Secretos de los Greyrat

Después del nacimiento de mis hijas, los días transcurrieron tranquilos, mis esposas habían aceptado una relación con Ariel, la cual por motivos políticos se mantendrá en las sombras, aún así no e ido a Ars, más que nada por vergüenza, y se que es hipócrita de mi parte , pero yo me siento raro con todo esto. De pronto, la educación de mi vida anterior y el precepto de familia de mi Antiguo Mundo empezaban a afectarme, pero bueno creo que más que nada es el miedo a perder a mis esposas .

El fin, eso días me dediqué a la fabricación de armas y a entrenar a mis hijos en casa. Lara pronto cumplirá cinco años, y papá ya me tiene harto con eso de ir a Ars a comprarle una espada, ya que el viejo no sabe hacer otros regalos, siempre regala lo mismo, es como esa típica abuela que para navidad solo te regala calcetines. Ars también está siendo entrenado en esgrima por papá y en magia por Silphy, mientras Eris y Roxy se recuperan.

Esa semana, Norm y Ruidjerd se quedaron con nosotros, ambos se la llevaban mucho con los niños, Ruidjerd como siempre era muy amable con mis hijos y Clive.

Un día Norm desafió a Aisha a un duelo de espadas. Fue todo un espectáculo, ya que toda la familia salió a ver el combate, incluido Kalman III.

Ellas se pusieron frente a frente, y rápidamente Norm atacó con el estilo "Dios del Filo", que había estado entrenando con Ruidjerd. Este le había enseñado varias técnicas de los Superd, y su estilo tenía un parecido al de Eris. Sin embargo, Aisha estaba muy avanzada y logró contrarrestar sus ataques. Aisha sonreía con burla frente a Norm cada vez que rechazaba sus ataques , y se trenzaron en una esgrima cercana.

—"¡Jajaja! ¿Creíste que me ganarías, Norm?", dijo Aisha. "Te estancaste, hermanita. Creo que mejor terminamos con esto." (le Hablaba muy cerca a Norm y solo entre ella podían escucharse).

—"Sí, no puedo derrotarte. Veo que estás casi a nivel Santo, hermana. Se nota que Kalman te ha estado entrenando muy bien. ¿Por casualidad Te enseñó esas técnicas mientras se revolcada contigo en la cama?", preguntó Norm con una sonrisa burlona.

—"¿Qué dijiste?", preguntó Aisha enfadada.

En ese momento, Norm la golpeó en el estómago y la desarmó.

—"Creo que gané, Aisha", dijo Norm con una sonrisa de burla.

—"Felicitaciones, Norm, ganaste", dije yo.

—"Espera, Rudy, ¡hizo trampa!", dijo Aisha.

—"¿Trampa? ¿Cómo?", pregunté.

—"Ella me desconcentró; me dijo algo que no debía", dijo Aisha .

—"¿Qué te dijo?", preguntó papá.

—"Algo personal", respondió Aisha.

—"Ya veo, pero eso fue culpa tuya, Aisha. Te he dicho muchas veces que no debes caer en provocaciones, y provocar a un enemigo es una técnica válida para desconcentrarlo. No puedo creer que hayas caído en eso, hermana. Tú nunca pierdes el control", le dije.

—"Maldita sea, vas a pagar por esto, Norm", dijo Aisha furiosa.

Norm solo sonreía. Aisha se veía muy molesta mientras hablaba con Kalman, quien actuaba como su director técnico.

—"Esa maldita idiota me derrotó. Maldita sea, soy una estúpida ella no está a mi nivel , soy una idiota", se decía Aisha a si misma .

—"Ya cálmate", le dijo Alek. "Amor, sabes que no debes caer en provocaciones".

—"Maldita sea, Alek, esa maldita sabe lo nuestro, eso fue lo que le dijo para provocarme ", respondió Aisha.

—"Oye, Aisha, ¿por qué no decimos la verdad?", sugirió Alek.

—"No, mamá empezaría con la estupidez de casarnos. Quiero que seamos solo novios, me gusta así. No quiero hijos aún, y la pasamos bien, Alek", respondió Aisha.

—"Pero ¿por qué no le decimos a Reidar?", preguntó Alek.

—"Escucha, mi hermano no diría nada, pero el problema es mi madre. Sé que ella no me dejaría en paz", explicó Aisha.

—"Digamos la verdad a Reidar, entonces", sugirió Alek.

—"Uuf, aún no. ¿No te gusta esto de estar en secreto?", preguntó Aisha.

—"Sí, pero a veces me gustaría compartir más con tu familia sin estar escondidos, Aisha", respondió Alek.

—"Tranquilo, ya compartes con ellos ", dijo Aisha.

—"¿Qué hablan tanto ustedes?", dijo Rúdeus de pronto.

—"Nada, hermano, estábamos analizando el combate", respondió Aisha.

—"Tenías a Norm acorralada, Aisha. Tal vez debiste usar el estilo 'Dios Cauce' para contrarrestarla", le dije .

—"Sí, lo sé. Discúlpeme, debo hablar con Norm", dijo Aisha.

—"Nada de peleas, ya son adultas, ¿está claro?", le dije .

—"Sí, ya sé", respondieron ambas.

Aisha tomó a Norm del brazo y la llevó al despacho de Rúdeus . Una vez cerrada la puerta, hablaron a solas.

—"Bien, ¿cómo demonios es que lo sabes?", preguntó Aisha.

—"El otro día, Ruidjerd te sintió cerca. Era de noche y pensé que había pasado algo a los bebés de Rudy. Cuando miré por la ventana, te vi pasar a escondidas con Aleksander y besándote con él. Vi cómo entraron a una posada; no soy idiota, obviamente fueron a dormir juntos , hermana", dijo Norm.

—"Ya veo, ¿vas a decirle a todos?", le preguntó Aisha.

—"No, eres mi hermana, te quiero en el fondo. Solo lo dije para derrotarte. Pero ¿por qué no le dices la verdad a nuestros padres y a Rudy?", respondió Norm.

—"No, me gusta mi relación así; mamá trataría de que nos casáramos, y sabes lo fastidiosa que es conmigo", explicó Aisha.

—"Lo se, pero Rudy te apoyaría; en el otro mundo de donde venía decía que había relaciones de pareja así", le dijo Norm.

—"Lo sé, pero Rudy aún odia a Alek, y lo entiendo. Alek fue un idiota durante la batalla. Déjame esto a mí; Alek cambió. Cuando se haga amigo de Rudy, les diremos la verdad", respondió Aisha.

—"Ja, Ruidjerd es como el hermano de Rudy, y aun así nuestro hermano lo golpeó", dijo Norm.

—"Eso fue porque el idiota de tu esposo amenazó a papá con una lanza", respondió Aisha.

—"¡Es porque era una tradición Superd ! Aunque pensándolo bien, fue bastante idiota hacer eso frente a Rudy", dijo Norm.

Pero volviendo a lo de tu novio "¿Alguien lo sabe?"

—"Todas las chicas lo saben, además de Elinalise y Cliff, que nos descubrieron", respondió Aisha.

—"¿Y ellas no dicen nada? Pregunta tonta, ¿qué van a decir? Rudy se acuesta con la reina con el permiso de las chicas , y van a decir algo porque tú estás con Kalman", dijo Norm.

—"Sabes, hermana, Rudy es un completo soquete ", dijo Aisha.

—"¿Por qué dices eso?", preguntó Norm.

—"Hace unos meses, Rudy me descubrió saliendo de la habitación de Alek en la cabaña, y el idiota me creyó cuando le dije que estaba haciendo aseo, y yo recién me estaba levantando después de tener sexo toda la noche. Y lo de la reina, bueno él ni siquiera sabía que la reina se acostaba con él, jajajaja, maldito estúpido ", dijo Aisha.

—"Sí, papá nos contó el otro día de eso. Rudy realmente es un tarado", dijo Norm.

—"Jajaja, sí lo es", dijo Aisha.

—"Vamos, será mejor salir", dijo Norm.

Cuando las chicas salieron del despacho, iban riendo de todo lo que pasaba y ya no había tensión entre ellas .

Unos días después, Norm y Ruidjerd regresaron a Biheiril.

Los días siguientes fueron muy tranquilos, y decidimos ir a Ars a comprar regalos para Lara, además de comprarle artículos a Lucy, que entraría a la universidad. Fuimos con papá y mamá, que regresaron casi de inmediato cuando papá encontró una espada para Lara . Sin embargo, Silphy y yo decidimos ir a ver a Ariel y a los príncipes.

Cuando llegué al Palacio de Plata y mientras nos hacían pasar, me topé con Doga haciendo guardia.

—Hola, grandulón, ¿cómo has estado?, le dije

—Bien.

—¿Todo bien con Isolte?

—Solo hablamos, pero nada más.

—Maldita sea, pensé que me dirías que me Invitabas a la boda. Doga. Escuchame, invítala a comer, a dar un paseo, o acompáñala a la iglesia.

—Es que me da vergüenza.

—Maldición, he estado ocupado, pero trataré de ayudarte. Esta noche cenaremos en casa, e invitaremos a Ariel, digo a la reina. Le diré que lleve a Isolte, y yo te invito a ti. Y cuando acabe la cena, la acompañarás hasta su residencia, ¿entiendes?

—Sí, eso creo.

—Bien, bien, es un plan. Hablaré con su majestad.

Una vez llegamos con Ariel, nos recibió en una sala privada, donde estaba con mis hijos (creo). Edward rápidamente fue a mis brazos, yo le traía unas barras de chocolate de regalo. Ariel, cuando me vio, rápidamente me dio un beso, ya ahora adelante de Silphy. Eso ya les importa aunque yo no me siento cómodo aún. No es que no me guste, pero está Silphy, y no sé, se siente raro con ella mirándonos.

Después de ese saludo, me pasó a Sariel, que estaba cada día más bella. Es una bebé muy dulce.

Esa noche hicimos una cena en casa, donde fue Ariel y su séquito, además de Doga e Isolte, a los cuales senté juntos. También le di a Doga unas barras de chocolate para que se las regalara a la diosa del agua. Sin embargo, el maldito desgraciado apenas la habló durante la cena.

Después de los tragos habituales, me despedí de los chicos. Ariel también regresó con su séquito. Ella me dio un frío beso en la boca antes de subir en silencio a su carruaje, de hecho parecía disgustada de besarme, eso la verdad me preocupó, tal vez se enojo porque me comportó distante con ella cuando me besa delante de Silphy .

Mientras, Doga e Isolte fueron los últimos en irse. Les pedí a Isolte un informe del santuario del Dios del Cauce, una excusa para ganar tiempo antes de su partida. Aproveché que Isolte pidió ir al baño para hablar con Doga.

—Bien, tonto —le dije—, ahora la acompañarás a casa.

—¿Para qué? Es fuerte, nada le pasará.

—Por caballerosidad, tarado. Debes ser un caballero y acompañarla, ¿entiendes?

—Sí.

—¿Trajiste el chocolate?

—Sí, pero me comí una barra.

—¡Maldita sea! Se supone que se los regalarías. Toma, —le dije, arrancando flores de mi jardín. Cuando llegues a su residencia, tómale la mano y se la besas, dale las flores y el chocolate, y dile que te gustaría ser su amigo y salir algún día a pasear.

—¿Y si dice que no?

—Dirá que sí. Ella te miraba y sonreía. Si dice que no, buscaremos otra oportunidad.

—Tengo miedo.

—Maldición, ¿eres un hombre o una niña, Doga?

—Soy un hombre.

—Así es, eres el emperador del norte, Doga. Haz lo que te digo, y te prometo, hermano mío, que conquistarás los montes Isolte… y su monte de Venus.

—¿Ella tiene propiedades en las montañas?

—No… demonios, te lo explicaré luego. ¡Ahí viene! Jajajaja. Claro, Doga. Prometo que iremos a algún laberinto y mataremos monstruos, ¡aargh!

—Rudy, ¿por qué haces esos ruidos? Suenas ridículo, —me dijo Silphy.

—Lo siento, Orejitas. Estaba hablando con Doga, pero ya se va.

—Sí, creo que yo también me iré también, —dijo Isolte—. Fue un gusto verlo, Reidar, y a usted, lady Silphy.

—Solo llámame Silphy, Isolte.

—Bien. Dele mis saludos a Eris y a tus otras esposas. Nos vemos.

Isolte se fue, y Doga seguía allí, paralizado.

—Ya muévete, tonto —le dije, dándole un puntapié—. Oye, Isolte, como el camino al palacio de plata pasa por el santuario del Dios del cauce , ¿por qué no vas con Doga? El grandote le tiene miedo a la oscuridad.

—Jajajaja, ¿es cierto, Doga? —dijo Isolte sonriendo .

—Eeeh… sí.

—Jejeje. Ven, vamos, te haré compañía —dijo Isolte con una hermosa sonrisa. Doga estaba rojo como un tomate. Los vi perderse en una esquina. Doga Estaba tan rojo que parecía una baliza de ambulancia.

—Uuf, Dios. Espero que le hable y le dé las flores y el chocolate.

—¿El Te agrada, Rudy?, me preguntó Silphy.

—Sí, me salvó la vida. Es un buen tipo, está enamorado de Isolte, pero es muy vergonzoso.

—Jejeje. Pobre chico, pero creo que le irá bien. Isolte lo miraba mucho en la cena, pero él desviaba la mirada.

—Ufff, eso espero. Bien, Orejitas, te ves muy sexy esta noche. ¿Qué tal si hacemos algo rico, y no me refiero a comer dulces ?

—Está bien, pero sube en diez minutos. Tengo una sorpresa para ti .

—¡Oh, chica traviesa!, dije tocándole el culo.

Cuando subió, pensé que Nana había venido, y tendríamos un delicioso trío, o tal vez me daría el… pspspsps… o se disfrazaría de enfermera, o de bruja sexy, o usaría lencería picante… ¡Dios, solo de pensarlo estoy excitado!

Me di un baño en el tocador del primer piso, me lavé bien el muñeco, me perfumé, me afeité para tener la cara suave, y me lavé los dientes. Ya bien aseado, me puse solo ropa interior y subí rápidamente, con cuidado de que los sirvientes de Ariel no me escucharan. Por la ventana, saqué unas flores para mi elfa.

Toc toc. —Silphy, ¿puedo entrar?

—Sí, la sorpresa está lista —dijo ella.

Al entrar, quedé con la boca abierta, pálido y desconcertado. Ahí, en mi cama, me esperaba mi esposa con sexy lencería negra, y a su lado, Ariel con sexy lencería blanca y esas sexys portaligas que siempre me vuelven loco .

—¿Te gusta tu sorpresa, Rudy? —preguntó Ariel, dándole un beso muy sensual a Silphy.

—No vas a decir nada, Rudy? ¿Te gusta la sorpresa?, me dijo Silphy que le agarraba el culo a Ariel .

—Cúa, Cúa, Cúa, Cúa, Cúa, Cúa, ¿Cuál sorpresa?

—¿Qué te pasa, Rudy? Pareces pato, ¿un ratón te comió la lengua?, me Ariel dijo pasando sus manos por el contorno de sus senos.

—¿Qué, que, que, que, que, Qué está pasando, Silphy? Pregunté nervioso.

—Pensamos con su majestad que sería una linda sorpresa, Rudy, o no te gusta?

—¿Donde están los niños Ariel, los dejaste solos?

—No, están en el primer piso con la nodriza y con Elmore. Sabes me encanta eso de ti, tienes a dos mujeres en celo frente a ti, pero primero te preocupas por la seguridad de los niños.

—Claro que si, bueno si están bien entonces creo que podemos (...) Espera un segundo , ¿quién demonios se despidió de mí con un beso hace un rato?

—Oh, esa era Kleene disfrazada de mí.

—¿Qué?, ¿me besé con Kleene? Con razón sentí tan frío ese beso, pensé.

—No te preocupes, ya todo está hablado, me dijo Ariel, quien se acercó a mí y me besó con lengua incluida, además de agarrarme el muñeco. Entre las dos me tiraron a la cama y, bueno, lo hicimos toda la noche de manera salvaje . Incluso Ariel me entregó el pspspspsfufu, y Silphy no se quiso quedar atrás y también me lo entregó, algo que rara vez hace, y nos dieron las 10, y las 11, las 12, la una las 2 y las 3 y desnuda al anochecer nos encontró la luna .

—Caímos a la cama todos sudados.

—Dios eso fue genial Rudy, Silphy, dijo Ariel agitada.

—Sabía que te gustaría alteza, le dijo Silphy.

—¿Cómo es que convenciste a Silphy de esto Ariel?, le pregunté.

—Esto fue idea de Silphy, ella quería hacer un trío, dijo Ariel.

—Dablos Silphy, lograste acostarte con todas, dije.

—Sí, pero es más divertido cuando estás tú Rudy.

—Me encantas chica traviesa, dije abrazándola y besándola.

—¿He y qué hay de mí?, dijo Ariel, a la que también abracé y besé, nos quedamos ahí abrazados, con cada chica en un brazo.

—Esto es mucho mejor que hacerlo escondida , no crees majestad, le dijo Silphy.

—Sí, diablos Silphy, eres una salvaje en la cama. Dios, y yo pensaba que era buena en el sexo.

—Deberías ver a Roxy, Eris y Nana, dijo Silphy.

—Me encantaría, dijo Ariel.

—Veré si las convenzo aunque olvidate de Nanahoshi, ella no va a hacerlo contigo, aunque yo podría disfrazarme de ella, dijo Silphy .

—Ustedes están locas, les dije.

—Jajaja, locas por ti Rudy, me dijo Silphy acurrucada en mi pecho.

—Pensé que casi habías matado a Ariel cuando eras niña, por tratar de acostarse contigo, Silphy, le recordé.

—Sí, tenía 10 años y me asustó, yo era virgen y no tenía idea de sexo. La princesa se metió en mi cama y empezó a desnudarme y a besarme mientras trataba de someterme . Yo me asuste mucho y La ataqué con magia de viento, casi la mato.

—Sí lo recuerdo, eso fue doloroso, jajaja, pero miranos ahora, nos acostamos con tu hombre.

—Sí, jaja, bueno, ahora soy adulta, majestad, pero te lo merecías en esa época.

—¿Nanahoshi no te ha dicho nada de mi Rudy?, me pregunto Ariel.

—No, solo hemos hablado de los círculos, y cuando hacemos el amor por lo general bromeamos con cosas del mundo de Nana, le dije.

—Ya veo, ustedes tienen mucho en común.

—La verdad no, solo nuestro origen de ese mundo, Nana y yo somos muy diferentes, pero polos opuestos se atraen y nos complementamos bien y por eso nos amamos . Además, nuestras culturas eran muy diferentes, algo así como la cultura de wind port y Ars, de hecho yo vivía muy lejos del país de Nana casi a medio planeta de distancia .

—¿Crei que te gustaba el pais de Nana, Rudy? , me dijo Silphy.

—No mucho la verdad. Las mujeres son hermosas, su historia, sus castillos, la tecnología me encanta , sin embargo, para mí fueron meses difíciles cuando estuve en Japón . Casi nadie hablaba inglés, menos español. Había muchos sitios donde no permitían la entrada a extranjeros. Dormía en un cuarto minúsculo y debía compartir el baño, y el retrete me tiraba agua en el culo a presión.

—Rudy, no seas vulgar, me dijo Silphy.

—Además, la comida, comen muchos mariscos en Japón, y a mí no me gustan. Pasaba comiendo en un McDonald's y en una pizzería de unos italianos que tampoco hablaban inglés y tenía que comunicarme con ellos hablando muy despacio en español, ya que son lenguas parecidas . De hecho comer eso , me había engordado unos kilos. Solo hablaba con los otros chicos de la capacitación que eran compatriotas y Aiko, la chica japonesa como Nana, ella hablaba mi lengua, ella la traductora, ella había aprendido castellano en mi país y había estudiado de intercambio ahí, por eso nos hicimos amigos rápidamente .

—¿Y era linda?, preguntó Silphy.

—Sí, era linda, dijo Ariel. Yo la vi, aunque era de unos 30 años, pero era linda.

—Ya veo, ¿y la amabas Rudy?

—Me gustaba, tal vez si no hubiera muerto, quién sabe, dije, pero soy más feliz aquí, les dije besando a cada una.

—¿Nana sabe que opinas eso de Japón ?

—Claro que lo sabe, ¿por qué crees que bromeamos. Aunque aveces la pongo de mal humor. Aunque ella también dice cosas sobre Sudamérica, pero solo lo hacemos por jugar.

—A mí me gustó tu país, Rudy, dijo Silphy, y Ariel dijo lo mismo.

—Sí, bueno, es porque comparado con este mundo mi Antiguo país era muy desarrollado, aunque a Nana estoy seguro no le hubiese gustado mucho.

—Pero era bonito.

—No por el paisaje Silphy, sino por la cultura de mi antiguo país, —Las bromas, las costumbres, la impuntualidad, la música, etc., etc.

—Eso suena como eres ahora Rudy.

—No lo creas Silphy , ahora soy muy diferente de hecho soy un Asurano promedio, le dije.

—No lo sé, tu sentido del humor me parece igual a los de tus amigo de ese mundo, me dijo Silphy.

—Jejeje, y sé que a ti tampoco te gusta mi sentido del humor , dije abrazando a mi elfa.

—Ariel hizo un puchero y tuve que abrazarla también, así que me dormí con ambas con sus cabezas en mi pecho.

Al otro día desperté con las chicas babeando en mi pecho. Traté de levantarme en silencio para no despertar a las satisfechas, pero Ariel abrió los ojos y me llevó de nuevo a la cama, donde me usaron para un trío mañanero.

Luego de bañarnos y desayunar, partimos al palacio de plata, con Ariel disfrazada de Kleene. Una vez allí, estuve con los niños jugando un rato en el jardín real mientras las chicas hablaban paseando junto con Kleene, Elmore y Tris.

En ese momento me topé con Doga, que hacía guardia.

—Oye Doga, ¿cómo te fue anoche?

—Bien.

—¿Le dijiste algo?

—Le di las flores y los chocolates.

—Bien, bien, ¿y la invitaste a salir?

—No.

—¿Ella te rechazó?

—No.

—¿Y qué pasó?

—Cuando llegamos a su residencia, ella me sonrió. Luego le di los chocolates y las flores.

—¿Yyy?

—Ella cerró sus ojos y se acercó a mí.

—¿La besaste?

—No, me asusté y salí corriendo.

—Maldita sea Doga, ella quería que la besaras.

—¿En serio?

—Claro que sí, maldición, era tu oportunidad.

—Lo arruiné, dijo Doga con pena.

—No, no, esto es bueno. Ella quería un beso, eso quiere decir que le gustas, grandulón.

—¿Y qué hago ahora, voy a besarla?

—No, aún no. Eso debes hacerlo cuando estén a solas, o en un parque, o en una plaza. Por ahora, sigue hablándole y contándole anécdotas, ella tiene interés. Bien hecho Doga.

—Está bien, dijo Doga con una sonrisa.

—Wuajajajaja, ¿qué hablan tanto?, dijo Alex de pronto.

—Aquí hablábamos de mujeres con Doga.

—Aah, ¿sí?, wuajajja, el buen Doga llegó tarde anoche, ¿buenas noticias?

—Sí maestro, creo que le gustó a Isolte.

—Muy bien muchacho, ahora debe es seguir hablándole. Cada vez que la veas en vez de huir, debes sonreírle.

—Aha.

—Wuajaja, ya será mejor hacer guardia, vamos amigos.

—Aha, nos vemos Reidar.

—Sí, nos vemos.

—Por cierto Reidar, te ves demacrado, como si hubieses combatido toda la noche. Debes dormir, amigo.

—Sí, bueno, dormí poco. Ya sabes, las preocupaciones.

—Claro, ✌️preocupaciones✌️, wuajajajaja. Nos vemos Reidar. Y así los vi como se perdían en el palacio.

—¿De qué hablabas Rudy?, me pregunto de pronto Silphy.

—De nada, Silphy, solo reíamos con los chicos ya sabes, cosas de hombres.

—Ya veo, ¿cómo le fue a Doga?

—Jajaja, salió huyendo cuando Isolte se acercó a él.

—Pobre chico, ¿y qué va a hacer?

—No sé aún. Creo que debemos hacer una recepción en la que él pueda pedirle matrimonio. Creo que a Isolte le gusta.

—Jajaja, está bien. Oye, es hora de regresar, volvamos a casa.

—Sí, le dije. Así que nos despedimos de Ariel y de los bebés, y regresamos a la Sharia. Debíamos hacer los preparativos para el cumpleaños de Lara. De paso, invitamos a Luke y Tris también.

Como en cada quinto cumpleaños de nuestros hijos, la que les compra la varita fue Roxy. Papá ya había comprado una espada, Eris unas dagas, Nana le compró una túnica, Aisha ropa, yo le compré un libro de pociones. Esta fiesta sería más familiar, aunque Aisha insistió en invitar a Kalman, así que lo permití.

No le ocultamos a Lara sobre su cumpleaños porque, de hecho, Lucy ya le había dicho lo que pasaría. Pero la verdad, mi niña no se veía muy entusiasmada. Para la fiesta, Lilia hizo el pastel Asurano que papá odia con toda su alma. Comida de mi mundo y comidas Asuranas, además, con Nana habíamos invocado otra caja con miles de chocolates, dejando a alguien de la tierra sin su trabajo. Además, logró invocar una caja llena de granos de café, aunque yo no sé cómo carajos prepararlo porque solo compraba café instantáneo. Pero Nana dijo que sabía cómo prepararlo.

Ya con todo eso listo, llegó el día de la fiesta de Lara. Temprano por la mañana llegó Ariel, con los bebés, junto con Kleene, Luke y Tris, además de Ghislaine que venía como guardaespaldas.

La fiesta fue hermosa, aunque Lara no le prestó mucha atención. Agradeció con una sonrisa los regalos, pero Paul se lanzó con su discurso de siempre —"una espada que se lleva en el corazón"— bla, bla, bla. Le dimos sus regalos, los cuales la emocionaron, especialmente su varita y el collar antiataques mágicos que le dio Ariel. Pero, la verdad, lo único que Lara quería era comer dulces. Eso fue lo que más le gustó, porque en cuanto empezó la fiesta se fue como un mastín a las delicias asuranas y al helado. A ella, como a Roxy, les encanta el helado.

Fue muy lindo ver a mis hijos sentados en la mesa celebrando a su hermana, incluido Clive, que tiene la misma edad que Lara, aunque se ve más cercano a Lucy. Son como hermanitos. Clive es un chico muy tierno; es básicamente Cliff con orejas de elfo, y eso es raro: ver a un elfo con pelo oscuro. Juntos, se puede ver que Lucy es diferente; sus orejas son mucho más cortas, aunque aún puntiagudas.

Junto con ellos estaba sentado yo, con Siegh en mis brazos, y a mi lado, Ariel con Edward, y Tris con Armand.

—Es una linda fiesta, Nietito, —dijo Elinalise de pronto.

—Sí, desearía tener una cámara fotográfica para retratar este momento. Por cierto, ¿y Cliff?

—No pudo venir; debía oficiar misas en una ciudad al norte de Milishion. Mi Cliff dijo que vendría en unos meses.

—Ya veo… extraño al idiota ese.

—Por cierto, Rúdeus , supe que estás fabricando autómatas.

—Sí, así es.

—Cliff me dijo que Zanoba estaba haciendo una muy realista… si sabes a lo que me refiero.

—Roxy, amor, ¿puedes sostener a Siegh? Debo hablar con Liz —le dije.

Tomé a Elinalise y la llevé a un lado.

—Bien, ¿a dónde vas con todo esto?

—Jajaja… ¡lees mi mente, Nietito! Cliff está muy solo en Milis y solo viene cada tres meses.

—¿Te da miedo que te engañe con Wendy?

—Él no haría eso, lo conozco. No es como tú, que te metes en la cama de la reina.

—Muy graciosa. ¿Cuál es tu punto?

—Cuando estén listas, quiero una autómata igual a mí, con mis partes y mis atributos.

—Quieres que fabrique una muñeca sexual con tu imagen para Cliff?

—Sí, ¿o es mucho pedir?

—No sé… ¿Cliff se puede molestar por esto?

—No lo hará. Se la llevaré personalmente cuando vaya a Milis.

—Maldición… bien, veré qué hago.

—Muchas gracias. ¿Necesitas que pose desnuda?

—No es necesario.

—Sí lo será. Quiero que sea igual a mí.

—Maldita sea, ¡pero que Roxy te mire! Yo no quiero verte.

—Jaja… está bien.

Así regresé a la mesa, donde Ariel me pasó a Sariel, que ya tenía tres meses. En eso, mi mirada se topó con la de Lara.

—¿Te gusta tu fiesta, mi niña?

—Sí, papá. Gracias a todos por los regalos.

—¿Te gustaron?

—Sí, pero no entendí qué quiso decir el abuelito Paul con su discurso.

—Sí, yo tampoco lo entendí cuando era niño.

En ese momento me di cuenta de que ahí sentado entre los niños estaba Aisha con Alek, y Aisha le daba helado en la boca a Kalman y reían juntos. "¡Qué demonios!", pensé. Lara lo notó y me habló en español.

—Oye, papá, verás al tío Alek atacarte, pero no será cierto. Corta hacia atrás y disipa la magia, y ganarás.

—¿De qué hablas?

—Solo lo sé, papá. Corta hacia atrás, no confíes en tus ojos, disipa la magia y ganarás.

—Me estás asustando, Lara.

—No temas, papá. Tú eres muy fuerte, pero ten cuidado con la magia de ilusión; tú no la dominas.

—Lo sé, nunca fue mi fuerte, amor.

—Hay magias que no son tan poderosas, pero te pueden causar problemas, papá.

—Lo tendré en cuenta, mi amor.

Ella me sonrió y volvió a comer su helado.

—¿Qué dijo Rudy? —me preguntó Ariel.

—Nada grave, solo que tenga cuidado en el futuro con los enemigos. Tranquila —dije sonriéndole—. Pero la verdad, esa profecía me asustó. Es la segunda vez que me lo dice. Lo había olvidado, pero hace un año me dijo lo mismo.

—Estás bien, Rudy. Te ves preocupado —me dijo Nana.

—Sí, amor, tranquila.

—¿Qué le dijiste a tu papá, Lara? ¿Qué lo dejaste tan nervioso? —le preguntó Nana.

—Nada, mami. Solo que debe tener cuidado con la magia de ilusión —le dijo Lara en japonés.

—Sí, demasiado tarde para ese consejo, hija —dijo Nana mirando a Ariel, que estaba conversando sonriente con Silphy.

—A ti no te gusta, mami Ariel, ¿cierto, mami Nana?

—Ella no es tu mami, no le digas así.

—Mami Blanca la trata como si fuera una mami, además es la madre de Edward y Sariel, jejejeje.

—Sabes, Lara, heredaste el humor negro de tu padre.

—Jejeje, lo sé. Me harás nigiri esta noche, mami?

—¿Cómo lo sabes?

—Yo quiero de salmón.

—Jejeje, está bien, amor. Por ser tu cumpleaños, los haré.

Mientras Silphy y Ariel las miraban hablar…

—Es increíble, Nana y Rudy le hablan en lenguas extrañas a Lara.

—Sí, les enseñaron de pequeña, igual que a Lucy. Ars también está aprendiendo. Rudy le dijo hace años a Nana que les enseñara su lengua a los niños para que no se sintiera sola.

—¿Y cómo aprendieron la lengua de Rudy?

—Pues Rudy les cantaba antes de dormir canciones infantiles de su mundo, y los chicos aprendieron. Ya después, Rudy empezó a hablarles en su lengua cuando los niños empezaron a hablar la lengua de Nana. Creo que fue por celos, jejejeje. Rudy y Nana se aman mucho; pero aveces compiten por cosas raras.

—Ya veo. Le diré a Rudy que les enseñe esa lengua a mis hijos; tal vez eso pueda ayudarlos como un código, dijo Ariel .

—Uuuf… siempre pensando en sacarles provecho a las cosas de alguna manera, ¿no, Majestad?

—Claro que sí, soy la reina. Una lengua así, que solo dominen los niños, podría ser muy útil cuando llegue Laplace.

—Bueno, mirándolo desde ese punto de vista, tienes razón, Majestad.

—Solo dime Ariel Silphy. Por cierto, ¿cuándo volverán a Ars? Quiero volver a repetir lo del otro día.

—Shiii… jejejeje… más despacio, pero pronto. Si quieres, puedes quedarte y lo hacemos esta noche.

—Me encantaría, pero no puedo, debo regresar. Tengo que firmar muchas leyes que crearán un escuadrón de magos y nuevas leyes de redistribución para fortalecer las ciudades del reino. Cuando Edward sea rey, Asúra será el país más próspero y fuerte del mundo, mucho más de lo que lo es hoy.

Finalmente, la fiesta había llegado a su fin, y poco a poco los invitados se fueron. Lamentablemente, Ariel también debía irse, pero de todos modos iré a ver a los niños pronto. Esa noche solo quedamos en familia, mientras las chicas hacían la cena, yo les enseñaba a Lucy y Lara la distorsión mágica, y las hice practicar entre ellas tal como cuando le enseñaba a Silphy. Mientras ellas hacía eso, le enseñaba magia a Ars, que ya podía lanzar una bola de agua en silencio, lo cual confirma mi teoría de que entre más pequeños es más fácil que aprendan el concepto.

Por cierto, Jinas me ofreció nuevamente ser un docente en la universidad. Le dije que aún no, pero le hable de las becas del Dios dragón para entrenar magos en silencio, y él aprobó dicha idea para cuando Orsted lo decida. Ariel, por otro lado, también dará esa beca en la universidad de Asúra según las personas que Orsted elija.

Mientras cenábamos, veía a Nana, Eris, Lara, y Lucy comer sushi y ese arroz con huevo crudo, como si fuera un manjar de los dioses.

—Dios, como extraño el nori, con eso ya sería perfecto, dijo Nana.—¿Qué me miras Rudy?

—Nada, amor.

—¿Por qué no pruebas el sushi? Es rico.

—No me gusta.

—Es porque probaste esa cosa que hacen en América, donde le agregan queso, atún en tarro o cosas raras. Eso no es sushi, amor, esto es de verdad.

—También los probé en Japón y no me gustan Nana. No me gustan los mariscos y pescados crudos.

—No te creo, el otro día devoraste mi almej(… ).

—No digas eso, están los niños, le dije.

—Vamos Rudy, un bocadito, es rico.

—No me gusta, amor.

—Dios, qué niño eres. Si reencarnas en la próxima vida como japonés, estarás en problemas Rudy.

—Sí lo se , pero según la suerte que tengo, voy reencarnar en el mismo país. O peor aún en Siria, Palestina o Somalía , eso sí que sería mala suerte.

—No digas eso tonto, no es gracioso, me dijo Nana.

—Lo siento amor.

—Odio cuando hacen referencias a ese mundo que no entiendo, dijo Eris deborando sus nigiris.

—Lo siento Eris.

—Pero Rudy, viviste en el país de Nana por unos meses, ¿qué comías ahí? Me dijo Roxy.

—Bueno, ramen, dulces japoneses que son ricos, sándwiches. Y la chica japonesa que hablaba mi idioma, a veces me llevaba a comer a restaurantes mexicanos o españoles, o iba a una pizzería de unos italianos cuando ella no estaba. Como nuestros idiomas son parecidos, podía hablar con ellos.

—Recuerdo esa pizzería, dijo Nana. La pizzería Flavio, era delicioso.

—Sí, me salvó varias veces ese lugar, dije. De hecho, me dirigí a ese lugar la noche en que ya sabes, te conocí en el otro mundo, amor.

—Mejor no hablemos de eso, Rudy, me dijo Nana con una sonrisa complicada . Ya deja de pensar en eso y prueba esto, es rico , me dijo dándome un bocado que tenía camarón de río, así que tuve que comerlo.

—¿Y qué tal?

—Mmmm, es mejor de lo que recordaba, amor, pero no me convence el arroz agridulce.

—Eres un niño remilgoso, me dijo Nana con una hermosa sonrisa.

—Por cierto amor, mañana prepararemos café al desayuno, ¿puedes moler los granos?

—Claro, le dije. Ella se veía muy feliz este día. Nana ha cambiado tanto. Cuando recién la conocí era la típica japonesa de mal humor, que no tolera a los extranjeros, o al menos eso pensé, recordando como era la gente conmigo cuando estuve en Japón. Pero con el paso de los años me mostró su verdadero ser, una mujer muy dulce. Esa noche me quedé con ella en su habitación e hicimos el amor, toda la noche. Ella es increíble.

Pasaron unas semanas donde preparábamos a Lucy para entrar a la universidad. Sería su primer año. Yo quería que fuera a la clase especial y eligiera en qué especializarse, pero Roxy recomendó que fuera alumna regular, ya que decía que al ser una maga silenciosa no tendría problemas en sus estudios. Además, el nivel de Lucy en esgrima es intermedio a sus 7 añitos. Técnicamente, ella está casi al nivel que yo tenia cuando era un niño de su edad. De hecho, Roxy planea hacerle su examen para hacerla santa de agua dentro de un año.

Como sea, le encargamos varios uniformes y hablé con Jinas, quien aceptó integrarla a las clases comunes. Sin embargo, Lucy dormiría en casa, nada de quedarse en la universidad, ya que seguiría entrenando esgrima con Eris y magia con Silphy .

Eris, por otro lado, había retomado su entrenamiento y estar embarazada no le había afectado nada.

Nuetras bebes ya tienen casi 3 meses y se ven hermosas. Esas semanas también iba cada poco tiempo a Ars a visitar a Edward y Sariel, y a ver a Ariel. Aunque últimamente, nuestros encuentros son en mi casa, y Ariel llega disfrazada de Kleene o Elmore para evitar que nos vean juntos tan seguido, para evitar los rumores. Obviamente, si voy al palacio de plata, pero nuestros encuentros sexuales casi siempre son en mi casa en Ars y rara vez duermo con ella en el palacio de plata, solo cuando Tris tiene turno . Aunque esto ya es estúpido, todos en Ars saben que la reina tiene de amante al general Greyrat.

Como sea, así pasaron los días hasta que llegó el día en que Lucy entró a la universidad.

Así que todos estábamos ahí listos para despedirla en su primer día de clases.

—Bien Lucy, ¿lista para tu primer día? Escucha, si alguien te dice algo o te hacen algo, dímelo y yo me encargaré de hacerlo dormir con los peces.

—¡RUDY! , no le digas esas cosas a la niña, me reprochó Silphy.

—No te preocupes, papá. Estaré bien. Mamá azul ya me dijo qué debo hacer.

—Aun así, mamá azul no puede verte todo el día. Y créeme, tengo contactos.

—¡RUDY, DEJA DE ACTUAR COMO UN Mafioso! , me dijo Silphy.

—Lo siento, lo siento. Te ves muy hermosa Lucy. Escucha, en la universidad no habrán tantos niños, la mayoría son adultos, pero no te dejes intimidar. Y recuerda lo que te dije: no alardees de tus habilidades en magia o esgrima, nadie quiere a los sabelotodos. Pero sin embargo, si alguno se hace el listo, da el primer golpe. Tu tía Rinia quiso verme las pelotas cuando estábamos en la universidad y le di una paliza. Desde entonces, me dice jefe.

—¿Le pagaste papi?

—No, no. Bueno, sí, pero ella trató de atacarme primero. Ella le rompió su figura al tío Zanoba.

—No sabía que ella fuera mala.

—Sí, pero le di una lección.

—Ya veo, entonces solo los golpeo si me atacan.

—Esa es mi niña, dije besando su cabello.

—Ese es un muy mal consejo Rudy. Escucha, amor, no le hagas caso al tonto de tu papá. Harás muchos amigos en la universidad. Eres una chica linda, talentosa y muy dulce. Yo tuve muchos amigos ahí: tu tío Luke, tus tías Elmore y Kleene, y la reina Ariel.

—Sí, mami Ariel me dijo lo mismo.

—No le digas mami.

—¿Por qué? Si ella quiere a papi también.

—Eeeh, bueno hija, lo que pasa es que eso es diferente. Te lo explicaré cuando crezcas. Por cierto, no debes decirle a nadie que la reina viene a casa o nos visita en Ars, ¿está claro? Eso es secreto. Tampoco debes decir que tío Alex es el dios del norte o papi es el dios del cauce, ¿está claro?

—Sí, mamá.

—Bien, Lucy, mi niña, un último consejo: si te ataca un tipo, lánzale un cañón de piedra en las pelotas, ¿entiendes?

—Sí, papá.

—¡Rudy, maldición! , deja de enseñarle eso a Lucy, me volvió a regañar Silphy.

—Uuuf, dejen de asustarla, ella estará bien. Vamos hija, le dijo Roxy.

—Sí, mami azul.

—Espera, yo voy con ustedes, dije.

—Claro que no, causarás un revuelo si apareces ahí Rudy. Aún hay alumnos que te conocieron y te temen. Hay rumores sobre ti desde que te ven pasear con Kalman III y él te trata como un superior, o cuando te ven con Orsted.

—Son solo compañeros de trabajo Roxy.

—Lo que sea, vamos amor, le dijo Roxy subiendo a Lucy sobre Dilo.

—Espera, ¿llevas tu comida amor?

—Sí, papá, ya déjame en paz, me dijo Lucy fastidiada.

—Dios, qué sobreprotector eres Rúdeus, me dijo Eris que salía tras de mí.

—Tengo solo 24 años, Eris. En mi otro mundo, a esta edad estaba en la universidad bebiendo cervezas y de fiesta los fines de semana. Y ahora tengo una hija en la universidad, claro que estoy nervioso.

—Ella estará bien, es más fuerte que yo cuando tenía su edad me dijo Eris .

—Dios, ¿y si la secuestran?, dije recordando eso.

—Nadie lo hará. El gremio de esclavos sabe que los matarías a todos. Además, han visto a Lucy pasear con Aisha y Kalman, nadie le hará nada.

—Bien, pero creo que iré a la universidad a ver cómo entra a (...).

—¡Ya basta! , no irás a ningún lado Rudy. Déjala en paz, pareces un loco.

—Bien, bien, Mmmm, creo que iré a la universidad a ver a Nana.

—¡Qué no irás! . Última advertencia, me dijo Silphy.

—Pero ella quería que fuera para invocar algo en su laboratorio.

—Mentira, ella dijo que volvería a mediodía.

—Tal vez me necesite.

—Ya entra, ve a entrenar a Lara y a Ars.

—Bien, bien, dije. Y así volví a casa, pero 1 hora después fui a la cabaña a hablar con Orsted.

—¿Qué te pasa Rúdeus Greyrat? Has estado toda la mañana con la cabeza en otro lado. ¿Estás pensando en Ariel Anemoi Asúra?

—Muy gracioso. ¿Sabes que? me agradabas más cuando no tenías sentido del humor.

—No trato de burlarme de ti. Te pregunto en serio.

—Bien, Lucy fue a la universidad y ni me dejaron acompañarla. Soy su padre, maldita sea. En mi mundo anterior, mamá me llevó mi primer día de clases. Y en este, bueno, en este aprendí a leer gracias a Lilia y me mandaron a trabajar a los 7 años. Ahora que lo pienso, Paul fue bastante negligente en ese sentido.

—No entiendo tu predicamento Rúdeus .

—Nada. Me gustaría verla y asegurarme que no la tratan mal. Solo eso.

—Uuuf, toma, dijo sacándose su túnica y su casco.

—¿Qué vas a hacerme?, dije pálido.

—Nada, idiota. Tus continuas orgías con Ariel te están volviendo demasiado paranoico . Esto es para que lo uses y vayas a ver a Lucy.

—Si es una buena idea, pero ¿y tú qué usarás?

—Tengo miles de estas túnicas repartidas por el mundo. Son trajes que los dioses dragón usamos. Fueron hechos por una antigua costurera a petición del Dios dragón Laplace.

—Ya veo. Gracias, iré a ver a Lucy, dije poniéndome esa cosa y saliendo de la cabaña donde me topé con Alek.

—¿Dónde vas, Dios dragón? ¿Puedo acompañarte?

—Eeeh, no.

—Por favor señor, estoy para servirte y así no gastas tu maná.

—Tranquilo, solo daré un paseo, dije.

— Aun así señor, déjame acompañarte.

—¡Quédate aquí, mierda! ¡Es una orden! le dije

—Sí señor, me dijo el tarado con una sonrisa. Y entró a la cabaña. Debe haberse sentido muy confundido cuando vio a Orsted ahí.

—Cuando estaba en la Sharia e iba camino a la universidad, justo me topé con Eris, que había sacado a pasear a Leo y en su lomo iba Lara y Ars. Leo rápidamente me olió y ladró donde estaba yo.

—Sal de ahí, idiota, me advirtió Eris sacando su espada. Así que asomé la cabeza.

—Orsted, ¿qué haces aquí?, dijo Eris, pero no le hice caso. Simplemente caminé en la dirección opuesta. Por el rabillo del ojo, veía cómo Leo me meneaba la cola y Lara me miraba confundida.

Finalmente llegué a la universidad y me dirigí a los salones de primer año. Este año había muchos más demonios, elfos, hobbits y enanos en las aulas. Bueno, Roxy promovió con ímpetu, junto a Jinas, la entrada de nuevos estudiantes talentosos, Aunque aun así los nobles son tratados con más amabilidad. Por lo mismo, fue que hace unos días tuve una discusión con Roxy y Silphy, ya que yo quería que Lucy entrara en la clase especial.

Cuando finalmente llegué al salón, con mi ojo de visión distante ubiqué a Lucy. Estaba en primera fila sentada, y hacía muchas preguntas. De hecho, corrigió a la profesora en algunos preceptos de la magia, lo que sorprendió a sus compañeros y aún más cuando hizo un hechizo en silencio. Rápidamente, varios chicos la rodearon con curiosidad. Además, se presentó como la hija de la profesora Roxy Greyrat.

Estaba en eso, mirando a Lucy cuando alguien carraspeó a mi lado. Cuando miré, no había nadie, o eso pensé hasta mirar hacia abajo. Ahí estaba Roxy con las mejillas infladas.

—¿Puedo saber qué haces aquí, Rudy, y disfrazado de Orsted?

—No sé de qué hablas, Roxy Greyrat, dije tratando de imitar la voz de Orsted.

—Oh, ya cállate Rudy, sé que eres tú. No tienes esa aura aterradora de Orsted. Silphy te dijo que no vinieras, ¿qué crees que haces?

—Bien, bien, dije sacándome el casco. Me aseguraba de que nadie le hiciera nada a nuestra hija.

—No le va a pasar nada, está conmigo y Nana está en su laboratorio. Debes estar tranquilo y dejarla en paz. Vete antes de que te descubra Silphy.

—Bien, bien, me voy.

—Y sácate esa túnica, te ves aterrador con esa cosa. Además, con tus ojos demoniacos y tus mechones blancos pareces un dragonfolk.

—Bien, te veo luego, amor, dije besándola y dándole una palmadita en el culo. Eso la sonrojó y se fue sonriendo.

Salí de la universidad y creé un muro desde el cual seguí observando a Lucy con el ojo de visión distante. Hasta que de pronto sentí un aura agresiva tras de mí. Me di vuelta lentamente y me encontré con Silphy roja de ira y con las mejillas infladas.

—Sí, Silphiette Greyrat.

—Ya callate y deshas este muro, Rúdeus Greyrat.

—¿Cómo supiste que soy yo?

—Lara le dijo que estabas morodeando cerca de la universidad disfrazado de Orsted. ¿Qué te dije? Te advertí que no vinieras.

—Es que quería verla, amor, dije sacándome el casco.

—Ella está bien. ¿Tú no confías en mí, cierto? dijo con los ojos llorosos.

—No es eso, amor. Es que quería verla y asegurarme de que está bien.

—Ella está bien, Rudy. Uuuf, pareces un niño. No seas sobreprotector, nada le pasará, eres Reidar Reí, por dios santo.

Cuando dijo eso, de pronto escuchamos un oooooh. Cuando miramos atrás, Lucy miraba por la ventana junto a otros niños, y por la cara de mi hija no estaba nada contenta de que estuviéramos ahí.

—Hola, mi niña, solo pasábamos por aquí y ya nos íbamos, dije tomando a Silphy de la mano y saliendo de la universidad. Ahí estuvimos sentados solo un rato más ya que faltaba poco para que saliera de clases, así que la esperamos juntos. Cuando la vimos, ella venía de la mano con Nanahoshi.

—¿Así que ustedes dos idiotas hicieron un show frente al salón de nuestra hija? Nos regaló Nana.

—No fue así , fue Rudy, que se disfrazó de Orsted y vino a verla.

—Dejen de hacer eso.

—Yo no hice nada Nana, Lara lo vio y vine a regañarlo, dijo Silphy .

—No hagan más eso, solo vengan a buscarla, pero no a observarla.

—Yo no lo hice Nana, fue Rudy, decía Silphy, mientras yo guardaba silencio.

—Sí, y tú, ¿de dónde sacaste eso Rudy?

—Orsted me lo prestó, dije.

—Ja, hombres, pueden ser de todas las razas, de mundos diferentes, pero aún así se tapan las cosas entre amigos.

—Lo siento Lucy, no lo haré más hija, le dije.

—No te preocupes papi, pero asustaste a mis compañeros. Ellos creen que eres un Dragonfolk. Les tuve que decir que tu pelito quedó así porque gastaste tu maná en la guerra.

—Ya veo ¿Y cómo te fue amor ?

—Muy bien. Hice muchos amigos: unos nobles de Basherant, unos elfos, unas chicas lindas que se parecen a tía Purcena y tía Rinia, y una chica demonio. Mami azul nos hizo clases, pero me dijo que no le debía decir mamá en clases y que le dijera profesora Greyrat. Mami azul es muy inteligente, y sus clases son divertidas.

—Lo sé, ella fue mi maestra cuando era niño, hija.

—Lo sé papi, también fuera de clases me advirtió que no contará esa historia y si preguntaban, dijera que mis papis se habían conocido cuando tú tenías 16 años, papi.

—Mmm, ya veo. Jaja, será mejor regresar a casa, dije mientras subía a Lucy a mis hombros, y regresábamos acompañado de mis esposas.

Los días pasaron sin problemas, salvo por un incidente un día en que vino Lilia con mamá y Lucy le ordenó a Lilia limpiar la cocina, ya que para eso estaban las empleadas. Eso le valió unas palmadas en el culo de parte de Eris y la echó de la casa para luego obligarla a pedirle disculpas a Lilia. Cuando hablé con ella, me dijo que un niño noble de Neris le había dicho que quienes usan esos trajes son sirvientes, así que le expliqué que Lilia no era una sirvienta. Ella usaba ese traje simplemente como un tributo hacia Mamá, porque ella le salvó la vida. No quise entrar en detalles de que en realidad se acostó con el viejo, se embarazó, y Mamá en vez de echarla en medio del invierno, la perdonó y permitió a papá casarse con ella.

Lucy entendió y le pidió disculpas a Lilia llorando. Lilia, la verdad, no le había tomado importancia, pero para mí y mis esposas fue algo grave. Y Lucy fue regañada delante de todos los niños, incluido Clive, para que así nadie le fuera con estupideces y faltas de respeto a Lilia.

Unas semanas después, decidí hacer un picnic con mi familia, incluidos mis padres, cerca del río. Llevamos las cañas y pescamos unas truchas con los niños. Fue una tarde agradable. Aunque Aisha dijo que no iría, que tenía trabajo en la sede mercenaria, Según ella. Pero papá dijo que no había mucho que hacer, pero no le di mucha importancia. Bueno, hasta que llegué a casa...

Resulta que después de despedirme de mis padres y mientras entraba a casa, sentí gemidos de placer viniendo del segundo piso. Rápidamente salí de casa, cerré la puerta y no dejé entrar a nadie.

—¿Qué pasa, Rúdeus? ¿Hay alguien dentro? —me dijo Eris sacando su espada .

—Niños, vengan, vamos a jugar al patio trasero —dije, y me los llevé lo más lejos de casa, cerca del árbol.

—Tomen el balón , jueguen al fútbol —les dije, mientras los niños empezaban a patear esa cosa .

—Rudy, ¿qué pasa, estas pálido ? —me preguntó Nana.

—Cuando entré a casa escuché gemidos sexuales, y escuché a Aisha que gritaba muy fuerte : "¡Dame duro, dame duro, dámela toda !".

Dije rojo de vergüenza.

—Oh, Dios mío —dijo Silphy mirando a las otras chicas que pusieron caras complicadas.

—No sabía que Aisha tenía novio —dije.

—Rudy, vamos a casa de tus padres, y esperemos ahí y volvemos después y hablamos con Aisha, —me dijo Roxy.

—No, voy a hablar con ella. ¿Debió decirme que traería un tipo aquí? ¿Por qué hace esto oculta? Además, quiero saber quién se lo está embutiendo a mi hermana.

—Quieres dejar de decir que se está lo están embutiendo o se la están sirviendo a esta o aquella, eso suena muy vulgar —me regañó Silphy.

—Lo siento, pero debo regañar a Aisha. Ella nos mintió, debió ser sincera. Si quería estar sola con un tipo, no le hubiese dicho nada.

—Mmmm, ya veo —dijo Silphy, que se miraba con las chicas que se veían nerviosas.

—¿Por qué esas caras? Ustedes lo sabían, ¿cierto?

—Rudy, verás…

Pero Silphy no alcanzó a terminar su frase cuando de pronto escuché carcajadas desde mi casa. Me acerqué a la puerta de la cocina, por donde se escuchaban las voces, listo para tener una conversación con Aisha y con el tipo con el que se estaba acostando. Cuando abrieron la puerta. Por un momento pensé que estaba soñando, que había despertado en un hospital de Tokio sin piernas y todo esto era un sueño, pero no lo era. Ahí, abrazado con mi hermana y ambos pálidos mirándome frente a frente, estaban Aisha con su pelo desordenado y Aleksander Ryback con marcas de chupones en su cuello.