La Navidad de los Greyrat.

Cuando llegué a la Sharia, me dirigí de inmediato a casa. Cuando llegué, la familia estaba desayunando.

— Rudy, ven, siéntate a comer algo, Roxy dijo que debiste ir de urgencia a Ars, ¿que pasó, todo está bien ? , me preguntó Silphy.

— Todo está bien. Y, gracias, pero ya comí en Ars, dije sentándome al lado de Silphy .

— Sí claro, se perfectamente lo que comiste en Ars , me dijo Nana con las mejillas infladas. Algo me puso sonrojado.

— Fuiste a ver a la reina, me dijo Eris.

— Sí, y no, ¿Roxy no les dijo?

— Sí les dije, Rudy, que fuiste a toda prisa con la armadura puesta. Pero, ¿qué pasó con Doga? ¿Está bien?

— Sí, estaba triste, porque Isolte estaba teniendo muchas entrevistas para encontrar marido con Nobles y familiares de Ariel .

— Jajajajaja, ¿esa mojigata? Jajajajaja, ¿tan desesperada está que se entrevista con pretendientes ? Cómo no busca un tipo, así como la gente normal encontramos pareja .

— No seas así, Eris. No todos tienen la suerte de encontrar a quien amar, y no digas nada, Te recuerdo que tus padres te enviaron a seducirme cuando éramos niños, para obligarme a casarnos.

—No es lo mismo, yo te amaba desde que era niña, y tu no quisiste hacer nada esa noche, ademas fue muy lindo porque fue la primera vez que dormí contigo y fue muy tierno y no hicimos nada pervertido .

—Claro que no, éramos niños, jamás te hubiera apuesto un dedo encima a esa edad Eris.

— ¿Y qué tiene que ver Doga con Isolte? Preguntó Nana.

— Pues Doga le pidió matrimonio a Isolte, y esto llevó a una confusión con el estatus de Doga, ya que Isolte creía que Doga era un príncipe menor.

— Jajajajajaja, ¿ese bobo un príncipe? Jajaja, jajajajaja, si apenas puede hilar dos palabras, jajajajaja.

— Deja de burlarte de las personas, Eris, —la regañó Roxy.

—Mami blanca, puedo ir a practicar con Lara y Ars, —dijo Lucy, que por cierto estaba en sus días libres.

—claro amor, — le dijo Silphy, y los niños salieron al patio con Leo.

— ¿Y qué pasó con Doga, Rudy? preguntó Silphy en modo chismosa.

— Bueno, Doga había renunciado a los caballeros dorados por lo que le dijo Isolte, y Ariel me ordenó hablar con Doga, y después de una charla, le dije que hablara bien con Isolte y aclarara sus sentimientos y lo del estatus, y si Isolte lo rechazaba, lo traería conmigo y lo convertiría en general del ejército de Orsted.

— Ya veo, entonces ¿Doga se está quedando en la cabaña? Dijo Aisha .

— Oye, qué poca fe le tienen a Doga, él es un gran sujeto, dije.

— Puuf, si tanto lo quieres, entonces casate con él, me dijo Eris.

— Muy graciosa, pero Doga se quedó en Asúra.

— ¿Y qué va a hacer ahora que renunció como caballero? Dijo Roxy.

— No, Ariel lo reincorporó a su guardia personal.

— Ya veo, pobrecito, va a tener que ver a Isolte siempre, dijo Silphy.

— ¿Por qué asumes que Isolte lo rechazó? Le dije.

— Porque ella es la diosa del Agua, y Doga es gigante. Si Doga es proporcional a su cuerpo, en la noche de bodas puede partir en dos a Isolte, jejejeje.

— Dios, Silphy, se te está pegando lo vulgar de Rudy, la regañó Nana.

— Dejen de burlarse de Doga e Isolte. Uuf, debo enviarle un mensaje a Cliff para que reserve un día dentro de un año para que oficie la boda.

— ¡Espera un segundo! , ¿estás diciendo que Isolte lo aceptó? Dijo Nana.

— Sí, se casarán dentro de un año. Está toda la familia invitada a la boda, por cierto.

— Wuajajajaja, jajajajaja, jajajajajaja, Dios, Isolte debe estar desesperada para casarse con ese gigante .

— Deja de burlarte, Eris.

— Dios, Nina se morirá de la risa cuando se entere. Wuajajajaja, Isolte va a gozar dos veces: cuando Doga se le suba y cuando se le baje, jajajajaja.

— Ya basta, deja de burlarte, le dije muy serio.

— Lo siento, Rúdeus, jajaja, ppfff, jajajja.

— ¡Ya basta, Eris! Isolte es tu amiga, deberías estar feliz por ella.

— Bien, bien. Dios, qué mal carácter, pero si está todo solucionado, ¿por qué llegas a esta hora?

— Pues anoche bebimos con los chicos en honor al novio.

—Ya veo, malditos ebrios. Oigan, chicas, deberíamos hacer una noche de chicas e invitar a Isolte en nuestra casa de Ars, ¿qué dicen? Dijo Eris.

— Sí, es buena idea. Isolte es virgen, deberíamos darle consejos, dijo Silphy. — Pobre Isolte, ese tipo es gigante, la va a atragantar, jajajajajaja.

— Dios, Silphy, ¿qué diablos pasa contigo? Le dijo Nana.

— No creo que le pase nada. Isolte con Doga es como el tamaño mío con el de Rudy, y yo no me atraganto cuando estoy con Rudy . Aunque mi primera vez sí fue un poquito incómoda, pero con el tiempo mejoró mucho, jejejeje.

— Oigan, chicas, no hablen de eso delante de Siegh, les dije .

— Oh, solo tiene poco más de un año, ni siquiera recordará de lo que hablamos, me dijo Silphy .

— Yo me largo. Odio cuando hablan de su intimidad con mi hermano, dijo Aisha, saliendo a entrenar con los niños.

— Bien, hablaré con Cliff cuando venga a ver a Elinalise, dije poniéndome de pie .

— Oye, Rudy, espera, la próxima semana empieza el invierno, me dijo Nana.

— ¿Y eso qué, amor?

— Faltan pocos días para Navidad, dijiste que podríamos hacer algo, ¿recuerdas?

— ¿Quiere que cortemos un pino, lo adornemos y nos demos regalos, Nana?

— Sí, esa celebración de tu otra vida era muy linda, Rudy, —me dijo Silphy.

— Bueno, Navidad es cuatro días después del solsticio de verano… digo, de invierno en este hemisferio. Está bien, también crearé un pesebre con magia de tierra dije .

— ¿Qué es eso, Rudy? Me dijo Nana.

— Es que Navidad para los occidentales era algo más religioso, ¿ustedes qué hacían?

— Nada, darnos regalos, ir a comer o tener citas. No sabía que era algo religioso.

— Bien, preparemos todo, dije. ¿De qué demonios te ríes, Eris?

— De nada, me imaginé a Isolte en su primera vez, jajajajajaja, ella va a estar muy confundida con eso, jajajaja.

— Ella es una noble, ya debe saber lo que tiene que hacer, le dije.

— Por cierto, Rudy, con quien dormiste anoche, me preguntó Silphy.

— Eeeehh, yo, bueno, yo después de beber me iba a venir a casa, y entonces (…), lo que pasó fue que, verás.

— Jajajajaja, no te diremos nada, ¿por qué te asustas?

— Por nada, Nana, vamos a ver un pino, le dije.

— Bien, dijo de mala gana y salimos al bosque.

— ¿Por qué haces eso, Silphy? Es obvio que durmio con Ariel, le dijo Roxy.

— Jejeje, lo sé, me gusta verlo retorcerse de vergüenza, jejeje.

— Dios, cada día te pareces más a Elinalise, le dijo Roxy.

— No me digas así, yo no hago las cosas que hacía mi abuelita.

— No lo digo por eso, es por tu humor retorcido. Creo que cada día te pareces más a ella y Rudy te está influenciando de mala manera.

— Puede ser, creo que trataré de no ser tan extrovertida.

Por cierto, chicas, ¿qué dirían de acostarse con Ariel?

— ¿Estás demente? Es la Reina, le dijo Eris.

— Sí, pero el otro día me dijo que le gustaría hacerlo con ustedes y Rudy, o todos juntos , después de todo, ya es de la familia.

— No sé, yo soy Ruda, podría lastimarla, dijo Eris .

— Ja, eso le encantará a ella, le gusta el dolor.

— Ya veo, puede ser.

— ¿Qué hay de ti, Roxy?

— Sí, ¿por qué no? Solo se vive una vez, o al menos no recordaré esto en la otra vida.

— Jejeje, le avisaré a Su Majestad, dijo Silphy con su hermosa sonrisa.

Mientras tanto, Nana y yo caminábamos rumbo al bosque.

— ¿Estás enojada, Nana ?

— No, bueno, sé que te lo permito, pero ella no me agrada. Hubiese preferido a Sara en la familia, que a la Reina.

Ella no entró por la puerta a la familia, se escabullo por una ventana como una ladrona .

— Yo no amo a Sara, Nana. Y además Orsted dice que lo de Ariel era inevitable.

— Lo sé, aunque aveces pienso que Orsted movió esos hilos en las sombras para tener de aliados a la familia real Asurana en el futuro .

—No creo que Orsted sea tan retorcido, dije.

—Quien sabe, en fin trataré de llevarme mejor con tu reinita.

— ¿Celosa? Dije agarrándole el culito.

— ¿Yo? ¿De ti? Puuf, claro que no.

— Sé que sí lo estás, dije abrazándola y tomándola en brazos.

— Deja de hacer eso, ya no somos niños. Tengo 32 años, por Dios santo.

— Sé que te gusta que te abrace, amor. Por cierto, te ves hermosa con ese gorro.

— Sí, Silphy lo tejió para mí. Ella es muy linda cuando quiere convencerme para llevarme a la cama.

— Sí, Silphy. Era una niñita tan tierna cuando éramos niños, su risa, su voz tierna . Yo la amaba como a una hermanita, la verdad nunca me la imaginé como mi esposa en esa época .

— ¿Estás bromeando, cierto?

— Bueno, no. Era un niño, mi cerebro funcionaba como un niño, pero mis recuerdos de otra vida me hacían verla como una niñita frágil, ademas me gustaban sus orejitas de elfa cuando las movía y empecé a cuidarla como si fuera mi hermana pequeña.

— Sabes, Rudy, aveces pienso que tuvimos suerte de que tú tomaras tu cuerpo al reencarnar . Imagínate si quien hubiese muerto en ese accidente hubiese sido un pervertido o Kenji, a ese idiota le gustaba el hentai.

— AAAAGH, no me lo recuerdes. Cuando casi me mato con el sable de luz, soñé que Rúdeus era un tipo así, el gordo que te gritaba qué salieras dle camino la noche que corrí hacia ti , ese sueño me aterró mucho. Incluso la Aisha de esa realidad era rara, incestuosa , estuve por días evitando a mi hermana después de ese sueño.

— Jajaja, eres un tontito, Rudy. Por cierto, ese fue el mismo sueño donde soñaste con otra versión de mí, esa que Silphy odiaba?

— Sí, ese mismo.

— Jajajajaja, eso sería raro, considerando como dormimos juntas.

— Sí, esa Silphy del sueño me asustaba, jajaja, y esa versión tuya del sueño, me daba pena. Tan sola, tan triste y tuve que dejarla sola en esa realidad . Bueno, no pensemos en eso, dije mientras ella me sonreía y me besaba.

— Ese se ve bien, ¿qué dices, Nana?, dije apuntando a un pino.

— Sí, se ve genial. Córtalo de unos dos metros de alto.

— Bien, dije elevando me con gravedad y cortando el pino con Excalibur. De regreso, la gente me miraba muy raro mientras llevaba un pino en mi hombro.

— ¿Y qué le regalamos a los niños Rudy ?

— Oh, juguetes. Es algo nuevo para ellos. Cualquier cosa será bienvenida, lo mismo que a las chicas y mis padres .

— Sí, podría hacerle unos muñecos de acción a los niños, tal vez Batman, Superman, o Goku.

— AAAAGH, Dios santo, solo dales muñecos normales.

— Esos son normales para mí, Nana. No sé qué se regalaban en Japón, pero en occidente era algo común.

— Bien, dales lo que quieras, yo les daré otras cosas.

— Ya se, ¿creo que me disfrazarías de… eeeeh, ¿cómo llamaban al tipo navideño en Japón?

— Santa Claus. Y tú, ¿cómo lo llamabas, Rudy?

— Eeeeh, jajajaja, solo llamémoslo Santa, dije. Oye, ¿tú te molestarías si invito a Ariel y los niños?

— Uuf, está bien, hazlo.

— Pero no lo digas así. Si no quieres, no la invitaré.

— No, hazlo. Son tus hijos, después de todo, Rudy. Además, aprovecharé de hablar con ella, después de todo, ya todos los cercanos saben de tu reencarnación.

— Oooh, mierda, estará Alek.

— ¿Por qué no le dices?

— No, claro que no, no confío en él.

— Uuf, qué niño eres. Bueno, no creo que tome mucha atención más que seguro se irán con Aisha después de la cena.

— No quiero ni imaginarme cómo será un hijo de esos dos. Si saca la inteligencia de Aisha y la locura y fuerza de Alek, será un chico problemático.

— O una chica, dijo Nana.

— Sí, en fin, volviendo a la Navidad, crearé mini espíritus de luz que iluminen el árbol para reemplazar las luces, y pondremos adornos. Ya que tenemos café y azúcar, haré el ponche que hacíamos en Navidad, también ese pastel que hacíamos en Navidad. ¿Ustedes, en Japón, qué comían en estas fechas?

— Pues, pollo frito.

— ¿Qué? ¿Me estás tomando el pelo?

— No, en serio. Eso, estofado de carne y verduras, y pastel de crema y fresas.

— Sí, podemos hacer eso también, ¿por qué no?

— ¿Y tú qué comías, Rudy? ¿Pavo navideño?

— No, jajajaja, hacíamos un asado, o algo liviano, después de todo era verano en el sur.

— Déjame comer pollo frito y pastel de fresas con crema, amor.

— Bien, pero de todos modos haré ese licor y pastel de frutas secas de mi país le dije, aunque deberíamos hacer algo caliente, está muy helado el clima, le dije.

— Esto será muy lindo, despertar el día de Navidad y dar los regalos a los niños.

— ¿En la mañana?

— Claro, al despertar.

— Ummm, nosotros los dábamos a media noche.

— Rudy, los niños van a estar con sueño a esa hora.

— Bien, bien, que sea de mañana entonces, señora gringa.

— Oh, ya cállate.

— Bueno, mejor así, pero Ariel deberá dormir en casa, dije.

— Uuuuum, ¿quieres acostarte con ella, cierto?

— No lo digo por eso.

— Ummm, sí, claro. Oye, Rudy, me he fijado que a Christina le gusta estar en tus brazos a diferencia de Ars.

— Sí, siempre se duerme cada vez que la sostengo y le canto. También Lily, pero Chris salió muy apegada a mí y a Paul. Y ahora que lo pienso, Sariel también le gusta estar en mis brazos.

— Los niños crecen rápido. Siegh ya dice mamá, y está aprendiendo a caminar. Oye, ¿sabes? El otro día levantó un baúl como si fuera papel, ese niño es muy fuerte.

— Sí, lo sé. Qué bueno que ya esté aprendiendo a controlar su fuerza. Ya hace un tiempo no me rompe los dedos.

— ¿Cómo haremos los adornos navideños?

— Con magia de tierra, y con los niños los pintamos, ¿te parece?

— Claro, me dijo sonriendo.

Esos días fabriqué varios adornos, como bolas, estrellas y cosas así, mientras las chicas y los niños las pintaban. Hasta el imbécil se unió a nosotros junto con Aisha.

— ¿Qué van a celebrar, Reidar?

— Una fiesta del mundo de Nana. Ella extraña esas costumbres y quiero que se sienta más cómoda.

— Es un lindo gesto.

— ¿Y ustedes ya no entrenan?

— Sí, lo hacemos. De hecho estuvimos en una misión con Aisha por unos días.

— ¿Llevaste a mi hermana a una misión?

— Oh, ya tranquilo, Rudy. Nada me pasará, soy casi una santa del norte, me dijo Aisha .

— Aún te falta amor, le dijo Alek sonriéndole. AAAAGH, era tan fuerte el cuadro de amor de esos dos, que podías ver a los querubines con el culo al aire revoloteando entre ellos.

Papá y mis madres también se habían unido a pintar adornos y veía a Paul algo nostálgico.

— ¿Todo bien, viejo?

— Sí, es solo que tengo la sensación de que alguna vez hice esto, me dijo. Yo y Nana solo le sonreímos.

— Oye, Rudy, ¿qué te recuerda esto? Dijo Roxy sosteniendo dos bolas en sus manos y jugando con ellas mientras levantaba sus cejas.

— Oye, Roxy, no seas pervertida, los niños están aquí.

— ¿De qué hablas, Rudy? Lo digo por cuando te enseñé a conjurar dos bolas de agua, ¿qué demonios estabas pensando?

— En nada, dije volviendo a fabricar adornos.

Esa noche, todos estaban listos y los niños estaban felices mientras adornaban el arbolito, lo cual nos puso nostálgicos a mí y a Nana, y creo que también a Paul. Una vez Lucy puso la estrella en la punta, invoqué los espíritus que iluminaron el árbol navideño.

— Se ve muy hermoso, joven amo, — me dijo Lilia.

— Sí, ¿estás bien, Nana? Dije al verla con los ojos llorosos.

— Sí, mi amor, estoy bien. Gracias por hacer esto.

Esa semana compramos unos regalos para los niños, nada de otro mundo, juguetes más que nada, y cosas cotidianas para los adultos, como camisas o ropa en general. También visité a Ariel y le dije lo que íbamos a hacer, así que decidió ir ese día a casa.

Ya con todo eso listo, hicimos algo más familiar, aunque invité a Elinalise y Clive a pasar la noche en casa.

Ese día, Ariel llegó con los niños, y sola, sin guardias ni nada. Silphy la ayudó a cargar a Sariel mientras subían desde el sótano con las cosas que traía. Edward, como siempre, saltó a mis brazos, y Ariel me dio un beso delante de todos, provocando que después de que ella fuera a saludar al resto de la familia, mamá me tirara con el zapato, certeramente en la cabeza.

— ¿Y qué celebramos? Dijo Ariel.

— Eh, algo del mundo de Nana. Se llama Navidad. Era algo así como celebrar el nacimiento de Milis y se comparte una cena.

— Ya veo, ¿y qué me vas a hacer de rico esta noche , Rudy? Me dijo mordiéndose el labio.

— Trague saliva sonora mente —¿A qué te refieres Ariel ?

— JEJE, tontito. Hablo de comida, dijo cerrándome el ojo.

— Oooh, eso, jejejeje, hay pollo frito, pasteles y un ponche de leche con café especias y licor de cebada.

— Eso suena delicioso. Tan delicioso como tú, me dijo cuidando que solo oyeran las chicas, las cuales aún tenían cara complicada, excepto Silphy, porque bueno, ya saben.

Fue una velada agradable, aunque aún recibía miradas de reproche de Paul, aunque ya casi no me dice nada respecto a ello. Luego de comer, Aisha y Alek salieron a la Sharia, y papá y mis madres regresaron a su casa, con la promesa de que todos deberían venir temprano para abrir los regalos. Los niños los dejamos durmiendo en las habitaciones del primer piso, incluidos Clive y los príncipes, así que solo quedamos mis esposas, Ariel y Elinalise.

— Bien, ahora que Alek se fue, ya pueden preguntar lo que quieran, les dije.

— Qué hermoso se ve ese árbol adornado. ¿Es algo de tu mundo, Nanahoshi? , preguntó Elinalise.

— Así es, pero es más una tradición cristiana. Rudy debe saber bien por qué adornaban un árbol.

— La verdad, yo no tengo idea, Nana. Esa tradición estaba ya hace muchos años. Cuando era niño en la otra vida, también adornabamos un pino, aunque después era artificial, pero no sé qué demonios representa, creo que es una costumbre pagana antes de que Roma se volviera cristiana pero no estoy seguro .

— ¿Y por qué se dan regalos? Dijo Ariel.

— O bueno, porque según dicen en la religión de mi otro mundo , cuando nació Jesús, que viene a ser como el Milis de este mundo , tres reyes magos vinieron del oriente y le trajeron oro, incienso y mirra, por eso la tradición de dar obsequios.

— Oh, Dios mío, Rudy, ¿porque no me dijiste eso? . Solo traje juguetes, no me dijiste que había que regalar oro o incienso.

— Jajajajaja, nadie regala eso, amor. Eso fue hace 2000 años en mi mundo anterior. Todo el mundo regalaba juguetes, ropa o calcetines. Dios, siempre me daban calcetines, jajajaja.

— Mentiroso, en tus recuerdos vimos que te dieron ese Nintendo, ¿Nana no puedes invocar esa cosa? , dijo Eris.

— No, y aunque pudiera, no existe la electricidad para hacerlo funcionar.

— Qué lástima, dijo Eris con un puchero.

— Yo quiero ver ese mundo, dijo Elinalise.

— Claro que no, mi mente no es un maldito circo para entretenerlos a ustedes, malditos locos , le dije .

— No me gusta cobrarte favores, Rúdeus, pero tendré que sacar la carta de las veces que te he ayudado sin pedir nada a cambio .

—¿ Ah si?¿ Que hay de esa vez que me pediste el Afrodisíaco para dejar seco a Cliff?

—Eso fue una excepción, pero me debes muchos más favores, nietito.

—Maldición, bien, pero solo una vez.

— No creo que sea buena idea, abuelita. Rudy, en sus sueños, tiene dos amigos, y uno de ellos va a querer sobrepasarse contigo es algo pervertido.

— Ohh, jajajaja, tranquila, querida. Iré con Cliff y se lidiar con tipos así.

— ¿De quién hablan? ¿Del feo? Si ese idiota me miraba con cara de pervertido y el otro parecía un idiota, bueno, casi igual que Cliff y Zanoba. Te rodeas de amigos idiotas en todas tus vidas, Rúdeus, me dijo Eris.

— Hey, no les digas así. Además, Cliff no es pervertido.

— No lo digo por él, lo digo por Zanoba. Ese tipo tiene una rara obsesión con las muñecas.

— Hey, dices que mi Cliff es idiota, dijo Elinalise.

— Sí, lo es. Por cierto, ¿dónde está Zanoba?, preguntó Eris.

— Está en el reino del Rey Dragón visitando a su sobrino. Fue con July y Ginger, le dije.

— ¿Y las chicas? Preguntó Eris por las furras.

— Ooh, ¿no te lo dije? , están en Ars supervisando la oficina de la capital y bueno, tus hermanos las invitaron a salir.

— Uuf, no puedo creerlo, sabias que el idiota de Gabriel canceló su boda. Creo que está enamorado de Rinia.

— Jaja, si, pobre idiota, dije bebiendo mi ponche.

— Mmm, este licor es muy rico, dijo Ariel. Es de tu mundo, Lady Nana.

— Sí, pero del país de Rudy. Se parece a esa crema irlandesa, es rico, dijo Nana algo ebria.

— Sí, pero no podremos dormir bien,nos dijo Ariel, he probado esta cosa en Asúra y me deja muy hiperactiva , jejeje.

— Bueno, el café tiene algo llamado cafeína que te quita el sueño, Alteza, pero si te desintoxicas estarás bien, le dije.

— ¿Alteza? Jajaja, deja de llamarme así. Solo dime Ariel. Rudy, deja de fingir, ya todos lo saben.

— Saber, ¿qué? Dijo Elinalise con una sonrisa.

— Nada, dije. No les hagas caso, suegra, las chicas están un poco ebrias.

— Ya veo. Por cierto, Rudy, ¿cómo se llama este grano con el Que hacen este café ?

— Café.

— ¿Como el que sirven en las cafeterías, pero no sabe igual?

— No, en las cafeterías de este mundo sirven café de cebada tostada, este se hace es un grano que acá no existe y de hecho no le den a los niños hasta que tengan unos 10 años .

— Ya veo, dijo Elinalise bebiendo de su trago .

— Por cierto, ¿y Cliff?, le pregunté

— Vendrá en un mes.

— Debo hablar con él. Le prometí a Isolte que él oficiaría su boda con Doga.

— Así que se casará con el gigante, eh. Dios, si el tipo es proporcionado con su herramienta , la pobre chica va a sufrir su primera vez, así como sufriste tú, Roxy. ¿Recuerdas cuando estuviste caminando raro por días después de que mi nieto te hizo debutar en Lapam?

— ¡Ya cállate, Elinalise!, ¿como se te ocurre contar eso? .

— Jajajajaja, sí, yo recuerdo que a Silphy le pasó lo mismo. ¿Recuerdas, Silphy? Le dijo Ariel, Y además le diste ese afrodisíaco, jejejejeje.

— ¿Ah, sí? y tú, Majestad, ¿tu primera vez, sufriste?

— Sí, pero fue delicioso, dijo guiñándome el ojo.

— Cof, cof, cof. Creo que mejor las desintoxico, chicas, dije. Es Navidad, no deberíamos estar hablando de esto.

— Cual es el problema, si somos todos adultos, dijo Silphy.

—¿ Rudy les contó que salvó la situación el otro día? Doga quería renunciar y Rudy fue a hablar con él y lo aconsejó, y después Isolte aceptó ser su esposa. Hip, debieron verlo lo imponente que se veía Rudy con su armadura dorada, les dijo Ariel.

— Por cierto, ¿cómo van esos dos? Pregunté.

— Pues no hablo mucho con ellos, Pero Tristina dice que Doga está más sonriente, e Isolte también, aunque los primeros días apenas le hablaba a Doga y había rumores de que ella no lo amaba.

— Oh, no, mi pobre muchacho, dije.

— Tranquilo, unos días atrás Isolte lo llamó "cariño" sin darse cuenta. Ella estaba muy sonrojada cuando lo llamó así, jejejeje.

— Uuf, me alegro. El grandote tiene buen corazón.

— Sí, Lord Alex me contó que tú le tienes afecto después de que se lanzó al abismo a rescatarte, Rudy. Por cierto, nunca me contaste de esa batalla? Me dijo Ariel.

— Sí, bueno, me derrotaron. Alek y Gal Farion me atacaron por sorpresa en el abismo del Wyrm de tierra y cuando estaba por matar a Gal Farion a puñetazos, los desgraciados me cortaron los brazos y me lanzaron al abismo. Atofe me salvó la vida con el cofre que me dio, y Doga saltó a rescatarme, me curó como pudo y me cuidó de los Wyrm de tierra.

— Eso suena tan excitante, como casi matas al Dios del filo, dijo Ariel mordiéndose los labios.

— Sí, pero yo lo maté. Fue decepcionante. Gal Farion perdió su confianza, de hecho, antes de morir me nombró emperatriz del filo y me dio su espada, dijo Eris .

— Wow, eso también suena excitante, Eris, dijo Ariel poniendo su mano en el muslo de Eris, algo que sonrojó a mi pelirroja.

— Uuf, ahora también quiere a Eris, dijo Nana sentándose en mi regazo.

— ¿Qué te quejas? Y tú solo estás con Silphy.

— No, el otro día lo hice con Roxy. Fue lindo.

— Ya veo, dije pensando en esa escena .

— AAAAGH, no babees. Pareces un pervertido cuando haces eso.

— Jaja, ¿pervertido yo? Ustedes están hablando de orgías en Nochebuena.

— Yo no soy católica. Eso es tu problema, Rudy.

— Yo ya no lo soy, pero no sé no se siente bien hablar de sexo . Bueno, al menos estoy con mi familia que es lo que importa , dije besándola. — Mira la hora, van a ser medianoche, dije.

— ¿Y eso qué? Me dijo Eris.

— Nada, dije poniéndome de pie, sacando a Nana de mi regazo, y fui hacia el pesebre y de mi bolsillo saque una pequeña figura.

— ¿Qué es eso, Rudy? Dijo Silphy.

— Bueno, cuando estaba vivo en el mundo de Nana, a media noche poníamos esta figura de un bebé que representa a Jesús, que nació un día como hoy, y se pone en el pesebre, ya que él nació en un establo.

— A mi Cliff le encantaría ver este ritual.

— Lo dudo Elinalise , él es un Milis. Además, lo hago solo por tradición, dije. Nana solo celebraba esta fecha por un tema de apropiación cultural, sin embargo, yo sí era Cristiano y significaba algo más para mí que solo dar regalos. Además, estas fechas son de las que mejores recuerdos tengo de mi niñez anterior, dije.

— Estás bien, Rudy, me dijo Nana.

— Sí, amor, solo recordaba, dije sonriendo, pero como ya les he dicho mil veces, jamás cambiaría esta vida que tengo ahora por mi pasado, les dije. — Bueno, ahora se suponía que se habrían los regalos, pero los niños están durmiendo, así que lo haremos como lo hacían en el hemisferio norte y los abriremos mañana al despertar.

— ¿Por qué ustedes los abrían a medianoche, Rudy? Preguntó Nana.

— No sé, puede ser porque en Sudamérica era verano y las noches eran cálidas.

— Oh, ya veo.

— ¿Quieren chocolate caliente? Les dije.

— No, quiero seguir bebiendo, dijo Silphy, y las chicas asintieron. Solo Nana me acompañó a la cocina .

— ¿Bebías chocolate, Rudy?

— Sí, bueno, a pesar de que era verano, en la iglesia nos daban chocolate en la noche buena después de la misa. ¿Quieres?

— Claro. Lo siento por las chicas, ellas no saben de qué se trata la tradición .

— Jaja, tranquila. Solo que estemos todos juntos me hace feliz. De eso se trataba la navidad al final. Cuando ya era adulto y había perdido a mis padres y vivía solo, pasaba estas fiestas con mi hermano, y era algo más de compartir con ellos y los niños. Y además igual terminábamos algo ebrios bebiendo de ese ponche, con mi hermano, mi cuñado y los padres de ella que pasaban la Navidad con mi hermano.

— Sí, yo igual lo pasaba en familia. Mamá compraba pollo frito en el KFC.

— Espera un segundo, ¿en el KFC?

— Sí, ¿tú no?

— Claro que no. Bueno, para ustedes Navidad no tiene el mismo significado.

— No creas, me gustaba pasarla en familia. Comíamos pollo y ese pastel de fresas. Por cierto, ¿cómo conseguiste fresas en esta época, Rudy?

— Oh, eso. Ayer fui a Milis y compré varios kilos y azúcar de Malta.

— ¿Hiciste eso por mí?

— Claro que sí, te amo. Quiero que te sientas feliz, amor.

— Gracias, dijo Nana abrazándome.

Cuando volvimos con las chicas, ya estaban todas ebrias, y por algún motivo Ariel estaba sentada en el regazo de Eris, quien estaba muy sonrojada. Eso no le agradó nada a Nanahoshi.

— Oooh, Rudy, estábamos hablando del matrimonio de Doga e Isolte. Silphy quiere que la noche antes de la boda tengamos una reunión de chicas con Isolte en su casa, y tú con tus amigos con Doga en tu casa de Ars. Me parece una excelente idea, así podemos darles consejos. ¿Qué dices? Me dijo Ariel.

— Pobre Isolte, la van a dejar traumada con sus consejos, en especial con los de la abuela, — dije mirando a Elinalise.

— ¡Oh, ya cállate! ¿De quién crees que las chicas sacan sus ideas para hacerte feliz en la cama?, me dijo Elinalise.

— Ya se me hacía raro que fueran tan creativas a veces, dije.

— Yo quiero que me des consejos, — dijo Ariel.

— Jeje, majestad, con respeto, creo que los nobles son mucho más pervertidos que yo.

— Así es, pero tú debes saber cosas que ni los nobles saben para complacer a un hombre.

— Ya veo, ¿y a quién quieres complacer? — dijo Elinalise con una pícara sonrisa.

— ¡Oh, ya deja de hacerte la tonta, Elinalise! Sabes perfectamente que ella habla de mí — le dije.

— Jejejeje, Cliff te va a regañar.

— Tú le vas con cuentos, y no hay viaje a mi mundo anterior.

— Bien, bien, bueno alteza, te daré algunos consejos cuando vengas a una noche de chicas.

— Bien, vendré un día — dijo Ariel bastante ebria.

— Qué raro es verla comportarse como una chica normal, — me dijo Roxy.

— Sí, bueno, supongo que estar exiliada y en guerras sí la cambió un poco, — le dije.

— Bien, será mejor ir a dormir. Rúdeus, desintoxicame por favor, — dijo Elinalise.

— Oye, ¿puedes dormir en el cuarto al lado de los niños? Yo me quedaré a dormir con ellos, abuelita — le dijo Silphy.

— No, yo me quedaré con ellos. Ustedes tienen mucho de qué hablar.

— Sí, bueno, dame un segundo — dije y fui a la habitación a verlos. Todos dormían; las bebés dormían en las cunas, las tres se veían muy lindas. En una cama dormían Lara con Siegh y Edward, y en la más grande, Lucy, Ars y Clive.

— Qué lindos se ven, ¿no crees, Nana?

— Sí, son hermosos.

— ¿Recuerdas villancicos navideños?

— Pues "Merry Christmas", "Jingle Bells" — dijo Nana — aah, y había una en español: "¡Feliz Navidad!"

— Dios, esa era de José Feliciano y solo decía "¡Feliz Navidad!", el resto estaba en inglés. Me refiero a "Los pastorcitos de Belén", "Noche de Paz", "El Tamborilero".

— No me hagas cantar Rudy.

— Bien, lo haré yo — dije mientras cantaba "El Tamborilero" y "Noche de Paz", mientras Nana me tomaba de la mano. Sin saberlo, desde la puerta las chicas nos espiaban.

— ¿Qué está cantando? — preguntó Ariel.

— No lo sé, esta nunca la había escuchado — dijo Silphy — debe ser algo de ese mundo.

— ¿Y por qué no se unen a ellos? — dijo Elinalise.

— No, déjalos. Es algo del mundo de donde viene Nana y de donde era Rudy; después de todo, esta fecha significa más para ellos, en especial para Rudy, dijo Roxy.

— Ya dejen de espiar, entren — les dije.

— Lo siento, no queríamos molestar. ¿Qué les cantas? — preguntó Roxy.

— Canciones tradicionales de Navidad, son muy antiguas.

— No entiendo lo que dices, Rúdeus — me dijo Eris.

— Bien, la cantaré en idioma humano, pero no se burlen.

🎶Por el camino que lleva a Belén

Baja hasta el valle en que la nieve cubrió…🎶 (...) Y así cantamos dos más.

— La letra es hermosa, Rudy, pero tu voz es horrible.

— Muy graciosa, Ariel. Jejeje, dejemos a los niños. Elinalise , ¿estás segura de que dormirás aquí? Puedo hacerlo yo o Silphy.

— Déjame a mí, hay una cama y tengo experiencia con niños, bebés y cambiando pañales.

— Te lo agradezco — dije, así que subimos a dormir. Yo fui a mi habitación a preparar mi traje de Santa y el saco para repartir los regalos.

Mientras las chicas se habían desintoxicado y estaban en la habitación de Silphy, mientras hablaban.

— Y bueno, ¿dónde dormirás, majestad? Tenemos una habitación lujosa para ti — le dijo Silphy.

— ¿Voy a dormir sola?

— ¿Quieres dormir con Rudy?

— No, se pensaba en otra cosa — dijo Ariel mirando a Eris, quien se puso nerviosa y sonrojada.

— ¡Huy! Lo siento, alteza, lamentablemente Eris no puede, ¿cierto, Eris? — dijo Nana tomándola de la mano y saliendo de ahí.

— Uuuf, gracias por salvarme, Nana. La verdad ella me pone nerviosa .

— De nada, ya ve a dormir. Hey, ¿qué te pasa? ¿Por qué me tomas del brazo?

— Tengo una mejor idea — le dijo Eris.

— Está bien, pero nada de rasguñarme, soy delicada.

— Ven, vamos — dijo Eris entrando con Nana a su habitación.

Mientras en la habitación de Silphy las chicas quedaron hablando.

— Vaya, ¿qué le pasó? Se enojó porque tratabas de hablar con Eris?

— Debe haber pensado que querías llevarla a la cama, majestad .

— Uuum, ya veo. Lástima, bueno, ¿con quién dormiré esta noche? Tal vez las tres juntas, dijo Ariel.

— Sabes, Majestad, tú ves poco a Rudy, ¿por qué no te quedas con él?

— ¿Y si no quedamos las tres con él?

— Solo ve tú, Majestad. Ya haremos algo juntas cuando visitemos Ars, o cuando vengas alguna vez, preparamos algo, así enviamos a los hijos mayores con sus abuelos.

— Mmm, eso suena cautivador, dijo Ariel pasando sus manos por la cara de Silphy.

— ¿Están seguras de que puedo dormir con Rudy? Yo soy una salvaje.

— Puuf, jajajaja, claro que no. Vieras cómo es Roxy o Eris.

— ¿Y por qué no lo probamos ahora? Dijo Ariel con cara seductora.

— Jejeje, ya ve con Rudy, Majestad, antes de que se ponga a dormir.

— Bien, bien, pero si quieren unirse a la fiesta, solo vengan, dijo Ariel saliendo de la habitación.

— Dios, qué caliente es ella.

— Sí lo es. Hablando de eso, quédate conmigo esta noche, Roxy hace tiempo no estamos solo las dos.

— Sí, está bien.

Mientras, Ariel caminaba sigilosamente a la habitación de Rúdeus, mientras se quitaba el vestido quedando solo en ropa interior, cuando entró a la habitación se encontró con un espectáculo que nunca pensó, ahí en medio de la habitación, y mirándose a un espejo, había un hombre de pelo blanco y larga barba, vestido completamente de rojo, con un gorro del mismo color y un pompón blanco, con una gran barriga.

— ¡AAAAAAAAAAAAAGH! Silphy, Rudy, Eris, ¡AUXILIOOO! Gritó Ariel poniendo en alerta a todas las chicas que salieron a toda prisa de las habitaciones solo cubiertas con toallas o batas.

— Majestad, ¿estás bien? Dijo Eris con su espada en la mano, lo mismo que Elinalise, que subió a toda prisa.

— Hay un tipo ahí dentro, un viejo gordo. Rudy no está. ¡Llamen al Dios dragón!

— Déjame ver, dijo Eris, que cuando entró solo se topó con Rúdeus disfrazado de Santa Claus.

— ¿Y tú qué demonios haces vestido así, Rudy?

— Nada, es mi disfraz de Santa para entregarle los regalos a los niños mañana. Me lo estaba probando cuando escuché un grito. ¿Qué demonios pasó? Dije en alerta por tremendo grito.

— Su Majestad entró y te vio vestido así, debe haberse asustado, jajajajajaja.

— ¿Qué rayos pasa? Dijo Elinalise, que también entró. Ooh, eres tú, Rúdeus . Te quedó bien el disfraz que te hicimos con Nanahoshi.

— Sí, gracias Elinalise, Nana. Es idéntico a como lo pedí.

— Jajaja, te pareces al abuelo de Cliff con esa cosa, jajaja. Por cierto, ¿por qué Su Majestad está solo en ropa interior?

— Abuelita, ¿dejaste a los niños solos?

— Tranquila, Querida. Lucy despertó con el grito, y yo vine a ver. Será mejor bajar y decirle que no hay problema, dijo Elinalise sonriendo.

— Santo Dios, casi me matan del susto con ese grito. ¿Qué demonios les pasa? Les dije.

— Nada. No esperaba verte vestido así. Pensé que alguien estaba en tu casa. Un segundo, ¿esa es una barriga falsa?

— Claro, Santa es gordito.

— Uuf, será mejor ir a dormir, dijo Silphy, que se fue con Roxy.

— Vamos, Nana, ¿qué te pasa? Le dijo Eris.

— Nada, esa maldita nos interrumpió y ahora va a quedarse con Rudy.

— Ya déjala. Ven, vamos, dijo Eris tomándo de la mano a Nana.

— Uuf. Él solo se estaba probando el disfraz para los niños , y ustedes le dieron la noche a esa tipa.

— ¿Y qué? Mañana puedes dormir con él, o los tres juntos.

— Es que, no es eso Eris . Rudy está tomando en serio esta celebración.

— Lo sé, pero creo que lo hace por ti, Nana. Nunca lo había visto hacer esto.

— Sí, bueno, supongo que sí.

— Ya, ven vamos. Estábamos en medio de algo, le dijo Eris mientras cerraba la puerta de su habitación .

Mientras yo me sacaba el disfraz y lo dejaba ordenado en una silla.

— ¿Por qué vestías así, mi amor?

— Jaja, es Santa Claus. En el mundo de Nana es un personaje que trae regalos a los niños en Navidad.

— ¿Es como Milis?

— No, nada que ver. Está basado en un tipo llamado Nicolás. Era un sacerdote cristiano que repartía juguetes o comida a los pobres en Navidad en la Europa medieval de mi mundo anterior.

— Oh, ya veo. Qué lindo gesto que lo recuerden así.

— Sí, eso creo. Sabes, ya había olvidado estas cosas. Por cierto, ¿qué haces aquí, y solo en ropa interior? Dije mirando su hermosa figura y su pelo suelto.

— Quería dormir con las chicas, pero creo que ya tenían sus fiestas privadas y me dijeron que durmiera contigo.

— Ha, ¿sí? Eeeh, ¿y las chicas no dijeron nada?

— No me enviaron solita, pobrecita de mi, dijo mordiéndose un dedo, mientras los tirantes de su sujetador caían de sus hombros.

— En ese caso, es un sacrificio que estoy dispuesto a aceptar.

Así que, por primera vez, me acosté con Ariel en mi casa y en mi cuarto. Algo que ni en mis mejores fantasías pensé que pasaría.

— Uuf, Rudy, qué rico fue eso. No sé si sea el ambiente o el cuarto más pequeño, pero sí se sintió tan genial, muy íntimo.

— Bueno, es mejor así , sin que Doga o Tristina hagan guardia afuera de la habitación, amor.

— El otro día en tu casa de Ars también fue rico, dijo Ariel .

— Sí, pero tus guardias estaban en el primer piso. Ahora estamos solos, además tengo unos dispositivos que bloquean los sonidos sexuales.

— Vaya, no lo sabía.

— Sí, ya los patenté, y de hecho solo bloquean gemidos sexuales, porque si gritas "auxilio" sí se escucha, por eso las chicas salieron de las habitaciones.

— Vaya, nada mal. Deberías llevar uno a mis aposentos.

— Sí, llévate uno la próxima vez.

— Oye, ¿las chicas se acuestan entre ellas?

— Sí, no siempre, pero si lo hacen.

— ¿Y no te molesta?

— Claro que no. Me molestaría si me engañaran con algún idiota. No que se den amor entre ellas. Además, así es mejor. Yo moriré y Eris también, Nana regresará a su mundo. Así Roxy y Silphy podrán hacerse compañía cuando ya no estemos con ellas.

— Ya veo, dijo abrazándome. Gracias por invitarme, la estoy pasando muy bien.

— Creí que siempre te divertías en el palacio.

— Bueno sí, pero no es lo mismo. Ahí todos me lamen el culo por ser la Reina, y si bien los considero amigos a algunos, siempre está el muro que nos divide, ya sabes ser la reina . Y hoy no sentí eso, me sentí tratada como una igual. Como parte de tu familia, y me sentí muy cómoda y hoy fui yo misma.

— Debe ser porque te conocemos hace tiempo y pasamos muchas cosas juntos. Por eso nadie te lame el culo en esta casa.

— Hay, Rudy, qué mala memoria tienes, dijo guiñándome el ojo.

— Jajaja, es que eso no lo hice porque fueras Reina, fue por placer mi amor .

— Tontito, sabes, si no fuera Reina, ya me habría casado contigo y viviría aquí, te haría el desayuno, y te ayudaría en tu misión.

— Ya lo haces, eres muy importante siendo la Reina. No necesitas cocinarme, además a ti se te quemaría hasta el agua, amor.

— Jaja, ya cállate, estúpido. Quiero dormir abrazada a ti, dijo poniendo su cabeza en mi pecho y cerrando los ojos.

Y así nos dormimos esa fría noche buena en la Sharia.

— Rudy, Majestad, despierten. Vamos, los niños van a despertar pronto.

— No, mamá, no quiero ir a la escuela.

— No soy tu mamá, tonto. Ya levántate. Usted también, Majestad.

— Mmm, Rudy… cómeme la conch (….)

— ¡Majestad despierte! , —le dijo Silphy.

— ¿Qué, Silphy? ¿Qué pasa? Es muy temprano, dijo Ariel.

— Cuando yo abrí los ojos, estaba desnudo con Ariel en mi cama, y ahí, ya vestidas, estaban Silphy y Roxy mirándome.

— ¡AAAGH! No es lo que creen chicas, Puedo explicarlo.

— ¿Explicar qué Rudy?me pregunto Silphy confundida.

— Oh, cierto. Nada, olvídalo —le dije, recordando que Ariel tiene el permiso de la familia.

— Ya levántense y vayan a darse un baño. Iré a despertar a Nana y Eris.

— Bien —dije, poniéndome una bata y bajando con Ariel al baño, donde nos metimos al jacuzzi con agua caliente .

— Tallame la espalda, Rudy.

— Hazlo tú misma, no soy tu sirviente.

— ¡Qué rudo eres! Vamos, solo un poquito —dijo con su sensual voz.

— Está bien —dije, tomando una esponja, momento en que entraron Eris y Nana.

Nana no puso buena cara cuando nos vio, y Eris simplemente se desnudó y se metió en la bañera.

— ¿Cómo pasaste la noche, Rúdeus ? —me preguntó Eris.

— Eeeh… bien, dormí. ¿Y tú?

— Bien, aunque dejé a Nana mordiendo el polvo —dijo, inflando el pecho, mientras Nana se metía en la bañera. Era algo muy incómodo; no es que nunca lo hiciéramos, pero Ariel estaba ahí metida también.

— Tienes un cuerpo hermoso, Lady Eris.

— Sí, bueno, entreno siempre Majestad . Rúdeus se vuelve loco con mi trasero y mis pechos —dijo con orgullo.

— Ya veo… ¿puedo tocarlos?

— Sí, claro.

— Oye, a mí me golpeas cuando trato de hacer eso, le dije.

— Es la Reina, Rúdeus. Además, es una chica. Solo te golpeo a ti, aunque hace mucho que no lo haces.

— Mmm.

— Vaya, son firmes. Se nota el ejercicio. Y tu cuerpo también es hermoso, Lady Nanahoshi. ¿Podría tocarlo?

— En tus sueños. Ariel, a mí no me pones una mano encima, le dijo Nana.

— Mmm ¡ eres Arisca, eso me gusta! —dijo Ariel con una sonrisa, Haciendo que Nana se acercara a mí y se sentara en mi regazo.

— ¿Puedo preguntar algo, Majestad?

— Sí, claro, Lady Eris.

— ¿Por qué te depilas ahí abajo?

— Oh, eso… jejeje. Bueno, es una tradición en la realeza. Además, no tengo tanto vello ahí abajo, así que mejor me depilo.

— Eso te gusta, Rúdeus, —me preguntó Eris.

— Mientras no tengas una salchicha ahí, Eris, me da lo mismo.

— ¡Jajajajaja! Mamá y la señora Edna solo me enseñaron a rebajarme ahí abajo. De hecho, todas tenemos un peinado similar.

— Eris, no hables de esas cosas —le dijo Nana.

— ¿Y qué tiene? Estamos desnudas, y no es como que Rúdeus no las conozca, Nana.

— Aun así, no quiero hablar de eso. ¡Es Navidad, por Dios Santo!

— Bien, bien. Eres tan mojigata frente a otras personas, pero a solas eres una salvaje.

— ¡Cállate, Eris!

— Lo siento.

— Oh, por favor, sigan hablando, —dijo Ariel con una sonrisa.

— Bien, iré a vestirme y a meter los regalos en el saco. ¿Pusieron los nombres de quién son, cierto?

— Sí, no te preocupes —me dijo Nana.

— Bien, iré a vestirme.

— Espera, Rudy. Dejé mi vestido y ropa interior en tu habitación —dijo Ariel, saliendo tras de mí.

— Uuuf, no puedo creer que esa maldita ahora se meta en la cama de Rudy en nuestra propia casa —dijo Nana.

— ¿Creí que no me molestaba? , Nanahoshi.

— No es eso, Eris. Es que… uuuuf… ella no me agrada.

— Mmm, te entiendo. Si Rúdeus se hubiera casado con Sara, tampoco estaría contenta.

— Sí, bueno, como sea. ¿Por qué a ti no te molesta, Eris?

— Porque ella ama a Rudy y a nuestros hijos, y nos ayudó mucho en la guerra. Además, es un honor que la Reina se coja con tu esposo.

— Uuuf, Dios… vamos a vestirnos, Eris.

— Claro —dijo, y las chicas subieron a sus habitaciones.

— Mientras yo, Una vez en mi habitación, me empecé a poner el disfraz, pero algo me perturbaba, pero no era nada malo. Era Ariel desnuda que se ponía su ropa interior. Ella es increíblemente sexy. Casi no hace ejercicio, tiene dos hijos y aún así su cuerpo es perfecto. Eso sí es tener buena genética, pensé.

— ¿Qué me miras, Rudy? Tanto te gustó? Jejeje.

— Nada, solo pensaba que soy el bastardo más suertudo del mundo.

— Ja, eso no es nada. Hay nobles que tienen veinte esposas. El jefe de la casa Sephiros tiene veinte mujeres.

— No lo digo por eso.

— ¿Lo dices porque soy la Reina?

— Nunca me interesó eso, Ariel, y de hecho eso era lo que evitó que te cortejara en la universidad.

— ¿Y eso te salió bien? Jejejejeje.

— Muy graciosa, dije mientras me ponía la barba y la peluca.

Ya disfrazado baje al sótano para poner los regalos en el saco.

Después de eso, fuimos a la cocina donde las chicas empezaban a hacer el desayuno. Por cierto, en silencio, Ariel, Roxy y Eris sacaron a las bebés y les daban teta. Momento en que Aisha llegó con Alek.

— ¿Quién demonios es ese? Dijo Aisha mirándome.

— Soy yo, tranquila.

— ¿Y por qué demonios estabas vestido así?

— Es un personaje del mundo de Nana que se supone llega en Navidad.

— Te pareces al papa de Milis, Reidar, me dijo Alek.

— Por cierto, ¿por qué duermen afuera? Te pasé una habitación más cómoda, hermana, le dije .

— Dormimos aquí. Anoche fuimos a beber a un bar y cuando llegamos, ustedes deben haber estado durmiendo. Aunque no lo creo viendo sus caras de felicidad chicas, jajajajaja.

— Ya cállate, Aisha, la regañe.

Justo en el momento en que llegaron mis padres.

— Uuf, qué frío hace, Rudy. ¿Ya despertaron los niños?

— Aún no, llegan a tiempo viejos .

— ¿Qué demonios haces vestido del papa de Milis, hijo?

— No es el papa de Milis, soy el… digo, es Santa Claus.

— Ya veo. Mmm, esto es extrañamente familiar, pero ¿por qué te ves gordo?

— Porque se supone que es gordo, deja de fastidiar, viejo.

En eso, mamá se sentó al lado de mis esposas y acarició a los bebés, incluida Sariel.

— Bien, ya que estamos todos despiertos, iré a despertar a mi abuelita y a los niños, dijo Silphy.

— ¿Así que tu abuela se quedó aquí, eh?, dijo Paul.

— Sí, ¿por qué? ¿Hay algún problema, suegro?

— No, ninguno. Es solo que ni en mis peores pesadillas me imaginé compartiendo una fiesta familiar con ella.

— Jaja, mi abuelita dice lo mismo, aunque usa malas palabras para referirse a usted.

— No me digas, dijo Paul.

Cinco minutos después, Silphy salió de la habitación con Siegh y Edward en los brazos.

— Bien, los niños ya están listos. Es hora, Rudy.

— Claro, dije saliendo por la puerta de la cocina. Esperando la señal, afuera hacia un frío de mierda, así que di la vuelta y me puse frente a la puerta principal esperando la señal.

— ¡SEÑOR GREYRAT, ¡CUIDADO, HAY UN LADRÓN EN SU PUERTA! Gritó un vecino.

— Soy yo, señor Emil, soy yo disfrazado, le dije haciendo una señal para que el idiota que vive al frente se callara.

Mientras los niños salían de la habitación.

— Mmm, mamá, es muy temprano. Quiero seguir durmiendo, le decía Lara a Silphy.

— No, cariño, es un día especial y tu mami Nana les tiene una sorpresa.

— ¿Qué sorpresa, mami Blanca? , le preguntó Ars con una sonrisa.

— Ya verán, les dijo guiándolos a la sala donde estaba la chimenea cerca del arbolito.

— Abuelito, —dijo Lucy corrigiendo hacia Paul. —Pero, ¿dónde está papi?

— Él ya viene, dijo Roxy dándome la señal con el anillo.

Cuando vi la señal, entré por la puerta.

— ¡JOJOJOJO, FELIZ NAVIDAD PARA TODOS, JOJOJOJO!

— ¡AAAAAAAAAGH, UN LADRÓN! Gritó Lara y me lanzó una bola de agua en la cara, mientras Lucy me lanzó una espada de madera que me dio en la canilla, mientras Ars y Clive rompían en llanto.

— Tranquilos, niños, soy yo, soy yo, dije sacando la barba falsa.

— ¿Cómo se te ocurre, idiota, entrar gritando y disfrazado del papa? Me dijo Aisha.

— Se supone que es Santa. Tranquilos, niños, soy yo, dije acariciando la cabeza de Ars y Clive.

— Me asustaste, tío Rudy, y es pecado disfrazarse de Su Santidad. San Milis te va a castigar.

— Lo siento, amiguito, pero no soy el papa. Tranquilo, se supone que soy Santa Claus, y Dios serás peor que tu papá cuando crezcas.

— ¿Y quién es Santa Claus, papi? Me dijo Lara con una burlesca sonrisa.

— Un segundo, ¿tú sabías que era yo y aún así me atacaste, Lara?

— Nooo, papá. ¿Cómo se te ocurre que haría eso?

— Mmm.

— Lo siento, papá, pero me asustaste, dijo Lucy.

— Ya tranquilas, no se preocupen.

Cuando miré a las chicas, por alguna razón Nana y Ariel estaban cargadas de la risa. Eris miraba con orgullo a Lara y Lucy, y Silphy y Roxy se veían confundidas.

— Bien, hoy es un día especial. En el mundo de mami Nana y el mío, dije en castellano para que Alek no entendiera, este era un día muy especial, y ella quería que ustedes conocieran esta fiesta. Así que les traje unas cosas, dije poniéndome la barba nuevamente y el gorro.

— Les traje algo porque han sido unos niños muy buenos, dije dándole a cada uno los regalos que les habíamos comprado, también a los adultos, incluidos mis padres, Aisha y Alek.

— Lamento que Norm y Ruidjerd no pudieran venir. Los invitamos, pero dijeron que tratarían, pero ya no llegaron, dije.

Después de que abrieron sus regalos, los niños estaban emocionados. Les había hecho muñequitos con los que podían mover sus miembros, de varias figuras: Superman, Batman, Iron Man, Spiderman, Goku, etc. etc., además de las cosas que les regalaron sus madres.

Clive, Ars, Lara y Lucy empezaron a jugar entre ellos, mientras los más pequeños sonreían. Fue algo muy bonito. Los adultos también se veían felices con lo que les habíamos dado, incluida Ariel, Elinalise y Alek.

Después de eso, desayunamos con chocolate caliente y pasteles. Fue una mañana muy bonita.

— Quisiera agradecer la invitación. Me encantó esta fiesta, fue algo muy íntimo y muy bello. Te lo agradezco, Lady Nana, que compartieras con nosotros tus tradiciones, le dijo Ariel.

— De nada, Ariel. Gracias por venir con los príncipes, le dijo Nana dándole una genuina sonrisa.

— También yo quisiera agradecerte , Reidar. Bueno, no soy oficialmente familia, pero agradezco el presente y que me invitaras, me dijo Alek

— Sí, bueno, sales con mi hermana. Además, la cuidas en las misiones. Gracias por venir, Alek.

— Sí, yo también quisiera agradecer, hijo. Es una fiesta muy bonita, la verdad. Y algo nostálgica. Sé que sabes a qué me refiero, dijo Papá .

— Los sé, papá. Y espero que esto se vuelva una tradición familiar.

— Lo será, me dijo Nana tomándome la mano.

— Solo hubiese deseado que Norm y Ruidjerd hubieran podido venir.

— Sí, yo igual, dijo papá. Por cierto, Rudy, ¿por qué no invitaste a Orsted?

— Lo hice, pero el Dijo no quería perturbar la celebración. Tu sabes cómo es el.

Justo en ese momento, golpearon la puerta, y cuando abrí, Norm y Ruidjerd estaban ahí. Rápidamente los hicimos pasar y les dimos sus regalos. Ellos agradecieron y se sentaron con nosotros.

— Gracias por venir, Norm, le dije. Esta fecha es especial para Nana.

— Lo sé. Perdón por no llegar ayer, pero tuvimos algo que hacer.

— Está bien, hija, le preguntó papá.

— Sí, tengo muy buenas noticias, papá, mamá, hermanos, familia. Voy a ser mamá. Tengo tres semanas de embarazo.