Proposiciones románticas.

Hermano, déjame que te explique, dijo Aisha.

Pero Rúdeus no decía nada, estaba ahí petrificado mirándolos con los ojos abiertos y su boca entreabierta como si tratara de hilar una palabra.

—Escucha, Reidar, te voy a explicar esto. Debes estar tranquilo. Lo que pasa es que tu hermana y yo, bueno, verás, estamos saliendo. ¿Reidar? ¿Reidar? ¿Estas bien? , dijo Alek pasando su mano por la visión de Rúdeus.

Pero Rúdeus no decía nada estaba ahí petrificado.

—Rudy, amor, tranquilo, hablemos de esto en familia, no es nada grave, es algo normal —le dijo Silphy, que se apresuró a llegar al lado de su marido que no reaccionaba .

Rúdeus miró a Alek y empezó a caminar hacia él lentamente , mientras Alek se separó de Aisha y empezó a caminar en dirección opuesta hacia al campo sin darle la espalda a Rúdeus . Mientras Alek caminaba, Rúdeus aceleraba el paso, y Alek hacía lo mismo sin perder de vista a Rúdeus. Rúdeus empezó a trotar tras Alek, y Alek aceleró el paso también. Rúdeus volvió a acelerar el paso y Alek hizo lo mismo. Llegó el punto en que Alek pasó corriendo por el lado de los niños que jugaban a la pelota y Rúdeus lo perseguía.

—Papi, Tío Alek, ¿van a jugar con nosotros? —preguntó Lucy al ver a su padre y al ahora oficial tío Alek, pasar por su lado corriendo a toda velocidad.

—¿Qué está pasando, mami roja? —preguntó Lucy, desconcertada.

—Nada, Tu papá y Kalman fueron a hablar a solas —dijo Eris despreocupada mientras le daba teta a Christina.

Mientras por el camino que lleva a la cabaña por la zona de las colinas, Rúdeus perseguía a Alek a toda velocidad.

—Déjame que te explique, Reidar tomémonos esto con calma.

—Explicar, ¿qué? ¿Que te acuestas con mi hermana? ¡Maldito degenerado! Podrías ser su padre.

—Oye, no seas caradura idiota , tu esposa Migurd podría ser tu abuela.

—Te mataré, maldito infeliz, nadie le dice vieja a mi Roxy.

—No, Reidar, hablemos de esto, no tenemos que pelear vamos calmate .

—Ya cállate, corrompiste a mi hermana, infeliz .

—No lo hice, ella fue la que me llevó a la cama.

—¿Estas diciendo que mi hermana es una degenerada?, te mataré, dijo Rúdeus acelerando el paso .

No, no quise decir eso, Reidar, me refiero a que esto pasó de a poco.

—Ya cállate, por eso eras tan amistoso, desgraciado. Sabía que escondías algo, planeabas usar a mi hermana para llegar a mí y atacarnos y traicionarnos. Nunca confié en ti, Alek.

—Te equivocas, realmente estoy comprometido con esta misión.

—Entonces, ¿por qué haces esto, infeliz?

—Porque la amo, maldita sea —dijo Alek parando su huida, poniéndose de frente a Rúdeus.

—La amo, amo a tu hermana, la quiero.

Cuando dijo eso, solo lo miré. Estábamos en el descampado donde casi me mato con el sable de luz, bastante alejados de casa.

—Hace cuánto están saliendo.

—Hace casi un año, pero empezamos a, bueno, ya sabes, poco antes de que se casara tu otra hermana.

—¿Te gusta Aisha?

—Sí. Cuando la conocí, fue grosera conmigo y no me tenía miedo. Fue muy directa, y me encantó su personalidad. Y poco a poco empezamos a hablar. Ella es lista, inteligente, hermosa, incluso a veces malvada. Yo la amo, Reidar.

—¿Y si la amas, por qué mierda no lo dijeron antes? ¿Por qué esperaron hasta que los descubrí teniendo sexo en mi casa, aprovechando que no estábamos?

—¿Nos escuchaste?

—Claro que los escuché. ¿Qué creías que hacíamos afuera? Nos quedamos ahí para evitar que los niños los escucharan.

—Yo lo siento mucho, Aisha dijo que teníamos tiempo, se nos pasó la hora.

—Como sé que no atacaras a Aisha o la secuestraras para atacarme.

—Dios, Reidar, me rendí en la batalla, tengo honor, jamás dañaría a Aisha. La amo, ella fue mi primera vez, maldita sea.

—Aagh, No quería saber eso último.

—Lo siento, Aisha no quería que nadie lo supiera porque sabía que reaccionarías así.

—No, idiota, reacciono así porque los descubrí haciéndolo a escondidas, en mi casa mientras no estábamos. Aunque la verdad, pensé que Aisha estaría con cualquier persona menos contigo.

—Sé que no te agrado, Reidar, pero esto que tengo con Aisha no es un capricho.

—Maldita sea, ahora que lo pienso, todo era tan obvio. Sus sonrisas, salir a comer juntos, maldita sea, ese día que Aisha salió de tu habitación en la cabaña —dije agarrándome la cabeza y me senté en el césped.

Kalman estaba un poco más allá y también se sentó.

—¿Quién lo sabe?, pregunté.

—Bueno, Orsted, y tus esposas, pero Aisha le pidió que no te dijeran porque podías reaccionar mal, lo mismo que a tu otra hermana. Bueno, también la elfa y su esposo, el medio hobbit.

—¿Cliff y Elinalise? Maldito petizo, no me dijo nada —dije.

—Aisha le pidió no decir nada. Escucha, tus padres no lo saben, porque Aisha teme que la señora Lilia la quiera obligar a casarse conmigo. Y bueno, la verdad, queremos mantener la relación como hasta ahora, por eso no decíamos nada, lo siento.

—Sí, puedo entender lo de Lilia —dije poniéndome de pie.

—¿Me vas a atacar? —dijo Alek poniéndose en postura defensiva.

—No, no lo haré. ¿Qué saco con pelear contigo? Si Aisha te ama, debo aceptarlo. Además, no tengo motivos para golpearte, ni que me pusieras una lanza en el cuello a mí o a papá como el idiota de Ruidjerd cuando pidió la mano de Norm.

—¿Para dónde vas?,me dijo al verme que me di media vuelta.

—Vamos a casa, debemos hablar —le dije.

Mientras en la casa de Rúdeus, ya las chicas habían entrado a casa. Mientras dejaron a Lucy cuidando a los niños en la sala de al lado, las chicas bebían té con una nerviosa Aisha.

—Dios, Rudy va a matar a Alek —dijo Aisha.

—No se matarán, ya habríamos escuchado ruidos de batalla. Ambos son rango divino, ya habría destruido todo —dijo Eris.

—Oye, Aisha, ¿qué te pasó? No calculaste el tiempo —preguntó Silphy.

—Esa no es la pregunta. ¿Por qué demonios no dijiste que traerías a tu novio aquí? —la regañó Nana. Te habríamos dicho que llegaríamos antes del ocaso.

—Lo siento, de hecho íbamos a ir a comer a la posada, pero decidí hacerle un filete y comer aquí, y bueno, una cosa llevo a la otra y terminamos en mi habitación y perdí la noción del tiempo.

—Si es que los chicos están hablando, Rúdeus va a estar furioso con nosotras por no decirle —dijo Roxy.

—Si llega con tonterías, se las verá conmigo —dijo Eris.

—Yo lo siento, chicas —dijo Aisha al borde de las lágrimas.

—Tranquila, no hiciste nada malo, solo estiraste demasiado el hilo hasta que se cortó. No es bueno mantener las cosas en secreto, viste lo que le pasó a Ariel, que se aprovechaba de ese tonto cuando lo emborrachaba, hasta que al final todo salió a la luz, dijo Nana.

—Sí, por cierto ¿porque mi hermano y la reina no se casan? , a todo esto.

—Problemas políticos. Rudy es un plebeyo, si sale a la luz podrían traerle problemas a Ariel, ya que aún hay varios miembros de la familia Asúra, duques y príncipes menores, que están a favor de Grabel.

—Ya veo.

Justo en ese momento, Rúdeus entró con Alek. No se veían con golpes, así que al parecer hablaron en paz, pensaron las chicas al verlos.

—Aisha, debemos hablar —dije al entrar y ver a mi hermana bebiendo el té con mis esposas.

—Está bien —dijo Aisha cabisbaja. Cuando noté eso, rápidamente le di una sonrisa.

—Oye, hermana, tranquila. Alek, siéntate al lado de Aisha.

Una vez sentados empezamos a hablar.

—Bien, debiste decirme de esto cuando empezaste a salir con Alek, Aisha.

—Lo sé, pero es que tú lo odias, hermano.

—Uuf, ya no lo odio. No confío en él, pero no lo odio. De hecho, no pensaba matarlo en Biheiril, pero el idiota no quería rendirse y amenazó con matar a los Superd.

—Sí, Alek ya me lo dijo.

—Bien, te habría dicho que tuvieras cuidado, pero ya eres adulta, y Alek no es tan viejo como Ruidjerd, jejeje, Aucht.

—No es momento para hacer bromas sobre la edad —me regañó Roxy.

—Lo siento, amor. Escuchen chicos, no debieron ocultarlo, y deben tener cuidado con los ruidos, los niños no deben escuchar. Usa magia de tierra para los ruidos, Aisha.

—No quiero hablar de esto contigo, hermano, me dijo Aisha sonrojada.

—Lo siento. Alek me dijo que quieren mantener su relación así como está, puertas afuera. ¿Eso es lo que quieres, Aisha?

—Sí, hermano, quiero seguir trabajando en la sede mercenaria, no quiero ser una esposa, aún.

—Está bien, yo no me opongo a ello, Aisha, pero debes hablar con papá y Lilia. Mamá no es necesario, solo con verlos debe haberse dado cuenta. Además, debe haber entendido tus deseos, Aisha.

—Lo sé. Cuando vamos a casa de papá, mamá Zenith nos acaricia el cabello.

—Debes hablar con papá, Aisha, él entenderá. En cuanto a Lilia, yo te voy a apoyar como siempre lo eh hecho .

—Entiendo —dijo Aisha, ya más tranquila.

—Bien, cuando estés lista, avísame e iré con ustedes a casa de papá para que hables con ellos, pero no te apresures .

—Rudy, hagamos eso ahora —me dijo Aisha. —Ve por nuestros padres y hablemos ahora. Si esperamos más , papá se va a molestar porque lo ocultaste y ya está muy cabreado contigo por lo de Ariel.

—Está bien, iré por ellos —dije.

Cuando llegué a casa de papá, él estaba preocupado. Pensó que algo había pasado cuando pedí a los tres venir a mi casa.

—¿Pasó algo, Rudy? ¿Los niños están bien? ¿Las chicas están bien? ¿Le pasó algo a Aisha? ¿Mis nietos? ¿Mis nietos de Asúra? .

—Relájate viejo ,todos están bien.

Y No les digas así a Edward y Sariel , solo di nietos como a todos los demás y no hables tan alto. Nadie debe saber eso, es un secreto.

—Claro, tu sucio secreto —me dijo Paul y mamá me dio una bofetada.

—Aucht, ya basta, escuchen nada malo pasa. Es solo que Aisha quiere hablar con ustedes tres, les dije .

—¿Sobre qué? —dijo Lilia preocupada.

—Tranquila, no es nada malo. Hoy, cuando llegué del picnic, Aisha pidió hablar conmigo y también quiere hablar con ustedes.

—Ya veo —dijo Paul con sospecha, pero no le vi mala cara, aunque Lilia sí tenía una cara estoica.

Mamá, como siempre, no tenía expresiones, pero me tomó del brazo mientras caminábamos a casa.

Una vez llegamos, Silphy y Nana hacían la cena, y Roxy y Eris amamantaban a las bebés y cuidaban a los niños, así que los hice pasar a la sala, al lado de la chimenea.

Paul de inmediato se dio cuenta de lo que pasaba cuando vio a Aisha sentada en el sillón al lado de Alek mientras estaban tomados de la mano.

Lilia al parecer también se dio cuenta y tenía una sonrisa.

— Bien, hermana, Alek, quieren hablar con ustedes, chicos solo díganle lo que me dijeron a mí, les dije.

— Señor Greyrat, dijo Alek, yo estoy enamorado de su hija.

— Ya veo, dijo papá con cara de póquer.

— Papá, yo estoy enamorada de Alek, perdona por no decírtelo antes, pero estamos juntos hace casi un año.

— ¡Un año!, dijo Lilia con sorpresa.

— Déjalos hablar, Lilia. Continúa, hija, dijo Paul.

— Bueno, poco después de que terminara la guerra, nos hicimos amigos, y meses después empezamos a salir.

— Ya veo. ¿Rudy sabía de esto, Aisha?

— No, papá, se lo dijimos hoy.

— Bien, dijo mirándome a mí con no muy buena cara, pero no es por lo de Aisha; el viejo aún no está contento conmigo por lo de Ariel y busca cualquier excusa para morderme con eso.

— Señor, yo quería su permiso para salir con Aisha, dijo Alek.

— ¿Estás saliendo hace casi un año con mi hija y recién me pides permiso?, le dijo Paul.

— Lo que pasa, papá, es que teníamos miedo de decirlo. No estoy mintiendo.

Alek si quería decirlo; era yo quien tenía miedo.

— No entiendo, hija, ¿por qué? Eres adulta, ya puedes hacer lo que quieras. Yo no me opongo, ni me habría opuesto. Claro, me costó lo de Norm, porque Ruidjerd tiene como 1000 años, pero yo no me voy a oponer a lo que hagan mis hijos.

— Cof, cof, cof, carraspeé intencionalmente.

— Lo tuyo es diferente, idiota,— me dijo el viejo,— pero aún así lo acepto. Escucha, hija, ¿cuál es tu problema?

— ¿Se van a casar?, interrumpió Lilia.

— Ese es mi problema; no quiero casarme aún. Soy muy joven, estoy feliz con nuestra relación así. Nos deja tiempo para las cosas que nos gustan: Alek con sus misiones y entrenamientos, y yo con mi trabajo en los mercenarios. Somos felices así, papá.

— Ya veo, dijo Paul.

— Pero, Aisha, eres una señorita, una Greyrat; deberías casarte, tener hijos y establecerte.

— No quiero que sea así, mamá, por eso no quería decirlo. Sabía que empezarías con lo del matrimonio.

— Pero la joven ama a Norm.

— ¡Yo no soy Norm, mamá! No quiero casarme aún, soy feliz viviendo aquí, soy feliz con Alek como lo soy ahora, soy feliz entrenando y dirigiendo a los mercenarios, soy feliz cuando voy a misiones con Alek, papá, mi hermano y las chicas. No quiero casarme aún.

— Así no fue como te crié, Aisha, si tienes novio y estás activa sexualmente.

— Dadadadada, no quiero saber de eso Lilia, le dijo Paul.

— Lo siento, esposo, pero el deber de una dama es casarse hija, tener bebés, vivir como corresponde a una esposa.

— A mí no me molesta que Aisha siga viviendo conmigo y a las chicas tampoco, dije tratándome ayudar a Aisha .

— Con todo respeto, joven amo, Aisha es mi hija y debe hacer lo que yo diga.

— También es mi hija, dijo Paul, y si bien somos Greyrat, no somos nobles, somos plebeyos.

— Pero, esposo…

— Pero nada. Aisha es una adulta; si ella no quiere tener hijos aún y si es feliz tal como está, yo no me opongo, hija, y Lilia debe aceptar eso. Escucha, Lilia, nuestra hija es una adulta; nuestro deber terminó cuando cumplió 15 años, y Aisha decidió que es feliz, y si ella lo es, nosotros también debemos serlo, ¿entiendes?

— Pero, esposo, yo quería que…

— Lo sé, pero no podemos traspasar nuestros sueños o deseos a nuestros hijos. Norm se casó con un Superd, Rudy tiene cuatro esposas y bueno, ya sabes, y es lo que eligieron y son felices así.

— Está bien, dijo Lilia.

— Mientras Aisha se ponía de pie y abrazaba a Paul.

— Gracias, papá.

— Ya, tranquila, todo está bien, dijo papá sonriendo. Oye, Alek, cuida a mi hija, le dijo papá.

— Lo haré, señor, dijo Alek sonriendo.

— Lilia miró a Aisha , que se puso frente a ella.

— ¿No me dirás nada, mamá?

— Lilia la miró y solo la abrazó, mientras unas lágrimas caían de sus ojos.

— Sé feliz, mi niña, le dijo Lilia.

— Mamá, se puso de pie y solo le acarició el cabello, mientras Aisha sonreía con su hermosa sonrisa, con ese colmillo un poco más largo que tiene, que siempre la ha hecho ver tan adorable.

— Bien, será mejor beber un trago, dijo Paul.

— Sí, tranquilo, garganta de lata, cenemos primero, le dije.

"Ya en la cena, el ambiente era más distendido. Podía ver a Aisha más sonriente y hablando con Alek. Mis padres también se veían más tranquilos, si lo comparamos con lo que pasó con Norm. Además, si bien Alek es un año mayor que papá, se ve como un chico de veinte años, y últimamente su conducta es muy diferente.

— ¿Estás bien, Rudy? — me dijo Nana.

— Sí, amor — dije tomándole la mano.

Después de la cena, bebimos un trago con papá y Alek y hablamos de cosas cotidianas como el trabajo, las armaduras y las misiones que tendremos en el futuro. Fue algo muy agradable, aunque Alek todavía me da mala espina. Pero si Aisha es feliz, no tengo mucho que decir… Un segundo, esto es un cambio en la historia. Orsted dice que este lunático no tiene esposa y que Aisha termina como caballero en Asúra. ¡Mierda! Es otro cambio, tal vez algo malo puede pasar .

No estoy especulando; Orsted sabe que Alek se acuesta con Aisha y no se opuso ni dijo nada.

Esperen un segundo… ¡Ese maldito imbécil no me dijo nada! Mañana hablaré con él, pensé mientras bebía mi trago.

Esa noche, después de que los chicos se fueron, mis esposas hablaron con Aisha en la habitación de Silphy.

Después de eso, las chicas dejaron a Aisha al cuidado de los bebés y me asaltaron en mi habitación. Luego del sexo, les pedí su opinión sobre algo.

— Oigan chicas, ¿qué dirían si agrando la casa y creo una habitación más apartada y más grande, además de otras habitaciones?

— ¿Por qué harías eso, Rudy?, me dijo Silphy.

— Para que cada chico tenga su habitación y para invitados. Seguramente Ariel vendrá a vernos, junto con los niños; Ruidjerd y Norm también vienen a visitarnos. Además, Aisha necesita intimidad si va a vivir con nosotros; así podrá estar más tranquila en una habitación más grande y cómoda, y si va a invitar a Alek allí, estarán más tranquilos. ¿No sé qué piensan?

— Pero, cuando los niños crezcan y se vayan, será muy grande solo para nosotros cinco, Rudy — me dijo Silphy.

— Sí, lo sé, pero seguro vendrán de visita cuando eso pase, y vendrán con sus familias, y sería bonito tenerlos aquí.

— Está bien, Rudy — me dijo Silphy mientras me abrazaba.

Así que todas estuvieron de acuerdo, no sin antes violarme en masa. Al día siguiente, puse en el gremio un aviso para buscar a Balda el Martillo, el enano que remodeló mi casa. El tipo no tardó en contestar, y le expliqué la idea. Él estuvo de acuerdo y me cobró siete monedas de oro de Asúra, así que empezaron los trabajos en breve. Como sería un ala nueva, no molestaría con la vida cotidiana de la casa.

Mientras eso pasaba, trabajaba con Orsted en las armaduras Cuando pregunté si la relación de Aisha y Alek traería problemas, el Me dijo que no, es más esto es algo que no esperaba el hombre dios, y seguro sería otro problema para el pixeleado, realmente Orsted aveces parece que hace todo con interés personal.

Mientras, Había restaurado ya la armadura dorada; tenía una nueva Mark II y crearíamos una Mark 0 nueva. Además, teníamos lista la armadura verde de Alek; si bien no era una armadura mágica como tal, sí es extra resistente y muy ligera. También creamos una armadura para Paul, pero esas solo serían usadas en casos muy graves de amenaza; de lo contrario, no las volveríamos a usar, y quedarían para quienes vayan a la guerra contra Laplace. Además, yo había creado una nueva armadura dorada, esta vez basada en la armadura Libra, con las 12 armas y todo.

Probé una nueva técnica que era usar todas esas armas cargadas con maná y lanzarlas con magia de gravedad, la llame justicia final . El resultado era devastador; destruí un vasto campo con esa cosa, incluso Alek y Orsted estaban sorprendidos.

Cuando Eris me vio con la nueva Armadura dorada puesta, me agarró el culo delante de todos, y cuando regresaba con ella a la casa, Eris me tiró a una posada donde alquilo una habitación y me folló toda la tarde. Realmente verme con una armadura así, la prende mucho.

Cuando la ampliación de la casa estuvo lista, le pasé a Aisha la habitación más grande de la nueva planta. Además, estaba equipada con un instrumento mágico que suprime los ruidos, así que podría estar tranquila, y de hecho, ese dispositivo también está en las habitaciones de los niños para que no nos escuchen. Aisha está muy feliz con esto; además, teníamos tres habitaciones nuevas en casa

Pasaron unas semanas.

Un día estaba usando la nueva armadura dorada, mientras Roxy reparaba algunos círculos mágicos, ya que tiene algunos problemas con la parte del casco al volver a la forma de objeto ya qué está tiene armas incluidas , estábamos en eso cuando de pronto me llegó un mensaje de Asúra, pero era de parte de Alex.

Decía:

Doga está muy triste; anoche estuvo sollozando y planea renunciar a los Caballeros Dorados de Asúra Temo que algo grave le este pasando .

Le mandé un mensaje a Ariel, y ella me dijo que Doga hace días estaba muy raro y cabizbajo, así que me teletransporté de inmediato a Asúra con la armadura puesta, ya que pensé que algo malo le había pasado a mi amigo. A Doga en especial, le tengo una profunda gratitud, desde cuando me salvo en es precipicio arriesgando su vida .

Rápidamente me apresuré donde Ariel, la cual se sorprendió de verme vestido así.

—¿Rudy y esa armadura?

—Es mi armadura dorada, bueno una Nueva la otra la destruyó el Dios de la lucha .

—Te ves tan sexy con esa cosa, tengamos sexo ahora, dijo soltado sobre un mueble y abriendo la piernas .

—Ahora no pervertida, ¿qué pasa con Doga?

—Está raro hace unos meses, y desde hace unos días está triste, pero dice que no le pasa nada. Estos días fueron sus días libres y creo que fue a ver a su hermana y después llegó así, diciendo que quería renunciar a los caballeros dorados. La verdad, sería una gran pérdida, él es uno de mis mejores guardianes.

—¿No sabes qué le pasó?

—No, Alex debe saberlo. ¿Puedes hablar con él? , tú eres su amigo, amor.

—Sí, lo haré.

—pero primero, —dijo Ariel saltando sobre mi y dándome un gran beso.

Cuando salí, me topé con Luke junto con otro Greyrat uno de la casa Euros que es un caballero dorado de Asúra, aunque no sé si será poderoso o será como, ya sabes, Luke.

Así que me los saludé a la pasada y fui con Doga. Cuando lo encontré, estaba sentado vestido muy elegante en una silla de su habitación hablando con Alex.

—Está bien, grandulón, ¿qué pasó?

—Isolte no me quiere. Dice que no puede estar con alguien como yo, así que voy a renunciar y le pediré matrimonio.

—¿Qué? ¿Como? No te entiendo Doga.

—Su majestad le está buscando marido a Isolte y le ha presentado a sus primos y varios nobles. Incluso Silvester le presentó a su hijo, y si no renunció a mi posición , ella se va a casar con alguien más.

—¿Renunciar? Estás demente, no puedes renunciar, ganas 10 oros Asúra al mes , amigo.

—Es que si no renunció, ella no me va a amar nunca, y yo la quiero. No quiero que se case con alguien más.

—Espera un segundo , dijiste que Ariel,... Perdón digo su majestad le está presentando a los príncipes menores y nobles, dije.

—Así es.

—Maldita sea, espera, vengo pronto —dije.

Así fui nuevamente con Ariel, entre las miradas raras que me daban las doncella reales y los guardias al verme en armadura dorada, aunque ya soy conocido y nadie dijo nada . Seguro muchos idiotas pensaron que era un nuevo miembro de los caballeros Asúra.

—Ariel, ¿le estás presentando tus primos a Isolte?

—Sí, ella quiere un marido y me pareció bien presentarle pretendientes .

—Ya veo, entonces ¿ella no está con Doga?

—No creo que Doga le guste, Rudy. Además, Isolte creo que prefiere a un noble, por eso le estoy presentado a miembros de mi familia .

—Pobre Isolte, ¿le estas presentando al montón de degenerados de tus familiares?.

—Hey, son príncipes menores que están de mi lado, y no les digas degenerados.

—Oh por favor, Ariel, entre mas rango más degenerados son los nobles, ni siquiera debería recordártelo .

— Ja, mira quien habla el que tiene 5 mujeres y se acuesta con varias de ellas al mismo tiempo, y te recuerdo lo que me hiciste hacer con Silphy, mientras tu me lo hacías yo a Silphy tenía que comerle la... .

—Eso fue amor puro que tres personas que se aman, se daban mutuamente .

—Sí claro. Pero como sea mis primos sienten un amor diferente, mira son pervertidos pero nadie como el Ministro Daríus.

—Aaagh qué asco ese tipo, creo que a sido la única vez que me sentí bien al matar a alguien.

Si me entero que alguien hace eso con niños como ese cerdo, lo voy a matar, dije seriamente.

—Tranquilo, creé leyes contra eso, la condena por hacer lo que hizo el ministro es la pena de muerte.

—Eso me gusta de ti, eres cruel pero justa, dije agarrándole el culo y dándole un beso.

—Bueno volviendo a lo que vine , iré a hablar con los chicos, pobre Doga —dije, mientras me daba vuelta para regresar con el grandote .

—Espera Rudy , ¿el está bien? .

—Sí, solo que piensa que Isolte se va a casar con alguien más, déjame hablar con él, y preguntarle bien lo que está pasando —le dije.

Cuando regresé, Doga aún estaba ahí sentado; en su mesita de noche había unas hermosas flores azules, ya algo marchitas.

—Doga, no puedes renunciar, amigo. Sé que ayudas a tu hermana y sobrinas con ese dinero.

—Pero Isolte dice que quien se case con ella debe renunciar a su vida.

—No, son estupideces de la tradición del dios del cauce . Yo puedo cambiar eso. Además, creo que entendiste mal. Debes renunciar a tu apellido si te casas con Isolte, pero no entiendo… ella no tomó el título de Reida cuando la nombraron segunda diosa del agua.

—La chica es muy apegada a la tradición de Reida, su abuela le inculco eso desde niña , me dijo Alex.

—Cof, cof, cof… ¡Maldita sea! ¿Que? ¿Ayudé a matar a la abuela de Isolte?

—Si no lo sabías…

—¡Por Dios, no! Pensé que era solo su maestra. Dios… es peligroso tener a Isolte aquí con Ariel, dije en voz alta .

—Tranquilo, no le hará nada. Isolte culpa a Reida por lo que pasó, me tranquilizó Alex.

—Ya veo… Escucha, Doga, límpiate las lágrimas y cuenta qué ha pasado desde que cenamos en mi casa. Recuerdo que al día siguiente dijiste que las cosas iban bien, incluso ella quería que la besaras .

—Sí, bien pero es una larga historia … te contaré. Yo nací en Donati. Mi madre murió cuando era pequeño, y papá cuando tenía diez años. Debí cuidar a mi hermana menor. Empecé a trabajar como guardia en el ejército, en una puerta de entrada a la ciudad capital de Donati. Ahí conocí a Hans; él eventualmente se casó con mi hermana. Ya con ella segura, decidimos venir a Ars. Ahí conocí a mi maestro Sandor, y él me empezó a entrenar. Fuimos a la zona de conflicto a trabajar como aventureros y regresamos cuando coronaron a Su Majestad. Y ahí Sandor consiguió este trabajo para ambos. Aquí conocí a Isolte. Recuerdo que me hicieron combatir con ella y me derrotó muy fácilmente, cuando yo aún era un rey del norte; pero ella siempre fue gentil conmigo y siempre me daba su linda sonrisa.

—Ya veo… te gustó desde que la conociste —le dije.

—Sí, después, cada vez que nos topábamos, siempre la miraba, y ella nos saludaba y sonreía. Y ahí ella empezó a gustarme encerio.

Yo trabajo y ayudo a mi familia… Hans es un soldado común, pero es buena persona y ama a mi hermana y a mi sobrina. Y cuando estoy libre me quedo con ellos. A veces los miro, y me imagino que yo tengo lo mismo con Isolte. Pero después de que te vi por última vez, ella se puso distante. Le saludaba y sonreía, pero no me hablaba mucho, y cada día tenía entrevistas con chicos, pero ella los rechazaba, eso me tenía muy nervioso y triste … hasta que un día, Su Majestad empezó a presentarle a nobles familiares de ella , y eso me puso triste, yo jamás podría darle lo que ellos le ofrecen .

—Ya, tranquilo, amigo. Aún no la pierdes. ¿Pero por eso estás vestido así, tan elegante?

—Veras, cuando fueron mis días libres, fui con mi familia. Estábamos comiendo, pero yo no tenía hambre. Mi cuñado, Hans, notó mi inquietud y me preguntó qué me pasaba.

Le conté todo sobre lo que siento y que Isolte me gusta, y que estaba asustado de que ella se casara con alguien más.

Él me contó una historia que no entendí muy bien: cuando era niño, estaba enamorado de una chica mayor que él, la cual se casó con otro, y él sufrió mucho hasta que conoció a mi hermana, con quien ahora es inmensamente feliz.

— Ya veo, o sea, te quiso decir que debes seguir adelante, le explique . — Escucha, Doga, cuando nos rechazan, es algo muy doloroso, pero debemos seguir adelante y superarlo al final el tiempo termina haciéndote sanar .

— Pero a ti nunca te pasó eso, Reidar.

— De hecho, sí (en mi otra vida). Mira, hace años tuve un malentendido con Eris y pensé que ella me había abandonado. Sufrí durante muchos años hasta que me reencontré con Silphy y Roxy, que eran amigas de mi niñez. A lo que voy es que la vida te quita por un lado, pero después te da por otro.

— Pero, Reidar, tú estás con la reina espada Eris.

— Sí, bueno, después regresamos y resolvimos nuestro malentendido. Escucha, Doga, a lo que voy es que tu cuñado tiene razón: si Isolte te rechaza, no es el fin del mundo; alguien aparecerá eventualmente y te hará feliz, amigo. Podría presentarte a Faria, la media elfa que trabaja en el cuartel; ella es muy linda.

— Es que yo solo amo a Isolte.

— Te entiendo, Doga, pero escúchame, no puedes tirar todo por la borda.

— Es que ella me dijo que debo renunciar a mi estatus.

— ¿Qué estatus? Eres un chico humilde de Donati, no eres un noble, No entiendo, le dije .

— Déjame continuar mi historia. Hans, después de contarme esa historia, me dijo que si amo a Isolte debería jugármela por ella y confesarle mi amor.

— ¿Y qué hiciste?, pregunté mirando el ramo de flores en su mesita de noche .

— Decidí confesarle mi amor. Fui al mercado, me compré esta ropa linda y ese ramo de flores, y fui al santuario del Dios del Cauce y le dije que la amaba y le pedí matrimonio. Ella me dijo que yo debería renunciar a mi estatus y me dijo que ese día, en la cena en tu casa, cuando la acompañe a su residencia, estaba ebria y confundida.

— Ummm, ya veo (maldita perra sin corazón, pensé; mira que echarle la culpa al alcohol). ¿Pero aún no entiendo eso del estatus? ¿A qué demonios se refiere con eso?

— Creo que se refiere a mi estatus de caballero dorado; por eso voy a renunciar, Reidar.

— Oye, Doga, ¿vamos a dar un paseo por la ciudad? ¿Te parece?

— Está bien, me dijo el grandulón.

— Dimos un paseo por los alrededores del palacio de plata, ante la mirada curiosa de la gente.

— Reidar, ¿por qué viniste con armadura dorada ?

— Vine rápido, no alcancé a quitármela.

Oye Doga , estaba pensando… ¿Y si hablas nuevamente con Isolte? Tal vez ella entendió algo mal, o tal vez tú no entendiste bien lo que ella quiso decir.

— Me da vergüenza.

— Vamos, eres valiente; te enfrentaste a Dios ogro, a Kalman III, y al mismísimo Dios de la Lucha. Eres fuerte y valiente, Doga; eres a quien Su Majestad le confía su seguridad y la de nuestros hijos, quiero decir, la de los príncipes; eres su caballero más confiable, y yo confío en ti eres una personale muy leal y noble .

— Gracias, pero ¿Y qué hago?

— Pues, hacerla ir al palacio de plata y hablar con ella, le dije .

— ¿Y si me dice que no?

— Bueno, vas a sufrir, vas a llorar, y el corazón te va a doler, le dije .

— ¿Como un infarto?

— No, otro tipo de dolor, un dolor horrible, pero como te dije, con el tiempo pasa y sanarás eventualmente, le expliqué .

— ¡Qué bueno! Porque con un infarto debes tener un mago para que te cure.

— Jajajaja, sí, supongo que sí, amigo. Pero si no hablas con Isolte y aclaras bien este tema, nunca cerrarás este capítulo de tu vida. Escucha: quien no se arriesga no cruza el río.

— Pero si alguien hace eso podría ahogarse.

— Así es, pero si lo logras, al otro lado estará Isolte y una vida con ella; y si no lo logras, bueno, no te ahogarás, simplemente saldrás río abajo y ahí te esperará una persona que te va a sanar. Pero para saber cual de las dos opciones te va a tocar , debes lanzarte al agua, amigo.

— Entiendo lo que dices.

— Sí, pero no estoy hablando de un río de verdad, Doga.

— No, sí te entendí lo que dijiste; si ella dice que no, no es el fin del mundo.

— Así es, no debes ser un idiota que ante el rechazo o el abandono, como tratar de clavarse una daga en el corazón, le dije .

— No soy tan idiota, Reidar. No haré eso, me dijo Doga.

Yo solo le sonreí.

— Mientras regresábamos, y pasábamos cerca del santuario del Dios del Cauce, me topé con el hermano de Isolte, el rey del Cauce, Tantris Cruel.

— Mi señor, Reidar, dijo haciendo una reverencia.

— No me llames así solo dime Rúdeus ; y la reverencia no es necesaria, no soy el papa de Milis; soy solo un plebeyo, le dije.

— Lo siento, Dios del Cauce. ¿Qué lo trae al santuario? ¿Y qué hace con una armadura dorada? No sabía que se había unido a los caballeros de la reina.

— Oh, no es mi armadura de combate, no te preocupes.

— ¿Es la misma que usaste contra el Dios de la Lucha? Mi hermana me contó de ello.

— Sí, es parecida, aunque es una nueva; la otra quedó destruida en la guerra.

— Ya veo, dijo fijándose en que Doga estaba conmigo.

— ¿Puedo preguntar dónde está la segunda Diosa del Cauce? Pregunté.

— Oh, la reina la mandó a buscar; se fue hace poco, me dijo.

— Ya veo, será mejor regresar al palacio de plata, dije y nos despedimos de Tantris .

Cuando regresamos al Palacio de Plata, Doga se puso su armadura, ya que debía hacer guardia en la sala real donde Ariel trabajaba durante el día.

Mientras estaba con Doga, Alex me informó que la reina me citó a dicho lugar.

Así que con Doga fuimos a ese lugar y el quedo haciendo guardia.

— ¿Qué está pasando, Rudy?, me preguntó Ariel.

— Pues hablé con Doga, y él le pidió matrimonio a Isolte, y ella le dijo que eso significaría para él abandonar su estatus, y por eso Doga quiere renunciar a su puesto de caballero.

— Pero, no le dijo que sí, solo le dijo que abandonara su estatus, pero ¿cuál estatus? Doga no tiene ningún estatus.

— No lo sé, le dije, yo también estoy confundido con eso.

— Ufff, ¡ya me tienen harta esos dos! , Isolte ha rechazado a todos sus pretendientes, no sé para qué demonios pide entrevistas de posibles esposos si nadie le gusta, dijo Ariel cabreada.

— Bueno, si no le hubieras presentado a ese montón de degenerados de los altos nobles y tus primos, los príncipes menores, tal vez tendría más fe en la humanidad, le dije .

— Oh, ya cállate, además Doga es un idiota, perder su trabajo por una mujer. Él gana un buen sueldo, ¿qué planea hacer si renuncia e Isolte le dice que no? ¿Volver a ser mercenario? Porque si hace esa estupidez yo no lo voy a contratar nuevamente.

— Bueno si eso sucede , me lo llevaría a La Sharia y lo haría general del ejército de Orsted.

— Oh Por favor, Rudy, él no es muy listo.

— Odio cuando dices esas cosas sobre la gente. Yo tampoco soy listo, tu me engañaste hasta el astio con respecto a lo que me hacías y cómo engendraste a nuestros hijos. Si fuera por eso, yo soy el bastardo más idiota del mundo al no darme cuenta de lo qee me hacías cada vez qee venía a Ars .

— Tú eres listo, amor, no te digas así, me dijo Ariel.

— Mentira, solo soy así porque conservo recuerdos de otra vida, además Doga sería un buen general, por dios, si hasta mi cuñado es un buen general, y eso que es un demente.

— ¿Hablas del Superd?

— No, de Aleksander, él es el novio de Aisha.

— ¡No me digas! , dijo Ariel con una sonrisa.

—Umm, Ya lo sabías, ¿cierto?

— Sí, Silphy me lo contó hace un tiempo, Aisha le había hecho prometer no contarte, porque lo odiabas, jejejeje. Así que lo aceptaste.

— Claro, el ama a Aisha y ella ya es adulta , ¿por qué me opondría?

— No se, como siempre as desconfiado del Kalman. Como sea, llama a Doga aquí.

Así que abrí la puerta y le hablé al grandote, el cual entró con su enorme hacha. Inmediatamente cayó de rodillas ante Ariel.

— Doga, supe que quieres renunciar a tu puesto, ¿es eso cierto?, le preguntó Ariel.

— Si, Majestad.

—Eres un caballero leal Doga ¿Puedo preguntar el motivo que te lleva a tomar esa decisión ?

Doga vaciló y me dio una mirada bajo su casco, yo solo asentí con la cabeza.

— Le pedí matrimonio a Isolte, y ella dijo que yo debería renunciar a mi estatus, así que voy a renunciar como caballero y le pediré matrimonio nuevamente, Majestad .

— Doga, si renuncias perderás tus beneficios como caballero dorado, y quedarás sin trabajo, y eso no garantiza que Isolte te acepte como esposo. ¿Entiendes eso? Le dijo Ariel.

— Lo entiendo, Alteza, el Dios del Cauce ya me lo explicó.

— Bien, en ese caso haré llamar a Isolte, que está en los campos de entrenamiento reales, y le pedirás matrimonio aquí frente a mí. Si ella acepta, puedes renunciar, y si ella te rechaza, bueno, el Dios del Cauce te dará un nuevo trabajo, pero no ganarás lo mismo que te pago yo, ¿entiendes?

— Sí, Alteza.

— Doga, te lo volveré a preguntar, se que eres amigo de Rúdeus y no quiero extorsionarte, pero ¿en serio quieres dejar este puesto? Sé que ayudas a tu familia con lo que ganas, le dijo Ariel .

— Lo sé, pero quien no se arriesga no cruza el río, Alteza, dijo Doga .

— Ya veo, mandaré a llamar a Isolte, dijo Ariel, quien ordenó a una doncella a buscar a la diosa del Cauce.

Mientras, Doga pidió permiso para ir a su habitación y salió raudo de la sala .

— ¿Qué fue a hacer Rudy?

— No tengo idea, el pobre le había comprado hasta flores, Dios, creo que mejor me voy, no quiero ver que pasara su ella le dice que no.

— No seas cobarde, no me vas a dejar aquí sola con esto.

— Oooh, por favor, tú disfrutas ver a la gente retorcerse, Ariel. Ahora que lo pienso, con razón cuando fuiste a casa empezaste a hacer preguntas a Aisha, tú sabías lo que pasaba, tienes un sentido del humor retorcido.

— Jejeje, sí, pero sé que eso te gusta amor. Pero no me dejes sola con ellos, si las cosas salen mal, al menos puedes consolar a Doga y convencerlo de quedarse en mi guardia.

— No lo creo, si Isolte lo rechaza, lo mejor es que se vaya, verla todos los días como compañeros en los caballeros dorados sería doloroso para él. Además, podría presentarle a alguien allá, está Faria, las chicas Ferales.

— Yo podría arreglar una boda con Kleene o Elmore, aunque creo que Kleene es el interés romántico de tu primo, Oswald Euros Greyrat.

— ¿Qué, primo? Ni conozco a ese idiota.

— Es uno de los caballeros dorados tengo entendido que Lord Oswal es hijo del hermano de la madre de Eris, así que técnicamente es tu primo político.

— Oooh, ese tipo , ya veo, dije, así que le gusta Kleene eh , pues lo va a tener difícil, Kleene tiene un carácter de mierda y es fría para besar.

— Jajajajaja, es que no le agradó mucho besarte cuando se fue disfrazada de mí. Además, la amenacé que si te besaba muy intensamente la iba a exiliar.

— Dios, eres una déspota, mi amor.

— No era cierto, era solo para verle la cara jejeje.

En ese momento Doga llegó con el ramo de flores azules.

— Estoy listo, Majestad, dijo el grandote.

— Doga, esas flores están algo marchitas, déjame tratar de que se vean mejor, dije aplicando magia de curación y agua combinada para dejarlas un poco más aceptables. — Recuerda amigo mio, pase lo que pase, la vida continúa. Aveces el primer amor, no es el gran amor de tu vida vida, ¿entiendes? .

— Aha, me dijo Doga como de costumbre.

En ese momento una doncella entró.

— Majestad, la diosa del agua Isolte está afuera.

— Hazla pasar, dijo Ariel.

Isolte entró en su armadura común y se sorprendió de verme ahí, pero sus ojos inmediatamente se fueron hacia Doga, y empezó a ponerse roja. Ella cayó de rodilla frente a Ariel.

— Majestad, aquí estoy como me has ordenado. Mi señor Reidar Reí, es un gusto verlo.

— Dios, Isolte, ambos somos dioses del Cauce, no necesitas decirme así, solo llamame Rúdeus.

— Lo siento, mi señor, es la tradición de Reidar además usted es del de mayor rango.

— Sí, con respecto a las tradiciones es que quiero hablar contigo Isolte , le dijo Ariel.

— Lo que desees, Majestad, le dijo Isolte .

— Supe que rechazaste a todos tus pretendientes, ¿pretendes seguir soltera?

— No es así, Majestad, soy una Milis y muchos de los nobles que me presentasteis no cumplían los requisitos con lo que yo busco, Alteza.

— Entonces, ¿piensas quedarte soltera para siempre si no encuentras a nadie con esas características ?

— Sí, no encuentro a nadie, así será, Majestad.

— Ya veo. Doga, ¿tienes algo que decir? Dijo Ariel.

— Sí, Majestad, dijo Doga dando un paso al frente y poniéndose frente a Isolte. —Isolte, yo te amo, ¿quieres casarte conmigo? Si me dices que sí, te juro que te haré feliz el resto de mi vida.

Doga puso el gran ramo de flores frente a la cara de Isolte, algo que sorprendió a la diosa del agua, la cual estaba roja como un tomate.

— Doga, me siento halagada, pero realmente ¿pretendes renunciar a tu estatus?

— Sí, renuncié hoy mismo a los caballeros dorados.

— De eso quería hablarte, Isolte, le dijo Ariel, —Doga ha venido a presentar la renuncia a su puesto y ha dicho que lo hace porque tú le diste a entender que para aceptarlo, debe renunciar a su estatus. ¿Puedes aclarar a qué te refieres? , ya que Doga va a abandonar la orden y perderé a uno de los hombres más poderosos de mi guardia real.

— Bueno, Alteza, usted me presentó a muchos príncipes menores y nobles, y ayer Doga se presentó en el santuario pidiendo mi mano, asumí que usted lo había enviado.

— No, yo no lo envié, él fue por cuenta propia, al ver que te entrevistabas con candidatos, como dijo. Está enamorado de ti y quiere tu mano en matrimonio.

— Entiendo, pero él deberá renunciar a su estatus y su nombre.

— ¿A qué demonios te refieres con eso , Isolte? Preguntó Ariel.

— Bueno, como usted me presentó a sus familiares, asumí que Doga es su primo o algún noble, Majestad. Y le dije que pedir mi mano lo haría perder su estatus.

— ¿Qué? ¿De dónde sacaste que Doga es un príncipe menor o un noble? Dijo Ariel.

— Bueno, lo asumí. Los caballeros dorados solo somos Nobles, o príncipes como Ghislaine o el Dios del Norte. Doga era un misterio en la orden y asumí que era un noble que ocultaba su origen, Majestad.

— Uuf, Doga es solo un muchacho común y corriente de Donati, es el hijo del jefe de la aldea donde nació, él no es un noble, es solo un muchacho que era un soldado regular hasta que fue tomado como discípulo por el Dios del Norte. El está aquí por su talento como guerrero, ya deberías saberlo, yo priorizo el talento por sobre la alcurnia, y además Ghislaine y Alex si bien son de familias reales, se comportan como cualquier cosa, menos como realeza.

— Entonces en ese caso , él no debe renunciar a nada.

— No, pero Doga ya ha renunciado a los caballeros dorados y te ha hecho una proposición, y espera una respuesta, Isolte, le dijo Ariel.

Isolte miró a Doga que aún sostenía el ramo, hubo un silencio de unos segundos que para Doga debieron ser eternos.

— ¿Estás seguro de que sabes en qué te estás metiendo al casarte con la diosa del agua y encargada de custodiar el santuario del Dios del Cauce, Doga? Además, deberás convertirte en un seguidor de Milis, y solo podrás estar conmigo y nadie más, le dijo Isolte .

— Sí, estoy dispuesto a abandonar todo por ti, Isolte, y no necesito a nadie más que a ti, dijo Doga mirándola muy sonrojado.

Isolte le dio una hermosa sonrisa.

— En ese caso, acepto casarme contigo, Doga, le dijo Isolte con una sonrisa mientras tomaba el ramo de flores. Nos casaremos dentro de un año a partir de ahora, quiero que en este tiempo nos conozcamos y te instruya en la fé de Milis.

— Lo haré, dijo Doga con una sonrisa muy grande .

— Bien, en ese caso, yo tengo una condición, dijo Ariel, Doga deberás seguir como caballero dorado, ¿a menos que sea un problema para Lady Isolte?

— Claro que no, Majestad, le dijo Isolte .

— En ese caso, les doy el día libre, vayan y hablen a solas, les dijo Ariel.

— Gracias, Majestad, dijo Doga con una profunda reverencia. — Vengo enseguida, Isolte, iré a ponerme ropa de salida, dijo el gigante y salió a las barracas.

— Felicitaciones, Diosa del Cauce, le dije.

— Gracias, mi señor. ¿Puedo preguntar qué haces con una armadura dorada? ¿Acaso te has unido a nosotros?

— No, claro que no , es mi armadura, de hecho Ariel, quiero decir su Majestad, me arrebató la idea, jajaja, pero es una armadura mágica, tú no la viste, pero con esta había combatido al Dios de la lucha antes de que la hiciera trizas de un golpe en ese momento ustedes llegaron y me salvaron.

— Ya veo, mi señor, ¿y qué haces aquí? ¿Vienes a inspeccionar el santuario?

— No, de hecho, me llegó un mensaje de que Doga iba a renunciar como caballero, y vine aquí para llevármelo a la Sharia y nombrarlo general del Dios Dragón.

— ¿Te lo vas a llevar? Me preguntó pálida.

— Claro que no, solo lo iba a hacer si lo rechazabas, pero todo salió bien. Dime la fecha en que se casara y traeré al general Grimoire para que oficie la boda.

— Te lo agradecería, mi señor. Ahora con vuestro permiso, Majestad, creo que iré a ver a mi novio, dijo Isolte con una sonrisa mientras salió del salón.

— Bien, eso salió mejor de lo que pensaba , dijo Ariel.

— Sí, me alegro. Bueno, creo que regresaré a casa, dije .

— Espera Rudy , quédate. Te ves tan lindo con esa armadura.

— Por lo mismo me iré, debo sacármela, esta cosa consume maná.

— Pues sacatela.

— Es que no tengo ropa, amor.

— No te preocupes, dijo, y ordenó a una doncella traerme ropa.

Esa noche, con el permiso de Ariel, hicimos una cena solo con los chicos: Alex, Luke, Silvester, Oswald, yo, y obviamente Doga, donde brindamos en su honor. Doga no habló mucho, pero estaba muy sonriente.

— Oye, Doga, ¿alguna vez la haz embutido? Le pregunté algo ebrio.

— ¿Qué es eso?

— ¿Sabes cómo se hacen los bebés, cierto? Le dijo Oswald.

— Sí, he visto a las gallinas, perros y burros.

— Bien, eso deberás hacer en tu noche de bodas, le dijo Silvester.

— Ya veo.

— Chicos, tranquilos, les dije. Dejemos esta conversación en su despedida de soltero, ahí le te diré varios trucos para que La dejes gritando de placer, le dije .

—¿Así como haces gritar a la reina? , me dijo Doga.

Nadie se rió con esta respuesta y yo estaba palido, mientras todos me miraban.

—Eeeh, ¿de que hablas Doga?.

—Como esa vez en Fitoa cuando tomaste a tus esposas en brazos y volaste con ellas, su majestad te pidió hacer lo mismo, y también gritaba de placer el ver el paisaje desde lo alto, pero yo no se volar, como podría hacer gritar a Isolte , me dijo Doga.

Jaja, jajaja, Wuajajajaja jajajaja, es tallaron las risas de los chicos, unas risas más aliviada debo decirlo.

—Dios me asustaste, Doga, pero me refería a otra cosa pero ya te lo diremos en la despedida de soltero.

—Aha.

— Me alegro por ti, Doga, como maestro, el único consejo que te puedo dar es que dejes que Isolte se suba arriba tuyo y no al revés, Wuajajajaja, le dijo Alex .

— Jajajajajaja.

— No entiendo, Maestro.

— Te lo explicaré en tu despedida de soltero. Bien, creo que regresaré a casa, chicos. Ya saben, soy un hombre casado, les dije.

— Wuajajajaja, lo sabemos. Nos vemos, Reidar.

— Sí, iré por mi armadura y regresaré a la Sharia, ya es de noche. Bien, adiós, Doga, te veré pronto, dije parándome ebrio. Debí lanzarme una desintoxicación.

Cuando llegué al salón donde dejé la armadura, estaba cerrado.

— General, me temo que la llave de este lugar la tiene Su Majestad, me dijo una doncella.

— Ya veo, en ese caso creo que regresaré a casa y vendré por ella mañana, después de todo, solo yo puedo usarla.

— Espere, General, la Reina aún está despierta. Lo acompañe a sus aposentos para que ella le abra.

— Oh, muy amable, le dije.

Cuando llegué a sus aposentos, era una trampa. Ariel me estaba esperando en un picante baby doll negro , así que no tuve más remedio que hacerle el amor toda la noche.

— Uuf, Rudy, qué rico. Haría esto todos los días.

— Lo haces todos los días, tienes un harén de doncellas.

— Lo sé, pero no es lo mismo. Oye, qué bueno que todo resultó bien entre Isolte y Doga.

— Sí, se casarán dentro de un año. Bueno, aquí estaremos para la boda , Isolte me invito a a mi y toda mi familia .

— Casarse, ummm, siempre me pareció algo estúpido, dijo Ariel.

— Bueno, hacemos cosas de casados, nos acostamos, cuando estamos solos nos besamos, comemos juntos, paseamos por el jardín, tenemos dos hijos.

— No empieces, Rudy.

— Si alguna vez quieres, podemos ir a Milis a pasear, nadie nos conoce allí Ariel, bueno salvo mis abuelos y los altos mandos, pero nadie se daría cuenta amor si vamos vestidos como aventureros.

— Sí, podría ser por un día, dijo Ariel con una sonrisa acurrucados en mi pecho.

— Paseamos por la ciudad, comemos en una posada como si fueras una ciudadana común y corriente, amor.

— Jejeje, sería divertido, dijo besándome, jamás he hecho algo así, bueno solo cuando fuimos a bautizar a Edward o veníamos a Ars durante la guerra.

—pero esto sería solo los dos Ariel, piensalo, solo será un medio día, incluso podríamos ir al reino Dragón, solo será un paseo romántico como si fuéramos 2 personas común y corriente.

—Lo haremos amor, ahora solo duerme conmigo, me dijo apretando su abrazo.

—¿Oye Rudy?.

—¿Si?.

—Trae a Silphy la próxima vez, y así dormimos los 3 juntos.

Al otro día, después de desayunar y jugar un rato con Edward y Sariel, me despedí de mi familia de Ars, tome mi armadura y regresé a la Sharia.