molestia .
— Sí, claro — dije, besando su cabeza con ternura, lo que provocó una sonrisa en su rostro. Te molesta si le hablo en la legua de mi mundo anterior, le dije a Ariel .
—Claro hazlo, no hay problema.
—Mi niña hermosa, abrazame a tu corazón y no me dejes ir, siempre voy a estar ahí para ti mi niña, así como estaré para todos mis hijos hasta el último día de mi vida.
—¿Que le dijo Silphy?, le dijo Ariel al oído.
—No lo sé, tal vez Nana podría saber, o Lara ella puede hablar esa lengua, esa niña nos dice que esta hablando Rudy cuando habla en esa lengua, y casi siempre está recitando canciones.
— ¿Cómo sabías que sería una niña, Rudy? — preguntó Ariel, con un toque de curiosidad.
— Orsted puede ver el posible futuro, y hace unos meses me dijo que sería una niña.
— Uuf, ese tipo es una aguafiestas, le quita el chiste a todo.
— ¿Por qué no le dices a Orsted que sea el padrino de Sariel? — le sugerí.
— No quiero que seas tú Rudy.
— Sí, además Sariel no tendrá miedo y quedará en evidencia que es tu hija Rudy — me dijo Silphy, con una sonrisa traviesa.
— Ya basta ustedes dos, última advertencia o haré que Doga y Alex los echen.
— Qué mal carácter tienes, majestad — dijo Silphy con picardía — Rudy dale un beso para que se calme.
— Eeeeh, no sé si sea una buena idea Silphy, Aaaaagh, pero Ariel me metió la lengua hasta las amígdalas.
— Qué rico, eso me calmó — dijo Ariel con una sonrisa pícara.
— Me pregunto qué diría tu hermano de la otra vida si te viera Rudy — me dijo Silphy.
— No me creería nada, además tú viste su recuerdo, seguramente se burlaría de mí, y mi cuñada también.
— ¿Los conociste Silphy?
— Sí, su familia y amigos eran personas agradables, aunque su amigo el feo se asustó cuando use magia y vio mis orejas jejejeje.
— Yo solo conocí a su familia pero no a sus amigos — dijo Ariel — eran agradables, ese mundo es muy genial.
— Sí, hablando de eso, hace poco Rudy fabrico unas cosas y (...).
Así se pusieron a hablar de mi mundo y lo que habían visto, y nuevamente dejaron en evidencia que no soy tan listo como creían, sino más bien un copión descarado.
— ¿Tú no creas nada propio?, cierto Rudy?, todo lo que haces son ideas de ese mundo — me dijo Ariel, con un tono ligeramente burlón.
— Pues creamos a esta linda niña Ariel, y yo no necesité tecnología de mi mundo para hacerla, aunque tú sí necesitaste drogas para hacerme olvidar jajaja, aucht.
— Largate Rudy, te lo advertí.
— No me iré, déjame estar con la bebé — le dije, pero ella tenía las mejillas infladas, al final suspiró y me permitió estar ahí.
— Oye Silphy, vendrán en 2 meses y cumplirás con lo que dijiste, ¿cierto?
— Claro majestad, aquí estaremos, pero quiero que sea en nuestra casa, aquí no me gusta con gente afuera de la puerta.
— ¿De qué hablan ustedes dos? — pregunté, un poco intrigado.
— De nada, de una recepción que queremos hacer.
— Oh, ya veo, hablando de eso debo hacerle un favor a Doga.
— ¿Qué favor?
— Nada, es algo de hombres, par de entrometidas — dije, con un tono divertido.
— No me digas así, soy la reina — me dijo Ariel con molestia .
— Ariel, con todo respeto, en público te trataré como a la soberana, pero estamos en privado, y después de todo lo que me has hecho y lo que hemos pasado, no deberías tener cara, para sacarme a vista tu status de soberana cuando estamos en la intimidad.
— Bien, bien, aunque me encanta cuando te pones así, y me tratas como una igual, eso siempre me excita, sabes.
— Sí, ya me daba cuenta — dijo Silphy cruzándose de brazos — si hubieras confesado esto cuando aún no salía con Rudy, o cuando éramos novios, las cosas serían más fáciles.
— No, a mí me gusta así — dijo Ariel.
— ¿Qué nos deparará el futuro de ahora en adelante? — se preguntó Ariel.
— No lo sé, Orsted dice que no habrá muchos problemas hasta que aparezca Laplace, solo debemos seguir con el plan, él dice que todo va bien, las fuerzas mágicas serán la base de la derrota del rey demonio, lamentablemente, ni tú ni yo estaremos ahí — le dije a Ariel — y tú Silphy con Roxy, manténganse a salvo, sé que nuestros hijos y nietos las cuidarán.
— No hablen de eso, somos muy jóvenes para pensar en ello aun, mejor vivamos el momento y disfrutemos de nuestras vidas — dijo Silphy.
— Sí, será lo mejor — dijo Ariel, quien me quito a Sariel de mis manos y la miró mientras dormía.
— Crecen tan rápido, en unos meses Lucy entrará en la universidad, y sé que antes de que me dé cuenta, Lara, Ars, Edward, Sieghart, Sariel y los bebés que vienen en camino lo harán también.
— Qué no son tus hi (...), uuuf tengo hambre, pediré algo para comer.
— Será mejor que regresemos Silphy.
— No, quédense, no me dejen sola — dijo, y así compartimos todo el día con Ariel y Sariel, durante el día estuvieron Kleene, Elmore, Luke y Tristina, además de Edward quien llegó a jugar conmigo hasta que se durmió de noche.
Finalmente, decidimos regresar a casa antes de preocupar a las chicas que además están solas en casa, claro bajo la protección de Orsted, pero aún así, no me gusta que estén ahí solas.
Nos despedimos de Ariel con un beso, y la dejamos con los niños, parte de mí quería quedarse esta noche con ella pero Ariel dijo que volviéramos, así era nuestra relación, debía ser oculta, así regresamos a nuestra casa a la Sharia, donde nos esperaban nuestras esposas, además de Paul, mis madres y Aisha que habían llegado hace poco y se habían enterado que Ariel había tenido al bebé, y como de costumbre ahí sentado en mi cocina estaba Alek. El cual estaba jugando con Sieghart, él tiene un modo muy raro de jugar, le pasa un dedo hasta que Siegh, este se lo fractura y luego se cura con su maldita regeneración.
Cuando subimos nos bombardearon con preguntas.
— ¿Cómo está el bebé? — preguntaron básicamente todos.
— Pues, es una niña, se llama Sariel y es idéntica a su majestad, tiene los ojos azules y el pelo castaño.
Paul me dio una severa mirada cuando dije eso, y Mamá unas feroces bofetadas.
Pero nadie sobre reaccionó, bueno salvo Lucy y Lara que querían conocer al nuevo bebé, pero eso será para otro día.
Después de cenar, y cuando se estaban por ir de casa, Paul me habló.
— Rudy, ¿podemos ir a casa y hablar tú, tus madres y yo?
— ¿No puede ser aquí?
— No, solo tú, tus madres y yo, solo será un momento.
— Uuf, está bien, iré a avisarle a las chicas que iré contigo — dije.
Mientras en el palacio de plata, Ariel estaba con sus hijos y su séquito alrededor.
— ¿Todo bien majestad?
— Sí, todo bien, estoy más tranquila, creo que dormiré esta noche, Kleene, Elmore podrían quedarse aquí, y despertarme cuando Sariel quiera pecho?
— Claro alteza.
—¿ Y ahora qué? , con todo respeto majestad, ¿todavía debemos ocultarle a mi primo esto?
— Sí, Luke, y más te vale seguir negándolo.
— Con todo respeto alteza, te conozco de niños, y te debo mi lealtad, sin embargo, ¿no crees que sus alteza deben conocer la verdad?
— Yo veré eso Luke, en lo que a ellos respecta Rudy solo es su padrino, y lo elegí porque es el dios del agua, ¿entiendes?, si sigues en tu afán de decirle algo te consideraré un traidor y te irás al exilio con Tristina, y tu hermano asumirá el mando de la casa Notós, ¿está claro?
— Está claro alteza, no debes preocuparte, sin embargo, recuerda que Rúdeus lo sabe, no es idiota, y ocultárselo a los príncipes puede ser un error, Rúdeus se los va a decir cuando tengan edad.
— Sí, pero yo lo negaré, así de simple.
— Está bien, yo seguiré tus órdenes alteza.
— Me parece bien, Luke, y eso va para todos ustedes.
— Claro — dijeron todos haciendo un saludo noble.
En ese momento Ariel miró a su bebé, y esta la miró a los ojos.
— Jajaja maldita sea, tienes la misma mirada de tu padre.